En medio de la resistencia a Trump, crece el optimismo en Wall Street


 
La confianza de los consumidores se mantiene relativamente alta.



De manera casi desapercibida, la economía de Estados Unidos empieza a acelerar.

La mejoría no es tan dramática como el torrente de noticias políticas generadas en Washington; después de todo, cuando una economía mejora, se hace evidente a través de una serie de datos que solo son un poco mejores de lo esperado. Eso es exactamente lo que ha pasado. En cuanto al gasto de los consumidores, el mercado laboral y el sector manufacturero, la economía parece haber experimentado un crecimiento consistente y generalizado al principio del año.

Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que se presente una recaída. Pero el movimiento positivo ha sido casi uniforme en los albores de la era Trump.

Puede que el efecto de algunos de los factores que han impulsado a la economía sea temporal. Los precios de los energéticos estaban cerca de los niveles más bajos hace un año y, gracias a que se han recuperado desde entonces, también la explotación petrolera y campos relacionados se encuentran en recuperación. De igual manera, los efectos del repunte en el valor del dólar que hubo entre 2014 y 2015 ya se notan en la economía y no frenan al sector manufacturero como ocurrió en algún momento.

Las inusuales temperaturas durante el invierno pueden haber sido uno de los factores que influyeron para alcanzar estas cifras positivas, pues algunas personas que en un año normal se habrían quedado en casa por las nevadas se dedicaron a hacer compras. Sin embargo, la tendencia positiva de los últimos datos corresponde a un periodo de varios meses, e incluye un conjunto de datos en el que no debería influir tanto el clima.

Las ventas al menudeo aumentaron 0,4 por ciento durante enero, de acuerdo con cifras del Departamento de Comercio, eso sin contar un alza de 0,8 por ciento en la comercialización de automóviles. Continue reading the main story Foto

Las ventas en librerías han sido fuertes, lo que ha contribuido a la vitalidad de la economía estadounidense. Credit David Ryder/Bloomberg

A pesar de que la producción industrial total cayó un 0,3 por ciento en enero, según datos recientes de la Reserva Federal, solo se debió a que, como el invierno no fue tan crudo, se redujo la demanda de energía y por lo tanto también bajó la producción de las empresas de servicios. La producción manufacturera creció un 0,5 por ciento. Para cerrar con broche de oro los datos positivos que indican un crecimiento en la economía, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York declaró que su estudio de actividad comercial se disparó al nivel más alto que ha alcanzado en dos años.

Con estos datos se mantiene un tema ya recurrente. Aunque la tasa de desempleo es baja, fueron creados 227.000 nuevos empleos en enero. El número de personas que solicitan por primera vez ayuda económica debido al desempleo se ubica en niveles bajos que no se habían registrado desde la década de 1970.

Si la Reserva Federal aumenta las tasas de interés esta primavera, como sugirió la presidenta Janet Yellen, con el propósito de evitar que se sobrecaliente la economía y suba la inflación, será el tercer aumento desde diciembre de 2015. También indicaría una disposición a comenzar a subir las tasas de manera más continua o acelerada.

El mercado de valores alcanzó nuevas cifras récord en días recientes gracias a que se combinaron datos económicos positivos y cierto optimismo ante la expectativa de que la administración de Trump aplique cortes a los impuestos de las empresas y elimine normas para favorecer las ganancias. Es verdad que una guerra comercial u otras interrupciones podrían resultar dañinas, y los mercados podrían cambiar de dirección con rapidez si Washington no cumple lo que se espera.

Pero el flujo constante de mejores datos económicos nos hace pensar que el panorama es positivo para 2017 si el presidente Trump y Yellen logran evitar un error terrible.