El problema de los géneros discursivos

El uso de la lengua se lleva a cabo a partir de enunciados (orales y escritos) concretos y singulares, y refleja las condiciones específicas y el objeto de cada una de las esferas ante todo por su composición. Su contenido temático, estilo y composición se vincula a la totalidad del enunciado y se determina por la especificidad de una esfera dada de comunicación.

Cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados. Los géneros discursivos.

Estos son heterogéneos (replicas de un dialogo o relato cotidiano, una carta, una orden militar breve y estandarizada, manifestaciones científicas, etc). La diversidad funcional convierte los rasgos comunes de los géneros en algo abstracto y sin significado. Nunca se ha tomado en cuenta como problema lingüístico general del enunciado.

Se debe prestar atención a la diferencia entre géneros discursivos primarios (simples) y secundarios (complejos) Estos surgen en condiciones de comunicación cultural mas compleja, desarrollada y organizada. (Novelas, dramas, investigaciones, géneros periodísticos) Absorben y reelaboran géneros simples, que a su vez, pierden su relación con la realidad inmediata con la realidad y con los enunciados de otros (replicas de un dialogo) Participan de la realidad a través de la totalidad de la novela, y no como suceso de la vida cotidiana.

La investigación de un material lingüístico concreto tiene que ver con enunciados concretos relacionados con las esferas de la actividad humana (contratos, crónicas, géneros). La naturaleza y diversidad de diferentes géneros discursivos es necesaria en cualquier orientación específica del enunciado. El menosprecio lleva al formalismo y a una abstracción, debilitando el vínculo del lenguaje con la vida., ya que esta participa del lenguaje a través de los enunciados, el núcleo problemático.

Todo estilo se vincula al enunciado y con las formas (géneros discursivos). El enunciado posee un estilo individual. Los literarios forman parte del propósito mismo del enunciado, su finalidad.

Las formas estandarizadas son las condiciones menos favorecedoras (documentos oficiales). Se reflejan aspectos superficiales. En los géneros discursivos (salvo literarios) un estilo individual no forma parte de la intención del enunciado (es un epifenómeno). El problema de lo nacional y lo individual en la lengua el problema del enunciado, ya que dentro de este la lengua nacional encuentra su forma individual.

A los géneros le corresponden distintos estilos. Una función (científica, técnica, cotidiana) y unas condición determinadas originan determinados géneros, tipos temáticos, composicionales y estilísticos de enunciados determinados relativamente estables. El estilo esta vinculado a las composiciones temáticas y unidades composicionales que tienen que ver con determinados tipos de estructuración de una totalidad, con los tipos de su conclusión, de relación entre el hablante y otros participantes. La estilisticaa carece de base de estudio. No existe una clasificación reconocida de los estilos de la lengua. Los autores violan la unidad de fundamento como clasificación. Es una falta de comprensión y de la naturaleza genérica de los estilos, su clasificación y distinción entre géneros 1º y 2º.

Los géneros discursivos son correas de transmisión entre la historia de la sociedad y la historia de la lengua. Ni un solo fenómeno nuevo puede ser incluido en el sistema de la lengua sin pasar la prueba de elaboración genérica.

Al acudir a los estratos no literarios de la lengua nacional se recurre a los géneros discursivos en los que se realizan los estratos (géneros dialogices-coloquiales).

La gramática (lexicología) difiere de la estilística pero no puede prescindir de sus observaciones. Ambas se bifurcan y convergen dentro de cualquier fenómeno lingüístico concreto. Dentro de la lengua, es un fenómeno gramatical, dentro de la totalidad de un enunciado, un fenómeno de estilo. La elección de una forma gramatical de un hablante es un acto estilístico.

El estudio del enunciado como unidad real de la comunicación discursiva permitirá comprender de manera correcta la naturaleza de las unidades de la lengua: palabra y oración.

Enunciado como unidad de Comunicación Discursiva. Unidad y unidades de la lengua.

El lenguaje se deduce de la necesidad del hombre de expresarse y objetivarse a si mismo. La esencia del lenguaje se restringe a la creatividad espiritual del individuo. La función comunicativa de la lengua se analiza desde el punto de vista del hablante, como si hablase silo. El papel del otro se ha tomado de forma de un oyente pasivo que solo comprende. El enunciado tiende hacia su objeto (de su discurso). Es un concepto distorsionado del proceso complejo, multilateral y activo de la comunicación discursiva.

Cuando se presentan como una totalidad real de la comunicación discursiva, el oyente al percibir y comprender el significado lingüístico del discurso, toma una postura activa de respuesta: esta o no de acuerdo con el discurso (total o parcial) Lo completa, aplica, lo acciona.

La postura de respuesta esta en formación en todo el proceso de audición y comprensión desde el principio. Toda comprensión esta preñada de respuesta y el oyente se transforma en un hablante. Es una respuesta activa.

