El cambio de Macri o por qué ya no es cool criticar al kirchnerismo




 



El giro discursivo indica la admisión un consenso social que dura más que la propia Cristina.
Cristina Kirchner se va del gobierno, pero permanece el consenso social que explica el predominio del kirchnerismo en estos últimos doce años.


El sorpresivo giro de Mauricio Macri en su discurso electoral indica la admisión de que ese consenso social dura más que la propia Cristina. De allí, su anuncio del domingo por la noche: respetará varias políticas medulares del kirchnerismo, como la estatización de Aerolíneas Argentinas.

El “cambio” que promete ahora Macri se reduce a una gestión eficaz y transparente, cosa que, por ejemplo, la aerolínea estatal no dé pérdidas.
 
Y si le preguntaran qué piensa hacer con Fútbol Para Todos, diría, seguramente, que permanecerá en la órbita del Estado, aunque incorporando publicidad privada para reducir o cancelar las pérdidas que provoca en el presupuesto. Y que, claro, no hará un uso partidario de ese masivo programa.

El objetivo de Macri es evidente: captar los votos de los electores que quieren un cambio pero no tanto; que desean más transparencia y eficacia pero continuando con las políticas centrales del kirchnerismo.

Habrá que ver cómo le va con esta nueva apuesta, que tiene sus riesgos.

Lo que vemos es que ya no es cool hablar de mercado pero sí del Estado.

La nueva noción del empleo, por su lado, no abarca solo al trabajo formal, público o privado, como en el pasado, sino también a los subsidios sociales; a esa responsabilidad estatal de garantizar un ingreso mínimo mensual.

Es que el desempleo de la segunda mitad de los noventa y la ausencia de subsidios dejaron una profunda huella en nuestra sociedad.

Es decir que en algo más de dos décadas hemos ido de un extremo a otro, aunque siempre conducidos por el peronismo con un breve interregno opositor (dos años y diez días).