En la city están alertas por marchas y contramarchas de la gestión económica

Un equipo desorientado


Después de eliminar el Plan Ahora 12/18, el Gobierno promovió a través de la banca pública un programa de compra de electrodomésticos en 50 cuotas fijas a tasa subsidiada. Estimación de consumo equivocada del BCRA.


El plan de 50 cuotas del Nación es una iniciativa desesperada del Gobierno para alentar el consumo.
Por Federico Kucher


El Banco Nación es la entidad financiera más grande del país. Maneja más de la mitad de los depósitos del sistema y cuenta con 9 millones de cuentas bancarias. En la última semana lanzó un programa para compra de electrodomésticos en 50 cuotas fijas con una tasa de interés subsidiada del 19 por ciento anual. En los bancos privados se cobra arriba del 50 por ciento para hacer este tipo de compras en cuotas fijas con la tarjeta. Lo llamativo de la medida es que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, fue uno de los promotores del Ahora 50. Es el mismo economista que se quejó hasta el cansancio por el precio del dólar futuro en 2015, al afirmar que el sector público no podía regalarlo (subsidiarlo) a 10 pesos cuando en los mercados como el de nueva York, sin intervención, se vendía a 15. La gestión parece haber cambiado los criterios del titular del Central.

Una de las principales preocupaciones del Gobierno es la falta de reacción de la demanda. Se perdió el eje para recuperar los niveles de consumo previos a la devaluación de diciembre de 2015. El plan de 50 cuotas sin interés se lanza ahora como una iniciativa desesperada para intentar moderar el incremento de las tensiones sobre las ventas de bienes durables provocadas a principio de febrero por el programa Precios Transparentes. Son cada vez más los economistas que observan en forma crítica esta falta de coordinación. “Ni el kirchnerismo se atrevió a sacar 50 cuotas fijas con esta tasas. Pero es gracioso que no lo lanzan porque tienen una voluntad de estimular el consumo sino que la sacan para intentar compensar el desastre que hicieron con otra medida anunciada apenas tres semanas antes”, le dijo a este suplemento el ejecutivo de banco líder.

Las dificultades para recuperar el consumo del mercado interno parten de un error de diagnóstico del equipo económico. Una revisión del archivo permite observar que los funcionarios del macrismo estaban convencidos de que, pese a la caída del salario real, el salto de los precios y la distribución regresiva del ingreso, la demanda agregada podía continuar en expansión gracias a las expectativas generadas por el cambio de Gobierno. El 18 de octubre de 2016, por caso, Sturzenegger se pasó buena parte de su conferencia de prensa intentando convencer al auditorio de que el consumo no estaba cayendo. “Los indicadores del Indec muestran que la demanda de la población creció en forma interanual alrededor del 0,5 por ciento en la primera mitad de 2016. Es un dato para destacar. Muchas veces pasa desapercibido y hay una tendencia a suponer que este año el consumo bajó, pero no es así”, sostuvo.

Cuando se le preguntó cómo podía estar ocurriendo eso, puesto que los sectores asalariados no sólo no gastaron más sino que recortaron demanda por la reducción del poder adquisitivo y el aumento del desempleo, el titular del Central no dio una respuesta consistente. “El consumo es una medición muy amplia. Es verdad que podría indagarse por qué aumentó. Pero lo que yo quería enfatizar es simplemente que creció el consumo”, dijo. Unos meses después de esa conferencia resulta claro que era importante indagar por qué creció o no el consumo antes de defender algo que era imposible de creer. El Indec revisó sus indicadores de actividad y anotó que en el primer semestre de 2016 el consumo privado no subió 0,5 por ciento sino que tuvo una caída cercana al 0,1 por ciento.