Cristina quiere posicionar a Macri como el gran opositor y aislar a Massa


La presidenta tomó la decisión política de dejar atrás la guerra con el gobierno porteño y satisfacer una serie de reclamos históricos de la Ciudad de un plumazo. En ambos gobiernos alimentan la teoría sobre la preferencia de Cristina por una eventual sucesión en manos del líder del PRO en lugar de un candidato del peronismo. Cuáles fueron los anuncios.
Cristina quiere posicionar a Macri como el gran opositor y aislar a Massa
Macri y Larreta junto a Capitanich en Casa Rosada.

“Somos los De la Rúa de Menem”, sintetizaban en el PRO esta noche, tras el encuentro de Mauricio Macri con Jorge Capitanich en Casa Rosada.

La convocatoria a Macri a una reunión bilateral fue lo primero que hizo Capitanich tras su llegada a la jefatura de gabinete, horas después de que Cristina Kirchner volviera de la operación por un hematoma subdural, con un video en el que no habló de política salvo cuando mencionó a un militante del PRO.

El jefe de gabinete explicó en la conferencia de prensa que la convocatoria a Macri era una decisión política de Cristina y no una ocurrencia suya. En sólo 45 minutos de reunión, Capitanich resolvió buena parte de la agenda que viene reclamando el gobierno de Macri hace años.

La serie de anuncios confirman que Macri ya no es el enemigo a vencer, sino el rival a levantar contra el resto de la oposición. En especial contra Sergio Massa, el vencedor bonaerense de las elecciones de octubre. No es casual que mientras se reunían Capitanich y Macri, el kirchnerismo intentara darle la vicepresidencia tercera de la Cámara de Diputados al PRO en desmedro del Frente Renovador.

Tanto en el PRO como en el Gobierno nacional se deslizó la misma teoría en torno al encuentro de esta tarde. Fuentes de ambos gobiernos creen que Cristina eligió a Macri como el dirigente ideal de la oposición para evitar una sucesión dentro del peronismo, tal como hiciera el ex presidente Carlos Saúl Menem con la Alianza que llevó a Fernando de la Rúa a la presidencia en 1999 y evitó que la sucesión quedara en manos del peronista Eduardo Duhalde, con el objetivo de volver cuatro años después.

Viejos reclamos

“Creemos que se abre un camino como se ha hecho con todos los gobernadores”, aseguró Capitanich, dando por entendido que a Macri le llegó la hora de recibir ayuda del gobierno central por primera vez en seis años, como si fuera uno más de los gobernadores del oficialismo.

El primer punto del acuerdo entre ambos gobiernos es un flechazo directo al massismo: para solucionar el eterno conflicto de la recolección de basura, Capitanich anunció que analizan la extensión del relleno Norte III de la Ceamse, en Campo de Mayo.

Este es un viejo pedido del gobierno porteño que es resistido con dureza por los intendentes de la zona norte del Conurbano. Encabezados por el jefe comunal de Tigre, los mandatarios de San Martín, San Miguel y San Fernando (todos del Frente Renovador) incluso amenazaron el año pasado con impedir el ingreso de los camiones que traen la basura de la Ciudad si el Gobierno nacional avanzaba con la extensión del relleno.

En segundo lugar, Capitanich se metió en otro foco de conflicto entre la Nación y la Ciudad, que es el saneamiento del Riachuelo. El Gobierno propondrá una división de las partes que integran la Acumar y se encargará del financiamiento para distintos programas.

El tercer anuncio de Capitanich dejó atrás otra pelea de años de duración: la puja del gobierno de Macri por conseguir el aval de Cristina para obtener créditos en los organismos multilaterales de crédito.

Capitanich señaló que el Gobierno firmará la cláusula de no objeción para que Macri obtenga un crédito del Banco Mundial para realizar la obra del entubamiento del arroyo Vega, una obra clave para evitar las inundaciones en el barrio de Belgrano, que como anticipó LPO, se disputan, entre otros, Techint, Roggio y Cristóbal López.

Por otro lado, el jefe de gabinete anunció que le permitirían a Macri el financiamiento internacional para realizar obras en el subterráneo, uno de los ejes de la guerra entre ambos gobiernos.

En tanto que el funcionario nacional aseguró que ayudarán al gobierno porteño a avanzar con la construcción de la “autopista ribereña”. Macri dijo que esa obra viene siendo demorada desde hace casi 20 años y consiste en unir la autopista a La Plata con la Illia, para evitar que los camiones ingresen a la Ciudad.

Por su parte, Macri pidió ayuda para implementar la boleta única en la Ciudad, un proyecto que su ministro de Gobierno, Emilio Monzó, no consiguió hacer avanzar en la Legislatura porteña el año pasado justamente por las trabas del kirchnerismo.

Los jefes de bloque de la Legislatura se enteraron hoy mismo que el jueves tendrán que votar la boleta única en una maratónica sesión en la que se repetirá el pacto del PRO con los K, que entre otras cosas incluye la autorización para la construcción de un shopping en Caballito, la expansión a media Ciudad de los estacionamientos medidos, la creación de un instituto para evaluar a los docentes y la venta de “El Dorrego”, el predio más caro de Palermo, a una serie de productoras entre las que se encuentra Pol-Ka, de Adrián Suar.