Demócratas en pie de guerra contra Trump

Listos a dar batalla sobre Secretario de Estado amigo de Putin
Los demócratas estadounidenses se preparan para la primera batalla real en el Congreso contra Donald Trump y es por el nombramiento del secretario de Estado Rex Tillerson, considerado amigo y socio de negocios del presidente ruso, Vladimir Putin.
Esto sucede en un contexto en el que la controversia aún continúa sobre la presunta interferencia de Moscú para favorecer la victoria del magnate sobre Hillary Clinton en las pasadas elecciones presidenciales.
Las audiciones sobre los miembros del nuevo gobierno se abren a comienzos de 2017, antes de la asunción de Trump en la Casa Blanca, y el poderoso ex número uno del coloso petrolífero Exxon Mobile, elegido como jefe de la diplomacia estadounidense, corre el riesgo de convertirse junto al magnate en el símbolo de los conflictos de interés inherentes a la nueva administración.
Por no mencionar, por su puesto, los vínculos en negocios y personales con el Kremlin, que alimentan las dudas también de muchos en el partido republicano.
La cita programada para el 11 de enero, cuando Tillerson se presente frente al Comité de Negocios Exteriores del Senado para ser escuchado durante toda la jornada.
Una audición en dos etapas, en la que será puesto bajo la mira sobre todo por su gestión en Exxon Mobile y por sus relaciones con Moscú.
Dos temas que corren el riesgo de eclipsar otros temas fundamentales de política exterior como la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico o la paz en Medio Oriente.
Para el partido de Barack Obama, que salió golpeado de la derrota de Clinton y por la victoria republicana en el Congreso, Tillerson es visto como el punto de partida de un posible rescate. El objetivo -escribió el diario Washington Post- no es tan irreal el detener la postulación, sino mas bien aquel de obligar a Tillerson a un doble compromiso.
La primera es la de desinvertir completamente e inmediatamente de la Exxon (se habla de una indemnización de 175 millones de dólares para ser pagado de inmediato y no diluirlo en años como prevé la ley de la empresa). El segundo compromiso que los demócratas quieren rasgar del futuro secretario de Estado es un "hoja de ruta" de política exterior en la que sea clara una discontinuidad de la línea planteada frente a altos directivos.
A partir de sus relaciones con Rusia que no pueden -es la advertencia también de muchos republicanos- es influenciar las relaciones personales de Tillerson y con Putin.
Es el diario New York Times el que hace un recorrido de las etapas de las relaciones entre Tillerson y Moscú: desde 2008, cuando el directivo se expresó en términos muy críticos sobre el sistema judicial ruso (no hay respeto por la ley hoy en Rusia", decía) a nuestros días, aquellos en el que él mismo no escondía "las relaciones muy estrechas con el presidente Putin".
Y con Igor Sechin, el poderoso número uno de Rosneft, la compañía petrolífera de estado rusa.
Relaciones que dieron a Exxon un proyecto conjunto por 500.000 millones de dólares por la perforación en el Artico y en el Mar Negro. Y un acuerdo ultramillonario también para desarrollar la producción de petróleo en Siberia.
Proyectos bloqueados en 2015 a causa de las sanciones hacia Moscú. Aquellas sanciones sobre las que Tillerson siempre se manifestó contrario.