Series informativas, grandes investigaciones, operaciones de prensa y la pérdida de poder instalación de los diarios




Leemos en Diarios sobre diarios




Una cosa es leer noticias. Y otra bien distinta son las Series informativas ¿Sabemos cuál es la diferencia? Tipos de series. Grandes investigaciones periodísticas y grandes equivocaciones. Algunas Series que desinformaron. Las Series como operaciones de prensa. De cómo los diarios papel pierden poder de instalación en la Agenda.


Con naturalidad, todos los días leemos Series. Aunque no lo sepamos.


Las Series las leemos, las vemos, las escuchamos. Las Series se viralizan. Las comentamos con los amigos, la familia. En casa o en el trabajo. ¿Pero estamos conscientes que estamos frente a una serie informativa? ¿Nos damos cuenta que desde hace varios días estamos influidos por la misma temática?¿Recordamos al poco tiempo donde leímos la primera noticia al respecto?


Seguramente en la mayoría de los casos, la respuesta es NO.


A diferencia del pronóstico del tiempo, que por radio y televisión nos advierte que llueve desde hace tres días, o que vamos a atravesar siete días de alta temperatura.


Por el contrario con las noticias del día nadie nos alerta que estamos sometidos a una o dos series informativas. Y menos aun cuando esa temática que se repite desde hace tantos días acaba de caerse de la agenda noticiosa.


¿Qué ocurriría si no existiera el Servicio Metereológico Nacional o bien no tuviéramos todas las mañanas el pronóstico del día a mano? Estaríamos a la intemperie.


De esa forma están las audiencias con respecto a la información del día.


Las audiencias –cuales fueren- se informan o se desinforman según los casos, pero ninguna empresa periodística enseña a informarse.


Enseñar a informarse


Dentro de todos los tópicos, en el complejo mundo de la información, las denominadas “Series informativas o noticiosas” resultan muy atractivas porque su comportamiento influye decididamente en nuestras mentes y en la conformación de nuestra opinión sobre los hechos que acaecen en el mundo que nos rodea.


Las “Series” tienen una primera definición: “se trata de una misma temática noticiosa que se sucede en las tapas de los diarios papel, en las aperturas de los noticieros (y habría que incluir en las ‘home’ de los principales portales noticiosos) como capítulos de una novela” (a). Así pueden sucederse día trás día. Los que se exponen a Series tienen la sensación de que se trata de “la noticia del día” o bien que se repite desde hace mucho.


En el tiempo resulta atrapante y cuanta más audiencia sumen –y así lo comprueben las empresas periodísticas- la Serie más se refuerza y se sostiene en el tiempo.


Algunos teóricos han explicado que las audiencias tienen mayor poder de recordación –y por lo tanto crece la capacidad de instalación- de una temática noticiosa cuando la misma se repite en lo alto de un soporte mediático (supongamos tapas de diario papel o apertura de noticieros de TV) durante aproximadamente 25 a 28 días consecutivos. O sea, Series de 25 o 28 días (b).






O dicho de otro modo: las Series son las que más influyen en nuestra opiniones. O moldean. O manipulan, como el Lector quiera entenderlo.


Tipos de Series


Hay diversos tipos de series.


Las series como cualquier artículo o producto publicado sobre cualquier soporte (grafica, radio, TV o web) tienen una lógica propia que se conoce como “verosímil”.


Por definición una noticia es un verosímil, o sea la reconstrucción de un hecho ocurrido en la realidad real, realizada por un profesional (periodista, editor, diseñador, webmaster) en base a unas reglas conocidas como “los criterios de noticiabilidad”.


La tecnología, la web llevó esos principios a un punto de crisis. Nuevos teóricos trabajan en su recreación desde hace más de una década.


