Votar tres años antes para blindar el Brexit

"Reforzamos la Brexit". Según el laborismo "estamos listos"

Jugada estratégica de Theresa May. Adelanto de elecciones para consolidar al país de cara a las negociaciones de salida del bloque.

La premier británica, Theresa May, anunció hoy sorpresivamente la disolución de la Cámara de los Comunes y la realización de nuevas elecciones políticas para el 8 de junio.
Si bien lo había negado en al menos siete ocasiones en público, May dio esta noticia durante un discurso a la nación fuera de agenda ante el número 10 de Downing Street, después de excluir esa posibilidad en los últimos meses.
El objetivo declarado de esta decisión es fortalecer a su Partido Conservador para llevar a casa la salida de la Unión Europea, a pesar de las dudas de las otras formaciones.
Aquello implícito, aprovechando de los sondeos que, tomándolos esta vez como buenos, le permiten esperar hacer un desplazamiento limpio de la oposición, comenzando desde un Laborismo dividido sobre el liderazgo -desde hace un tiempo radical y demasiado blando- de Jeremy Corbyn.

"No estoy dispuesta a permitir que los opositores de la Brexit debiliten a Gran Bretaña", proclamó May.
La premier británica cuenta, según sondeos, con una amplia ventaja de su Partido Conservador sobre la oposición laborista capaz de reforzar su poder en el camino hacia la Brexit, el divorcio del Reino Unido de la UE.
May, que sucedió hace menos de un año en la guía del gobierno y de los conservadores a David Cameron sin pasar por las urnas después de la derrota del entonces premier en el referéndum sobre la Brexit del 23 de junio, había dicho siempre querer llegar al final de la actual legislatura iniciada con los comicios del 2015 y destinada en teoría a concluir en el 2020.
Hoy, sin embargo, llegó el imprevisto cambio de marcha, anunciado después de una reunión del consejo de ministros y explicada como necesaria para dar "certeza y estabilidad" al país frente a las resistencias atribuidas a la oposición y a la Cámara de los Lores sobre el divorcio de la UE.
May, en tanto, negó haber tomado esta decisión por oportunismo. La culpa, en sus palabras, recae sobre la oposición. Sobre los laboristas de Corbyn, como sobre los liberales demócratas de Tim Farron y sobre los independentistas escoses del SNP de la primera ministra de Edimburgo, Nicola Sturgeon, (pero también sobre los "miembros no electos de la Cámara de los Lord"), todos "culpables" al sentir de ella de haber amenazado con poner palos en las ruedas en la negociación para el divorcio de Bruselas.

"El país quería estar unido" en esta fase, "Westminster no", insistió. "Nos consideraban débiles", pero "subestimaron nuestra determinación de llevar a cabo el trabajo" y poner en práctica el mandato popular del referendo del 23 de junio del año pasado.
"Cada voto a los conservadores me hará más fuerte en las negociaciones con primeros ministros, presidentes y cancilleres de la UE", será "un voto para una Gran Bretaña más fuerte", dijo May lanzando la primera apelación-eslogan a los electores y reiterando que de la Brexit "no se vuelve atrás".
A título de "garantía" indicó las expectativas aún "elevadas" para la economía británica bajo el timón Tory y los datos record sobre la ocupación, resaltando sobre las igualdades sociales e incógnitas del después de la UE. En tanto Corbyn, comprometido en poner juntas las piezas del Laborismo al menos para la campaña electoral, prueba en creer aún, prometiendo un país y una Brexit "más justos". Mientras Farron juega la carta del no a "una dura Brexit" y Sturgeon aquella de la independencia de Escocia por un reino que May quiere llevar aún "más a la derecha".
Bruselas por su parte finge indiferencia y hace saber que sus planes de negociar no cambian.

Los sondeos en tanto hablan claro, oscilando entre un devastador 21% de ventaja de los Conservadores sobre los Laboristas (encuesta Yougov) y un margen en caída de menos de 10 puntos (investigación Opinum publicada el pasado domingo).
Con los Libdem en recuperación, pero no sobre el 12%; el Ukip huérfano de Farage en caída, pero no por debajo del 10% y el SNP está en baja en Escocia y solo en Escocia.
Las estimaciones sobre las asignaciones de las bancas, con el sistema uninominal británico, prevé incluso que el Partido Conservador alcance los 395 diputados (contra los 331 actuales), es decir 140 más que todos los otros grupos.

Si es así, para Theresa May se abriría una pradera para gobernar los próximos cinco años, además del horizonte de la Brexit, con una mayoría absoluta e histórica que ni siquiera la la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, tuvo a su disposición.