Gramsci en su definición original de la denominada "Situación de Cesarismo" explica el concepto de empate catastrófico que normalmente en el país dió y da contexto a las coyunturas sociopolíticas y económicas con gobiernos populistas.
Para comprenderlo es necesario primero observar que Cesarismo es "una situación", en otros términos "una coyuntura estructurada ya dada aún sin dominante" y por tanto sin resolución (*). Al respecto leemos a Gramsci:
Se puede decir que el cesarismo expresa una situación en la cual las fuerzas en lucha se equilibran de una manera catastrófica, o sea de una manera tal que la continuación de la lucha no puede menos que concluir con la destrucción recíproca. Cuando
la fuerza progresiva A lucha con la fuerza regresiva B, no sólo puede
ocurrir que A venza a B o viceversa, puede ocurrir también que no
venzan ninguna de las dos, que se debiliten recíprocamente y que una
tercera fuerza C intervenga desde el exterior dominando a lo que resta
de A y de B. En Italia, luego de la muerte de Lorenzo el Magnífico , ha ocurrido precisamente esto.
Pero si bien el cesarismo expresa siempre la solución "arbitraria",
confiada a una gran personalidad, de una situación histórico-política
caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectiva catastrófica,
no siempre tiene el mismo significado histórico. Puede existir un
cesarismo progresista y uno regresivo; y el significado exacto de cada
forma de cesarismo puede ser reconstruido en última instancia por medio
de la historia concreta y no a través de un esquema sociológico.
El cesarismo es progresista cuando su intervención ayuda a las
fuerzas progresivas a triunfar aunque sea con ciertos compromisos y
temperamentos limitativos de la victoria, es regresivo cuando su intervención ayuda a triunfar a las fuerzas regresivas,
también en este caso con ciertos compromisos y limitaciones, los
cuales, sin embargo, tienen un valor, una importancia y un significado
diferente que en el caso anterior. César y Napoleón I son ejemplos de
cesarismo progresivo. Napoleón III y Bismark de cesarismo regresivo.
Se trata de ver si en la dialéctica revolución-restauración es el
elemento revolución o el elemento restauración el que prevalece, ya que
es cierto que en el movimiento histórico jamás se vuelve atrás y no
existen restauraciones in toto. Por otro lado el cesarismo es una
fórmula polémico-ideológica y no un canon de interpretación histórica.
Se pueden dar soluciones cesaristas aún sin un César, sin una
gran personalidad "heroica" y representativa. El sistema parlamentario
dio también un mecanismo para tales soluciones de compromiso. Los
gobiernos "laboristas" de Mac-Donald eran hasta cierto punto soluciones
de este tipo; el grado de cesarismo se intensificó cuando se formó el
gobierno con Mac-Donald como presidente y la mayoría conservadora. Así
en Italia, en octubre de 1922, hasta la separación de los "populares"* y
luego gradualmente hasta el 3 de junio de 1923, y aún hasta el 8 de
noviembre de 1926, se dio un movimiento político-histórico en el cual
se sucedieron diversas formas de cesarismo hasta una forma más pura y
permanente, aunque no inmóvil y estática.
Todo gobierno de coalición es un grado inicial de cesarismo,
que puede o no desarrollarse hasta los grados más significativos
(naturalmente la opinión generalizada es, en cambio, la de que los
gobiernos de coalición son el más "sólido baluarte" contra el
cesarismo). En el mundo moderno, con sus grandes coaliciones de carácter
económico-sindical y político de partido, el mecanismo del fenómeno
cesarista es muy diferente del que existió en la época de Napoleón III.
En el período hasta Napoleón III las fuerzas militares regulares o de
línea constituirían un elemento decisivo para el advenimiento del
cesarismo, que se verificaba a través de golpes de Estado bien precisos,
con acciones militares, etc.
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(*) En este sentido el peronismo en su fase inaugural no "fue un cesarismo" , en el sentido volitivo de estilo de construcción de poder o peor aún, como visión peyorativa. El peronismo inaugural , sí, construyó una situación cesarista de empate catastrófico con resolucuón progresiva . La fase kirchnerista del peronismo se inició en 2003 también en situacióncesarista de empate catastrófico y resolución progresiva. Veremos como sigue el Juan Pirulero. Eso si, guarda con Los Intocables..
(*) En este sentido el peronismo en su fase inaugural no "fue un cesarismo" , en el sentido volitivo de estilo de construcción de poder o peor aún, como visión peyorativa. El peronismo inaugural , sí, construyó una situación cesarista de empate catastrófico con resolucuón progresiva . La fase kirchnerista del peronismo se inició en 2003 también en situacióncesarista de empate catastrófico y resolución progresiva. Veremos como sigue el Juan Pirulero. Eso si, guarda con Los Intocables..