La fortaleza de los vínculos débiles en la comunicación política





En 1973 Granovetter escribe su famoso paper: “The strenght of weak ties”. En él descubre que la mayoría de los obreros de la fábrica que estaba siendo objeto de su estudio, habían encontrado su trabajo por personas con las que tenían relación una vez al año o menos. Esto le indujo a pensar que, dentro de una red social, la nueva información nos viene dada por personas que son distantes a ella, aunque pertenezcan a la misma: como aquel amigo del instituto que nos indica dónde poder encontrar trabajo en su pueblo. La información que circula dentro de una red social siempre suele ser limitada, puesto que los elementos que la forman siempre suelen ser los mismos. Por ello necesitamos de vínculos débiles que nos acerquen informaciones del exterior de nuestro círculo. En clave política podríamos decir que la red social de un partido político son los altos cargos del partido, los militantes y algunos simpatizantes.

En casos como Twitter, para que podamos leer el mensaje de alguien o bien seguimos el perfil del partido/institución o alguno de nuestros amigos ha de hacer un “retweet”. Por lo tanto, el mayor problema que encontramos para difundir un mensaje a través de las redes sociales online es atravesar “la barrera” de nuestra propia red social y conseguir que el mensaje llegue al resto de la ciudadanía. Necesitaremos encontrar un elemento “puente” que nos permita traspasar nuestra “barrera social” y llegar hasta los vínculos que quedan excluidos en primera instancia de nuestros mensajes.


Para que la participación ciudadana se efectúe, los mensajes en la red, tanto de partidos políticos como de instituciones, han de llegar al ciudadano de a pié; aquel que aborrece la política, aquel que no está al tanto de lo que hace o dice un partido político, aquel que pese a no ser un activista político tiene interés e ideas para su ciudad. Si la institución, o el partido político logra llegar a él, será el momento de empezar a establecer mecanismos de participación política, puesto que el primer paso, que resulta de establecer un canal de línea directa con el ciudadano, ya se habrá conseguido.



Para ello debemos hacer dos cosas:

1) Encontrar los “vínculos débiles” del Partido/Institución

2) Explicarle al vínculo qué mensaje queremos enviar, y confiar en que lo hará suyo y lo remitirá en su red social.




Confianza es una palabra clave en todo el proceso. Uno de los graves problemas de la desconexión entre ciudadanos y políticos es el lenguaje. Por ello es indispensable que el vínculo débil sea el elemento menos político que se tenga en la red del partido, para que pueda interiorizar el mensaje político y transformarlo con sus propias palabras y, en 140 caracteres, convertir el mensaje político en un mensaje social. Además, cuantos menos mensajes políticos halla en sus perfiles sociales, más relevancia adquirirá el mensaje político que queremos emitir. Así, el vínculo débil será nuestro puente entre el partido/institución y la ciudadanía.