“La alternativa a los precios de los supermercados son los mercados populares”

Enrique Martínez, ingeniero y coordinador del Instituto para la Producción Popular, ex presidente del INTI: Minería y extracción sin contaminación; Alimentos, cadena de valor y mercados populares, la experiencia de Tapalqué.



Enrique Martínez, ingeniero, coordinador del Instituto para la Producción Popular y ex presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), visitó el estudio de AM740 Radio Rebelde para charlar con Revista Hamartia en #NoNosQuedaOtra. El negocio oculto de los supermercados; las ferias de la ciudad de Buenos Aires; mercados populares como alternativa y ejemplos de comercialización. También: la discusión sobre la minería y una reflexión sobre los métodos productivos y la contaminación. Entrevista con Julián Saud y Julián Andreu.

Enrique Martínez.

El impacto de la minería

“En cualquier tipo de producción, la intervención del ser humano con el ambiente es un tema que tradicionalmente no se tiene en cuenta. En algunos casos esa relación pudo ignorarse, en otros era dañina desde siempre hasta que se acomodó en grandes defectos. La minería se ha agigantado porque está muy concentrada a nivel mundial, no hay pequeña minería dominante; lo usual son grandes corporaciones que buscan yacimientos en el mundo y concentran su industrialización en varios lugares. Los australianos, los norteamericanos, los ingleses, los franceses, están dando vueltas por el mundo. El sinónimo para los países que no tenemos industria después de la minería, porque exportamos productos primarios, prácticamente es un gran emprendimiento que termina dejando un gran agujero y un desierto alrededor, con gente que pasó por algún momento de ocupación y luego no sabe que hacer con su agujero y con su vida”. Julian Saud y Enrique Martínez en el piso de Radio Rebelde.

“Ese es el sinónimo en Perú, en Ecuador, en Argentina, con la primera gran experiencia de la mina en Catamarca. En rigor el tema minero en Argentina tiene mucha historia; toda la cordillera fue estudiada en la década del ’60 y Argentina tiene el mismo potencial que Chile. Argentina quedó como reserva hasta que en la década del ’90 se aprobaron leyes mineras orientadas por las corporaciones y con este marco legal se abrió la puerta a las inversiones y los agujeros”.


“El peronismo promovió la pequeña minería ; el banco industrial compraba cantidades pequeñas a mineros que le proveían cualquier mineral que eran capaz de identificar y explotar mÍniMAmente cuando juntaba ciertas cantidades o las hacía procesar con ALgunas industrias o las vendía como tales, pero estimulaba la pequeña minería”

“El peronismo fue separado del gobierno y la minería en pequeña escala desapareció como opción. Nosotros creemos que la minería tiene que ser o gran minería o no existe. Esa lógica de dependencia de primarización de la economía solo lo vemos en la soja, pero también esta en la minería, en el petróleo o en cualquier material extractivo. Pensar en la minería a escalas de las necesidades del país de producto final y hacer al revés el camino para dimensionar la mina es algo que no entró en ningún programa de gobierno desde la recuperación de la democracia hasta ahora, y ni siquiera en nuestro propio gobierno en este momento”.
La posibilidad de cambio en la nueva gestión

“Siento que hay una posibilidad distinta, que el estilo de gobierno que propone Alberto Fernández con la apertura al diálogo, a la discusión con propios y ajenos absolutamente abierta, obliga a quienes bastardean del campo popular a poner ideas sobre la mesa porque de lo contrario quedan como estúpidos. Es una esperanza. Yo creo que vamos a minimizar la posibilidad de debatir con quien no tiene ideas. Después queda abierto un segundo capítulo, que es el debate de nosotros mismos y aspiro a que la eliminación de la discusión necia nos habilite a discutir con más legitimidad al interior del campo popular; porque nosotros tenemos una historia negativa de suponer que toda autocrítica termina siendo perjudicial para un gobierno popular cuando en realidad yo pienso que es todo lo contrario”.


“Defendiendo el ambiente, defender el inmovilismo es un error: es posible hacer minería, agricultura O industria con los recaudos necesarios como para no dañar el MEDIO ambiente. Y esa idea de que la minería inevitablemente va a contaminar el agua es un error”

“Yo soy productivista, los seres humanos tenemos el derecho de interactuar entre nosotros y con el medio ambiente para mejorar la calidad de vida en general, después viene la discusión de si lo hacemos adecuadamente, como corresponde, la justicia social, etc. Recorrí muchos años la Argentina y he visitado en Italia hace cuarenta años… las curtiembres son una de las industrias más contaminantes; curtiembres sofisticadas en el que el sistema del tratamiento de los afluentes de esa curtiembre los obligaba a que los afluentes tenían que ser cargados a la red domiciliaria del agua del pueblo, y lo hacían y la gente no se moría”.

