Macri; la caída de la gran esperanza blanca



El lider del PRO buscará ahora que la derrota en Santa Fe no lo dañe. En estas horas definirá su fórmula, las listas y se lanzará de lleno a la campaña porteña, donde la tendrá más difícil de lo que pensaba.


Mauricio Macri quería festejar en Santa Fe con Miguel del Sel y no pudo, los resultados oficiales dan ganador al candidato del Frente Cívico y Social por 2128 votos. El PRO perdió la gobernación y perdió en forma contundente en Rosario, donde su candidata Anita Martinez, ya se probaba la pilcha de mónica Fein.

La estrella del ex Midachi viene en franco descenso: del 35 % del 2011 cayó a poco más del 30 % ayer con lo que se lleva escrutado, pese al apoyo de Reutemann en el tramo final de la campaña. O mejor dicho: a causa de ese apoyo.
En Reconquista, ciudad del norte provincial donde Macri y Reutemann protagonizaron las "timbreadas" casa por casa junto al candidato a gobernador, ganó Omar Perotti, Del Sel fue tercero y el FPV recuperó la intendencia -que había perdido hace muchos años- con casi el 53 % de los votos; pese a que el PRO bajó su candidato a intendente para apoyar al del Frente Progresista, "para que no gane el kirchnerismo".

En la misma línea de análisis, es imposible no asociar la mala elección -en términos relativos- del PRO en la ciudad de Santa Fe, con la reaparición del fantasma de las inundaciones del 2003, y los huevazos a Reutemann sobre el filo mismo de la veda electoral; que volvieron a poner el tema en la agenda pública.
Parece claro que el fuerte rechazo que genera Del Sel en quienes no lo votan le pone por delante una barrera infranqueable para superar su techo electoral; una buena noticia en términos de nuestra construcción democrática, y un límite muy concreto a los experimentos duranbarbistas de "inventar" candidatos reclutados entre los famosos de campos ajenos a la política.

Ahora habrá que esperar el escrutinio definitivo ante un resultado muy cerrado y en medio de denuncias cruzadas. El candidato del PJ, Omar Perotti, hizo una gran elección, quedó cerca y también pidió abrir todas las urnas. Para conocer el ganador definitivo habrá que esperar pero ya se analiza cómo afecta las candidaturas presidenciales, sobre todo la de Macri.

El PRO no hizo denuncia de fraude y va a esperar el escrutinio definitivo. Macri dijo que no debe quedar ninguna duda sobre la elección después de la compleja situación que ocurrió en las PASO santafecinas. La línea política que se bajó anoche en Santa Fe fue mostrar la necesidad de ir a contar los votos y no mostrarse derrotados, aunque las caras que se vieron con el correr de las horas mostraban otra cosa.

Macri había puesto en estas elecciones una fe especial, estaba convencido que De Sel le iba a dar un fuerte impulso a su candidatura previa a las elecciones porteñas del 5 de julio, donde Horacio Rodríguez Larreta buscará revalidar su amplio triunfo en las PASO porteñas.

El líder del PRO esperaba anunciar el domingo que el macrismo era un proyecto que trascendía la General Paz, que tendría su primer gobernador y continuar esa racha hacia las elecciones porteñas, donde el candidato Horacio Rodríguez Larreta es el favorito. Por eso, viajó Macri, que no suele ir a donde va a perder, como ocurrió en Salta donde dejó solo a su candidato. Sin embargo, el festejo del domingo se aguó con un resultado ajustadísimo a favor de Lifschitz.

Ante esta situación en la que el socialismo ganó por una mínima diferencia, el Gobierno nacional ya habla de triple empate por la paridad de los tres candidatos, y Del Sel reclama que se cuenten los votos que según él le dan el triunfo, el jefe de gobierno porteño intentará que esto no le quite fuerza a su candidatura.


La primer lectura que se hacía anoche en distintos sectores era que si Macri hubiera acordado con Sergio Massa, líder del Frente Renovador, su candidato Oscar Martínez podría haberle otorgado a Del Sel el triunfo con el aporte de su 3,66 por ciento. Macri ya anoche desterró esa teoría en privado porque en el PRO sostienen que los votos del Frente Renovador se hubieran ido de todas maneras a Perotti, es decir volver al peronismo. Macri es el primero en creer que los votos de Massa a él no le aportan y que si lo deja afuera de su proyecto, como hizo, esos votos serán siempre en su mayoría peronistas. El jefe de gobierno porteño no tiene ninguna duda de que hizo lo correcto cuando le cerró la puerta a Massa por consejo de Jaime Durán Barba, quien sostuvo que Massa no le iba aportar votos a su candidatura.


