B, invasión brasileña


Temor por la apertura de las importaciones. Las compras se incrementaron luego de ocho meses a la baja, pero además cayeron drásticamente las exportaciones.


Las compras se incrementaron luego de ocho meses a la baja,
pero además cayeron drásticamente las exportaciones.


Por Ariel Maciel

Los números del intercambio comercial entre Argentina y Brasil despejaron dudas: la recuperación productiva para los argentinos por esa vía es, en el mejor de los casos, una utopía. Durante febrero su hundieron casi un 39% las exportaciones hacia el mayor comprador del país, pero el dato más preocupante es la ampliación del déficit bilateral por el aumento en las importaciones, que significó compras por u$s1.074 millones, un crecimiento de 11 por ciento.

Los especialistas consultados por BAE Negocios consideraron que los desajustes de las variables económicas tienen, sin embargo, soluciones alternativas. El escenario conflictivo está centrado en la crisis política por la que atraviesa la administración de la presidenta Dilma Roussef, con fuertes cuestionamientos judiciales y con una incesante discusión políticas con la oposición e inclusive con sus aliados parlamentarios.

El tembladeral que generó la investigación del Petrolao puso en jaque el funcionamiento del Mercosur, la integración comercial que supo generar dinamismos entre los países que lo integran, y que además sirvió de paraguas ante el aluvión comercial que la crisis europea intentó trasladar a gran parte de América latina. Sin una propuesta de disolución, el acuerdo regional caerá en desuso y los primeros síntomas ya se encuentran en marcha.

Sucede que las negociaciones para aumentar el intercambio comercial ya se encuentran en manos de los privados, en algunos casos sin la participación de la Cancillería brasileña en la Argentina. Así lo confirmaron fuentes industriales consultadas por este diario, cuyas empresas sufren la retracción económica del principal socio comercial del país vecino y que ahora ven con alerta el ingreso de producción excedente a la Argentina.

Un informe de la consultora Abeceb, que dirige el economista Dante Sica, señaló que “el comercio bilateral entre Argentina y Brasil se redujo un 5,1% interanual en el segundo mes del año, alcanzando un valor de u$s1.691 millones”. Según ese análisis, “la caída se debe a una reducción en las exportaciones hacia el país vecino, que fue amortiguada por un crecimiento en las importaciones desde dicho destino”, hecho que generó que “el saldo comercial bilateral alcanzó los u$s457 millones (deficitario para la Argentina), cifra que triplica el déficit del mismo período del año anterior”.

La reducción del orden del 35% de las importaciones que realizaba Brasil provocó la caída del 30,9 por ciento, con un valor que alcanza los u$s1.104 millones, de los envíos desde la Argentina en el primer bimestre. “La menor demanda brasileña de productos argentinos perjudica especialmente a los sectores industriales exportadores, altamente dependientes de las ventas hacia dicho mercado, en particular luego de un 2015 donde las exportaciones industriales hacia Brasil se redujeron un 32 por ciento”, enfatizó la consultora especialista en el comercio con el país vecino.

Es cierto que en los últimos años, la producción brasileña perdió terreno en la Argentina ante el avance competitivo de China, que se posicionó como un buen destino de las ventas pero también como un gran vendedor de sus productos. Por ese motivo, la variación positiva del 4,4% en las compras a Brasil durante febrero “se debe mayormente a que se trata de una base de comparación baja, dado que las compras desde el país vecino en los primeros dos meses del año acumulan contracciones desde año 2013”.

Sin embargo, este dato confirmó los rumores de la presencia de containers comprados por comerciantes argentinos que se van filtrando al mercado local. Y para dejar de ser “a cuentagotas”, un grupo de empresarios comenzó de manera privada negociaciones para “flexibilizar las fronteras comerciales” ante la inacción del Gobierno de Roussef.

“El problema de ahora es poder frenar el avance del sobrestock brasileño, que buscará a la Argentina como mercado principal, sin la intermediación diplomática, que fue el equilibrio de las asimetrías entre ambos países”, aseguró un directivo de una multinacional argentina, consultado por este diario.

Ante este escenario, Abeceb afirmó que la situación “enciende luces de alerta en los sectores industriales argentinos en el marco de un cambio en el esquema de política comercial a raíz del cambio de gestión política a fines del año anterior”. “Tras la derogación del sistema de DJAIs, que limitaba el ingreso de importaciones desde el año 2012, y a pocos meses de implementación del sistema de monitoreo a través de licencias no automáticas (SIMI), existe entre los actores productivos un cierto grado de incertidumbre acerca de la efectividad del nuevo sistema en términos de protección a los sectores industriales. Esto se agrava más aun considerando una situación que combina devaluación del real y caída de la demanda interna brasileña, lo que eleva los saldos exportables que tienen por objetivo principalmente el mercado argentino”, detalló el informe.


