Inflación en alza e indicadores sociales en su peor momento

La inestabilidad macro aún muestra el camino del deterioro.





Mañana el Indec publicará la mala noticia más anunciada: la inflación de marzo fue en torno 4%, por una nueva suba de los alimentos y bebidas, por incrementos en electricidad, transporte público, educación y telefonía celular, por el nuevo round de aumentos de las naftas y por la presión extra que generaron la indumentaria y los medicamentos.

El director de FIEL, Juan Luis Bour, señaló que la inflación de marzo fue de 4,1%. Ecolatina midió 3,8% en marzo; C&T y la Fundación Germán Abdala 3,9%; LCG, Eco Go y el IET 4% y Economía & Regiones 4,3%. Todas las mencionadas prevén entre 3,5% y 4% en abril.

La inestabilidad nominal complica a la economía desde todos los costados y de hecho los indicadores con impacto social cayeron a su peor nivel en los últimos 10 años. El dato fue brindado por lo que la consultora Economía & Regiones, fundada por el actual ministro del Interior, Rogelio Frigerio, llama Índice de Frustración Giacomini-Milei. Ese indicador busca expresar en forma objetiva la evolución de las variables clave del bienestar social.


Para la consultora fundada por Frigerio, el Índice de Frustración está en un nivel récord

En la parte de arriba de la división, el numerador, pone a la inflación, el desempleo y la desigualdad, expresada en el Índice Gini. En la parte de abajo, el denominador, pone al poder adquisitivo y al PBI per cápita. De esa forma, cuando la inflación, el desempleo o la desigualdad empeoran, el pintorescamente denominado Índice de Frustración crece. Y lo mismo sucede cuando el poder adquisitivo o el PBI per cápita en dólares caen (afecta también una devaluación).

El semestre del 2018 rompió el velocímetro del Índice. Y es que todas las variables empeoraron, y en forma muy pronunciada, por la inestabilidad macro. Y la expectativa hacia adelante tampoco es demasiado halagüeña.

En rigor, durante la segunda mitad del año pasado se disparó el precio del dólar, lo que generó un salto récord en la inflación, que llegó a sus niveles más alto desde la salida de la híper en 1991. Los números de marzo, que se publican mañana, y los de abril, empeoran la dinámica: con marzo ya jugado y en 4%, en abril seguirán en ese nivel por los tarifazos del gas, otro nuevo round de naftas y el subte, más lo que agregue la el pass through de la devaluación de marzo, que superó el 10%.

Para colmo, en el cierre del año pasado, las subas de precios pegaron en el salario real. Eso tuvo a su vez un efecto negativo en el PBI, que cayó con fuerza, e impactó en el desempleo. La peor de las ecuaciones.

Con todo, el Índice llegó por mucho a su peor momento de los últimos 10 años, es decir desde el principio de la serie, en 2008. Marcó 10,5%. El segundo peor pico fue en 2016, al principio de la gestión Cambiemos, con 5,1%, tras la devaluación y tarifazo de la salida del cepo. El tercer puesto se lo lleva el 2014, con 3,8%.

Hacia adelante la expectativa de Economía & Regiones es mala y en algunos puntos coincide con las preocupaciones de cierto consenso de analistas: "El dólar irá a la banda superior. La inflación irá por detrás, acelerará y es probable que la del 2019 sea superior a la de 2018. El PBI en dólares caerá más y el poder adquisitivo seguirá derrapando. El desempleo y el Gini subirán. Nuevamente todas las variables operarían juntas".