Algunos tipos de Series que DsD pudo comprobar en el periodismo gráfico porteño son:


Policiales


El noviembre y diciembre de 2006, el denominado Caso Dalmasso copó la agenda de los medios gráficos pero también de los electrónicos. Diario sobre Diarios (DsD) estudió esa serie noticiosa y pudo comprobar que los medios habían instalado como una hipótesis central del crimen de Nora Dalmasso que su muerte fue por “hipoxifilia”. La investigación judicial –que aún sigue abierta- demostró que era falsa. ¡Cuantos de los que se expusieron a esa serie deben pensar aún que Dalmasso murió o fue asesinada en pleno “juego sexual”!


Emergencias o catástrofes (crisis)


Son un clásico de la academia, pero pocas veces se escriben desde el realismo periodístico. Diario sobre Diarios (DsD) lo intentó en junio de 2003 cuando al estudiar la Serie sobre las inundaciones en la provincia de Santa Fe que conmovió a todo el país. Así pudo detectar lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) denominaron el siglo pasado como “mitos y leyendas” del periodismo en una emergencia.


Judiciales


Del 7 de marzo a 25 de noviembre de 2012, Clarín presentó la serie “Caso Ciccone”, una denuncia que apuntó nada menos que contra el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, que lo relacionó con la compra y una serie de negocios con la empresa de impresión de documentos de seguridad de la familia Ciccone. Las primeras pistas del Caso Ciccone las publicó en su sitio el periodista y escritor Jorge Asís.


La difusión comenzó en Clarín el 7 de febrero de 2012, pero no armó una Serie hasta marzo. Desde entonces hasta el presente la investigación judicial sigue abierta. La serie impulsada por Clarín fue sostenida con valiosos aportes de La Nación durante 62 días consecutivos. En mucho menor medida El Cronista y Ámbito abrieron sus páginas al caso.






Página/12 intentó sin éxito denominarla “Caso Boldt” para tratar de instalar que la empresa francesa líder del sector estaba detrás de la denuncia periodística. La otra cara fue Clarín: los editores cuando comprobaron que habían logrado instalar en la opinión pública el “Caso Ciccone” procuraron sin éxito durante dos semanas denominarlo “Caso Boudou”. Tiempo después desistieron de ese foco.


De empresas privadas (crisis)


Las emergencias también abarcan a las empresas privadas. Las corporaciones aplican un “cuadro de crisis” para salir de la encerrona comunicacional. Diario sobre Diarios (DsD) en noviembre de 2005, presentó en Zona Dura la serie informativa de la pinchadura de un caño de gas en el barrio de Palermo que abarcó en la emergencia a la empresa (por entonces privada) MetroGas y al gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Al reconstruirla se pudieron hacer aportes con respectos a las falacias que cometió el periodismo, tanto radial como gráfico, por no estar capacitados en la especificidad que les tocó cubrir.


Otras series informativas resultan temerarias.


Son impulsadas apenas con declaraciones en “off” o fuentes anónimas, o por un vocero, columnista, que deslizan una posibilidad sin fundamentarla. Sin datos. Son “versiones” o menos que ello: apenas “rumores” que se comportan como una Serie en el tiempo. En la jerga periodística se las denomina “operaciones de prensa”. Existen todo el tiempo. Son más que habituales, pero le lector, o la audiencia promedio, tiene serias dificultades para detectarlas a tiempo. En la era de las redes sociales, son muy comunes.


Diario sobre Diarios (DsD) mostró varias de estas Series. Una de ellas, en mayo de 2013, cuando dos diarios (que no fue Clarín curiosamente) aseguraron que el Gobierno nacional iba a intervenir al multimedios. Con formato de una “emergencia” o “crisis” institucional, el hecho nunca ocurrió.


