Virtual empate para Trump: mantiene el Senado pero pierde la Cámara baja

El Partido Republicano perdió en los grandes centros urbanos y los suburbios, pero mantuvo su voto en las zonas rurales. La fuerte participación de las mujeres y las minorías incidió en los resultados, que son un llamado de atención para el presidente de cara a su reelección.



La elección de medio término de ayer fue virtualmente un empate para el presidente estadounidense Donald Trump, ya que si bien perdió el control de la Cámara baja a manos de los demócratas, conservó el Senado y buena parte de las gobernaciones que puso en juego el Partido Republicano.

No obstante, y en la línea expansiva que ya se ha hecho su marca distintiva en las redes sociales, el mandatario consideró a la jornada electoral “un gran éxito”, por lo que agradeció a sus votantes vía twitter. Sin embargo, los comicios han dejado expuesta una fractura social que parece agrandarse con las políticas que lleva adelante el presidente. Y que puede resultar relevante a la hora de las presidenciales del 2020.

Tremendous success tonight. Thank you to all!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de noviembre de 2018

A pesar de que las mesas de votación cerraron a las 18 de ayer, todavía quedan por definirse 14 bancas de la Cámara de Representantes, aunque las proyecciones le asignaban a los demócratas las 23 que necesitaba ganar para tener la mayoría, lo que eventualmente permitiría a la oposición a Trump iniciarle un proceso de impeachment, o bloquear la llamada “agenda legislativa” del presidente. Mientras que con el timón del Senado firme en las manos republicanas, Trump podrá frenar un eventual proceso de destitución, seguir remodelando la Corte Suprema a su gusto (habría al menos dos vacantes más antes de concluir su mandato), y retener otros resortes clave de la administración del país.

Received so many Congratulations from so many on our Big Victory last night, including from foreign nations (friends) that were waiting me out, and hoping, on Trade Deals. Now we can all get back to work and get things done!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de noviembre de 2018

Lo que parece claro a la hora de una primer evaluación de los resultados, es que Estados Unidos está dividido en dos frente a la figura del actual ocupante de la Casa Blanca. Mientras que en las grandes ciudades y los suburbios se impusieron los demócratas, en los estados y las zonas más fuertemente rurales el voto republicano permaneció inconmovible.

Debido al sistema de elección presidencial, Trump llegó al comando de la única superpotencia mundial a pesar de tener tres millones menos de votos que su oponente, Hillary Clinton. En los comicios de ayer, en los que la elección de representantes es directa, esa diferencia permaneció y se hizo sentir en número de bancas ganadas por los demócratas, en detrimento de los republicanos.

Por ejemplo, según señala El País de España, el mapa de los resultados refleja un rechazo a los republicanos en las ciudades del medio oeste, en estados que el actual oficialismo da como ganados en las presidenciales.

En otra llamada de atención para Trump, el Partido Republicano perdió las gobernaciones de Kansas, Illinois, Wisconsin y Michigan. Los tres últimos estados fueron clave en la victoria de Donald Trump en 2016, según marca también el mismo medio español.

Y hay que destacar la irrupción masiva de las mujeres en la arena política estadounidense, y su reflejo en la elección de ayer, en la que fueron determinantes para los resultados sobre todo en la Cámara baja. De acuerdo con el sitio web Político, “la movilización masiva de mujeres en torno al movimiento #MeToo y a la Women’s March se ha traducido en un activismo político sin precedentes que ha sido clave para cambiar el signo de la Cámara de Representantes”.

Agrega ese portal datos del Center for American Women and Politics de Center for American Women and Politics, que indica que más de 420 mujeres se presentaron inicialmente como candidatas demócratas para ser legisladoras, senadoras o gobernadoras, un 30% de las cuales eran mujeres de color.

También otras minorías, como los musulmanes y la comunidad LGBT tuvieron incidencia, con la elección de un gobernador gay y varias bancas ganadas en el congreso por sus representantes.

Ahora, el presidente de Estados Unidos tiene frente a sí una disyuntiva de cara a su eventual reelección en 2020: apostar todo al fuerte crecimiento económico y a la profundización de su discurso nacionalista, antiinmigrante, xenófobo y machista, o moderar algunos aspectos de su estilo de gobierno para restar votos independientes al Partido Demócrata y tratar de asegurarse así una sólida plataforma para un nuevo período. El juego, recién empieza.