Evo va en busca de su cuarto mandato

Domingo electoral. Oposición habla de candidatura ilegítima"

Seguidores de Evo Morales en un acto partidario



En un clima de polémicas y tensiones, Bolivia se dispone a votar este domingo en una elección general en la que el socialista Evo Morales, en el poder desde 2006 como primer presidente indígena, aspira a un cuarto mandato de cinco años. Intenta ponerle piedras en ese camino una oposición de centro y de derecha que lo acusa sin medias tintas de "ambiciones dictatoriales".
Esta cita electoral, entre otras cosas, es la primera de una semana movida que culminará el domingo 27 de octubre con elecciones presidenciales en Argentina y Uruguay y administrativas en Colombia. Ante los ataques de sus oponentes -el expresidente Carlos Mesa, centrista, y el candidato de derecha, Oscar Ortíz- Morales respondió acusándolos de ser funcionales a los proyectos neocoloniales de Estados Unidos en América Latina. Incluso, en una entrevista, reveló que miembros de los comités cívicos de las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, La Paz y Cochabamba, cercanos a la oposición, habrían mantenido encuentros con militares inactivos para planificar un golpe de Estado y desconocer su eventual victoria en los comicios.

Analistas políticos admiten que el jefe de Estado, representante del socialismo latinoamericano del siglo XXI, no puede ser atacado en términos de política económica. Bolivia es el país de la región con más crecimiento (4,22% en 2018), menor desocupación (5%), con una inflación inferior al 5% y una fuerte reducción de la pobreza de un tercio de la población. La principal crítica contra Morales es que, a pesar del rechazo en un referéndum de 2016 de una reforma constitucional, el mandatario maniobró para que el Supremo Tribunal Electoral le permitiese una cuarta candidatura, evocando sus "legítimos derechos humanos". Por eso la oposición, en los últimos días, organizó tres "Cabildos" (asambleas populares) en Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba y La Paz, en los que la candidatura y la eventual victoria de Morales, fueron consideradas "ilegítimas" con el voto de los presentes. La estrategia recuerda a la ya utilizada contra el presidente Nicolás Maduro en Venezuela. Allí, los opositores, liderados por Juan Guaidó, consideraron ilegítimo el triunfo del sucesor de Hugo Chávez en las elecciones del 20 de mayo de 2018, por irregularidades. En los sondeos, Morales, quien declaró a la cadena alemana Deutsche Welle (DW) que esté será su último desafío electoral, aparece en ventaja frente a su principal adversario, Carlos Mesa, pero sin una perspectiva segura de triunfo en el primer turno. En Bolivia, un candidato se adjudica la presidencia si obtiene el 50% más uno de los votos, o el 40%, pero con 10 puntos de ventaja sobre el oponente más cercano. En las anteriores elecciones, Morales obtuvo el 54% (2005), el 64% (2009) y el 61% (2014).
Esta vez parece excluida la superación del umbral de la mitad de los votos, mientras que los sondeos lo proponen cerca de la ventaja del 10%.

El equipo de Morales sostiene que las encuestas bolivianas no ofrecen un marco certero de la voluntad popular porque la muestra de encuestados es en su mayoría urbana. Morales, en cambio, tiene su fortaleza en las zonas rurales, de donde él proviene. En caso de un balotaje, sin embargo, las perspectivas de reelección serían para él indudablemente más complicadas.