Por Federico Cartés Viñas
Apenas pasaron veinticuatro horas desde que los
cinco (¡cinco!) precandidatos del Unen se juntaron para la foto –el acuerdo
sólo dio para eso- y ya se hicieron públicas las diferencias. En este caso, el
detonante fue la relación con el Pro. Acuerdo sí o acuerdo no, son los
equívocos términos en que se plantea la disyuntiva.
Que dos dirigentes acuerden no es fácil en esta
hoguera de vanidades y aventuras que es hoy la oposición. Pero tampoco es
mucho. Porque muchas veces lo hacen sin preguntarse si ese acuerdo será
convalidado por sus dirigidos (en caso de tenerlos) y, en última instancia, por
el electorado. Sobran ejemplos que demuestran que rascar de acá y de allá, en
relaciones políticas contra natura, lejos de traer beneficios aritméticos,
concita castigos en las urnas. Si alguna vez hubo dirigentes que tenían los
votos escriturados y podían disponer de ellos a piacere, eso dejó de ocurrir
hace ya años. Los que no lo comprendan, pagarán un precio elevado.
En 2011 hubo un
acuerdo a nivel bonaerense entre Alfonsín y De Narváez que no pudieron explicar
convincentemente ni ellos mismos. Siguen sin poder hacerlo, aún hoy. ¿Creería
Massa que la presencia de Adrián Pérez le traccionaría parte del electorado
moralista republicano de la CC? ¿Creerá que lo conserva, con Cariglino, Juanjo
Álvarez y lo que queda en actividad del duhaldismo?
Las tensiones al interior de Unen estaban ya a
la vista antes de los coqueteos con el Pro. Ya perdieron un diputado porteño,
Gustavo Vera, denunciante contra la marca de ropa de Juliana Awada por trabajo
esclavo. ¿Cuánto más va a aguantar ahí el “revolucionario” Tumini? ¿Quién les
explica a los militantes de Libres del Sur que deben caminar con los de remera
amarilla?
Abundan los análisis que comparan al Unen con la
penosa Alianza de los noventa, que chocó la calesita en 2001. Pero aquel
frente, al menos cumplió su objetivo electoral: ganó. Y, aunque nunca lo logró
del todo, intentaba tener una pata peronista. Si Unen sigue metiendo gatos en
la bolsa e invitando a un Pro que tiene más bien poco para aportar, la
comparación más pertinente será otra. Habrá que esperar a las PASO para ver si
Binner, Cobos o Carrió hacen de Tamborini, si Solanas o Sanz hacen de Mosca.
Queda claro que anoche Braden prefirió verlo por televisión.