Acorralado, Pedro Sánchez adelantó las elecciones en España

Tras el fracaso de los presupuestos y cuestionado por negociar con los catalanes, el socialista se arriesga a una elección compleja.



A poco menos de nueve meses de llegar al poder y acorralado por la oposición, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, confirmó este viernes que adelanta las elecciones legislativas nacionales, donde asoma un panorama complicado para el socialismo.

En una conferencia de prensa en el Palacio de la Moncloa, Sánchez confirmó que anticipa las elecciones para el 28 de abril próximo, una posibilidad que había hecho trascender a comienzos de la semana en el último intento para destrabar la aprobación del presupuesto, algo que finalmente no sucedió

El socialista dijo que sede del Ejecutivo, explicó que "entre no hacer nada y gobernar con unos presupuestos que no son los nuestros" -en alusión a los prorrogados de 2018- y "dar la palabra a los españoles", elige la segunda opción, ya que lo que decidan los ciudadanos "siempre será un gran acierto".

Sánchez, cuyo Partido Socialista (PSOE) tiene una débil posición en el Congreso, reprochó la actitud de la oposición de derecha contra lo que consideró numerosas medidas sociales en el Parlamento. También criticó la excesiva polarización que ha generado la tensión independentista en Cataluña.

Los partidos secesionistas catalanes bloquearon los presupuestos de Sánchez debido a que éste rechazó la "autodeterminación" que le exigían. El socialista reiteró hoy su disposición al diálogo con los catalanes "dentro de la Constitución y de la ley".

El llamado a elecciones anticipadas es una consecuencia de la frágil mayoría que consiguió Sánchez en junio del año pasado, cuando en una arriesgada jugada logró ganar una moción de censura contra el anterior jefe del Gobierno, el conservador Mariano Rajoy. Para eso sumó los votos de los izquierdistas de Podemos, los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes.

A partir de allí, Sánchez tuvo un exiguo apoyo parlamentario: las 84 bancas del socialismo y las 67 de Podemos, sobre un total de 350 escaños. En tanto, el Partido Popular tiene 134 diputados y Ciudadanos 32. El resto pertenecen a independentistas vascos y catalanes y partidos regionales. Al perder el apoyo de los catalanes, el socialista quedó sin margen para gobernar.

Sánchez también perdió una batalla interna en el socialismo. El presidente pretendía unificar las elecciones nacionales con las autonómicas y municipales del 26 de mayo, pero el poder territorial del PSOE lo resistió. "Es mejor no mezclar" los comicios, se limitó a afirmar el socialista.

Los primeros análisis dan un panorama oscuro para el socialismo. Sánchez lidera las encuestas pero está lejos de un número que lo acerque a poder conformar gobierno. Se descuenta que podría acordar con Podemos, pero la formación de Pablo Iglesias está en retroceso y enfrenta una seria crisis internas. En el mejor escenario que se avizora, el socialista necesitaría nuevamente de los nacionalistas e independentistas para gobernar, aunque las exigencias serán mayores.

En la vereda opuesta asoma el eje conservador del Partido Popular (que también está en retroceso en las encuestas) y Ciudadanos junto a los ultraderechistas de Vox, que sería una réplica del acuerdo para gobernar Andalucía. El surgimiento de Vox seguramente será uno de los puntos clave de las elecciones de abril.

La tercera opción es un acuerdo entre PSOE y Ciudadanos como el que firmaron en 2016, aunque ahora el líder de la formación conservadora, Albert Rivera, asegura que no cerrará ningún acuerdo con Sánchez. "Me sorprende que me pongan a mí un cordón sanitario y no se lo pongan a la ultraderecha", lo chicaneó el socialista.

Las elecciones nacionales de abril serán las terceras en menos de cuatro años, tras las de diciembre de 2015 y las de junio de 2016, debido a que la aparición de nuevos partidos como Ciudadanos y Podemos ha generado una mayor fragmentación parlamentaria, que hace muy complicada la conformación de mayorías estables de gobierno.