Cierre de comercios: Ramos Mejía de liquidación

Por la situación económica, muchos locales del centro comercial de Ramos Mejía están liquidando por cierre definitivo.


Matanza Digital recorrió los locales con carteles de “cierre por liquidación”, una postal de la actualidad del centro comercial de Ramos. La tendencia es liderada por locales de venta de ropa, pero la misma situación se repite en otros rubros, como zapaterías, casas de comida y hasta ferreterías.

“No hay venta. Por más que pongas un zapato a 200 pesos no se vende tampoco”, indicó a Matanza Digital Rafael, un comerciante de zapatos de damas que tiene local sobre la calle Alsina, a metros de Avenida de Mayo. Los modelos a la venta rondan entre $200 y $800 y, a pesar de los bajos precios por liquidación por cambio de temporada, el comerciante estimó que las transacciones “están un 50% más bajas, en relación a la temporada pasada”.

“No hay plata en la calle, es una crisis que hay en este momento me parece a mi. No hay ni $200, ni $800 no hay nada. A todo al que le preguntás. Al de la comida le preguntás, y también le va mal”, agregó.


En los comercios consultados por el medio, el factor que potenció la ola de cierres es el aumento en los precios de los alquileres. Frente a ese panorama, el comerciante se mostró preocupado: “Vamos a arreglar lo que me pide, lo que me sale, la verdad que estoy ahí… no sé lo que me va a pedir y están cerrando varios locales. Acá en esta cuadra había tres zapaterías, el único que quedo soy yo”, comentó, y añadió: “Antes yo veía que sobraba un poquito de plata. pero a la gente que le sobraba como para comprar un pantalón, un zapato o una camisa ahora no le sobra nada”.

Pero la baja en las ventas en un contexto de aumento de otros costos no es una preocupación única de los propietarios de los negocios, sino también de los trabajadores, cuya única fuente de ingresos es su salario. “Yo lo que no quiero es quedarme sin laburo. Mas allá de que uno no gana bien, pero peor es nada”, comentó una empleada que prefirió no dar su nombre, en una zapatería lindante a la intersección de San Martín y Bolívar. “Está brava la venta. A veces no se vende y me siento mal. Hoy por hoy yo me siento re incómoda porque no se vende. A veces un fin de semana cuando vendés un poquito te vas re contenta, como ‘bueno, vendí algo’; pero está difícil”, concluyó.

Fuente: Matanza Digital.