Los jóvenes siguen votando diferente (en España y también en el Reino Unido)

Las elecciones en el Reino Unido han dado mucho que hablar esta semana. Entre otras cosas, han vuelto a demostrar que el voto de los británicos está dividido por la edad: los laboristas ganaron entre los jóvenes y los conservadores arrasaron entre los jubilados.



También en España


La brecha generacional del voto

El siguiente gráfico muestra el porcentaje de gente dentro de cada grupo de edad que iba a votar por cada partido. El patrón es evidente: los partidos nuevos —Podemos, Ciudadanos o Vox— siguen teniendo más éxito entre jóvenes; mientras que los tradicionales —PP y PSOE— dominan entre los más mayores. Son datos de las 28.000 entrevistas preelectorales que me cedió la empresa GAD3.






Los mayores votan bipartidista. Un 30% de los encuestados mayores de 76 años pensaba votar por el PSOE y otro 30% por el PP. Ningún partido nuevo llega al 5% en ese grupo.
Entre los jóvenes ganan los nuevos. El PSOE seguramente fue el más votado entre los menores de 28 años, pero por poco: un 19% iba a votar a Vox y otro 18% por Unidas Podemos. Esos dos partidos tenían más voto joven que el PP.

Este otro gráfico suma los votos por bloques. Los partidos nuevos aparecen por delante de los tradicionales en todos los grupos de edad hasta los 43 años. Pero a partir de ahí PP y PSOE barren: entre los mayores de 76 años tienen hasta siete veces más votos (60% contra 8%).








No, esta brecha no ha existido siempre. Es fácil pensar que jóvenes y mayores han votado siempre enfrentados, pero no es así. En las elecciones generales de 2011 votaron bastante parecido. La fractura está ocurriendo ahora en varios países. Lo explicaba Pablo Simón hablando del Reino Unido en Twitter: “No es un patrón aislado. La edad cada vez es más relevante como factor predictor del voto, al menos desde la crisis”. Esto puede ocurrir por varios motivos. Es lógico, por ejemplo, que a un partido nuevo le cueste más convencer a votantes mayores, que pueden llevar décadas siendo fieles a otra formación. Pero encuentro otro motivo más incómodo: creo que puede existir un conflicto real entre generaciones, esencialmente económico, que se potenció con la crisis.

El voto en el Reino Unido

El electorado británico está en plena transformación. Para verlo, he hecho este gráfico con los votos desde 1953. Es útil para juzgar los resultados de cada partido y ver cómo ha cambiado el país tras el Brexit.








¿Qué pasa con los laboristas? No es su peor resultado, pero es excepcionalmente malo por un motivo: coincide con un éxito de los conservadores. Eso no pasó entre 2008 y 2015.
Sigue el momento Brexit. Desde 2013 la suma de laboristas, verdes y liberales —los tres en contra de abandonar la UE— no alcanza el 50% de votos, algo que no había pasado nunca antes.

Adiós al voto de clase. Tradicionalmente el Partido Laborista ganaba en los distritos de clase obrera, pero ese vínculo se debilitó en 2010 y ha desaparecido tras el Brexit. Lo muestra este gráfico. Los conservadores no han parado de crecer entre los trabajadores con menos cualificación, y el resultado del jueves reforzó esa narrativa: las áreas obreristas fueron las que más giraron desde los laboristas hacia los conservadores, como explica John Burn-Murdoch.

El Brexit sigue importando. Desde 2005, los conservadores han perdido alrededor del 10% de sus votos en distritos que votaron por permanecer en la UE, pero han subido un 20% allí donde el Brexit ganó con claridad.

Y se ha abierto la brecha de edad de la que hablaba al principio. Entre los menores de 35 años el partido laborista tiene el triple de votos que los conservadores. En cambio, entre los mayores de 75 años los conservadores ganan siete a uno.





Las encuestas estuvieron bastante bien. Esta es la comparación de nuestro promedio y el resultado final para conservadores (43,4% vs. 43,6%), laboristas (33,2% vs. 32,2%), liberal demócratas (12,6% vs. 11,6%) y verdes (3,8% vs. 3,9%).