No es esa la visión que existe en el oficialismo. Daniel Scioli, gobernador bonaerense y precandidato presidencial del FPV, anoche estaba exultante con el desempeño de Perotti, aunque no viajó a la provincia para acompañarlo. Fue la sorpresa de la elección por su crecimiento respecto de su desempeño en las PASO y por haber quedado muy cerca de quienes hoy se disputan Santa Fe. Con el resultado de ayer, más allá de quien resulte finalmente ganador, el gobernador bonaerense siente que tiene una gran cantidad de votos que le ayudarán a ganar en primera vuelta la elección presidencial. Perotti ya ha declarado que apoya a Scioli en la interna que mantiene con el ministro Florencia Randazzo. "Daniel está cada vez cerca de ganar en primera vuelta", es lo que dijo uno de los hombres del gobernador. De la tremenda derrota electoral del senador Miguel Angel Pichetto, en Río Negro, prefieren no hablar.


La otra situación política que deja la elección de Santa Fe es el renovado impulso al Frente Cívico y Social que lleva a Margarita Stolbizer como candidata presidencial. La diputada fue terminante en la decisión política de no hacer acuerdos políticos con el macrismo, ni el massimo. Su apuesta es que Hermes Binner sea candidato a senador por Santa Fe y dispute con el candidato del PRO, Carlos Reutemann, y que el gobernador santafecino Antonio Bonfatti acepte ser su candidato a vice.


Lo que viene ahora es una espera de casi dos semanas para conocer los resultados definitivos de Santa Fe. Mientras cuentan los votos, Macri debe decidir en estas horas quién será su candidato a vicepresidente, todo indica que Durán Barba le habría aconsejado inclinarse por el cada vez más poderoso Marcos Peña, secretario de Gobierno en la administración macrista. Una vez más, como lo hizo en la interna por la jefatura de gobierno porteño, la senador Gabriela Michetti, no sería la elegida de Macri pese a que ya le habría expresado que aceptaría esa candidatura.


Además, el candidato presidencial del PRO debe definir las lista de candidatos. Técnicamente hasta el 20, cuando vence el plazo para presentar las listas de candidatos, puede sumar a los dirigentes del Frente Renovador en las listas en la provincia de Buenos Aires y aún en la fórmula bonaerense que encabeza María Eugenia Vidal. El intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, sigue siendo el objeto de los operadores macritas, además de otros dirigentes que podrían colocar en las listas. De todos modos, ya con Massa está todo descartado. El líder del Frente Renovador sigue firme en su carrera presidencial.

Macri ahora buscará que la derrota en Santa Fe no lo dañe, definirá en estas horas su fórmula, las listas y se lanzará de lleno a la campaña porteña, donde espera que Rodríguez Larreta la tiene como complicada.



Hasta acá para Macri era relativamente fácil. Obtenía un muy buen resultado en primera vuelta, y en segunda contra Filmus organizaba una amplia coalición formada por todos aquellos que adversaran al gobierno nacional en la ciudad de Buenos Aires, dejándole a Filmus el kirchnerismo puro y duro y algunos pocos progresistas que lo prefieren antes que a al líder del PRO.


Aspiracionalmente la marca política Macri es atractiva. Millonario, de buena presencia, con una esposa bella, padre reciente, presidencia exitosa en Boca.

Pero los Porteños históricamente han votado otra cosa.

Si pensamos en las elecciones que han hecho históricamente los porteños, pensamos en candidatos con un perfil muy definido. De la Rúa candidato a Intendente, era alguien que uno presumía culto, “cajetilla”, inteligente (bueh) , profesional, rico, de buena familia, con un fuerte componente aspiracional, con una familia formada, elegante, enmarcado en un espacio de centro izquierda progresista, como era la alianza que se estaba formando entre la UCR y el FREPASO.

Ibarra tenía todos eso atributos, pero potenciados por su juventud, brillantez, condición de fiscal, perfil de exitoso, divertido, etc. Sus vices Olivera, Felgueras y Telerman, eran congruentes con ese perfil.

