Los industriales hablan del "efecto Brasil" ante la crisis


Un sector del empresariado comenzó a tejer redes ante una eventual crisis social

Temen una réplica del "efecto Brasil"




Empresarios comenzaron a afianzar relaciones. Temen “brasilización”




Empresarios y ejecutivos, tanto de grandes empresas como de pymes establecidas en los conurbanos del país, alertaron por un "fuerte deteriorio" en la red social de la clase media y media-baja que empeoró las condiciones de pobreza entre los sectores más vulnerables ante la caída del consumo, la pérdida constante de empleos y la inflación "descontrolada". Ese escenario llevó a que varios dirigentes comenzaran a afinar las necesidades de sus empleados con el objetivo de retrasar un "posible" brote conflictivo dentro de las fábricas en momento de escasez laboral.

A contramano de las perspectivas de empuje que varios analistas habían trazado para el 2018 por una recuperación de la economía brasileña, en la Argentina creció el temor de que el efecto Brasil se instale con fuerza a partir de conflictos gremiales, pero especialmente por una degradación social que reinstale fotos de personas reclamando alimentos en las puertas de supermercados como se vieron en la antesala del 2001 y que comenzaron a verse en algunos puntos del país.

"Vemos con mucha preocupación lo que pasa en la sociedad porque cada día hay pérdida de puestos de trabajo o fábricas que cierran, lo que implica una profundización de la pobreza. Incluso los que tienen empleo sienten que el mes es demasiado largo porque no les alcanza", admitió a BAE Negocios un encumbrado ejecutivo que integra la multirepresentativa cámara de alimentos y bebidas COPAL.

En el sector privado observan con "preocupación" que el Gobierno desatendió las advertencias de los empresarios sobre la necesidad de implementar un consenso social que deje de lado los intereses partidarios. "Si el Ejecutivo no empieza admitiendo los problemas y cediendo ante los reclamos reales, nadie va a querer colaborar con mejorar la situación cuando ya estamos viviendo un clima pre-electoral muy adelantado a los tiempos", afirmó un líder de la UIA.

Más allá de los reclamos sectoriales, en donde existen algunos "beneficiados" y otros "olvidados", el planteo de varios hombres y mujeres de negocios es el clima social en que deberán enfrentar "un segundo semestre muy malo", según las proyecciones que se comentaron muy tímidamente entre los industriales, pero que dejaron un sabor de conflictividad en puerta.

Más allá de los reproches que tienen de manera habitual contra los líderes camioneros Hugo y Pablo Moyano -que ayer paralizaron la Ciudad de Buenos Aires-, varios empresarios dejaron entrever la legitimidad de sus reclamos, que se sumaron a los múltiples eventos que se vieron en los últimos días. "Hay que ver la realidad más de cerca", enfatizó un dirigente del área del comercio.

A días del Mundial de Fútbol que se realizará en Rusia, un dirigente bonaerense alertó por el primer fin de año del 2018, por las marchas y las protestas en distintos puntos del país ante "el efecto de la inflación que dejó sin capacidad a muchos a los que no les alcanza la plata, a pesar de que tienen trabajo", según el análisis de un industrial.

"La industria está en el mismo lugar, con los mismos problemas para los sectores que están en crisis. Nada demuestra que haya un alivio de ninguna índole. Las importaciones en su misma índole, el mercado interno achatado completamente. Así que deberemos tener paciencia y esperanza, como dice el Gobierno, pero estamos complicados porque hay mucho estiramiento en los plazos de pago y cheques rechazados. Esa es la verdad", se sinceró el presidente de una de las cámaras más afectadas por la crisis del consumo.

Una de las mayores preocupaciones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional fue el aceleramiento del ajuste en las cuentas públicas, de la mano de la confirmación del gradualismo para los beneficios a las empresas. En otras palabras, los industriales se resignaron a la eliminación de fondos para la caja que debe tener a mano el jefe de asesores del Ministerio de Producción, Martín Etchegoyen, quien estaba encargado de hacer viables las mesas sectoriales que aliviarían los problemas de las fábricas.

Según fuentes de peso en la UIA, un sector abandonará la pasividad en sus discursos y confrontará con el Gobierno para definir un plan industrial, para "dejar en evidencia si el Gobierno respaldará al sector o seguirá apostando a la timba financiera", adelantaron.