La respuesta puede ser no inmediata, de comprensión silenciosa, inmediata, lo retardado resurge en discursos posteriores.

El deseo es hacer comprensible su discurso es un momento abstracto del concreto y total proyecto discursivo del hablante. Cuenta con la presencia de enunciados anteriores, suyos y ajenos, con las cuales su enunciado establece relaciones. El enunciado es el eslabón de una cadena complejamente organizada de otros.

El oyente pasivo es un momento abstracto de un acto real y total de la comprensión activa (que genera respuesta). No es una totalidad concreta del fenómeno.

La falta de definición y confusión metodologica es producto de un menosprecio hacia la unidad real de la comunicación discursiva, el enunciado. El discurso existe por enunciados concretos de los hablantes. Esta vertido por la forma del enunciado de un sujeto discursivo determinado, y no existe fuera de esta.

Las fronteras de cada enunciado como unidad de la comunicación discursiva se determinan por el cambio de los sujetos discursivos, alternación. Antes del comienzo están los enunciados de otros, después del final los enunciados respuestas de otros. Un hablante termina y cede la palabra para dar lugar a su comprensión activa como respuesta.

Cada replica posee una conclusión especifica, expresa cierta posición. Las relaciones que se establecen entre replicas (pregunta, afirmación, objeción, consentimiento, etc) son imposibles entre unidades de la lengua (palabras y oraciones), ni dentro del sistema de la lengua, ni del enunciado. Son posibles entre los enunciados que pertenecen a distintos sujetos discursivos, porque presuponen la existencia de otros miembros.

Los límites de una oración como unidad de la lengua no se determinan por el cambio de los sujetos discursivos. Tal cambio enmarcaría la oración desde los dos lados la convierte en un enunciado completo. La oración es una idea concluida que se relaciona con otras ideas de un mismo hablante dentro de la totalidad de su enunciado. Al concluir la oración hace una pausa y pasa a otra idea que continua, completa y fundamenta a la primera. El contexto de una oración (del hablante) no se relaciona con la realidad extraverbal (situación), sino a través de todo el contexto verbal que la rodea., del enunciado en su totalidad. Si no pasa esto, se enfrenta a la realidad (extraverbal) y a enunciados ajenos. No es evaluada y seguida por una pausa por el hablante, sino por una respuesta del otro hablante.

Estos rasgos pertenecen al enunciado por que expresan su naturaleza y no a la de al oración. Esos atributos se unen a la oración hasta formar un enunciado completo.La oración como unidad carece de estos. No se delimita por el cambio de sujetos, no tiene un contacto inmediato con la realidad ni se relaciona con enunciados ajenos, no provoca Respuesta.

Las obras estructuradas y especializadas, de diversos géneros científicos y literarios, son las unidades de la comunicación discursiva de la misma clase. Se delimitan por el cambio de los sujetos discursivos, y sus fronteras adquieren carácter interno porque el sujeto discursivo (autor) manifiesta su individualidad mediante el estilo. Este sello individual crea fronteras específicas y permite diferenciarlas de otras obras. Una obra esta orientada hacia la respuesta de otros, comprensiva y adopta formas diversas: educadora, convencimiento, crítica, etc.

El cambio de los sujetos discursivos que enmarca al enunciado y que crea su masa firme y determinada en relación con otros enunciados vinculados a el, es el primer rasgo constitutivo del enunciado (como unidad de la comunicación discursiva) que lo distingue de las unidades de la lengua. El otro es la conclusividad específica del enunciado. Se determina por criterios particulares: La posibilidad de ser contestado (postura de respuesta en relación con el enunciado. Ej. Orden) Por eso es insuficiente que sea comprensible lingüísticamente. Una oración comprensible y concluida no es un todo, no puede provocar una reacción de respuesta, solo se comprende.

El carácter de una totalidad conclusa de un enunciado se determina por tres momentos que se relacionan entre si en la totalidad del enunciado. 1) El sentido del objeto del enunciado, agotado, 2) La intencionalidad discursiva, 3) posee formas típicas, genéricas y estructurales, de conclusión.

El objeto es inagotable, pero cuando se convierte en el tema de un enunciado (trabajo científico), adquiere un carácter relativamente concluido en determinadas condiciones, en un enfoque del problema, en un material dado, en los propósitos del autor (intención y se topa con el segundo factor)

En cada enunciado podemos abarcar, entender, sentir la intención discursiva, o la voluntad discursiva. La intención determina la misma elección del objeto (en relación con los enunciados anteriores) como sus límites y su capacidad de agotar el sentido del objeto, y la elección de la forma genérica en lo que se volverá el enunciado. La intención (momento subjetivo) forma una unidad indisoluble con el aspecto del sentido del objeto vinculándola a una situación concreta y única de la comunicación discursiva. Los participantes directos de la comunicación, que se orientan bien en la situación abarcan con facilidad la intención o voluntad discursiva del hablante y perciben desde el principio la totalidad del enunciado en proceso de desenvolvimiento.


