El teórico de la conspiración detrás de la narrativa de Bolsonaro

Olavo de Carvalho


Desde una casa en el bosque, en el estado de Virginia, Olavo de Carvalho pasó de los márgenes a «parir» un presidente. Cruzado obsesivo contra el «globalismo» y el «marxismo cultural», promueve una revolución conservadora de amplias dimensiones para "salvar a Occidente"

Por Pablo Stefanoni




(Casi) toda «derecha alternativa» –o Alt-Right– tiene su teórico surgido desde los márgenes, adepto a las teorías conspirativas y en una cruzada permanente contras las «elites» globales. El nuevo presidente brasileño Jair Messias Bolsonaro no es la excepción a esta ley de hierro. Su referente filosófico es Olavo de Carvalho (1947), un brasileño hasta ahora considerado un aficionado a la filosofía con tintes folk, autodidacta y enemigo de las universidades, sobre todo de la de San Pablo –la USP–, y de los grandes medios.

«La Folha de S. Paulo, que es de alguna manera el house organ de la USP, condensa maravillosamente, por esta misma razón, el conjunto de palabras de moda, leyendas y mitos de la izquierda chic, que para las clases altas y medias de la capital paulista constituyen el fundamento inquebrantable de su visión del mundo», escribió en un artículo de 2013. Y frente a esta visión del mundo, Olavo de Carvalho se propuso, en solitario, lanzar la suya propia, aprovechando magistralmente los medios digitales.

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«Brasil es un país de mayoría conservadora y cristiana, eso ya fue comprobado por diversas investigaciones (…) pero ¿cómo es posible que un país de mayoría conservadora no tenga un partido conservador, una TV conservadora, una universidad conservadora, un diario conservador?». Por eso, la democracia brasileña es «un sistema 100% falso» –al menos hasta el 1º de enero pasado–. Democracia es la de Estados Unidos, que tiene un partido conservador y un partido progresista. En Brasil, decide la minoría progresista con una total exclusión de la mayoría, es una «farsa grotesca». Ahora, con Bolsonaro, se inaugura la verdadera democracia.

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Carvalho se dedicó durante años a la astrología y creó la Escola Júpiter. Fue parte de una secta –o comunidad– sufí, una variante esotérica del islam vinculada al suizo Frithjof Schuon (bautizado luego Sheikh Issa Nureddin Ahmad al-Shadhili al-Darqawi al-Alawi al-Maryami), a su vez inspirado en la obra del pensador orientalista francés René Guénon. No mandó a sus hijos a la escuela.

Pero tras buscar su camino entre astros, alquimia y esoterismo, pareció encontrarlo en tierras lejanas. En 2005, tras la victoria del Partido de los Trabajadores (PT), se mudó a una casa en Richmond, en el estado de Virginia, cerca de bosques que le dan tonalidades cinematográficas. Decidió, además, volver al catolicismo. «La entidad llamada Inquisición es un invento de los protestantes», escribió.

Al explicar la elección de su destino, explicó que se sintió atraído por los rednecks –los blancos sureños, a menudo con bajos ingresos, afectos a las armas–. El propio Carvalho tiene una colección de rifles de caza, pistolas y revólveres de diferentes modelos y calibres. Y desde esa casa ofrece cursos virtuales de filosofía que siguen miles de alumnos.

«Yo quería que la derecha existiera, lo que no quiere decir que yo pertenezca a ella. Yo fui el partero». Interrogado sobre las causas de la transformación de la vieja derecha brasileña, responde: «C’est moi». Según Carvalho, fueron sus libros los que animaron a otros conservadores a salir del armario, pero aún falta, según él, representación institucional de la derecha: diarios, universidades y partidos que defiendan el liberalismo económico y los valores conservadores tradicionales.

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En 1996 publicó O imbecil coletivo. Atualidades inculturais brasileiras [El imbécil colectivo. Novedades inculturales brasileñas]. En el prólogo escribe: «Recojo aquí algunas notas que tomé al margen de las noticias culturales brasileñas entre 1992 y 1996. Todas ellas se refieren a un tema único: la alienación de nuestra elite intelectual, abrumada por las modas y las pasiones que le impiden ver las cosas más evidentes. Se trata de observaciones dispersas, que no pretenden hacer un diagnóstico global, sino que apuntan con fuerza hacia una sospecha: la sospecha de que algo en el cerebro nacional no va bien».