“Si se pone al servicio colectivo el sentido común y la inteligencia humana puede evitar contaminarnos con lo que hacemos, es posible en cualquier actividad. El sistema de ciencia y técnica no ha sido orientado en esta dirección, el servicio universitario tampoco está formando gente al servicio de una transformación positiva sino al servicio de las posibilidades de conseguir un trabajo. Entonces si los que ofrecen trabajo en la minería son corporaciones multinacionales realmente el interés por desarrollar la minería en pequeña escala y no contaminante se recluye en la política, y en la política no tenemos los elementos técnicos definidos para terminar de resolverlo”.
La red de los precios

“La leche comienza teniendo una vaca lechera en un tambo que le entrega a una industria que lo procesa y lo lleva a una comercializadora y se necesita una cadena de frío. Eso es una relación técnica compleja que hace que, inexorablemente, el que dispone de más recursos controle la cadena, y el otro o soporta los precios que le fija el que controla la cadena o desaparece. Y por eso ha habido mucha integración vertical. La Serenísima, que controla la industria lechera en Argentina, tiene muchos tambos propios y muchos grandes que funcionan como propios, porque en definitiva son productores ausentes que tienen empleados que trabajan para ellos cuya vida no les va en eso. Simplemente es una renta importante pero adicional a otra cosas que se hacen en un campo que se ha ido concentrando”

“Esa industria tiene mucho gasto de propaganda, mucho gasto de movimiento de leche cruda y procesada, abre un espacio para la industria pequeña que pudiera competir con ella como abastecedora local. ¿Por qué no sucede? Porque el monopolio lo evita. Hay una tradición, por ejemplo, en Chaco o en Santa Fe, donde no te bajan la leche fluida sino le compras el queso, el yogur, y el dulce de leche o viceversa. Entonces un pequeño industrial que hiciera solamente leche fluida en el norte de Santa Fe o en el Chaco no le podría vender al maxi que tiene al lado, es el primer bloqueo antiético e ilegítimo; y el segundo, asociado a la propaganda y demás, es el hecho de la capacidad financiera que se necesita para desarrollar una industria de mayor complicidad que significa ser multiproducto. Sería legitimo para resolver la nutrición en Argentina que haya multitud de pequeñas industrias que se asocien a partir de cuatro tambos, que tengan una industria que produzca solo leche fluida, y con esa leche fluida generen suficiente ganancia para que después le pueda agregar el yogur, el dulce de leche, el queso; y en una generación tenes una industria local completa”.
La alternativa al supermercado: mercados populares

“En una situación de política, el gobierno se instala en esta situación y tiene que mejorar la calidad de provisión de los alimentos, entonces dice ‘vamos a negociar con los que le venden los alimentos a la gente‘; aparece Precios Cuidados y la Tarjeta Alimentaria para los más humildes. ¿Con quién se negoció? Se negocia con los que venden los productos. ¿Hacen los productos? No. ¿Se negocia con las industrias? No. Quedan ocultas detrás del supermercado. Si la leche o la carne o lo que fuera la produce alguien y en definitiva la vende otro, y yo negocio con el otro, ¿cómo sé que no hay una cadena de tipos que me están embromando o que el supermercado lo está embromando al productor? Es una cosa bastante frecuente, y después viene a negociar conmigo un precio cuidado cuando en realidad el productor sigue sufriendo y va a seguir sufriendo todo el tiempo”


“esta primer etapa de precios cuidados no nos cubre esa situación. ¿cómo la cubre? Estableciendo mecanismos donde el productor tenga la posibilidad de tener acceso directamente al consumidor: el mercado popular. la posibilidad de tener una alternativa al sistema de comercialización actual que le permita TENER más elementos para decidir”

“Si hay un hipermercado, y al lado del hipermercado o cerca está el chino, y al lado del chino están los hipermercados express y después están los almacenes de proximidad, ¿por qué no tenemos como alternativa un lugar que, a diferencia de todos esos que no producen sino que venden, el producto venga directamente? Y lo llamamos mercado popular. ¿Cómo vende un productor directamente? ¿Cómo un tipo que produjo la leche y la pasteurizó en pequeña escala vende a 200 km de su casa? ¿Cómo hace para estar en la misa y la procesión? Mercado popular londinense.