La voluntad discursiva del hablante se realiza en la elección de un género discursivo determinado. Se define por la especificidad de una esfera discursiva dada, consideraciones del sentido del objeto, situación concreta de la comunicación discursiva, participantes de la comunicación. La intención se aplica y se adapta al género escogido.

Todos nuestros enunciados posen unas formas típicas para la estructuración de la totalidad, relativamente estables. Disponemos de repertorio de géneros discursivos orales y escritos. En la práctica los utilizamos con seguridad y destreza, pero teóricamente podemos no sabemos de su existencia.

La lengua materna, su vocabulario y su estructura gramatical los conocemos por los enunciados concretos que escuchamos y reproducimos en la comunicación discursiva efectiva.

Aprender a hablar quiere decir aprender a construir los enunciados. Aprendemos a plasmar nuestro discurso en formas genéricas, y al oír el discurso ajeno, adivinamos su género desde las primeras palabras, calculamos su aprox. volumen.

Si no existieran los géneros discursivos y si no los domináramos, si tuviéramos que crearlos c/ vez dentro del proceso discursivo, libremente y por primera vez cada enunciado, la comunicación discursiva seria casi imposible.

Los géneros más comunes son estandarizados y la voluntad discursiva individual del hablante se manifiesta en la selección de un determinado género y en la entonación expresiva.

El menosprecio de los géneros discursivos como formas relativamente estables y normativas del enunciado hizo que los lingüistas confundan el enunciado con la oración. El tipo de oración se elige de la totalidad del enunciado que se le figure a nuestra imaginación discursiva y que determina la elección. La noción de la forma del enunciado. El género elegido pre-establece los tipos de oraciones y sus relaciones.

La causa de la subestimación de las formas del enunciado es la heterogeneidad de las formas según su estructura y dimensión. (Desde una replica que consiste de una palabra a una novela).

La oración carece de capacidad para determinar directa y activamente la posición responsiva del hablante. Al convertirse en un enunciado completo adquiere esta capacidad. Cualquier oración puede actuar como un enunciado completo, pero se complementa con aspectos importantes no gramaticales, que cambian su naturaleza misma. Al analizar una oración separada de su contexto se suele darle el valor de un enunciado entero y adquiere el grado de conclusividad que la vuelve contestable.

La oración es una unidad insignificante de la lengua. Cada oración aislada es comprensible. Pero si esta inmersa en un contexto adquiere la plenitud de su sentido dentro de la totalidad del enunciado.

Cuando la oración es un enunciado concluso adquiere un sentido total dentro de las condiciones concretas de la comunicación discursiva. La oración afirmativa por su forma, es una afirmación real en el contexto de un enunciado.

Cualquier comunicación semejante va dirigido a alguien, esta provocado por algo, tiene finalidad. Es un eslabón real en la cadena de la comunicación discursiva dentro de alguna esfera determinada de la realidad cotidiana del hombre. Todo enunciado es un eslabón en la cadena discursiva. Es una postura activa del hablante. La selección de los recursos y géneros se define por la intención que adopta el sujeto.

El otro aspecto es determinado por el momento expresivo: actitud subjetiva y evaluadora- emocional- con respecto a su contenido semántico. Determina la selección de recursos léxicos, gramaticales y composicionales. Se define el estilo individual.La lengua expresa la postura emotiva y valorativa del hablante, los recursos de la lengua son neutros de acuerdo a la valoración real.

La oración como unidad de la lengua es neutra y no posee aspecto expresivo, lo obtiene en el enunciado.

La entonación expresiva es un rasgo constitutivo del enunciado. La palabra y oración carecen.

Al seleccionar las palabras partimos de la totalidad real del enunciado que ideamos, es la que irradia su propia expresividad. En general, se toman de otros enunciados afines al nuestro, según su especificación genérica.

El género discursivo es una forma típica de enunciado. Las palabras tienen una expresividad individual clara fijada pro el contexto del enunciado, individual e irrepetible.

Cualquier palabra existe en sus tres aspecto para el hablante: neutra (no pertenece a nadie), ajena (de otros) y como mia (en una situación y con una intención determinada)

La experiencia discursiva individual se forma y desarrolla en una constante interacción con los enunciados individuales ajenos. Son procesos de Asimilación de palabras ajenas.

Tienen diferente grado de alteridad o de asimilación, de diferente grado de concientizacion y manifestación. Las palabras ajenas adoptan su propia expresividad, su tono apreciativo que se asimila se elabora y se reacentúa por nosotros. La expresividad de la palabra representa una expresividad del género, es un eco de matiz expresivo ajeno e individual que representa la totalidad del enunciado ajeno como determinada posición valorativa.

