Trump plebiscita su gestión con excelentes datos de la economía

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Plebiscito sobre Trump: empleo y salarios, inmigrantes, cobertura médica y educación Martes 06/11 elecciones de medio término, que pondrán a prueba el modelo de Donald Trump, y sus posibilidades de reelección en 2020. Aquí un intento de ubicar cada pieza del rompecabezas en su lugar.


En 2016, Donald Trump rompió todas las previsiones. En 2018 quiere repetir, trampolín para buscar su reelección en 2010.

Su gente reivindica aquel famoso anuncio televisivo de Ronald Reagan, en los '80: "It’s morning again in America" (“Es de día de nuevo en América”).

Cuando Donald Trump aprobó a finales de 2017 su gran rebaja de impuestos, de US$ 1,5 billón en 10 años, se habló mucho de Reagan.

Ahora, USA vive su 2do. mayor periodo de expansión continuado de la historia, sólo superado por los 120 meses de la década de los '90, según datos de Bloomberg.

Y si para julio de 2019 no ha sufrido ningún tropezón, ya será el ciclo más largo al alza.

Los directores de la Reserva Federal calculan que cerrará este año con un crecimiento del +3,1%.

Y la tasa de desempleo se encuentra en el 3,7%, el nivel más bajo desde la Guerra de Vietnam.

Las 53 mayores localidades del país aportaron 2/3 de todo el crecimiento de PIB entre 2010 y 2016, y el 73% de toda la creación de empleo, según Brookings Institution.

Y era una economía de 2 carriles, en la que a un grupo de población que vive en la ciudad de la costa tecnológica le va muy bien, mientras otros se quedan atrás, sobre todo en la zona central del país, explicó Mark Muro, director de política en el Programa de Política Metropolitana de Brookings.

Esta dinámica pareció cambiar a partir de 2017. La América más rural también se recuperaba.

Los datos actualizados a julio de 2018 reflejan la recuperación del empleo en el sector manufacturero, impulsado por la mejora de la demanda interior y exterior, y de la minería, debido en buena parte a los precios del petróleo.

Según Brookings, mientras los condados que votaron a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de 2016 experimentaron un crecimiento del empleo anualizado del 4% en el 1er. trimestre, igual a la del mismo periodo de 2017; los que lo hicieron por Trump registraron un 5,1%, por encima del 4,9% del año anterior y del 4,3% de 2016.

Sin embargo, la guerra comercial iniciada por Trump contra China golpea duro a la soja, el cultivo más abundante en amplias zonas rurales.

Beijing, en represalia por otros aranceles impulsados por Washington, activó gravámenes aduaneros del 25% sobre la soja, entre otros centenares de productos, como el cerdo y el whisky.
Desde que en primavera comenzaron a anunciarse las medidas, los precios de la soja han bajado más de 20%, de US$ 10,5 a US$ 8,5, y las ventas han caído.

Hay muchas familias en el Medio Oeste, electores conservadores que se están viendo perjudicados por las tensiones comerciales. Hay recorte de previsiones sobre la marcha de la economía.

Pero el proteccionismo tiene ganadores.

Por ejemplo, United States Steel Corp. llegó a un acuerdo con los trabajadores concediendo su mayor incremento salarial en 6 años: 14% acumulado en el periodo de 4 años.

Otra: USA acabó firmando hace 2 meses una nueva versión de su tratado comercial con México y Canadá (antes llamado Nafta, ahora USMA) que, entre otras medidas, fomenta la producción de automóviles con sueldos de US$ 16 la hora, lo que protege el empleo en USA.

Pero resulta razonable plantear si las previsiones de bonanza son lo suficientemente buenas. Con una de las mayores expansiones fiscales de la historia en marcha (a la rebaja de impuestos de suma el incremento de gasto público) y pleno empleo, la Reserva Federal va rebajando sus previsiones de crecimiento año a año: 3,1% para 2018, que se modera a 2,5% en 2019 y 2% en 2020.

Del otro lado, lo faltan quienes afirman que lo que viene es mejor: "Es pronto para estar seguros, pero estoy de acuerdo que se van a incrementar la inversión y los impuestos de forma permanente", según Joseph Gagnon, del instituto Peterson de economía internacional. “Es una medida que da mucho dinero a los ricos, quienes no gastan tanto dinero como los pobres, van a ahorrar mucho”, advierte.