La industria brasileña encuentra mercado para sus productos en Argentina.

La crisis Brasil empeoró en el aspecto económico, social y político. El PBI 2015 fue del -3,8 por ciento, lo que significó la mayor caída desde 1990. La producción industrial se desplomó 13,8% en el bimestre. La confianza del consumidor fue 41,2% negativa, en comparación con el nivel máximo de fines de 2012. El desempleo creció 7,6% enero 2016, uno de los porcentajes más altos desde mediados de 2009. Además, la inflación se instaló en el 10,4% y por 14 meses consecutivos se estableció por encima de la meta. El déficit fiscal consolidado sobre porcentaje de PBI fue del -8,2 por ciento. Y la depreciación nominal de la moneda +60,4% desde fines de julo de 2014. Todos estos datos provistos por Abeceb dieron cuenta de la amenaza que significa para el futuro de la economía local.

Los industriales de la UIA constataron, durante su encuentro de Junta Directiva de la semana pasada, que la variable Brasil ya no es preocupación sino amenaza. Un informe del Centro de Estudios señaló que la actividad fabril de Brasil que “exhibió una merma de la producción manufacturera del 9,9% en2015 y se espera una contracción en torno al 3,2% para 2016”. Y si la comparación es con 2011, punto de muestra positiva, el país vecino producirá un 15% menos de bienes industriales.

“Como consecuencia de esta coyuntura económica, el desempleo nuevamente está creciendo en Brasil tras más de una década de una tendencia a la baja”, destacó el informe CEU, que agregó el impacto de ese dato negativo en la Argentina: “El problema de la industria argentina se ve agravado por su importancia para el empleo local, ya que el sector manufacturero es el sector que contiene la mayor parte de empleo privado registrado en la actualidad”.

Con estos datos, la mesa chica de la UIA le pedirá al ministro de la Producción, Francisco Cabrera, que endurezca los controles en las importaciones con Brasil, en medio de un “descontrol” en la vida institucional del país vecino. El cónclave será en la sede porteña de la entidad industrial de avenida de Mayo al 1100.

Pero tampoco puede quebrarse la relación con Brasil ante la ausencia de nuevos mercados en donde los productos argentinos sean competitivos. En la actualidad, la estructura del comercio exterior argentino que depende sustancialmente de Brasil. “El 75% del total de las ventas industriales al exterior estuvieron concentradas en 22 países. Es decir, el 12,7% de los países destino explicaron el 75% de las exportaciones de la industria nacional. El principal socio comercial del sector fue Brasil. Este fue destino del 27% de las exportaciones de manufacturas”, señaló el CEU.

El secretario de la UIA, Juan Carlos Sacco, confirmó los temores que los industriales tienen en la actualidad con el socio comercial más importante para el desarrollo local en los últimos años, y que podría convertirse en un enemigo de cercanía. “Para la Argentina, Brasil es tan o más peligrosa que China, porque los tenemos al lado, nos traen la mercadería que quieren. Brasil está en una crisis muy profunda que va a repercutir en la Argentina”, afirmó.

En declaraciones a Radio El Mundo, el empresario de la industria gráfica sostuvo que “la industria automotriz está tratando de no depender más de Brasil y está pensando en irse al mercado europeo”. “Seis de cada diez cosas que producimos los argentinos van a Brasil”, enfatizó Sacco.

La devaluación del peso de fin del 2015 puede diluirse si Brasil continúa con su plan de depreciación del real. Una salida de ejercicio político es retomar los acuerdos comerciales para evitar una guerra de compra-venta entre dos socios estratégicos. “El tipo de cambio real actual está posicionado en un nivel desfavorablemente bajo para la Argentina (similar a los del período 1998-2001), aún luego de la devaluación. Para corregir esta situación es necesario que Brasil aprecie su moneda, tomando en cuenta la inercia inflacionaria argentina”, aconsejó el CEU.

Sin embargo, la clave de la situación en la que coinciden todos los analistas y empresarios es en el fin de la crisis política de Brasil. “Sólo el fin de la inestabilidad política puede generar consensos parlamentarios para aplicar un ajuste fiscal con consenso del mercado, que provoque la reacción positiva en la actividad económica brasileña”, analizó el gerente de Análisis Económico de Abeceb, Mariano Lamothe.



De no tener fin la caída brasileña, y sin un plan de contención argentina, el impacto en la industria local dejará a sectores en situación de crisis profunda, entre quienes se pueden distinguir por su sensibilidad a la experiencia Brasil a varios sectores “con fuerte entramado pyme, entre estos se puede mencionara textil e indumentaria, madera y muebles, edición, productos químicos, vidrio, metalmecánica y también a acero y automotriz, entre otros”, destacó la UIA. Una etapa de discusiíon fina que entra en clave para la adminsitración Macri.