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«Los marxista pensaban que destruyendo la propiedad privada se iba a destruir la familia. Pero destruir la propiedad privada no resultó fácil (…) entonces, ¿qué hicieron estos hijos de puta? Invirtieron 180 grados la teoría marxista de la estructura y la superestructura. En lugar de destruir la propiedad privada para destruir la familia, promovieron la destrucción de la familia para, en algún momento, destruir la propiedad privada (…) oportunismo rastrero, ‘vagabundo’, sinvergüenza». Todos los exponentes de la derecha alternativa están fascinados con el comunista italiano Antonio Gramsci y con sus análisis sobre la hegemonía y la cultura, y se propusieron, desde la marginalidad –hasta ahora– imitar al autor de Cuadernos de la cárcel.

Entre los objetivos de Carvalho está el combate al movimiento gay, hoy un vector del «globalismo», término propio de esta derecha, junto con una lucha más amplia contra la «ideología de género». Para él, luchar contra la homosexualidad en sí, o decir que es antinatural, no tiene ningún sentido e incluso eso alienta acusaciones de homofobia contra quienes sostienen esas posiciones. De lo que se trata, y eso sí es posible, es de «derrotar al movimiento gay» y sus intentos de ampliar su campo de batalla desde lo puramente sexual hasta la construcción de identidades sociales. En síntesis, el mentor ideológico de Bolsonaro se propone combatir y reemplazar la «atmósfera mental» creada por el marxismo culturalizado.

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Dicen que unos 12.000 alumnos pasaron por sus cursos virtuales –pagos– de filosofía. Además, hay decenas de videos donde Carvalho responde preguntas de sus seguidores sobre diversos problemas del pensamiento. El brasileño, a sus más de 70 años, es un exitoso youtuber que desde su casa de la América profunda logró influir sobre el sentido común y, más aún, sobre el flamante presidente brasileño. «Con frases muy cortas y directas, conceptos básicos del tipo de los que se viralizan hoy en las redes y muchas, muchas fake news. Es una especie de youtuber de la filosofía instantánea», lo describió el analista de medios Filipe Vilicic.

Su libro O mínimo que você precisa saber para não ser um idiota [Lo mínimo que usted necesita saber para no ser un idiota] –compilado por el periodista y bloguero Felipe Moura Brasil, con un millón de seguidores en Twitter– es una colección de artículos de prensa que, según el editor, vendió 320.000 ejemplares. Bolsonaro tenía el libro sobre su escritorio, junto con la Biblia y la Constitución, cuando dio su primer discurso luego de ganar con 55% de los votos. En uno de sus artículos señala: «La idea del libre comercio, por ejemplo, tan querida por el conservadurismo tradicional (e incluso por mí mismo), se ha utilizado como instrumento para destruir la soberanía nacional y construir sobre sus ruinas un Leviatán universal omnipotente».

Como «partero» de la derecha bolsonarista, Carvalho colocó dos ministros en el gabinete: el colombiano Ricardo Vélez en Educación, para sacar la «basura marxista» de las escuelas, y Ernesto Araújo en Relaciones Exteriores. El diplomático tiene un blog cuya consigna es «contra el globalismo» y propone una alianza cristiana con Rusia y Estados Unidos contra la «conspiración mundial marxista », que incluye a China, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El día que se la proponga a Vladímir Putin, hoy cercano a China, posiblemente el líder ruso responda con una sonrisa.

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El pensamiento de Carvalho encontró un terreno favorable, que en parte él mismo ayudó a crear. En abril de 2015, en una protesta contra Dilma Rousseff en la avenida Paulista, una encuesta de Pablo Ortellado y Esther Solano reveló que 64,1% de los presentes estaba de acuerdo con la afirmación «El PT quiere establecer un régimen comunista en Brasil» y 55,9% apoyó la frase «El Foro de San Pablo quiere crear una dictadura bolivariana en Brasil» .

En los años 60, Carvalho pasó por el Partido Comunista y estuvo en contra de la dictadura. Hoy es un anticomunista furioso. Como Bolsonaro, ve comunistas hasta en la sopa. Y dice que la «famosa dictadura» toleraba más a la oposición que los gobiernos del PT.

