Reason Why, la llave emocional para el triunfo electoral



Por Rubén Weinsteiner


Uno de los procesos más característicos de la construcción del voto, luego de la crisis de representación post 2001, es la creciente tendencia a una mayor complejidad emocional en términos de las demandas.

Dado que ninguna instancia de gestión puede dar respuesta emocional completa a todo el caudal de demandas, aparecen múltiples organizaciones públicas, privadas, cuasiprivadas, cuasipúblicas, actores corporativos nacionales y transanacionales, movimientos de protesta, agrupaciones regionales, líderes sociales, artistas, con una participación individualizada en diversos espacios sociales diferenciados, no siempre consistente y más bien fragmentada.




Para construir una oferta política sólida hace falta consolidar

1) Liderazgo

2) Agenda

3) Despliegue territorial


Está claro que sin un liderazgo potente, con una marca política eficaz, y sin la capacidad de construir votos y fiscalizar en todas las especificidades territoriales, resulta imposible ganar una elección. Pero la agenda constituye un territorio conceptual difuso y complejo para la mayoría de los candidatos.

¿Que es la agenda?

Cuando hablamos de que al votante hay que proponerle una perspectiva no un conjunto de medidas, para poder proponerle y venderle sensaciones, y no propuestas de gobierno; estamos hablando de los atajos cognitivos que toma el votante a la hora de decidir su voto.
Estos atajos cognitivos reducen el tiempo y esfuerzo de decisión que llevaría sopesar, analizar y decidir en base a gran cantidad de información para orientar un voto o adoptar una postura. El votante compra como se va a sentir y no un pliego de condiciones con un listado de medidas a implementar, así como el que compra un auto, compra como se va sentir manejando ese auto, llevando a alguien en ese auto, estacionándolo en el parking de un restaurante, y no las características de su motor.

La agenda la constituyen las sensaciones articuladas por el reason why (el para qué) de la candidatura.

Un candidato debe poder comunicar para qué quiere el poder, para qué es bueno que él sea presidente, gobernador, intendente, legislador, y para que es bueno votarlo. Si un candidato no tiene un reason why sólido, aún con un liderazgo fuerte, y vasto despliegue territorial, no podrá interpelar emocionalmente a los votantes, y toda construcción desprovista de emocionalidad y sensaciones, carecerá de poder de fuego electoral.