Arrancó la campaña con la cancha inclinada y la oposición pide el VAR

Escenario

por Noelia Barral Grigera


A un mes y dos días de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), la cancha en la que se discute la campaña parece más que inclinada. Esa figura, utilizada por la ciencia política para describir y explicar las ventajas de los oficialismos en la carrera electoral, apunta a poner de relieve los desequilibrios competitivos que suelen favorecer a los gobiernos de turno. En la Argentina de 2019, la lista de ejemplos es abultada e incluye decretos que cambiaron o quisieron cambiar las reglas de votación para presos y extranjeros; modificaciones cuestionadas judicialmente en el escrutinio provisorio; y la reducción del tiempo asignado a las tandas electorales. Reducción con la que, llamativamente, acordó la oposición cuando votó la reforma electoral en el Congreso, hace semanas.

Ese achicamiento al 50% de los tiempos que cada medio audiovisual debe destinar a los spots electorales perjudica a quienes no están en el poder y necesitan que el Estado nivele la cancha para que puedan conseguir acceso a los medios en condiciones más equitativas. El año pasado, el Senado aprobó el cambio con 48 votos de Cambiemos y casi todo Argentina Federal, en aquel entonces al mando de Miguel Pichetto. Mientras que este año Diputados hizo lo propio con 148 votos a favor y 69 en contra. El peronismo no kirchnerista que hoy está en el Frente de Todos fue el apoyo clave que ayudó al Gobierno a convertir las modificaciones en ley.

En cuanto a organización y campaña, el oficialismo arrancó la carrera con otra ventaja: la que le dio saber quiénes serían sus candidatos desde hace meses. Y como -en gran parte gracias a la estabilidad cambiaria- Mauricio Macri viene creciendo en las encuestas y achicando la distancia con el Frente de Todos, el Gobierno apuesta con la campaña electoral a que esa tendencia no se revierta.

No parece dudar para ello en jugar al límite de las reglas. El raid de inauguraciones en que se embarcará Macri durante el próximo mes estará centrado en la provincia de Buenos Aires y, puntualmente, en el Conurbano. La ley dice que sólo en los próximos diez días el Presidente puede encabezar inauguraciones de obras públicas, pues el corte legal está fijado en 25 días antes de las primarias del 11 de agosto. Sin embargo, Marcos Peña cree haber encontrado una forma de sortear esa restricción: el Gobierno inundará las redes con las inauguraciones, sin que aparezca Macri. Contará para ello con la colaboración de los cerca de cien mil Defensores del Cambio que Peña reclutó vía app. Entre ellos, funcionarios y diputados que este fin de semana ya debutaron tuiteando textos en mayúsculas y videos en los que combinaron las palabras de Alberto Fernández en su spot con imágenes de la corrupción kirchnerista. Casi como trolls.


El spot de Vidal, en el entretiempo del partido de la Selección, no debió haber salido al aire hasta el 12 de julio


La primera etapa de esa estrategia se enfocó en Axel Kicillof. Las últimas mediciones muestran que el ex ministro de Economía volvió a subir en las encuestas y que la provincia está más polarizada que nunca. Ese dato explica la virulencia de la campaña de Vidal en entrevistas periodísticas y en redes. A eso hay que agregar un episodio sorprendente: la violación de Cambiemos a la veda electoral bonaerense en la Televisión Pública (TVP) durante la final de la Copa América. Un partido que midió 20 puntos de rating de promedio (más de dos millones de personas) y en cuyo entretiempo se vio un spot de la gobernadora que no debió haber salido al aire hasta el 12 de julio, según el límite que impone la ley provincial. Nadie en el Gobierno se hizo cargo del hecho. El equipo de campaña de Vidal, la Dirección Nacional Electoral (DINE) y la TVP se pasaron la pelota entre ellos.

Recién a las 5 de la tarde, a 24 horas de la emisión del spot, la DINE, que depende del Ministerio del Interior de Rogelio Frigerio, publicó un comunicado en el que aclaró que esa oficina avisó a los partidos políticos y a los canales que tenían prohibido emitir spots bonaerenses. Frigerio dejó así la pelota en la cancha de Vidal y de Hernán Lombardi, que al cierre de esta edición no habían respondido qué fue lo que ocurrió y por qué la televisión pública emitió en una fecha prohibida pero en un horario absolutamente central el spot de una de la candidata oficialista que disputará la elección más reñida del país.

En la vereda de enfrente el panorama no es tan organizado y sienten que corren de atrás. En el Frente de Todos destacan la "buena voluntad" reinante entre todos los sectores que confluyeron en la unidad peronista, pero reconocen que la contracara de esa unión es la dificultad para coordinar a los equipos de prensa y de redes de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Kicillof, Matías Lammens y Sergio Massa. Al frente de esa compleja tarea quedó Santiago Cafiero, mano derecha de Alberto, que concentra la información que le comparten cada uno de los candidatos (desde encuestas hasta trackeo de redes) y procura enfocar la comunicación como parte de una estrategia pensada para que cada candidato mantenga su impronta. Un objetivo más que complejo.

A eso se le suma la soledad que sienten algunos de los candidatos bonaerenses y porteños, que se quejan en privado de que no todos dentro del espacio critican públicamente a Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta. "Es injusto que solamente les peguemos nosotros y todos los demás se enfoquen en la fácil, que es Macri", lamentaban dos de ellos días atrás.

Después de la publicación de los spots de los candidatos, el próximo desafío para el Frente de Todos es concretar el cruce público entre Cristina y Massa. Están buscando el momento. Tal vez alguna situación de la agenda informativa que amerite la foto conjunta u otro evento que les dé la excusa.