La oración carece de expresividad. Hay oraciones que funcionan como enunciados enteros de determinados géneros típicos (interrogativas, exclamativas y ordenes) Estas aparecen poco en enunciados extensos. En un contexto coherente aparecen como puestas de relieve en la totalidad del enunciado e inician o concluyen este.

La oración como unidad de la lengua tiene cierta entonación gramatical, pero no expresiva. (Conclusiva, explicativa, disyuntiva, enumerativa) En cambio la enunciativa, exclamativa, interrogativa y orden. Se da una fusión entre la entonación gramatical y lo propio de los géneros discursivos. Se le atribuye una entonación típica y se convierte en enunciado completo.

El enunciado, estilo y composición se determina por el aspecto temático (de objeto y sonido) y por el aspecto expresivo (actitud valorativa del hablante hacia el momento temático)



Cada enunciado esta lleno de ecos y reflejos de otros enunciados con los cuales se relaciona. Todo enunciado debe ser analizado como respuesta a los enunciados anteriores de una esfera dada: los refuta, los confirma, los completa, se basa en ellos, los supone conocidos, los toma en cuenta. Cada enunciado esta lleno de reacciones diferentes: enunciados ajenos pueden ser introducidos directamente al contexto de un enunciado, o solo palabras y oraciones aisladas que representan los enunciados enteros. Los enunciados y las palabras pueden conservar su expresividad ajena o sufrir un cambio de acento. Estos pueden ser representados con diferente grado de reevaluación, y la reacción de respuesta se puede reflejar en la expresividad del discurso propio.

La expresividad de un enunciado siempre contesta, expresa la actitud del hablante hacia los enunciados ajenos, y no únicamente su actitud hacia el objeto de su enunciado. Nunca deja de ser una respuesta acerca del objeto.

Las interrelaciones entre el discurso ajeno y el resto del propio no tienen analogía con las relaciones sintácticas (simple o compleja) ni con las temáticas no vinculadas sintacticamente. Son análogas a las relaciones que se da en la replica de un dialogo. La entonación que aísla al discurso ajeno en una especie de transposición del cambio de los sujetos discursivos dentro de un enunciado.

El discurso ajeno posee doble expresividad: la propia, que es la ajena, y la del enunciado que acoge el discurso ajeno.

Las fronteras del enunciado se definen por el cambio de los sujetos discursivos, y el enunciado refleja el proceso discursivo, enunciados ajenos y eslabones anteriores de la cadena.

El objeto del discurso se encuentra hablado, discutido, vislumbrado y valorizado de maneras diferentes. En el se cruzan, convergen y se bifurcan varios puntos de vista, visiones del mundo. En la mente del hablante se combinan dos concepciones (lógica y psicológica)

Un enunciado se relaciona con los dos eslabones, anteriores y posteriores. Se construye desde el principio tomando en cuenta las posibles reacciones de respuesta.

Un signo constitutivo del mensaje es su orientación hacia alguien, su propiedad de estar destinado. (A diferencia de las palabras y oraciones que son impersonales.) Se determinan por la esfera de la praxis humana. El estilo depende a quien esta destinado el enunciado.

Matices mas delicados de estilo se determinan por el grado de intimidad, en géneros discursivos familiares e íntimos. Hay una sinceridad específica, que en los familiares llega al cinismo. En los estilos íntimos esta se expresa en al ten ciencia hacia una especie de fusión completa entre hablante y destinatario.

El discurso intimo marca una confianza hacia el destinatario (consentimiento, delicadeza, comprensión sin respuesta) Ambos estilos manifiestan la estrechez y el enfoque erróneo de la estilista tradicional (que define el estilo del punto de vista objetival)

Los estilos objetivos (ajenos a toda referencia al otro) suponen una determinada concepción de su destinatario. Seleccionan los recursos lingüísticos desde el punto de vista del supuesto fondo de percepción del destinatario. Presuponen una especie de identificación. Se adquieren bajo un rechazo de expresividad. Es variado.

Los géneros secundarios de la comunicación discursiva suelen representar diferentes formas de comunicación discursiva primaria. (replicas, narraciones cotidianas, cartas, diarios)

A diferencia de los enunciados y géneros, la palabra y oración carecen de carácter destinado, no están dirigidas a nadie. Una oración rodeada de contexto adquiere un carácter destinado mediante la totalidad del enunciado, siendo su parte constitutiva (elemento)
La lengua posee recursos lingüísticos para expresar el vocativo (morfológicos, sintácticos medios léxicos) adquierendolo dentro de la totalidad del enunciado.

Rubén Weinsteiner