“En Londres hay mercados populares auspiciados por la alcaldía de Londres donde nadie puede vender si no hay productor, pero no se obliga al productor a que esté atendiendo y entregando la botellita de leche, sino que se le pone a disposición un esquema de administración entre el municipio y una organización privada sin fines de lucro en la que puede participar el propio productor, donde si se necesita un empleado se sabe que se cobra una pequeña tasa por sobre el precio al consumidor que lo fija el productor. En Argentina, ningún precio al consumidor lo fija el productor. Si modificamos esa lógica y definimos como mercado popular a aquél al que el precio al consumidor lo fija el productor y absorbe los gastos que significa llevar el producto hasta allí, tener un empleado, tener una caja única para recaudar y el que administra eso no es un tipo que gana con eso sino que presta un servicio, es un empleado del sistema, entonces hemos creado una alternativa de comercialización. Que es fácil de configurar, que está a disposición de los productores populares y qué, para dar un ejemplo, en Misiones lo aplican hace veinte años. Las ferias misioneras hace veinte años que se fueron organizando y hay decenas de productores que tienen una organización que la administra el movimiento agrario misionero. No obliga. Pero no tiene que entregarle un producto a un intermediario que después lo revende el doble, el triple”.


Las ferias de la ciudad de Buenos Aires

“Las ferias del gobierno de la ciudad son absolutamente truchas desde el principio al fin. Son ferias de intermediarios que se presentan como ferias populares cuando en realidad en lugar de vender en un lugar fijo venden en un lugar ambulatorio, pero ninguno de los que vende produce. El secreto es ese: ¿el que vende produce? Si no produce hay una ganancia en el medio que puede eliminarse. Es legítimo que lo haya porque los almacenes siempre se hicieron para eso y el supermercado está bien, cumple una función. ¿Pero por qué no reivindicar el derecho del productor a vender su producto”. Las ferias truchas de Larreta

“Exigirle condiciones al hipermercado es una posibilidad, pero la mejor posibilidad es construirle una competencia. La ley de góndolas va en la misma condición equivocada que señalo, si en realidad el que vende va a ser el hipermercado, por más que tenga más productos a la vista, las condiciones financieras para comprar, el costo de la reposición, una cantidad de costos ocultos que el hipermercado se da el lujo de hacer realmente, no van a cambiar la situación. Yo creo que la ley de góndolas fue, no por casualidad, promovida por mayoristas de segundo nivel que quieren estar presentes en el supermercado; es una disputa entre los mayoristas y los supermercados, no entre productores”
Lo posible: la experiencia en Tapalqué

“Hay ámbitos del Ministerio de Desarrollo Social que lo está pensando y un ámbito específico como el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) que ha decidido hacer un eje de su política en la creación de mesas de asociatividad y economía social en los municipios. Lo están difundiendo en su presentación de su institución y ya se está convocando a mesas de asociatividad y economía social. Nosotros vamos a colaborar con el INAES y me parece que es una jugada muy interesante, porque la alternativa es más revolucionaria que declamar la revolución. Nosotros hemos trabajado con un municipio de 12 mil habitantes de la ciudad de Tapalqué; Tapalqué nos convocó, no tiene ninguna industria, tiene el 25 % de la población bajo un esquema de asistencia social donde distribuyen alimentos. Nos convocó a estudiar cómo se podía hacer eso mejor, y los ayudamos en un año a revitalizar una industria láctea que estaba parada que era propiedad del municipio y conseguimos que se la concesionara a una cooperativa que ya empezó a producir quesos y empezó a traer leche fluida de otra cooperativa que vende barato allí. Abrió un local, se convirtió en referente de precios, bajó los precios promedio del alimento al punto tal que todo el chiquitaje de comercio de Tapalqué vino a la cooperativa a decir: ‘para que nosotros podamos seguir existiendo deberían ser mayoristas nuestros y nosotros nos comprometemos a vender al mismo precio final que ustedes están vendiendo’. Entonces el regulador de precios no es el Estado sino que la propia cooperativa con conciencia social que fija márgenes suficientemente bajos pero deja vivir a los demás. Le vende al precio mayorista a los demás y los demás actúan de distribuidoras. Pasan de ser negociantes a ser un servicio. Además de eso, Tapalqué desarrollo una tarjeta pre cargada que venimos trabajando ya hace varios meses y que en este momento comenzó a trabajarse para que la gente tenga la dignidad de no recibir un bolsón, sino de tener la tarjeta y elegir dónde compra. Pero, ¿dónde compra?, en comercios que adhirieron con el compromiso de que van a ir agregando a su oferta la producción local que aparezca. Es la comunidad organizada, el intendente lo pensó en términos de comunidad organizada y lo ejecutó. Seguro que en poco tiempo ese modelo va a terminar siendo una red dentro de la provincia de Buenos Aires de unos siete u ochos municipios que van a sumarse y eso se extiende”.