Arroyo quiere que los vecinos vuelvan a ser "felices" como en la última dictadura militar, de la que fue funcionario

Polémica en Mar del Plata

El intendente de General Pueyrredón, Carlos Arroyo, aseguró hoy que anhela que los marplatenses "caminen por la calle tanquilos como hace 40 años", fecha en la que comenzó la más sangrienta dictadura cívico militar de nuestro país.







El jefe comunal de Cambiemos en la ciudad de Mar del Plata aseguró que su deseo es que vuelva "el vecino feliz de hace 40 años, que podía caminar por la calle con tranquilidad e ir a cualquier lugar". "Queremos terminar con el malviviente", agregó Arroyo en una conferencia de prensa de presentación de la llegada de fuerzas federales a su distrito apra combatir la inseguridad. “Le diría a los delincuentes que vayan pensando en irse”, remarcó.

La polémica no tardó en llegar, es que la propuesta del intendente macrista gira en torno a remitirse a 1976, año en el que comenzó la más sangrienta dictadura cívico militar de nuestro país que desapareció a 30 mil persona.

“El delito es la consecuencia final de una cantidad enorme de estructuras previas que no fueron resueltas, empezando por la educación, la falta de vivienda, la falta de trabajo. Pero lo bueno acá, vuelvo a reiterarlo, es el grupo de trabajo que hemos formado. Me ocupé de hablar con las fuerzas federales para lograrlo, con las que tengo una excelente relación”, precisó Arroyo sobre la llegada de los efectivos a Mar del Plata, a la vez que agregó que esta ciudad "será uno de los distritos con mayor cantidad de fuerzas".

En varias oportunidades, organizaciones políticas y de derechos humanos cuestionar al ahora jefe comunal por sus dichos sobre el Golpe de Estado. De hecho, trascendió que durante su mandato como concejal en este distrito, Arroyo evitó participar de las sesiones especial en conmemoración del 24 de marzo, hoy llamado Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia.

El ajuste marplatense

El intendente de General Pueyrredón, Carlos Arroyo, decidió que los empleados municipales no podrán cobrar horas extra por 120 días. Además se congelarán los ingresos a planta y los funcionarios tendrán que abonar su servicio de teléfono celular.

Arroyo señaló que si bien con esas disposiciones buscaba optimizar los recursos, aclaró que "hay cosas en las que no voy a ahorrar: medicamentos y comida para los chiquitos. Si es necesario, vamos a invertir más".

"Ordené apagar la luz cada vez que se pueda apagar, no gastar combustible por el simple hecho de gastar, los vehículos oficiales se van a usar solo con permiso escrito para evitar desplazamientos innecesarios y los funcionarios no tendrán más teléfonos celulares pagos por el Municipio, se los tendrán que pagar ellos mismos", enumeró Arroyo.

El jefe comunal aclaró que "hay dependencias que van a tener horas extras pero en su justa medida" como en los "cementerios, las áreas de salud y en educación" porque "no vamos a resolver el problema dejando de pagar las horas extras".

El recorte se aplicará solo para la planta general de empleados por cuatro meses y además se dejará de pagar el concepto de días de vacaciones no gozadas. El decreto señala que "por excepción" se podrá autorizar horas extra para cubrir "cargos indispensables" y anticipa que el municipio "no puede dejar de prestar servicios esenciales", en especial en áreas como seguridad, educación, salud y desarrollo social.