Tullio Zembo, abogado de los bonistas italianos,
criticó la decisión de la Justicia estadounidense, pero advirtió que no
cree que sea posible cobrar los bonos en Buenos Aires. El 30 de junio es
el próximo vencimiento de la deuda.
“Si
los fondos buitre consiguen cobrar todo lo que reclaman, mis clientes
pretenderán lo mismo”, fue el mensaje que dejó ayer Tullio Zembo, el
abogado de los bonistas italianos que ingresaron en las
reestructuraciones de deuda de 2005 y 2010. Sostuvo que el levantamiento
de la medida de no innovar (stay) por parte de la Cámara de Apelaciones
del Segundo Distrito de Nueva York puso a sus representados en medio de
una situación que no les corresponde ni en la que querían estar. Al
igual que otros tenedores de títulos reestructurados, se mostró
escéptico acerca de que se encuentre una solución para continuar con el
pago de la deuda vigente, ya que adelantó que no cree que sea posible
recibir el cobro en Buenos Aires. El próximo vencimiento es el 30 de
este mes. Entre las alternativas que baraja el Gobierno se encuentra la
posibilidad de modificar el lugar de pago de los bonos reestructurados y
negociar con los buitres una modalidad de pago que no ponga en riesgo
el canje. Por su parte, se conoció que el fondo Elliot Management, que
maneja NML Capital (impulsor de la demanda), estaría dispuesto a aceptar
bonos como pago. El titular de la Comisión Nacional de Valores,
Alejandro Vanoli, opinó que aún hay tiempo para “encarrilar” esta
negociación.
El levantamiento de la suspensión (stay) de las sentencias en contra
del país, a pocas horas de que se conociera la negativa de la Corte
Suprema estadounidense a tomar el caso de los fondos buitre, impide el
normal pago de los próximos compromisos de deuda con legislación
neoyorquina. La alternativa que presentó el ministro de Economía, Axel
Kicillof, fue la de realizar un canje de esa serie por papeles de
similares características pero bajo legislación argentina. “Estamos
dispuestos a cobrar en donde sea; lo que pasa es que hay que ver si es
posible. No creo que sea posible”, aseguró Zembo, letrado que representa
a los bonistas italianos. Este grupo representa casi el 15 por ciento
de los tenedores de títulos reestructurados. Sólo el 2 por ciento no
ingresó en los canjes que abrió el Gobierno en 2005 y 2010.“Es muy difícil evadir la orden del juez. Nadie quiere entrar en desacato de una jurisdicción como la de Estados Unidos”, afirmó Zembo. El letrado sostuvo que “todo marchaba sobre rieles, tranquilo, y ahora esta situación viene a poner a los bonistas que entraron con mucho sacrificio en la reestructuración en tela de juicio”. “Nosotros ya habíamos aceptado el canje y estábamos cobrando religiosamente de acuerdo con lo que se había pautado”, agregó. Zembo consideró que “es bastante poco el tiempo disponible, por lo que será muy difícil pagar en tiempo y forma”. “Tampoco creo que sea posible hacerlo en Buenos Aires. No veo una salida”, manifestó el abogado, que reconoció que, si se les paga a los buitres habrá presentaciones de los bonistas italianos para litigar por la diferencia de la quita aceptada en el canje.
Junto a las dificultades que implica llevar adelante un canje con cambio de jurisdicción, los tiempos para una negociación con los buitres se acortaron tras el levantamiento del stay. El máximo plazo posible sin que se ingrese en un default técnico es hasta el 30 de julio. El próximo vencimiento es el 30 de junio por 228 millones de dólares en Discount bajo legislación de Nueva York, y la Argentina tiene 30 días de gracia para pagar sin caer en incumplimiento de pagos. De todos modos, todavía no hubo contactos entre las partes.
“Todavía no comenzó el diálogo con la Argentina. Los abogados argentinos hicieron esa declaración ante los tribunales, pero el gobierno de Argentina todavía no nos ha contactado”, dijo Stephen Spruiell, vocero del estudio de abogados que representa a los fondos en litigio. En la audiencia ante Griesa (ver página 3) Robert Cohen, otro de los letrados de los buitres, sostuvo que llevan preparados para negociar desde que comenzó el caso. Según agencias internacionales, el fondo Elliot Management, que conduce la unidad NML Capital, estaría dispuesto a recibir bonos en compensación, dependiendo de las condiciones ofrecidas. Existen ya antecedentes en que estos fondos aceptaron un pago en bonos a cambio de efectivo por sus sentencias. Elliot pretendería ofertas similares a los acuerdos alcanzados por Argentina en otras instancias, como los juicios ante el Ciadi, el resarcimiento de Repsol por la expropiación de YPF o con el Club de París. En todos los casos se incluye la combinación de efectivo y bonos.
La combinación de efectivo y bonos ya había sido acercada al Gobierno de parte de bancos extranjeros, estudios de abogados y fondos especulativos que ingresaron al canje. La mayoría fue desactivada, como la propuesta que había sido elevada por Gramercy, que incluso vendió en los últimos meses gran parte de su cartera de bonos argentinos (ver aparte). Se mantienen algunas propuestas, como las del estudio Garrido, aunque desde el Gobierno y especialistas vinculados con el tema sostienen que no hay espacio para ese tipo de operaciones entre privados y que la negociación deberá ser encarada directamente por el Gobierno. Vanoli insistió en que “todavía hay tiempo para que se pueda encarrilar un proceso de discusión en el juzgado de Griesa”, pero consideró necesario el apoyo explícito de la comunidad internacional y del gobierno de Estados Unidos en la negociación. “La Argentina tiene que mantenerse firme, siempre dentro de esta razonabilidad que está mostrando. No nos pueden llevar a condiciones que sean insostenibles tanto en el corto como en el mediano plazo, como generar un debilitamiento que terminaría perjudicando el crédito público de la Nación Argentina”, agregó.