Informe semanal: La gente no pide flan, pide pan




Está semana terminó de estallar un esquema político sustentado básicamente en una narrativa construida alrededor del rechazo al gobierno anterior y en cuatro o cinco paradigmas de extrema levedad.

El sentimiento de adversión al kirchnerismo, y el “vamos a estar mejor”, “venimos a hacer los que hay que hacer”, “la inflación es lo más fácil de bajar” “lluvia de inversiones”, “Brotes verdes”, “segundo semestre” y otras interpelaciones de similar sofisticación intelectual, sólo pudieron construir subjetividad en vastos sectores de la población,  con la ayuda del ecosistema soviético de medios que entronizó a Cambiemos.



La realidad no le obedeció a Macri, como los medios hasta acá a Marcos Peña, las pymes agonizan por la caída del mercado interno, tarifas impagables, tasas africanas y apertura indiscriminada de importaciones, los grandes también están mal y pierden plata. Pierde Techint, pierde Arcor, pierde el Complejo Petroquímico de Bahía Blanca, pierde Aluar, cae el empleo, crecen el déficit fiscal, el déficit del sector externo, las distorsiones en el esquema monetario, en la economía real, en definitiva, pierden todos. Todos no. Casi, casi, todos.


Esos medios que hoy reclaman la salida de Marcos Peña, como si la salida del Jefe de Gabinete cambiara algo, están preparando su posicionamiento post Cambiemos. Mañana nadie habrá apoyado al macrismo, y todos habrán sido críticos, sino de la primera hora, de la segunda.


El problema de comprar lo que se vende, consiste en confundir el mapa con el territorio, sobre todo cuando el mapa difiere mucho del territorio.

Narrativas como que las tarifas eran ridículamente baratas y por eso había que ponerlas en el cielo, chocan con la verdad de manera inexorable: por ejemplo el gas, que Argentina produce a un costo de 1.9 dólar el millón de BTU se vende a los hogares a 5 dólares. Podrán plantear que parte se le compra a Bolivia, es cierto, el 15% se importa de Bolivia a 3 dólares el millón de BTU. Lo único que si es caro es el gas licuado. Pero no hay razón para los argentinos paguen tarifas de gas que equivalen a un sueldo mínimo.


Narrativas como que hay que construir un “clima de negocios” para que las inversiones lleguen, pueden funcionar en el programa de Mariana Fabbiani, pero no en la realidad.

Los 2 países que más inversión directa extranjera recibieron en la última década fueron: China e Irak. Que tipo de previsibilidad y clima de negocios hay en Irak? Donde la gente vuela por el aire, y los shiitas le ponen bombas a los sunitas y viceversa y donde no hay libertad de expresión ni garantías individuales? Que tipo de clima de negocios hay en una dictadura como la china, donde a los opositores los matan, y donde el artículo séptimo de la constitución china dice que “todo lo que está sobre el suelo chino, le pertenece al pueblo chino” oséa que te pueden expropiar en cualquier momento, y andá discutirle a los chinos.

El capital no busca clima de negocios, amabilidad ni buenas formas, el capital busca rentabilidad. Para conseguirla es capáz de invertir en la Alemania nazi, en Irán o en Bulgaria.


O que es bueno que los gobernantes sean ricos, porque de esa manera, llegan “más tranquilos” al estado y roban menos. Alguno de uds conoce algún rico que llegó a tener, digamos 10 millones de dólares, y dijo “ok, con esto me arreglo, ahora a viajar, a leer, a disfrutar”? No. Por eso son ricos. Nosotros quizás pensemos así, por eso no somos ricos. El que tiene 10 millones quiere 20, el que tiene 20, 40, y el que tiene 1000 millones quiere 100.000. Esa voracidad los hace ricos. Las probabilidades que un rico robe en el estado, son directamente proporcionales al nivel de su riqueza.

Es como decir que la Tota Santillán no va a comer porque ya es gordo. Justamente es gordo porque no para de comer.


También se instaló que era una buena señal que los CEOS lleguen a la política, por su experiencia y capacidad adquirida y desplegada en las empresas privadas. Más allá de que este es un debate agotado y cerrado por la experiencia del menemismo, que sostenía idénticos presupuestos y terminó mal, en esas empresas donde crecieron esos CEOS, que según los medios PRO friendly (o sea todos) iban a reeditar la república de los gerentes que vivimos en los 90, pero bien todas las decisiones importantes se toman en casa matriz. Este detalle “insignificante”, grafica de manera clara, la concepción estratégica de estos gerentes puestos a manejar la cosa pública.

