China advierte a Washington que la "política del garrote" no funcionará con ellos


Beijing impondrá aranceles adicionales sobre 659 productos de EE.UU.


Gao Feng acusó a Estados Unidos de tener un “comportamiento irracional” a nivel comercial






El método del garrote que EE.UU. emplea habitualmente es inútil en las negociaciones con China, dijo ayer el portavoz del Ministerio de Comercio de la República Popular China, Gao Feng.

Anteriormente, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo en una declaración publicada que ordenó la preparación de una lista de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares sobre los que podrían aplicarse aranceles adicionales del 10% si China seguía aumentando los aranceles sobre los productos estadounidenses. El Ministerio de Comercio chino calificó las acciones de Washington de chantaje y prometió dar una respuesta difícil.

"Los estadounidenses están acostumbrados a utilizar el método del garrote, pero eso no funciona con China, ese comportamiento irracional no puede resolver los problemas", cita la agencia RIA Novosti a Gao.

El político hizo hincapié en que Pekín considera que los resultados de las consultas con Washington son constructivos y positivos, pero que es profundamente lamentable que EE.UU. sea inconsistente en su posición y esté nuevamente iniciando una guerra comercial.

"China se ve obligada a tomar duras medidas de represalia", agregó Gao Feng, quien recalcó que las acusaciones de Washington de transferencias forzosas de tecnología son una distorsión de la realidad, y China está totalmente preparada para responder con herramientas "cuantitativas" y "cualitativas" si Estados Unidos publica una nueva lista de aranceles, dijo Gao.

Anteriormente, el presidente de EE.UU. introdujo un arancel de importación del 25% sobre las importaciones procedentes de China por valor de 50.000 millones de dólares al año. Trump aseguró entonces que Washington impondría más aranceles si Pekín respondía a los impuestos ya existentes.

A pesar de ello, las autoridades chinas inmediatamente anunciaron que impondrían aranceles del 25% sobre 659 productos importados de EE.UU. por 50.000 millones de dólares.

Una guerra comercial entre ambos países podría interrumpir las cadenas de suministro globales para las industrias automotriz y de tecnología, y descarrilar el crecimiento mundial.