La industria automotriz brasileña profundiza su crisis

La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) publicó los resultados de industria automotriz de Brasil en los dos primeros meses del año. El balance mostró una disminución del 31,3% en las ventas de vehículos nuevos: eran 302.100 unidades este año y 439.700 en 2015. En febrero fueron 146.800 vehículos con licencia, lo que mostró un descenso del 5,5% respecto a enero, con 155.300 unidades; y el 21% en la comparación interanual, cuando se vendieron 185.900 unidades.

La producción en febrero fue de 131.300 unidades, una disminución del 36,4% respecto de los más de 206 mil autos respecto al mismo mes del año pasado. Si se compara con enero, con 150.100 productos, la industria se contrajo un 12,5 por ciento. En el acumulado, 281.400 unidades fueron fabricadas, lo que representa disminución del 31,6% respecto al primer trimestre de 2015, con 411,700 unidades.

Para Luiz Moan Yabiku Junior, presidente de Anfavea, los datos están en línea con la expectativa de que el primer trimestre presentaría resultados muy negativos: “Hay una combinación de numerosos factores sigue impactando el mercado. El período año de inicio es tradicionalmente más a la baja que el resto, debido a las vacaciones tales como Carnaval, o en el caso de la producción, la concesión de vacaciones colectivas y cierres estratégica. Por otra parte, la comparación con el comienzo del año pasado sigue siendo influenciado por el IPI. Sin embargo, la crisis política que afecta a la economía tras la reducir la confianza, la inversión y el mercado. Cuando una crisis duradera como esta sucede, los efectos son graves”.

Las exportaciones crecieron 26,8% en el trimestre a 60.300 unidades este año y 47.600 en 2015. En febrero de 36.500 unidades se comercializaron con otros países un incremento del 53,1% con respecto a enero, con 23.800 unidades y un 16,7% de el 31.300 de febrero del año pasado.

Anfavea también dio a conocer un estudio sobre la capacidad productiva de la industria automovilística brasileña. Según la encuesta, la industria del automóvil es capaz de producir anualmente 5,05 millones de unidades. Al tomar en cuenta la previsión propia organización de la producción en 2016 de 2,44 millones, la capacidad ociosa del año sería 52 por ciento.

Si analiza el segmento de vehículos ligeros, que incluye automóviles y camiones ligeros, el ocio alcanza el 50 por ciento -la capacidad de producción total es de 4,63 millones y el uso este año será de 2,33 millones de unidades-. El segmento de vehículos pesados mostró la mayor inactividad entre todos los sectores analizada. Las plantas en este segmento pueden producir 422.000 unidades, sino que debe producir este año 107.800 camiones y autobuses, lo que demuestra que son el 74% de la capacidad no utilizada.

La producción de máquinas agrícolas y viales debe llegar este año a 56.600 unidades. Con una capacidad de producción de 109.000 unidades al año, la inutilidad llega a 48 por ciento.



Buscan reactivar la venta de O km

Las automotrices buscarán reactivar el alicaído mercado interno para comenzar a recuperar una de las perores crisis productivas de los últimos años, producto del hundimiento de la actividad económica de Brasil, principal comprador de autos y autopartes de origen argetino.

Fuentes de las principales terminales locales señalaron a BAE Negocios que el “adecuamiento de precios” que se generó a partir de la devaluación de diciembre pasado “ya tuvo su pico”, y señalaron que no se prevén “nuevas actualizaciones de precios en la misma escala”.

“Los aumentos ya se dieron y quizás haya pequeñas correcciones en algún momento del año pero no afectarán a los modelos populares porque el objetivo es volver a crecer con los autos de fabricación nacional para poder sostener la producción a partir de un mercado interno con fuerte capacidad de compra”, afirmó un directivo de una empresa automotriz, que pidió reservar su nombre.

En el empresariado industrial existe un fuerte entusiasmo ante la posibilidad de la instrumentación de una línea de crédito bancario a tasas reducidas para la compra de autos 0 kilómetros, un plan que estudia por estas horas el Gobierno nacional.

El mercado de autos nuevos se mantiene deprimido pero el contexto económico de “incertidumbre” -según señalaron los especialistas- también afectó a las unidades usadas. Ayer se conoció que la venta de autos usados se desplomó un 11,45% en el primer bimestre de 2016, respecto del mismo período del año pasado, y las concesionarias piden al Gobierno que aporte previsibilidad y ayude a que los bancos mejoren los créditos.

Las concesionarias de coches usados comercializaron unas 108.831 unidades durante el segundo mes del año cuando en febrero de 2015 habían transferido 122.344 vehículos, lo que representó una caída del 11,06 por ciento, según precisó la Cámara del Comercio Automotor (CCA).

La baja es aún más pronunciada si la comparación se realiza contra enero de este año dado que se registró una retracción del 14,35% en la medición mensual: en el primer mes del año se habían transferido 127.062 unidades.