La pregunta es: ¿en cuánto se beneficia la clase media? En septiembre pasado, con relación a 2017, el salario medio semanal creció en términos reales (es decir, descontando la inflación) un discreto 1,1%.

Esto explica el discurso de Trump: “Todos me dicen que hable de la economía. Tenemos la mejor economía de la historia de nuestro país pero no es tan excitante hablar de eso”, explicó en un mitin antes de volver a llevar su arenga hacia la inmigración, el tema que más excita a sus bases.

Trump necesita que sus simpatizantes voten en masa para contrarrestar la ola de indignación que su llegada a la Casa Blanca ha provocado en las filas 'progresistas'.

El voto por anticipado en algunos estados apunta a que la participación en estas elecciones de mitad de mandato puede ser la más alta desde la 2da. Guerra Mundial, que en la ocasión anterior, 2014, sólo llevaron a las urnas al 37% de la población.

Trump utiliza un lenguaje incendiario contra sus adversarios y los extranjeros. No hizo mella en su jerga el asesinato de 11 personas en una sinagoga de Pittsburgh a manos de un hombre que compartía algunas de las teorías conspirativas del Presidente sobre el riesgo de los inmigrantes.

También compartía esa sospecha del Presidente el hombre que envió bombas a 13 críticos de Trump.

El Presidente ahora luce empeñado en el envío de soldados a la frontera y en la promesa de cesar la ciudadanía estadounidense a todo aquel hizo de extranjeros ilegales que nazca en el país, una idea que ha incomodado a los candidatos republicanos en estados como Florida y Arizona.

Trump ha iniciado su ofensiva final, y puede apreciársela en su cuenta en Twitter: se empeña en estados que le dieron la victoria en el 2016 pero que ahora dudan (Ohio, Florida e Indiana).

También seduce a los granjeros, que juran permanecer absolutamente fieles a pesar de haberse quedado sin compradores chinos para sus cosechas de soja.

Pero en las metrópolis resulta que es mucha bonanza de empleos de bajo salario. Hay mucha gente que necesita 2 o 3 trabajos para llegar a fin de mes, y que ahora teme por el peligro de quedarse sin cobertura sanitaria. Eso es muchísimo dinero.

Ahí es donde los demócratas quieren llevar el debate: hacia la precariedad laboral, la crisis de la sanidad y el futuro de la educación.

La defensa de la reforma sanitaria que le costó a Barack Obama la Cámara de Representantes en 2010 se ha convertido ahora, paradójicamente, en el gran arma de los demócratas.

Los beneficios de ampliar la cobertura sanitaria la han consolidado como una conquista irrenunciable en gran parte de la opinión pública.

Muchos republicanos y el propio Trump mienten, sin sonrojarse, al decir que no quitarán la cobertura a gente con problemas médicos previos, cuando ya han emprendido iniciativas legislativas y judiciales para tumbar ese punto del Obamacare.

Varios estados republicanos han votado a favor de ampliar a rentas más altas del Medicaid, la cobertura médica pública para pobres.

Utah, Nebraska, Montana y Idaho lo decidirán el martes 06/11.

El expresidente Barack Obama advirtió en Atlanta (Georgia) sobre las "profundas" consecuencias que para el futuro estadounidense tendrán las próximas elecciones del 06/11 y, por ello, animó a "salir a votar. USA está en una encrucijada, el seguro médico de millones de personas está en la papeleta", dijo Obama durante un acto proselitista de apoyo a los demócratas en las elecciones intermedias.

"Unos Estados Unidos donde, nosotros la gente, sin importar cómo nos miremos, sin importar cuál es nuestro apellido, ni cómo llegaron nuestros padres a este país, podemos unirnos para trabajar por nuestro país", reclamó el exmandatario en la Universidad de Morehouse.

Sin aludir al actual presidente, Donald Trump, Obama advirtió sobre los riesgos de dejar que la actual retórica contra la diversidad étnica, religiosa y sexual continúe ganando terreno.

Obama apoya a la candidata demócrata a la gobernación, Stacey Abrams, que se encuentra en empate virtual frente al republicano Brian Kemp, actual Secretario de Estado.

En tanto, Trump apuesta por el 'efecto nacionalista' que provoca la denuncia de caravanas de inmigrantes.

Trump desplegó un contingente inicial de 1.000 soldados a algunas zonas de frontera en California, Arizona y Texas.

