Broda: "No van a llover dólares"

Entrevista de Jorge G. Herrera.- •

EL ECONOMISTA CONSIDERA INSUFICIENTE SÓLO ARREGLAR EL TEMA FONDOS BUITRE



Miguel Ángel Broda

"Hay que pasar un duro 2016, pero es la primera vez que veo una apreciable chance de salir de la decadencia. Ahora el país puede tener una oportunidad de crecer y tener un rol en la región", opinó el economista Miguel A. Broda. Respecto de Brasil, sostuvo que "está a la deriva, no esperemos nada ni en 2016 ni en 2017; este año el PBI cae como en 2015, y en 2017 puede no crecer. Obviamente si renuncia o sale Dilma, hay probabilidades de cambio, pero hay veinte candidatos a la presidencia, algunos peores que Dilma y Cristina". Broda duda que se pueda colocar toda la deuda que el Gobierno necesita para cubrir sus necesidades de financiamiento este año. A continuación, lo más relevante de la entrevista.

Periodista: ¿Su evaluación preliminar de la gestión del equipo económico?

Miguel Ángel Broda: Mi impresión es que el Presidente eligió una combinación de política monetaria restrictiva y política fiscal levemente expansiva, que no me gusta, pero es un avance; hablamos de inflación y déficit declinante. No es cierto que arreglar con los holdouts evite el ajuste fiscal porque arreglar con los buitres y no hacer el ajuste fiscal hace muy difícil una política monetaria para bajar la inflación. Entre lo que necesitamos para tener un nivel de reservas internacionales positivas, para emitir para el enorme stock de Lebac, y para cubrir el agujero fiscal es muy difícil la política monetaria que nos permita reducir la tasa de inflación. El Presidente ha sido asesorado de que esto es posible y mi impresión y la dinámica del programa monetario y fiscal que nosotros proyectamos me llevan a estar muy preocupado por el extraordinario gradualismo elegido, no porque uno no vea las restricciones políticas que la gobernabilidad impone, sino por la consistencia técnica del modelo elegido.

P.: ¿Cómo ve la gestión de la cosa pública en manos de managers?

M.Á.B.: En algunos lugares se nota una desconfianza a la burocracia, un miedo a pagar facturas por posible corrupción. En el BCRA hubo un proceso de adaptación, pero el Presidente eligió para el BCRA un economista que le decía que no era muy grande la necesidad de hacer un ajuste y que no había problema de cuenta corriente, y eligió para Hacienda un economista que no tiene la visión de la complejidad y la gravedad de la herencia. Pero la política cambiaria está intrínsecamente relacionada con la política monetaria antiinflacionaria, vino mejorando la intervención sustancialmente, si fue orden de Macri o de Prat Gay no lo sé, pero sí se mejoró notablemente y veo un aprendizaje muy útil.

P.: ¿Se apuraron a bajar las tasas de interés?

M.Á.B.: Obviamente, se apuraron también a liberar los stock de deuda con importadores y de los dividendos sin distribuir de la inversión extranjera. Cuando uno se cree que no tiene problemas de cuenta corriente y que van a llover dólares, se pueden pagar más rápidamente las importaciones que se debían, los dividendos que se debían, y bueno la verdad es que está mucho mejor, lo que no sé hasta cuándo, porque no veo un BCRA muy independiente.

P.: ¿Vamos bien?

M.Á.B.: Este es un año muy duro en el que se va a poner a prueba; tenemos que evitar una inestabilidad macroeconómica para que estas nuevas ideas de ser un país normal y copiar a los exitosos del resto del mundo den resultado. Hay proyectos, pero no van a llover dólares de corto plazo y tampoco van a llover inversiones en los próximos 6 a 8 meses. Así que la Argentina enfrenta un año muy duro en el que debería verse en el último trimestre del año un ambiente de negocios que estimule el amor al riesgo y que estimule la inversión.

P.: ¿Subestimaron la lluvia de dólares?

M.Á.B.: El BCRA sí. Probablemente no han llovido dólares de corto plazo y de portafolio por la cotización inicial del dólar. Pero reconozcamos que el BCRA a $15,8 va a salir a vender; veo un dólar móvil en la Argentina como tiene que ser en un país a la tasa de inflación que tenemos.



P.: ¿Qué estima para el PBI este año?

M.Á.B.: La economía no tuvo un buen cuarto trimestre y no tiene un buen primer trimestre este año. Con respecto al trimestre anterior, vamos a tener dos leves caídas, la Argentina, si usamos la medida de dos trimestres de caída, estaría en recesión, o sea, estamos en una estanflación, nuestro pronóstico del año, con notable incertidumbre porque tenemos que prever cómo será el programa monetario y fiscal, es que este año el PBI va a caer un 1,5% (el año pasado creció), probablemente sea más parecido a 2014 que a 2015; este año es de absoluta transición por la complejidad de la situación heredada: recomponer el tipo de cambio y las tarifas, tenemos reservas netas negativas, tiene que bajar la tasa de inflación, etc. Hay como una inconsistencia entre la gravedad de los problemas heredados y las apetencias de que algunos ministros quieren ser presidente. Creo que el ministro que arregle este desorden tiene que alquilar un departamento en Montevideo porque la herencia es muy pesada, de un país aislado del mundo, con exportaciones en caída libre; recomponer esto es una tarea muy compleja e inicialmente en el equipo económico que estaba trabajando con el Presidente había gente que creía que había que hacer más cosas de las que se están haciendo; pero el Presidente eligió y también es cierto que tiene que ganar la elección de 2017 y probablemente la de 2019. Es muy lindo ser voluntarista, pero las restricciones políticas están condicionadas a la consistencia técnica de lo elegido, y este es un modelo muy riesgoso, estrecho desfiladero que habrá que monitorear.

P.: ¿Hay tanto margen para endeudarse?

M.Á.B.: En 2015, dos tercios de las necesidades de financiamiento fueron cubiertas con el BCRA emitiendo pesos y dando reservas; este año dos tercios van a ser endeudamiento externo, una sustitución directa, porque el endeudamiento interno tiene techo. La llave del financiamiento para cubrir las necesidades del sector público y del BCRA consolidado va a depender de que coloquemos un número muy grande de deuda. Este año el agujero del déficit en pesos va a ser financiado en parte con emisión de deuda en dólares, que al revés de lo que piensan algunos colegas no va a ser comprando los dólares para cambiar a pesos, sino que van a ser comprados por el BCRA porque necesita reservas. Creo que las necesidades de financiamiento del país deberían incluir préstamos del FMI para recomponer reservas con menos condicionamientos de los préstamos contingentes. Necesitamos colocar u$s 40.000 millones, es una oferta muy grande, la mitad de todo lo colocado en el mundo emergente en 2015; esto sin duda le pone un piso alto a la tasa de interés que pagará el Gobierno, y esto es una mala noticia, porque la Argentina va a recuperarse con inversión privada no con la pública, y cuanto menos caiga el costo argentino, menos será la inversión privada. No estoy tan seguro de que podamos colocar esa cantidad y además no estoy tan seguro de que podamos hacer un programa de metas de inflación o de agregados monetarios riguroso. Con esa enorme colocación de deuda, creo que es absolutamente conveniente, útil, necesario arreglar con los holdouts y aplaudo la forma como se hizo, pero no estoy de acuerdo con el argumento de que esto sustituye el ajuste fiscal, porque pone en altísimo riesgo el programa monetario para lograr la reducción de la inflación. Espero que haya más coordinación entre Hacienda y el BCRA para bajarla.


Entrevista de Jorge G. Herrera