Sin embargo Mauricio Macri despega de ese biotipo. Macri es millonario, pero no es alguien que en el imaginario es visto como culto, por las clases medias porteñas cultas y no tanto, pero con pretensión. Macri es más  Miami que París, es hijo de un ‘tano’ al que le fue bien, pero todavía habla en cocoliche, no es alguien al que el porteño no lo ve intelectual, ni siquiera lector, es un new rich. No es el modelo aspiracional puro de Barrio Norte, Belgrano y Caballito.

Si pensamos en la gestión, no registramos ninguna obra capital, más allá de haber puesto a circular el colectivo en la mitad de la calle en 2 avenidas y las bicisendas. No se construyeron los 10 km de subtes prometidos por año, ni muchísimo menos, las obras hidráulicas eran la que quedaban de gestiones anteriores, el estado de las calles es malo, la ciudad está sucia y huele peor que nunca, el tránsito es un caos, la metropolitana todavía no se constituyó en una policía que pueda dar seguridad, la cultura es “fast food”, traen eventos, pero la gente no participa de nada más que como espectadores pasivos, y de las escuelas y de la salud mejor ni hablar.

Entonces ¿cual es la fortaleza del PRO y de Macri para logran tantos votos e índices de aprobación altos?

Sin duda ser la fuerza que mejor adversa en el imaginario porteño al kirchnerismo. Esa su principal fortaleza.

Los votantes del PRO, no piden obras, tampoco las reciben, no piden un liderazgo superlativo, y tampoco lo tienen, solo piden una herramienta para golpear al kirchnerismo.

Los votantes del PRO, no le piden a Macri lo que piden al gobierno nacional. La corrupción no es un dato importante para el elector porteño cuando apoya a un gobierno, pero recurre a ella para acusar desde un pedestal moralizador al gobernante que le fastidia. Ocurrió con el menemismo, cuyos casos de corrupción sólo importaron al final de su ciclo. Con De La Rúa, que no tuvo cosas buenas que mostrar, ocurrió de inmediato apenas se conoció el escándalo de las coimas senatoriales vía bánelco.

Los casos Skanska, valijas venezolanas y demás, pasaron sin que pasara nada, pero las denuncias de Lanata, por ejemplo, pegaron en una etapa donde, en especial ciudadanos de la capital adversaban mayoritariamente al gobierno nacional, por eso era las denuncias por corrupción se constituyeron en la herramienta conveniente para castigar al gobierno.

Está muy bien que se denuncien casos de posible corrupción, pero estaría bueno que se denuncien todos los casos. En la que queja del votante del PRO, nunca vamos a escuchar una denuncia por corrupción hacia Macri, y no es porque no existan casos de corrupción en la ciudad, los hay y de todos los colores. En los medios escuchamos hablar de Lázaro Baéz, jamás de Nicolás Caputo. Más allá del blindaje mediático a la gestión del PRO, los votantes de Macri quieren escuchar corrupción K, nunca corrupción PRO. Porqué no se trata de la corrupción, solo se trata de una herramienta de ataque.

A Macri la clase media porteña le perdona haber multiplicado por 5 la deuda de la ciudad, pagar sumas altísimas de intereses, sin que se registren obras que ameriten esos créditos, se le perdona haber nombrado como jefe de policía a un cómplice del atentado a la AMIA, tener como asesor estrella a alguien que dice que “Hitler era espectacular”, no haber hecho subtes, ni construido viviendas, que su ministro de cultura tenga una identidad en Twitter como la “Dra Pignata” un personaje racista, profundamente antisemita y homofóbico, o que arme una unidad para pegarle a los indigentes en la calle o que reprima en el Borda a los internos.


Esta elección tiene las siguientes particularidades.

a) no juega Cristina para plantear al PRO como herramienta de ataque al Kirchnerismo

b) No juega Macri, con el poder que acumuló esa marca política

c) A la segunda vuelta llegará Losteau, y no un candidato K que ordene a la oposición, y los votos K irán todos en esa instancia para Losteau


Si Losteau logra plantear un diferencial eficaz, poniendo al PRO en su lugar natural de partido conservador de derecha, logra instalarse por encima de la “grieta” (y bueh) , y consigue quedar a menos de 10 puntos de diferencia, Losteau será el próximo Jefe de Gobierno de la ciudad.