Carvalho cree que el socialismo tiene tres ejes: el fabiano, el marxista y el nacional-socialista. Y que el fabianismo es una especie de gran cofradía mundial superpoderosa… La escuela fabiana es la más influyente entre las elites occidentales hasta hoy. Casi todos son fabianos, desde Barack Obama hasta los militares de la dictadura brasileña. Encima, sus contornos son más difusos, son más pacientes que los comunistas o los nazis, pero buscan lo mismo: debilitar el capitalismo. La idea de que el fascismo y el nazismo son de izquierda fue una de las fake news difundida por WhatsApp por millones de personas durante la campaña de Bolsonaro para refutar que el ex-capitán fuera fascista. Esto explica, para el filósofo, el acercamiento del Partido Comunista a Getúlio Vargas.

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Hace un tiempo, Carvalho debatió con el euroasianista ruso Aleksandr Duguin. El brasileño considera el euroasianismo prácticamente una creación de la antigua KGB. «La KGB aceptó la derrota del comunismo pero no la propia y creó una nueva estrategia: el euroasianismo, más hostil hacia Occidente que el propio comunismo». Carvalho cree que, hoy, la resistencia al globalismo está en el nacionalismo estadounidense y en la derecha israelí. De hecho, Benjamin Netanyahu fue la estrella de la asunción de Bolsonaro junto con el húngaro Viktor Orbán. Todos son enemigos de Soros. Y Carvalho agrega que Trump es un genio a la altura de Napoleón.

«La Divina Providencia unió las ideas de Olavo de Carvalho y la determinación y el patriotismo del presidente electo Jair Bolsonaro», escribió el nuevo canciller Araújo, quien cree que el cambio climático es una conspiración del marxismo cultural y que hay una guerra contra la heterosexualidad, las carnes rojas y el petróleo.

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Olavo de Carvalho tiene un documental: O jardim das aflições, del joven cineasta «de derecha» Josias Teófilo, que lo produjo mediante crowdfunding. En su preestreno en Río de Janeiro había espectadores con camisetas con la leyenda: «No al marxismo cultural» o «Políticamente correcto: no gracias». Fue en 2017, cuando casi nadie imaginaba que un año y medio después Carvalho «pariría» un presidente.
Quién es Olavo de Carvalho



El filósofo conspiracionista Olavo de Carvalho, influyente asesor de el presidente electo brasileño Jair Bolsonaro


El gurú intelectual del presidente de Brasil que asume en el Año Nuevo es un astrólogo profesional, columnista de controvertidos artículos en diarios y revistas, filósofo, bloguero, negacionista del cambio climático y del SIDA, y vive en una zona rural del estado de Virginia, en Estados Unidos. Se llama Olavo de Carvalho. Su libro "Lo mínimo que se necesita saber para no ser un idiota" estaba destacado en el escritorio de Jair Bolsonaro cuando dio su discurso de victoria tras ganar las elecciones de octubre. Y es tan influyente que ya logró quenombraran como ministros a dos personas que él recomendó, el de Educación,Ricardo Vélez Rodríguez, y el canciller Ernesto Araújo. Él dice que el único puesto que le gustaría ocupar es el de embajador en Washington. Bolsonaro lo decidirá en los primeros días de su mandato.


Carvalho fue comunista en su juventud y después abjuró para convertirse en un ferviente anticomunista. Fue cuando comenzó a escribir artículos para Jornal do Brasil, O Globo, Jornal da Tarde, Época y Zero Hora. Y dar cursos de Astrología en la Universidad de San Pablo. Al mismo tiempo se dedicó a la Filosofía. De acuerdo a su biografía oficial, su posición "está fundamentada en la defensa de los principios metafísicos de las Antiguas Civilizaciones y el combate a la pérdida del sentido simbólico del universo". Esto lo tradujo en sustentar las posiciones de extrema derecha y ser un admirador del Tea Party, los populistas defensores de las armas y antiinmigrantes que apoyan a Donald Trump.

