La doctrina Estrada,entre la ideología y la realpolitik



La neutralidad mexicana que lleva el nombre de un célebre secretario de Relaciones Exteriores (Genaro Estrada) es irrenunciable, y responde a la posición geopolítica de México como integrante de norteamérica (Estados Unidos y Canadá), pese a su íntima relación con Centroamérica y América del Sur.


La Doctrina Estrada (nombrada por su autor como Doctrina mexicana) es el nombre del ideal central de la Política Exterior de México desde 1930. Su nombre se deriva de Genaro Estrada, Secretario de Relaciones Exteriores durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio, que la redactó y publicó mediante un comunicado de dicha secretaría el 27 de septiembre de 1930. Esta doctrina se manifiesta en contra de que los países decidan si un gobierno extranjero es legítimo o ilegítimo, especialmente si este proviene de movimientos revolucionarios. La doctrina Estrada contradecía la costumbre de su época, que cada país debía reconocer al gobierno de otro país para que este fuera considerado válido o legítimo.​ Igualmente se mostraba en contra de la doctrina Tobar y del intervencionismo.

Aunque nació en la década de los 30, tuvo su esplendor durante la Guerra Fría, cuando Estados Unidos impuso un bloqueo económico a Cuba y otros países socialistas exigiendo que sus aliados se manifestaran en los mismos términos. México no lo hizo y en cambio insistió en ofrecer ayuda humanitaria a quienes lo solicitaran. Una postura similar tomó cuando brotaban las dictaduras en Sudamérica.

Esta doctrina trata únicamente sobre el reconocimiento de un gobierno hacia los gobiernos extranjeros, pero no es aplicable al reconocimiento de un gobierno hacia una nación extranjera, es decir, no declara que un país no deba manifestarse a favor o en contra de la creación de una nueva nación.


La doctrina Estrada se fundamenta en aspectos de la política internacional, especialmente el principio de no intervención y derecho de autodeterminación de los pueblos. La Doctrina Estrada favorece una visión cerrada de soberanía nacional. Afirma que gobiernos extranjeros no deberían juzgar (para bien o para mal), gobiernos o cambios en gobiernos de otras naciones ya que implicaría una violación a su soberanía.9

En su propuesta formal, la doctrina Estrada indicaba lo siguiente:

El gobierno de México no otorga reconocimiento porque considera que esta práctica es denigrante, ya que a más de herir la soberanía de las otras naciones, coloca a éstas en el caso de que sus asuntos interiores pueden ser calificados en cualquier sentido por otros gobiernos, quienes, de hecho, asumen una actitud de crítica al decidir favorable o desfavorablemente sobre la capacidad legal de regímenes extranjeros. El gobierno mexicano sólo se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente, a sus agentes diplomáticos, sin calificar precipitadamente, ni a posteriori, el derecho de las naciones para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades. Ley Estrada. 27 de septiembre de 1930


Posicionarse o liderar un bloque hoy contradeciría tal doctrina, una renuncia que el propio AMLO reprochó a su antecesor cuando Enrique Peña Nieto invitó al entonces candidato Donald Trump a Los Pinos y, más tarde, México se unió al Grupo de Lima para firmar una condena internacional contra el régimen chavista de Venezuela.

"El Grupo de Puebla yo mismo lo impulsé mucho antes de mi candidatura presidencial, junto con Ominami desde Chile. Nosotros vemos con mucha atención lo que pasa en el continente, pero los vínculos internacionales no pueden estar gobernados por la ideología, porque cada pueblo determina sus gobiernos", señaló Alberto, en una impactante marcha a atrás después de meses de instalar la idea de un incipiente bloque regional.



Fernández aseguró, en cambio, que AMLO le había ofrecido toda su ayuda para que Argentina supere la crisis económica. Reconoció incluso que el mexicano está "al día" sobre lo que ocurre en las entrañas de su país. Una afirmación interesante, que aún no fue confirmada públicamente por López Obrador. La prensa mexicana consultó entonces cómo podría colaborar con la difícil negociación que deberá enfrentar con el FMI.

"México tiene representación en el directorio del Fondo. La opinión de México es muy importante. El apoyo que puedan darnos es mucho", fue la escueta respuesta del argentino, quien más adelante insistió en que los inversionistas mexicanos en Argentina entienden la importancia de tal ofrecimiento de ayuda.

Finalmente, Fernández contó que había preguntado a López Obrador por su programa "Jóvenes Construyendo Futuro", un plan de capacitación para los menores de 30 años, que no estudian ni trabajan. "Queremos estudiar si podemos llevarlo a Argentina", admitió. Una beca que ofrecería al mercado laboral una generación que de otro modo difícilmente accedería a un trabajo remunerado.