El discurso del conjunto y el contrato narcisista



El discurso del conjunto


Piera Aulagnier[5] también designa al grupo social como el conjunto de las voces presentes que están integradas por aquellos sujetos que tienen una lengua en común, regidos por las mismas instituciones e ideología (religión etc.) Este conjunto comparte ciertos enunciados (místicos, sagrados o científicos) que dependen de cada cultura, acerca del fundamento del grupo social. Son enunciados acerca de: la realidad del mundo, la razón de ser del grupo social y el origen de sus modelos.


Estos enunciados del fundamento tienen como función imprescindible preservar una concordancia entre el campo social y el campo lingüístico y la interacción entre ambos, en consecuencia son necesarios para el manejo del lenguaje de cada sujeto. Para que puedan ejercer su función estos enunciados fundamentales deben ser recibidos por los sujetos como palabras de certeza.


Esta concordancia entre los enunciados del campo social, lingüístico y del sujeto, determina que el modelo social que es sostenido por el grupo, coincide con los ideales de cada uno de sus miembros. La ideología es el discurso que está basado en los ideales del que habla (el enunciante).


El discurso fundador de una cultura instituye el contrato narcisista. Este discurso puede ser sagrado, científico o mítico, sin embargo tienen ciertas características y funciones comunes.


Los discursos sagrados y científicos tienen en común: a) que requieren preservar una certeza acerca del origen, b) son similares la idealización del discurso religioso y la del discurso científico.


Es necesario dentro del discurso social un sector de verdad absoluta pues le permite al Yo (Je) apropiarse de un fragmento de este discurso, cuya certeza es independiente de lo que cada sujeto singular le aporta (sean los padres o sus pares). Le permite al sujeto ser reconocido en su verdad por el grupo social, pudiendo este grupo excluir al miembro que no comparte dichos enunciados.


El campo social tiene una serie de enunciados y/o leyes que rigen su funcionamiento y sus objetivos, que les son impuestos a sus miembros. Por lo tanto al adherir cada sujeto (un infans por ejemplo) a este campo se apropia de estos enunciados y leyes que le brindan una convicción sobre la verdad de su pasado y la creencia en una posible certeza acerca de su futuro.


Para Piera Aulagnier es importante la simultánea catectización del modelo futuro y las certezas acerca de su origen. Si se produce una decatectización acerca del origen de la sociedad va a repercutir indefectiblemente sobre su futuro y el de sus integrantes..


El sujeto necesita certezas acerca de su origen que le permiten apoyarse en ellas y que al estar garantizadas estas verdades por el entorno social (discurso social y también texto escrito), le permite al niño poder liberarse de la dependencia de sus primeros referentes (la voz de la madre). Para poder liberarse de la dependencia materna necesita que la mayoría del conjunto de las voces catectizen un mismo ideal, dicho de otro modo que el niño pueda proyectarse en el conjunto social ocupando el lugar del sujeto ideal para dicho grupo.


El Contrato Narcisista


El contrato narcisista es un pacto de intercambio entre el sujeto y el grupo.


El grupo espera que el sujeto retome por su cuenta aquello que enunciaba la voz de sus predecesores para asegurar la permanencia y la inmutabilidad del conjunto. El grupo garantiza la transferencia sobre el nuevo miembro (el niño) el reconocimiento que tenía el predecesor desaparecido.


Del lado del sujeto (nuevo miembro) éste se compromete a repetir el mismo fragmento de discurso. El sujeto ve en el conjunto (el grupo) el soporte que se le ofrece (y necesita) su libido narcisista y por eso se incluye o acepta el discurso del conjunto. A cambio el grupo reconoce que el sujeto pueda existir sólo gracias a aquello que su voz repite (los enunciados del conjunto).


Por lo tanto el Contrato Narcisista se instaura gracias a una preinvestidura o precatectización del niño por parte del grupo (el grupo familiar) como una voz futura que ocupará el lugar previamente designado para el infans. Por lo tanto el grupo anticipa el rol proyectado sobre el niño que éste debe jugar, también proyecta sobre él su modelo ideal, sobre la creencia en la permanencia y la perennidad del conjunto social; y por su parte el niño (futuro sujeto) al catectizar el modelo ideal propuesto por el conjunto social desarrolla, o mejor dicho, potencia en su psiquismo un sentimiento de inmortalidad en él.


El modelo ideal sustentado por el grupo social es proyectado en el futuro de este niño, atrayendo la libido narcisista de sus miembros. Este discurso del conjunto brinda al niño una certeza acerca de su origen, lo cual le permite el acceso a la historicidad que es un elemento esencial para la instauración y el desarrollo del proceso identificatorio y la autonomía del Yo. El sujeto por su parte transfiere su libido narcisista sobre el grupo, el cual le ofrece una prima futura (ilusoria) pues (el sujeto) tiene la ilusión de que una nueva voz (un niño) retomara su discurso permitiéndole tener la ilusión de inmortalidad a través de éste futuro niño-sujeto.


Si bien el Contrato Narcisista es universal hay una variabilidad entre diferentes sujetos, diferentes parejas, pues es variable la calidad y la intensidad de la catectización del contrato que une a la pareja parental con el conjunto social. Lo mismo sucede con aquello que la pareja de los padres valoriza del discurso del conjunto social.


Los padres imponen al Yo del niño un primer conocimiento de la relación que ellos tienen con el campo social y como éste (el conjunto social) se relaciona con la pareja parental. Puede ocurrir que la pareja de los padres rechace las cláusulas esenciales del contrato narcisista, como ocurre en las familias psicóticas que presentan un carácter cerrado al conjunto social, lo cual determine que sus miembros (el niño por ejemplo) no puedan encontrar fuera del microcosmo familiar un soporte que le permita lograr la autonomía (fuera de su grupo de características endogámicas) indispensable para su Yo.


También puede suceder que el medio extrafamiliar imponga un contrato viciado al no reconocer en la pareja parental elementos que le permitan incluirse en el conjunto social (diferentes formas de discriminación y exclusión), lo cual determina que la pareja de los padres se sienta maltratada o victimizada por parte del conjunto.