Jeremy Corbyn, el candidato laborista que se declara cercano al chavismo, a Cuba y que se parece más a Mujica que a Blair

John Rhys Bevan
Es un militante que anda en bicicleta de reunión en reunión apoyando a los inmigrantes que luchan contra la xenofobia, el racismo y la pobreza.
Jeremy Corbyn, un Pepe Mujica a lo británico
Jeremy Corbyn, un Pepe Mujica a lo británico

El Partido Laborista británico ha sido noticia en los últimos días; dominado desde 1994 por la figura de Tony Blair (un aliado de confianza de los presidentes de los Estados Unidos), el PL se encuentra en un punto de inflexión, por el surgimiento del líder más radical de su historia: Jeremy Corbyn.

Según consignó Tiempo Argentino, el cambio es extremo, nadie lo podía prever y ha dejado perplejos a los analistas de todo el mundo. En este artículo intentaré explicar algunos elementos que caracterizan este fenómeno, que ha provocado una sorpresa profunda y que pone en cuestión el rumbo de la política nacional británica.

Seamos claros, Jeremy Corbyn se parece más al ex Presidente (Pepe) Mujica que al ex primer Ministro Blair. Corbyn es un militante que anda en bicicleta de reunión en reunión apoyando a los inmigrantes que luchan contra la xenofobia, el racismo y la pobreza en los barrios del norte de Londres. Pero lo realmente trascendente es que Corbyn representa una ruptura radical en la política externa de Inglaterra. Mientras que sus predecesores laboristas apoyaron con firmeza las invasiones de Afganistán e Irak y el bombardeo de Libia, Corbyn patrocina la campaña "Stop the War", que en 2003 organizó la manifestación más grande en la historia de Londres, con más de 2 millones de personas. Es más, Corbyn se ha destacado por ser un defensor de causa internacionales como el movimiento anti-Apartheid, la lucha contra al golpe de Pinochet en Chile y los derechos del pueblo palestino, activista en las campañas de solidaridad con Nicaragua y El Salvador en los años ochenta. Corbyn es crítico de las políticas que se toman en Washington y, por el contrario, se declara cercano al chavismo venezolano y considera a Cuba un ejemplo para América Latina; pertenece a la generación que se fascinó con la figura de Salvador Allende y que lleva esa experiencia como uno de sus modelos a seguir.
Corbyn tendrá su honestidad y su manera franca de expresarse como tipo común y corriente.

Se opuso a la guerra de Malvinas justo antes de asumir como diputado en 1983. Una postura extremadamente minoritaria en Gran Bretaña por aquel entonces, con una Margaret Thatcher sin apoyo popular para las elecciones de 1983, previo a la guerra de Malvinas.

¿Cómo se explica que este militante de izquierda se haya convertido en líder de un gran partido socialdemócrata con antecedentes recientes de pragmatismo casi clintonesco?

Algunos tratan de explicar el surgimiento de Corbyn en el contexto mediterráneo de fenómenos como "Syriza" en Grecia y "Podemos" en España. Pero una cosa es crear un nuevo movimiento contra la austeridad impuesto por tecnócratas internacionales y mucho más complicado es dar una vuelta de 180 grados con un viejo partido socialdemócrata que desde 2008 forja una política de austeridad light.

Una explicación en términos de la política interna británica no sale más simple o evidente. En mayo se celebró la segunda elección "post-Blair" con una victoria de la oferta conservadora, tan dura como los tiempos de la dama de hierro pero con cara menos antipática y más tecnócrata. El electorado decisivamente votó un partido que propone soluciones a la crisis que hasta el FMI considera contra-productivas, basadas en recortes a presupuestos públicos que reducen la efectividad del famoso Estado de Bienestar tan fundamental a la identidad laborista. Mientras, la propuesta de Corbyn se basó en la inversión pública e impuestos dirigidos a los más ricos.

Contrario a la ex dirigencia del partido, el equipito político de Corbyn ha aprendido algo de la experiencia escocesa donde hace poco se votó una secesión y el Partido Escoces Nacionalista aplastó a los laboristas, dejándole un sólo diputado de los 50 en disputa. Hay un claro rechazo popular a lo que se percibe como políticos profesionales, sin vocación. Pero también hay asuntos políticos muy concretos, que movilizan especialmente a la juventud.

Contra la oposición feroz de los medios, del gobierno y de la gran mayoría de sus propios diputados, sin mencionar las instituciones internacionales que han parado tan eficazmente las propuestas de Syriza, Corbyn tiene que prepararse para una guerra de desgaste tenaz. Contará con el apoyo de los sindicatos, debilitados en las últimas décadas, y con una juventud idealista desilusionada. Corbyn tendrá su honestidad y su manera franca de expresarse como tipo común y corriente. Quizás su carta más fuerte es que genera confianza en una época en la que la clase política carece de esa cualidad. No hay dudas de que vamos a vivir tiempos interesantes en Gran Bretaña.

* Experto galés, en Derechos Humanos y conflicto