La narrativa PRO decía que estos CEOS, iban a cuidar las cuentas porque así se hace en el sector privado. Las crisis terminales de 1930 y 2008 en los EE.UU. tuvieron en común por lo menos 3 cosas: 1) Fueron precedidas de 2 gobiernos republicanos, que planteaban la libertad de mercado como eje ordenador de la economía, el endeudamiento y la baja de impuestos a las corporaciones. 2) Esos gobiernos planteaban que venían a reducir el estado por el despilfarro en el gasto público. 3) De esas crisis se salió, gastando más, no ajustando el cinturón. En una empresa privada, cuando hay crisis, hay que ajustarse el cinturón, en los países es exactamente al revés. Cuando se ajustó como con Menem y de la Rúa, así terminamos, mientras que Roosveelt y Obama gastaron mucho más y salieron a flote exitosamente.



Pensar que la articulación de un proyecto de país, el comando de la propia realidad, y el pensamiento estratégico pueden ser gerenciados por un CEO, es lo que  impidió al gobierno en los 90, advertir que dotar a un país, de la misma moneda que otro que tiene 9 veces más productividad, llevaría a la hecatombe a la que finalmente se llegó. Esa incapacidad es la que impidió poner sobre la mesa de debate en los fallidos 90 que todo país desarrollado es industrial, que no existe ningún país desarrollado agrario.



La narrativa PRO nos explicaba que teníamos que tomar el ejemplo de los países de la región, de cómo aprovecharon para crecer en la década de precios altos de materias primas. Sería bueno que les avisen de esto a los peruanos, paraguayos, chilenos y colombianos, porque muchísmos vienen para acá y casi ningún argentino va para allá.

Estas narrativas que siempre empiezan con frases como: “el camino para que por fin las cosas funcionen” “que no se ahogue a los empresarios” “se deje de mantener vagos en el estado” “se puedan comprar dólares” “se pueda comprar iphones” “no matemos a la gallina de los huevos de oro que es el campo” “terminemos con el odio y la división” y “seamos un país normal”, son viralizadas por los que construyen la subjetividad, pero finalmente quedan en lo que son: narrativas vacías, útiles para instalar un gobierno, pero no para operar con éxito sobre la realidad.

La fórmula de la construcción de subjetividad es siempre la misma: ubicuidad + consonancia + repetición.


La corrida y megadevaluación que llevó el dólar a más de 40 pesos, tuvo su origen en un acontecimiento que para los grandes jugadores del mercado local e internacional no pasó desapercibido: se cayó el acuerdo con el Fondo Internacional firmado hace menos de tres meses.


Un día antes de la explosión, Dujovne decía: "Bueno, yo lo que creo es que conviene apostar al peso porque la inflación está bajando, porque es nuestra moneda y porque estamos construyendo un país en el que se puede ahorrar en pesos".



Fue un error gravísimo jugarlo a Macri en un anuncio vacío y contraproducente. Un anuncio ideado por el equipo ad hoc creado por Marcos Peña y por una gurú “experta en la construcción del discurso” tal la descripción de una persona del círculo íntimo del “pibe de oro”.

El problema no fue -sólo- el error comunicacional del anuncio. Macri lanzó la decisión, sin que estuviera cerrada totalmente con el staff del FMI y ni siquiera con Christine Lagarde. La directora del Fondo tiene una actitud condescendiente con Argentina: hay una fuerte afinidad personal con Macri. Pero también tiene aspiraciones políticas.



La titular del FMI quiere “salvar” a la Argentina y utilizar el FMI para candidatearse a la presidencia de Francia. El paso de Macri la descolocó en la interna de Washington y eso generó un fuerte cortocircuito con la Casa Rosada.



A los que aducen teorías conspirativas acerca de la suba del tipo de cambio habría que sugerirles que se informen un poco más, o que estudien principios básicos de economía. Conspiración Cero.


La narrativa macrista siempre fue muy débil, no resistió nunca el análisis de quien no estuviera fanatizado con el rechazo profundo al gobierno anterior. Slongans ideados por Durán Barba o Rozitchner, vacíos de toda vacuidad, repetidos mántricamente. Vidal bebotendo, Macri iniciando frases sin saber si podría terminarlas, Peña negando todo, el bailecito, y no mucho más que eso. Pero eso, sín un blindaje militante lindante en lo bizarro de la corporación periodística y cero medios críticos. Navarro a You Tube, Verbitsky a afuera o lo metían preso a Santa María, C5N con críticas “hasta ahí”.

El macrismo como la URSS pudo controlar todo menos la realidad. Y la realidad siempre se impone.



