“Después de devaluar, este Gobierno tiene pocas herramientas de política económica”

Entrevista



Ariel Coremberg


Ariel Coremberg es licenciado en Economía de la UBA, desde donde dirige el proyecto Arklems, que busca medir la productividad de la economía argentina. En una entrevista con BAE Negocios, Coremberg asegura que “vamos hacia una época de tipo de cambio bajo” y que la industria “es el sector que veo más complicado”.

—¿La actividad está tocando un piso?
—Cuando hay recesión es difícil avizorar el horizonte de cambio de ciclo. El primer semestre cerró con una baja del -1,7%, porque se conjugó sectorialmente que la cosecha no creció tanto como se esperaba por efectos climáticos adversos, básicamente por inundaciones, lo que afectó a diversas actividades como los cultivos y la cría de animales. Yo hasta ahora vi sólo que hubo un repunte en la tasa de variación de patentamientos de autos. Poco. No hay señales concretas de que haya tasas positivas, que no significa salir de la recesión. Estados Unidos no salió de la recesión cuando empezó a crecer a tasas positivas en 2010, sino cuando el nivel del PBI superó el nivel de antes de caer. Eso fue recién en 2011-2012. Europa recién ahora recuperó el nivel de producción que tenía en 2008.


Dar competitividad a los sectores exportables con devaluación no me
parece una política para reactivar ahora

—¿Qué sectores son los más perjudicados?
—En industria las caídas son menores que en años anteriores. Pero es cierto que la industria hace rato que presenta tasas negativas muy profundas. Te diría que uno de los dilemas es cómo van a hacer para salir de la recesión. Es el sector que veo más complicado. El tipo de cambio real es el que está desmejorado. Vamos a una época de tipo de cambio real bajo. Y es lógico que si vas a época de tipo de cambio real bajo saques las retenciones, que es lo mismo que hicieron en el 91. Las retenciones aparecen cuando pegas una megadevaluación como Krieger Vasena, Remes Lenicov o Álvaro Alsogaray en el 62. Por eso la Sociedad Rural lo odiaba. La práctica lleva a determinadas personas a obrar en contra de su ideología, a tomar decisiones inconsistentes. Si empezás a usar el tipo de cambio como ancla, aunque no llames convertibilidad, se parece bastante.

—¿Qué puede hacer el Gobierno para salir de la recesión?
—Lo que puede hacer el estado es la típica solución keynesiana de reactivar la obra pública. Acá la variable clave es reactivar la obra pública paralizada por un tema de gestión desde septiembre del año pasado, cuando vieron que perdían las elecciones. El tema del traspaso del mando fue un problema porque no había un inventario de políticas, no se pasó el archivo de un secretario a otro. Las perspectivas a futuro, lo que espera el Gobierno es que se reactive por el lado de la demanda de inversión. No hay mucho que decir ahí. Si la inversión no reacciona ahí si que vamos a tener en varios trimestres con recesión, porque el consumo todavía no reacciona por el lado de la demanda por las correcciones que tuviste que hacer por la herencia que recibiste. Incentivar la obra pública implica recurrir al gasto público, aunque sea el mejor si querés, porque no es gasto corriente. Pero tenés un déficit del 6 por ciento. No lo podes financiar. Va a aparecer ahora la nueva moda de la asociación pública privada en la que los inversores privados pueden entrar a un mecanismo de financiamiento de la inversión productiva de distintos mecanismos , con distintos contratos y tasas de interés. Pero la obra pública todavía no arrancó. Al voltearse el tema tarifas por un tiempo no hay baja del déficit fiscal. El estado tiene que financiar 7 puntos del producto.


Lo que puede hacer el estado es la típica solución
keynesiana de reactivar la obra pública

—¿Se puede apelar a una devaluación como en el 2002?
—Hay pocas herramientas de política económica. Por ejemplo Broda o Frenkel dicen que para salir de la recesión se necesita un tipo de cambio real alto, algo que tuvimos en el 2002 con una devaluación que tuvo pass through parcial por la recesión y después auge en el precio de los commodities. Ahora no tenemos auge. El mundo no está en contra pero tampoco a favor. El crecimiento de China se va moderando, los países desarrollados tienen crecimiento moderado. Y al sinceramiento cambiario ya recurriste. Darle competitividad a los sectores exportables con devaluación no me parece una política de herramienta para reactivar ahora, con 9% de desempleo que no es el 20% del 2001. Sería contractivo y el traslado a precios, rapidísimo. Hubieran ganado Scioli, Macri o Massa, ninguno iba a tener la herramienta de política cambiaria. Por la inflación que heredaste no podes usar la herramienta cambiaria que tanto nos costó recuperar después de la crisis de 2002.

—¿Cómo se paga este nuevo ciclo de endeudamiento del sector público y privado?
—Para no recurrir a un rollover permanente, no necesariamente es malo en tanto y en cuanto mejore la madurez, todos se manejan así menos nosotros que decidimos “vivir con lo nuestro” en el presente. Esa deuda es del país. La señal que vos tenés que mandar de solvencia es alta tasa de crecimiento, bajo costo del capital y exportaciones. Generar a largo plazo demostrar como país que generas divisas sin endeudarte. La clave fundamental para la solvencia externa del país es el crecimiento de las exportaciones. La otra es la productividad. Y eso no lo conseguís si haces autopistas y después no las mantenés. El otro punto para la sostenibilidad es la solvencia externa. La variable fundamentar son las exportaciones. Crecieron más durante la Convertibilidad en volumen que durante el 2002-2012, aunque es cierto que entre 2002-2007 creció arriba de este promedio. Argentina crece a ritmo del 1% en su PBI físico per cápita desde hace 70 años, Australia al 2%. Por eso no somos Australia. Hoy estamos al 80% de Estados Unidos y ellos al 20%. Mientras tanto, Chile no para de crecer desde hace 25 años. Necesitamos capitales de los argentinos y de no residentes. Encima tenés herencia. Para que en el largo plazo el pbi per cápita crezca 2% necesitamos que las exportaciones crezcan al 6% anual, si se tiene en cuenta que la elasticidad de las importaciones es de 1,5.