A Isaac Newton lo acusa de haber ‘diseminado el virus de la ignorancia en la Tierra’ y de Galileo que sólo introdujo el ‘charlatanismo’

Sus ideas ahora son esparcidas por un blog que tiene más de medio millón de seguidores. Allí se explaya sobre sus temas favoritos: el antiglobalismo, el anticomunismo, el negacionismo del cambio climático, la defensa de la dictadura militar, las libertades individuales y el cristianismo. Cree que el inversionista húngaro George Soros, Facebook y China son parte de una conspiración globalista. Y comparó a Bolsonaro con George Washington. También denosta a figuras que ocupan un lugar destacado en la historia de las ciencias. A Isaac Newton lo acusa de haber "diseminado el virus de la ignorancia en la Tierra", dice que Giordano Bruno "no hizo ningún descubrimiento importante" y que "no fue condenado por sus teorías científicas sino por sus prácticas de brujería", y deGalileo que sólo introdujo el "charlatanismo".

Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil que asumirá el 1ro de enero

Carvalho sacó de la oscuridad al diplomático de carrera Ernesto Araújo y lo recomendó al círculo íntimo del presidente electo. Bolsonaro lo nombró de inmediato como su ministro de Relaciones Exteriores. Carvalho conoció las ideas de Araújo a través de su blog personal llamado "Cambio climático, una conspiración marxista" donde se quejaba de la supuesta "criminalización" de las relaciones heterosexuales, el petróleo y la carne roja. "Empecé a leer el blog y dije: ¡Este tipo es un genio! ¡Tiene que ser el canciller!", relató Carvalho al editor de la prestigiosa revista Americas Quarterly. "Entiende que el riesgo del globalismo es real … es cristiano, y hará lo mejor que pueda".


Esta semana, Araújo le devolvió el cumplido en un artículo que publicó en la revista conservadora estadounidense The New Criterion. "La Divina Providencia unió las ideas de Olavo de Carvalho y la determinación y el patriotismo del presidente electo Jair Bolsonaro", escribió quien a partir del martes será el canciller brasileño.

Carvalho comparte la visión de Bolsonaro de que el ‘mayor error’ de la dictadura de 1964-85 fue ‘torturar a los opositores en lugar de asesinarlos’


Luego vino el turno de Ricardo Vélez Rodríguez, un filósofo y profesor emérito de la Escuela de Comando del Estado mayor del Ejército, que Carvalho recomendó como ministro de Educación. Apenas fue electo, Bolsonaro había elegido a otra persona para ese puesto, Mozart Ramos, un moderado de origen colombiano, doctor en química y ex rector de una universidad federal. Pero chocó contra la llamada "bancada evangélica", el bloque de diputados y senadores que representa los intereses de ese sector religioso. Mozart había llegado a Bolsonaro por la vía de Vivianne Senna, presidenta del instituto Ayrton Senna y hermana del corredor de F1 fallecido. Pero no era suficientemente cristiano y conservador para los estándares de estos religiosos ultra-derechistas y populistas.


Carvalho comparte la visión de Bolsonaro de que el "mayor error" de la dictadura de 1964-85 fue "torturar a los opositores en lugar de asesinarlos". En la entrevista con Americas Quarterly se explayó así: "Vemos toda la miseria que crearon esos tipos. Mira, ¿cuántos comunistas había en Brasil en ese entonces? ¿20.000? Matas a 20.000 personas en ese entonces, y habrías salvado a 70.000 brasileños al año".
Ricardo Vélez Rodríguez, flamante ministro de Educación de Brasil recomendado por el gurú de Bolsonaro


Este filósofo-astrólogo difunde estas ideas a través de las redes sociales que maneja con maestría. El analista de medios citado por la revista Veja, Filipe Vilicic, vio decenas de videos posteados por Carvalho y leyó con detalle lo que escribe en su blog. Dice que el lenguaje de Carvalho, cuando habla o escribe, estuvo adelantado a su tiempo. Ya en los libros que escribió en los años noventa usaba una manera de comunicarse del estilo de WhatsApp o Twitter. Con frases muy cortas y directas, conceptos básicos del tipo de los que se viralizan hoy en las redes y muchas, muchas "fake news". "Es una especie de youtuber de la filosofía instantánea", dijo Vilicic.


Mientras espera a que Bolsonaro lo nombre como embajador o lo lleve a Brasilia para que sea su principal asesor, al estilo de lo que es Jaime Durán Barba para el gobierno de Mauricio Macri en Argentina, Carvalho, de 71 años, sigue viviendo en su casa del bosque, cerca de Richmond, la capital de Virginia, junto a su esposa 25 años más joven y su mastín inglés llamado Big Mac.