La narrativa se resquebrajó en abril, en mayo-junio se rompió, la gente y los mercados dejaron de confiar. Esta semana estalló en mil pedazos, periodistas ultraoficialistas salieron a pegar, TN cubrió los cacerolazos y la marcha estudiantil. Ya no se puede tapar el sol con la mano. No hay plan, no hay lluvia de inversiones, no hay brotes verdes, hay una crisis económica, nace una crisis política y aunque de eso no se hable, todos imaginan una crisis institucional.



Que creen que van a hacer los gremios, con sueldos que ya venían viejos y que quedaron viejísimos esta semana? Que creen que van a hacer los medios? Los empresarios que no paran de perder plata y encima se ven involucrados en los “cuadernos”?



El Banco Central está manejado por un mesadinerista,

que no conoce la economía real y comunica muy mal.

La falta de sensibilidad para la comunicación del presidente del Banco Central agrava la pobre credibilidad de la administración de Macri frente al mercado. Es que la ausencia de explicaciones, sumado a lo errático y "heterodoxo" de las medidas que instrumenta Luis Caputo para intentar domar al dólar transmite desesperación y refuerza la desconfianza de los tenedores de activos argentinos.

Caputo le dice a su gente y a periodistas amigos, que evalúa dejar subir el dólar a 35, cuando estaba en 30, pensando que esos periodistas no iban a filtrar el off.

Que creen que van a hacer los agentes del mercado con esa información?



El silencio de radio de Caputo hacia el mercado y el público ya le valió al banquero central renovadas críticas desde el extranjero: Los dos medios más importantes de las finanzas globales lo criticaron de manera explícita. Primero fue la agencia Bloomberg, cuando Caputo eligió como primer vía de comunicación un insólito auto reportaje que le hizo su vocera. Y luego fue el Financial Times quien subrayó la falta de "forward guidance" de parte del máximo responsable de la política monetaria.

Esa estrategia de tratar de evitar exponer a Caputo ante los medios, lo que lejos de protegerlo transmite fragilidad, es una política de comunicación que puede servir para un diputado de tercera línea en tiempos de tranquilidad, pero no para un presidente del Banco Central en medio de una de las crisis más graves de la historia argentina.



La reacción del Banco Central de subir las tasas al 60 por ciento anual y del encaje bancario en 5 puntos es más preocupante aún que la búsqueda de secar de pesos la plaza financiera para evitar presiones sobre la paridad cambiaria. Es más inquietante porque la propia entidad monetaria anunció que va a mantener ese nivel astronómico de tasas hasta diciembre, lo que implica que la caída de la economía va a ser todavía más pronunciada, con los consiguientes costos sociolaborales inmensos. Para evitar el colapso financiero, que parece inevitable, el Gobierno avanza en el colapso de la economía real.

Los reclamos de cambios en el elenco de ministros, específicamente la renuncia del jefe de Gabinete, Marcos Peña, son irrelevantes en medio de la actual crisis. Quienes piensan que realizar un trueque de figuritas modificará la tendencia del derrumbe no entienden la dinámica propia de los mercados ni el origen de la crisis de la economía macrista.







Una de las construcciones ficcionales divulgadas por el entramado pautodependiente del gobierno, fue que desde EE.UU. llegaría la salvación.

Fuentes ligadas a uno de los fondos con los que opera Caputo, nos señalaron, que "la posibilidad de un crédito de contingencia de los EE.UU para la Argentina es ciencia ficción".
En este contexto internacional, Argentina no es una prioridad para la administración Trump, y mucho menos en un año electoral, en el cuál, una ayuda así, sería un regalo para los democrátas, que Trump no está dispuesto a cederles.

Esta extraña idea surgió luego del "road show" en Wall Street de los funcionarios Mario Quintana, Gustavo Cañonero y Santiago Bausili, según anticipó el Cronista. La respuesta de los inversores no fue la esperada y ahora será el propio presidente Mauricio Macri quien se reunirá con los grandes fondos de inversión cuando viaje a la Asamblea de las Naciones Unidas el mes que viene.

El Presupuesto norteamericano contempla asistencias a otras naciones por cerca del 1% del mismo, lo que equivale a una cifra en torno a los u$s40.000 y u$s50.000 millones. En el 2016, las más favorecidas fueron Irak (u$s4.300 millones), Afganistán (u$s4.200 millones) e Israel (u$s3.100 millones), todas ellas con una importancia geopolítica central para los intereses estadounidenses. Cuando el Tío Sam reparte, lo hace a cuentagotas y muy selectivamente.

Este salvataje es altamente improbable, pero es una ilusión que sirve para estirar un poco más la agonía. E incluso si se concretara, un auxilio de emergencia, en el actual contexto de fuga de capitales, déficit comercial que acumula 19 meses de saldos negativos y fuerte desequilibrio de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, sólo serviría para ganar tiempo para un desenlace que se presenta como inevitable.



