Beppe Grillo y "El apocalípsis de la información dominante"




Beppe Grillo, el cómico italiano que fundó en 2009 el Movimiento 5 Estrellas (M5S), hace un año que dejó el liderazgo del partido para “recobrar la libertad” porque “la política es una enfermedad mental”. Si bien ya hace un año que Grillo, de 68 años, había ido desapareciendo de la primera línea, dejando su lugar al empresario milanés Gianroberto Casaleggio y a los jóvenes parlamentarios del M5S, hasta ahora no se había decidido a quitar su rostro del logo del partido y a anunciar, aunque con matices, su marcha. “No me estoy alejando”, ha declarado en una entrevista al Corriere della Sera, “digamos que doy un paso al lado. Estoy tranquilo porque tengo ganas de reconquistar mi libertad”.


La aparición de Grillo y del M5S en el panorama político italiano significó una revolución. Con la única ayuda de un blog y de una caravana con la que recorrió el país denunciando los abusos de “la casta”, logró formar un movimiento de indignados que, en las elecciones generales de 2013, logró convertirse en la segunda fuerza política de Italia. Llegó a disponer de 11 alcaldes, 17 parlamentarios europeos, 91 diputados, 36 senadores y 1.500 consejeros municipales y regionales. Pero lo que casi es más importante, logró que el resto de los partidos –en especial el Partido Democrático (PD)—tuviera que replantear su política para atender el clamor que subía de la calle y que no habían sido capaces de escuchar.


La determinación de Beppe Grillo y de Gianroberto Casaleggio, un empresario milanés experto en redes, de no pactar nada con ningún partido tras las generales de 2013 impidió gobernar al ganador de las elecciones, Pier Luigi Bersani, identificado por el M5S como un exponente más de la vieja casta, y provocó que el entonces presidente de la República, Giorgio Napolitano, decidiera renovar su mandato y permanecer en el cargo para desbloquear la situación designando como primer ministro al socialdemócrata Enrico Letta. Pero, de igual forma, esa determinación innegociable de permanecer alejados del poder y de sus beneficios –obligó a sus parlamentarios a renunciar a buena parte del sueldo y las prebendas--, ha provocado que un buen número de los diputados y senadores elegidos bajo las siglas del M5S terminara abandonando su disciplina.


En la hora de su despedida –no se sabe si provisional o definitiva--, Grillo asegura que regresará de lleno a unos escenarios que nunca abandonó, y llega a decir que solo fue un político en la imaginación de los italianos. “Mirad”, explica, “yo he sido siempre aquel cómico que conocisteis hace tiempo, lo que ha cambiado es vuestro punto de vista hacia mí. En realidad no hay dos personalidades de Grillo, es la esquizofrenia de millones de personas que han identificado en mí dos papeles, el de cómico y el de político”. El ya exlíder del M5S dice que utilizará su nuevo espectáculo, a caballo entre la tecnología y el cabaré, para “sanar el delirio de masa, una gran psicoterapia de grupo”.


Hace un año, en una entrevista con este periódico, Beppe Grillo explicó que su entrada en la política se debió precisamente al reclamo de las personas que asistían a sus espectáculos. “Los espectadores”, explicó durante una larga conversación en Milán, “salían de mis espectáculos diciendo: bien, Beppe, ¿y ahora qué hacemos? De aquella pregunta surgió un programa político —cuyos dos puntos principales son la renta básica y la salida del euro— y una serie de listas cívicas con las que empezamos a entrar en los ayuntamientos y las regiones hasta llegar, en 2013, al Parlamento”.