El congreso brasileño votó una ley que habilita amplia tercerización laboral

Es un proyecto de 1998 que llevaba quince años "parado"



La Cámara de Diputados de Brasil, en una sesión con ribetes de escándalo, convirtió en ley un proyecto de 1998 que legaliza cualquier tipo de tercerización en el mundo del trabajo, allanando el camino para eliminar el vínculo entre un empleado y su empleador.

La base aliada del gobierno del presidente Michel Temer logró por 231 votos a favor y 188 en contra y 8 abstenciones convertir en ley un proyecto aprobado en 2002 en el Senado y desempolvado por el presidente de Diputados, Rodrigo Maia, aliado del Poder Ejecutivo.

La nueva ley cambia radicalmente el escenario legal del mundo laboral brasileño, ya que quiebra el régimen de la Consolidación de Leyes del Trabajo (CLT) instaurado el 1 de mayo de 1943 por la presidencia de Getulio Vargas y vigente hasta ahora.

"Se está enterrando la ley laboral vigente desde 1943. Para esto fue realizado el golpe contra Dilma Rousseff, este proyecto precariza al empleo y es a pedido de las patronales", dijo Carlos Zarattini, jefe del bloque del opositor izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Maia, del derechista Demócratas, defendió la propuesta al afirmar que coloca a Brasil "en línea con el mundo desarrollado, como Estados Unidos" al flexibilizar el vínculo entre empleado y empleador.

Hasta el momento, en Brasil regía la tercerización para actividades laterales: por ejemplo, una fábrica de plásticos mantenía por ley a sus empleados registrados, en blanco, pero podía tercerizar los servicios de limpieza y vigilancia.

Ahora, se podrá tercerizar la llamada "actividad-fin", es decir toda la actividad de una fábrica podrá realizarse con autónomos, sin necesidad de pagar cargas sociales.

El proyecto que data de la época del gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) fue desempolvado por Maia en las últimas semanas como una muestra de poder de la base que sostiene a Temer.

En 2002 el Senado había aprobado el proyecto y nunca más avanzó. El presidente Temer, ahora, debe promulgar la norma.


El texto fue reflotado por el Rodrigo Maia,
titular de la Cámara baja y aliado de Temer

"El proyecto ayuda al trabajador porque se le mantienen los derechos y se le da previsibilidad. Los patrones tendrán más facilidades para generar empleo. Brasil no puede rendirse más a las leyes laborales basadas en ideologías anacrónicas", dijo Marcus Pestana, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aliado de Temer. La oposición acusó a la influyente Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP) de haber auspiciado el proyecto, que aumenta también de 90 a 180 días el período de prueba para que un empleado sea considerado fijo en su puesto.