Un informe de la consultora internacional Moody´s indica que Argentina es uno de los 6 países más vulnerables del mundo frente al fortalecimiento del dólar.



“Teniendo en cuenta la el tamaño y la composición del balance de pagos y las reservas internacionales, hemos identificado a Argentina, Ghana, Mongolia, Pakistan, Sri Lanka y Zambia, además de Turquía como los países más vulnerables a la apreciación del dólar. De ellos, las monedas de Argentina y en menor medida de Pakistán sufrieron las depreciaciones más pronunciadas a la fecha”, dice el informe publicado el viernes.



El trabajo detalla que Argentina se encuentra en este grupo de países por un cambio en el panorama global de los inversores que generó un endurecimiento en las condiciones para recibir financiamiento y el aumento del riesgo país.



En una semana en la que el mercado demostró la falta de confianza en que la Argentina puede cumplir con sus compromisos de deuda, adquiridos en los últimos años por el Gobierno de Mauricio Macri, Standard & Poor's, la calificadora de riesgo de referencia internacional, cambió su perspectiva de la deuda argentina, de "estable" a "negativa". En su comunicado, S&P reconoce que a pesar del "compromiso de la administración Macri a estabilizar la economía argentina a través de difíciles medidas de austeridad", la "reciente presión en la moneda podría poner en peligro la implementación efectiva" de las mismas.



Cuenta el periodista Marcelo Bonelli que cuando el empresario Nicolás Caputo propuso al embajador Ramón Puerta como posible ministro para facilitar una posible negociación con el llamado “peronismo racional” o más bien “peronismo no K”, Marcos Peña se opuso diciendo: “No llegamos hasta acá para ir a una negociación con la vieja política”.

Marcos Peña no desprecia la política, pero un periodismo sovietizado y pautadependiente, le hizo creer que era el Kennedy argentino, ese mismo periodismo que hoy lo pinta como un boludo. Peña cree que la victoria de 2015 es obra suya y que nada tuvo que ver el periodismo soviético y su blindaje.

Peña construyó un mapa que no coincide con el territorio y chocó, el y la calesita.




El gobierno de Macri viene enhebrando una serie de errores no forzados en materia de comunicación de la política económica, en lo que ya es un elemento importante de la incapacidad de la actual administración para revertir las expectativas negativas. Si las expectativas son estados de opinión pública que mezclan datos con percepciones, la comunicación se vuelve un instrumento crítico de la gestión de las mismas.

Un gobierno que llegó con el mensaje y la promesa cumplida de elminar retenciones, se ve obligado por la realidad a ponerlas. No por un tema de cuidar los precios internos, sino por un tema fiscal.



Sueldos viejísimos precios novísimos



En un año, la paridad más que se duplicó sin que las remuneraciones de la sociedad la acompañaran ni en la cuarta parte a esa revalorización. Hoy el sueldo establecido como frontera de la pobreza cayó a US$500 mensuales y el mínimo, que permite comparar con el resto de la región, quedó en US$250, la mitad de lo que registraba en junio.



Mientras una parte de la economía seguirá manejándose durante el fin de semana sin precios de referencia, a la espera de los anuncios que prometió hacer el próximo lunes el ministro de Hacienda, otros ya anticipan fuertes aumentos en las listas de precios que enviarán a sus clientes en los próximos días, que no podrán pasar de mediados de la semana entrante.



Default or not default



Prat Gay lo dijo en Salta en un evento privado, y hoy muchos en el gobierno lo admiten como una posibilidad concreta. El Deafault está ahí, al final del túnel. La situación la podemos resumir así: Wall Street evalúa el default argentino como probable y el presidente Macri tiene que ir a Nueva York a prometer que Argentina no declarará un default, pero pocos le creen.


El desmanejo monetario y cambiario de la economía está espantando a los inversores de bonos argentinos. El presidente Macri viajará a Nueva York para tratar de convencerlos de que no habrá default. La ilusión de un rescate de emergencia del Tesoro de Estados Unidos.

La economía argentina está en riesgo de default. Lo dicen analistas de calificadoras de riesgo, de fondos de inversión y de bancos internacionales.

Quedar a las puertas del default era así un escenario probable pero no que fuera tan rápido, apenas a 32 meses de gobierno. Esto desmoronó definitivamente las promesas del paraíso prometido.


Se vienen días difíciles, el incendio no terminó, el dólar se quedará quieto unos días, pero luego subirá fuerte, los precios escalarán fuerte. Los sueldos no. Algunos dejarán de usar el auto o ir a comer afuera, otros verán comprometida su seguridad alimentaria.