Lagarde dice que el BCE "hará lo que tenga que hace sin inmutarse” por lo que diga el Constitucional alemán





Christine Lagarde, presidenta del BCE.daniel roland / AFP

El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantenerse firme ante el desafío planteado por el Constitucional alemán. La institución reivindicó este jueves su independencia frente a cualquier poder que no sea la Corte de Luxemburgo y el Parlamento Europeo. Su presidenta, Christine Lagarde advirtió de que seguirá haciendo “cuanto sea necesario” para llevar a cabo su mandato “sin inmutarse” por la sentencia del Constitucional alemán. “El BCE es independiente frente a los gobiernos y a los lobbies”, añadió su vicepresidente, Luis de Guindos.



El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, el 12 de marzo. En vídeo, Guindos defiende este jueves la independencia de la institución "de Gobiernos y ''lobbies'". Thomas Lohnes (Getty) | Efe

El BCE decidió despachar la sentencia del tribunal alemán reivindicando su independencia ante gobiernos y lobbies y recordando que solo debe rendir cuentas ante dos instituciones: el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) y el Parlamento Europeo. Y la justicia europea ya consideró legal el bazoca de 2,6 billones de euros con el que Draghi apuntaló la economía europea entre 2015 y 2018.

La presidenta del BCE cerraba así el interrogante que pesaba sobre la institución después del ultimátum de tres meses que la Corte de Karlsruhe dio al Bundesbank, el principal accionista del BCE. El Constitucional le exigía retirarse del programa de compra de deuda —que permitió controlar las primas de riesgo de España e Italia— en caso de no obtener garantías de que la política monetaria no había sido “desproporcionada” al desencadenar efectos económicos negativos.

En un debate virtual organizado por Bloomberg, Lagarde quiso dejar claro que no iba a dejarse intimidar por esa sentencia. “Sin inmutar”, dijo. “Los bancos centrales, incluido el BCE, se guían por su mandato, de modo que haremos cuanto sea necesario para cumplirlo”, prosiguió. Y su cometido, el de garantizar la estabilidad de precios, se ve amenazado por el desplome económico desatado por la pandemia.

Según Bruselas, este año la zona euro estará a las puertas de la deflación. De modo que Lagarde envió también a los mercados el mensaje que seguirá adelante con el programa de compra de activos para afrontar la pandemia de 750.000 millones de euros.

La estrategia del BCE es por ahora, pues, la de no sentirse interpelado por el Constitucional alemán. Lo contrario podría haber abierto un peligroso camino para la supremacía del TJUE en ante los desafíos al Estado de derecho por parte de Varsovia o Budapest. “No veo razones para responder a los requerimientos del tribunal alemán”, dijo Jonás Fernández, coordinador económico de los socialdemócratas. “No puedo imaginarme cuál hubiera sido la reacción en Alemania si el Constitucional de Italia o España hubiese sentenciado que el BCE no estaba prestando la suficiente atención al desempleo”, señaló el vicepresidente del grupo parlamentario de Renew, Luis Garicano.

Los analistas consideran que la pelota pasa al Bundesbank. Naz Masraff, director de Europa de Eurasia Group, ve una salida que sea el banco central alemán el que entregue documentación al Gobierno y al Parlamento, que en última instancia cree que aprobarían que el programa se ajusta al mandato. Eso pondría en una tesitura complicada, sin embargo, al presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que debería defender el programa de compra cuando siempre ha mostrado sus reticencias ante la política expansiva del BCE.
Políticas “proporcionales”

“No es factible que el Gobierno o el Bundestag ignoren a su Tribunal Constitucional”, sostiene Masraff. En caso de que se optara por la vía de la resolución nacional, el Bundesbank tiene documentación de sobra para llevar a las instituciones alemanas. “No colocamos nuestra política monetaria en una torre de marfil”, recordó el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en la comisión de Asuntos Económicos y Montearios del Parlamento Europeo.

Guindos reiteró que la institución “toma nota” del fallo de Karlsruhe, pero también lanzó el mismo mensaje de Lagarde: que ese fallo no le incumbía. “No es mi trabajo analizar la sentencia del Constitucional de Alemania”, afirmó el vicepresidente del BCE, quien dejó claro que la institución está “bajo la jurisdicción del TJUE” y obligada a “rendir cuentas” ante el Parlamento Europeo. “No hay muchos más bancos centrales más transparentes que nosotros”, remachó.

El vicepresidente del BCE sí defendió la “proporcionalidad” de las medidas adoptadas al ser preguntado por los eurodiputados. “Estamos continuamente evaluando la proporcionalidad de nuestras acciones y sus efectos secundarios”, aseguró.

Guindos sostuvo que la acción del BCE está guiada por dos principios fijados en los Tratados: la primera, la estabilidad de precios. Y tal vez consciente de que la sentencia de Karlsruhe responde a una demanda entre cuyos firmantes hay el fundador del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) Bernd Lucke, advirtió que la otra máxima que guía al BCE es la independencia “frente a los gobiernos y los lobbies”. “Y vamos a usar todos los instrumentos a nuestra disposición”, reiteró.