La UE levanta un muro ante Nethanyahu

"No seguiremos a EEUU", cumbre en Bruselas
"Ningún país de la Unión Europea seguirá el ejemplo estadounidense" sobre Jerusalén y la solución única y "realista" para Medio Oriente son dos Estados.


El desayuno entre el premier israelí, Benyamin Netanyahu, con los jefes de la diplomacia de los 28 en Bruselas, cayó como una ducha helada. La misma alta representante para la política exterior europea Federica Mogherini, prudente, al término de dos horas de un intercambio muy franco y por momentos duro, congeló al premier israelí: "sé que Netanyahu espera que otros sigan la decisión del presidente (Donald) Trump, de trasladar la embajada a Jerusalén. Puede tener esas expectativas para otros, porque de parte de los Estados de la Unión Europea esta medida no llegará", expuso.

En Bruselas, Netanyahu llegó para mantener un encuentro previsto desde hace tiempo (los lituanos lo habían invitado), pero a la luz de los últimos acontecimientos la visita adquirió un significado más urgente.
"El presidente Trump puso los hechos como son sobre la mesa.
La paz está basada en el reconocimiento de la realidad. Y que Jerusalén sea nuestra capital es evidente a todos", dijo Netanyahu. Y luego pidió a los palestinos "reconocer al Estado judío con Jerusalén como capital".
Pero después del enfrentamiento del domingo con el presidente francés Emmanuel Macron y con los ministros de la UE, el premier israelí se encuentra frente a un nuevo "reality check", y abandonó Bruselas sin reunirse con el presidente de la Comisión europea Jean-Claude Juncker, oficialmente a causa de la nieve.
La medida sobre Jerusalén no le gusta al vicecanciller británico, Alan Duncan, quien advirtió sobre las consecuencias.
El viceministro italiano, Mario Giro, alertó: "el gesto unilateral estadounidense arriesga atizar el fuego". E incluso se sumó a esa posición compacta en torno a una solución a dos Estados el húngaro Peter Szijjarto, a pesar de que Budapest en los últimos días tomó posición contra un documento de condena de los 28 a la medida de Washington, bloqueándolo.

Al menos ocho países, guiados por el belga Didier Reynders, pidieron compensaciones por las infraestructuras destinadas a las comunidades palestinas destruidas, y financiadas por sus países.
Una cuenta estimada en 1,2 millones de euros. Y también la cuestión de los asentamientos no pasa desapercibida.
"No hay que ilusionarse", advierte Mogherini, que para enero invitó al presidente palestino Abu Mazen. "La sola iniciativa de Estados Unidos no tendría éxito porque sirve un marco regional e internacional que acompañe" el reinicio de las negociaciones del proceso de paz que "en este momento aparece muy lejano", indicó.

Por ello es necesario seguir trabajando con el cuarteto, con Estados Unidos, Rusia y Naciones Unidas, extendiendo el formato a países como Jordania y Egipto, concluyó.