El desempleo crece y golpea fuerte, pero más a mujeres y jóvenes


Un informe de Mariana González, que distribuirá en los próximos días el centro CIFRA (de FLACSO y la CTA, creado por Eduardo Basualdo), consigna que en el conurbano bonaerense la desocupación ya llega al 12,4%, casi tres puntos por encima del total de los aglomerados urbanos, donde llegó al 9,6% en el segundo trimestre de este año. Esta tasa de desocupación es la más alta desde la asunción de Macrì y también la más elevada de los últimos doce años.

Mucho peor les va a los más jóvenes y dentro de ellos a las mujeres. La desocupación entre los chicos de 14 a 29 años es del 17,3% y entre las chicas llega a un escandaloso 21,5%. (En 2010, la edad mínima legal fue fijada en 16 años. Sin embargo la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC pregunta sobre la situación ocupacional a todas las personas mayores de 14 años, por una situación de hecho, más allá de si es legal o no. Del mismo modo, por ejemplo, pregunta sobre el empleo no registrado o en negro, que también es ilegal).

Esto se debe a un incremento de la tasa de actividad superior al de la tasa de empleo, sobre todo entre las mujeres. Esto quiere decir que salieron a buscar trabajo más mujeres que quienes lo consiguieron. Por eso, mientras la tasa de desempleo en general para los aglomerados urbanos es del 9,6%, entre las mujeres ya alcanza el 10,8%. “En ese segundo trimestre, en el cual la actividad económica se derrumbó a una tasa de 4,2% interanual, esa situación recesiva no alcanzó a reflejarse en las estadísticas de empleo. Es esperable que la desocupación se agrave a lo largo del segundo semestre del presente año”, sostiene el estudio.


Como consecuencia de la recesión, entre diciembre de 2017 y agosto de este año la cantidad de trabajadores registrados se redujo en casi 105.500, es decir, el 0,9%. Las mayores caídas ocurrieron en el número de trabajadores independientes, que se redujeron casi en 86.900 (-3,6%). Dentro de este grupo los que más disminuyeron son quienes están registrados en el monotributo social. Los asalariados del sector privado tuvieron también un descenso significativo, de casi 31.000 trabajadores, concentrado especialmente en los meses de mayo a julio.







Si el análisis se concentra en las distintas ramas de actividad, salta a la vista que la mayoría de los sectores tuvo caídas, pero que en la industria manufacturera el empleo se desplomó, con una pérdida del 2,5%, lo cual no deja de tener consecuencias políticas. Entre diciembre de 2017 y agosto de este año se perdieron casi 30.000 puestos registrados en la industria, casi 8.700 en la construcción, más de 5.100 en el comercio y más de 4.300 en el transporte. La industria viene destruyendo empleo desde que asumió Macrì y esta caída se aceleró en el marco de la recesión. El número de trabajadores industriales registrados ya es 92.800 menor que en noviembre de 2015. Las caídas en la construcción, el comercio y el transporte se vinculan directamente con el menor nivel de actividad de la economía.







Esto se sintió en las remuneraciones, que tuvieron caídas muy significativas. El dilema de Prat-Gay sigue vigente, como recordó el encuadernado empresario de la construcción Gustavo Weiss, pero la experiencia de tres años de macrismo muestra que pueden caer al mismo tiempo la ocupación y el salario.

El salario promedio de los trabajadores registrados se redujo 9,2% interanual en septiembre y la pérdida alcanzó al 13,1% respecto de noviembre de 2015, antes de la asunción del gobierno de Cambiemos. Dada la continuidad del proceso inflacionario, cabe esperar caídas en el salario real aún mayores, lo que torna indispensable la reapertura de paritarias. Algunos gremios que renegociaron recientemente han logrado aumentos superiores al 40% anual (Camioneros, Petroleros, Judiciales, Sanidad y Bancarios), lo cual de todos modos queda muy por debajo de la inflación, pero al menos coloca un piso a la caída.

En septiembre pasado, la producción industrial bajó 11,5 por ciento respecto al mismo mes de 2017, con caídas interanuales estrepitosas en Textiles de 24,6 por ciento, y en Metalmecánica, de 20,5 por ciento. Como los comunicados del Indec dejaron de informar la serie larga de esa estadística, el indicador industrial de FIEL ofrece el significante dato de que en el gobierno de Macri la actividad productiva (IPI desestacionalizado) acumula un retroceso de 7,4 por ciento hasta septiembre, tendencia que no muestra signos de reversión en los próximos meses. Este derrumbe tuvo su impacto en el frente laboral, con pérdidas de 98.200 empleos industriales a agosto pasado, equivalente al 7,8 por ciento del total sectorial, desde diciembre de 2015, tendencia que tampoco exhibe señales de recomposición.

La megadevaluación, tasas de interés elevadísimas en términos reales, apertura importadora, descenso del salario real, tarifazos y debilitamiento del mercado interno es un combo demoledor para la industria nacional.