Descartan imponer una barrera sanitaria para proteger la producción porcina

Fuentes del Gobierno bonaerense descartaron imitar una medida que estudian Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos para proteger la producción porcina ante el riesgo sanitario que implica la introducción de carne de cerdo desde los Estados Unidos.


A la hora de esbozar un balance de la política exterior en materia de comercio agropecuario, definitivamente los números no cierran para el oficialismo. Como muestra, se puede analizar la situación del sector porcino, que en el transcurso de 2017 sufre cada vez más los embates de la apertura de importaciones.
Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos analizan la posibilidad de establecer una barrera sanitaria para prohibir el ingreso de porcinos provenientes de Estados Unidos. Buenos Aires lo descartó.

A modo de hoja de ruta, los productores argentinos compiten en estos días contra sus colegas de Brasil, Dinamarca y Canadá, y tras la visita del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, a esta lista se suma el gigante del norte. En esta instancia, el gobierno argentino negoció el ingreso de limones a Estados Unidos a cambio de permitir el ingreso de porcinos provenientes de Norteamérica. Y en medio de estas negociaciones, nuestro país también sufrió la pérdida del biodiesel a ese país, que significa un ingreso de divisas por 1.250 millones de dólares.

En el caso de la carne de cerdo, hay dos frentes que encienden luces de alerta. Por un lado, los productores compiten en condiciones de desigualdad con sus pares extranjeros, en un contexto de apertura cada vez mayor de productos importados. La lista en este rubro es amplia: peras, manzanas, cebollas y maquinaria agrícola, por mencionar algunos.

El otro tema que abre interrogantes en el mediano plazo es la cuestión sanitaria. En la actualidad, Argentina goza de un status sanitario libre del Síndrome Respiratorio Reproductivo Porcino, (PRRS), que ocasiona enfermedades reproductivas y abortivas en el rodeo porcino.

En Norteamérica, los porcinos tienen esta enfermedad, y si se trasladara al ámbito local, los efectos serían devastadores, tanto a nivel sanitario como en la pérdida de mercados externos.

La región centro del país tomo nota de esta situación, y en estos días las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos analizan la posibilidad de establecer una barrera sanitaria para prohibir el ingreso de porcinos provenientes de Estados Unidos.

La decisión se empezó a analizar la semana pasada, durante una reunión que en Rosario, sede de Federación Agraria, mantuvieron las autoridades de las carteras de Producción de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, aunque todavía no hay definiciones.

Si bien esta medida es principio es solo una idea, y para su implementación requerirá que las provincias coordinen sus controles bromatológicos, es una clara señal de advertencia para el gobierno nacional; no es un dato menor que tres provincias afines a la Casa Rosada y de peso en el mapa agropecuario argentino busquen desmarcarse de las decisiones políticas del oficialismo.

En este contexto, el gobierno bonaerense tiene decidido no adoptar ninguna medida al respecto. “No evaluamos una barrera sanitaria”, respondieron fuentes del ministerio de Agroindustria ante una consulta, para decepción de los productores de Buenos Aires, un jugador destacado en la producción porcina, y de las entidades gremiales vinculadas a la actividad, que han manifestado en reiteradas ocasiones su disgusto frente al escenario planteado por el oficialismo a nivel nacional que incluye, además, un incremento desmedido de tarifas que impactan de lleno en la rentabilidad, aumento de costos y en los últimos 18 meses apertura indiscriminada de importaciones. Y a este combo delicado, se suma la posibilidad latente de “importar” enfermedades, situación que añade una preocupación más en un panorama muy delicado para esta cadena de valor.