Después de años de enfrentarlo, incluso electoralmente, Mario Ishii parece decidido a emular a Daniel Scioli, en su rol de componedor y hombre de un millón de amigos. Para ello, envió invitaciones a todos los actores de peso del peronismo bonaerense para concurrir al acto que planea en su pago chico como una "demostración de fuerza". El exótico senador analiza como una oportunidad el escenario que, en lo seccional, lo deja como el hombre de más peso electoral, en un contexto en el que el Frente Renovador está en franco repliegue y en el que varios de los caciques del FpV perdieron peso en la mesa por sus idas y vueltas a las filas massistas.
De ahí que analice que es el momento de mostrarse fuerte, convocante y generoso. Para ello, el primer gesto es encabezar la jugada en tándem con Carlos Urquiaga, el hombre que sentó en el sillón cuando, cansado de cazar traidores, se puso como meta llegar al sillón de Dardo Rocha en 2011. El vuelo político del delfín lo llevó a cortar amarras y amenazó en varias oportunidades con volver al territorio para desplazarlo.
Esos cimbronazos parecen ser cosa del pasado. "No hay ishiistas ni urquiaguistas en el distrito", aseguró el oriental durante un acto celebrado el miércoles en una agrupación local. En ese marco, respaldó a Urquiaga para un nuevo período, bajo su conducción explícita.
El nuevo Ishii, conciliador, quiere a Urquiaga y a Scioli a su lado. Pero no se queda en esas: también invitó al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, para redondear una pax justicialista a cualquier precio. Y hasta a la propia Presidenta.
No se quedaron afuera Fernando Espinoza, a pesar de las feroces críticas al PJ Bonaerense que esbozó el paceño, y mucho menos Gabriel Mariotto, garante de su no expulsión del Senado tras los incidentes durante la votación del presupuesto.
Claro que las giras que ambos precandidatos realizan para instalar sus figuras en el interior de la Argentina conspiran contra el anhelo del cacique paceño. Randazzo, de gira por Catamarca, y Scioli, en Mendoza y cruzado por la internación de su suegra, no confirmaron, aún, su presencia.