Mientras, la primera caravana de migrantes centroamericanos camina por el estado mexicano de Oaxaca hacia Veracruz, 3ra. etapa de su odisea por México, que comenzó el 19/10.

Los migrantes, la mayoría hondureños, pasaron la localidad Matías Romero, donde les dieron un campo de fútbol como albergue, a las afueras de la ciudad, sin área techada ni sanitarios ni duchas ni iluminación.

"El presidente (municipal) sabía que iba a llover y dijo: 'Que se mojen'", sostuvo un integrante de protección civil, quien agregó que "no se respetaron los mínimos elementos que se deben observar en un refugio, como atención médica, seguridad, apoyo psicológico, actividades recreativas y fumigación".

En USA, Donald Trump ultima los detalles de su plebiscito.

Los demócratas tienen opciones de conquistar la Cámara de Representantes y los republicanos ambicionan mantener el Senado.

Sin embargo hay demasiadas carreras empatadas (unas 30) como para dar nada por seguro.

La volatilidad ha sido máxima en algunos distritos en las últimas semanas, con altibajos favorables a los republicanos tras el nombramiento del juez Brett Kavanaugh y, en la recta final, a los demócratas.

Trump logró sobrevivir, tal como se esperaba, al peligro del 'impeachment' conque lo amenazaban sus críticos en el comienzo.

Era previsible: en la historia de USA sólo lo han sufrido Bill Clinton, en 1999, por mentir a la Justicia sobre su relación sexual con Monica Lewinsky, y Andrew Johnson, en 1868, por violar la ley de nombramientos y ceses vigente entonces.

Richard Nixon dimitió en 1974 antes de que se iniciara el 'impeachment' en su contra por espiar a la oposición en las elecciones de 1972.

Para que el 'impeachment' se apruebe, basta el voto a favor por mayoría simple de la Cámara de Representantes. Entonces, la moción pasa al Senado, donde ocurre el juicio político que, en teoría, puede provocar el cese del Presidente. Pero Trump nunca lo perdería: para cesarlo haría falta los votos a favor de 2/3 del Senado. Inalcanzable.

Ahora bien, si los republicanos perdieran el control de la Cámara baja, sin duda aumentará la presión por investigaciones.

La Cámara se organiza en Comités cuya presidencia queda a cargo de un representante del partido que tiene la mayoría, y cuyos miembros se dividen proporcionalmente según el reparto de escaños en el pleno.

En la actualidad, los republicanos controlan, las presidencias, lo que resulta una ayuda inestimable para Trump.

El presidente del Comité de Inteligencia, el republicano por California, Devin Nunes, por ejemplo, ha torpedeado todos los intentos de investigar en profundidad la 'trama rusa', y ha coordinado sus acciones con la Casa Blanca, en violación absoluta de las normas de separación de poderes.

Pero si los demócratas se hicieran con el control de la Cámara, promoverán una serie de investigaciones contra Trump que hasta ahora han sido bloqueadas por los republicanos.

Las investigaciones tienen un riesgo político menor que el impeachment, y ofrecen un beneficio más grande por el goteo de malas noticias para un Presidente.

El resultado de las elecciones de mitad de mandato o 'midterm' depende tanto de quién está en la Casa Blanca como de la popularidad de los candidatos o debates locales.

Las mujeres, los jóvenes y las minorías étnicas son los colectivos más movilizados para asestar un correctivo a Trump que limite su capacidad de acción los próximos 2 años.

El mayor riesgo para los republicanos está en las grandes ciudades y áreas residenciales suburbanas donde Trump ganó en 2016. Unos le darán a espalda descontentos con su estilo, otros porque se sienten perjudicados por su reforma fiscal. O por una mezcla de todo lo anterior.

La potente movilización del clan Trump y el núcleo duro de la Casa Blanca ha reforzado la ausencia de Melania Trump.

La hija de Donald, Ivanka, ha viajado a varios estados para apoyar a los republicanos y en actos de su padre hizo de entrevistadora.

Donald Trump Jr. y su novia han animado varios actos de campaña.

También Eric y Lara Trump.

Pero Melania Trump no ha aparecido en ningún acto de campaña. Según su vocero, por obligaciones de su rol de madre. Ahora se conoció un correo electrónico suyo a sus seguidores solicitando donaciones para la campaña y criticando a la prensa y los demócratas.