Internacionales


Del 14 de marzo al 21 de abril de 2013, la serie “el Papa argentino” por la elección de Jorge Bergoglio como el Papa Francisco conmovió a las audiencias simplemente porque nadie pudo preveerla. Así las audiencias se transformaron en expertas en cuestiones vaticanas. Fue la “noticia del año” 2013 y dio la vuelta al Mundo. Claro está que en la Argentina, la Agenda se vaticanizó, hecho que nunca hubiera ocurrido en extensión y profundidad si el Sumo Pontífice hubiera sido de otra nacionalidad.


Políticas o Gubernamentales


Las series informativas de naturaleza estrictamente políticas son bien complejas. Pero su estudio y difusión permite comprender a veces cuestiones clave.


El 14 de agosto de 2008, Diario sobre Diarios pudo demostrar que era una falacia afirmar que el enfrentamiento iniciado en abril de 2008 entre el Gobierno nacional y las patronales agropecuarias (“el campo”) se debió al apoyo del diario Clarín a la Mesa de Enlace del campo, y una supuesta cantidad de tapas negativas o desfavorables a la Casa Rosada que terminó lesionando la relación entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el Grupo Clarín.


Esa afirmación fue habitual en varios medios, entre los periodistas, que posteriormente corrigieron esas aseveraciones y pusieron el acento en la forma de editar la protesta por parte de la cadena “Todo Noticias (TN)” también del multimedios.


También hay formas de estudiar Series políticas como temáticas que terminan aportando datos valiosos que ayudan a las audiencias a comprobar determinados procesos.


Por ejemplo, el 22 de noviembre de 2011, Diario sobre Diarios (DsD) estudió la “Serie corrupción” en las tapas de los diarios porteños de 2003 a ese año. Así concluyó que “La “corrupción” entró en la agenda sólo en el último año del gobierno de Kirchner”. Y además pudo marcar algunos matices: “sólo seis noticias impactaron en la agenda, y todas conformaron series informativas exclusivamente en el último año de la gestión Kirchner (2007)”. Y se preguntaba “¿Y antes qué?”.


Las Series como investigación periodística


Las Series informativas también son en muchos casos los mejores trabajos de investigación periodística. Algunos ejemplos –no todos- son los siguientes:


En 2005, la periodista Alejandra Rey (La Nación) sorprendió al dar a conocer las primeras noticias sobre lo que luego se conocería como Caso Southern Winds, que dio el puntapié inicial para comprobar el tráfico de cocaína del aeropuerto de Ezeiza a España. El escándalo dio por tierra con la Policía Aeronáutica Nacional (PAN) que Néstor Kirchner decidió disolver y crear en su lugar a la actual Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) pero dirigida por civiles.


Las Series se volvieron habituales a partir de 2007. Algunos de los profesionales que lograron formar Agenda seriada fueron: Carlos Russo en Perfil (Skanska); Rubén Rabanal de Ámbito Financiero y Gustavo Ybarra de La Nación (Caso Grecco); Jorge Lanata en Perfil (Bolsa de Miceli); Claudio Savoia en Clarín (Gestión de Picolotti); Gabriel Di Nicola en La Nación (Garré contrabando) y Edgardo Alfano en TN (valija de Antonini).


También armaron Series informativas, el Caso Jaime (Omar Lavieri por entonces en Clarín hoy en Infobae); el Caso Ciccone impulsado por Nicolás Wiñazki en Clarín y profundizado por Hugo Alconada Mon en La Nación; y el resonante Caso Lázaro Baez, que comenzó el 14 de abril de 2013 en el programa de Canal 13 Periodismo para Todos (PPT), de Jorge Lanata.


O sea que muchas veces es el periodista es el que sostiene la Serie. O un equipo periodístico. Claro que hay otros imponderables por los cuales la Serie se corta, se cae de lo alto de la Agenda. Muchas veces desaparece para siempre del temario. Algunas de esas causas son:


Las empresas en la Argentina no tienen periodistas o equipos periodísticos dedicados exclusivamente a la investigación periodística. De hecho en 2014, sólo un diario, La Nación, financió a uno de sus periodistas, Hugo Alconada Mon, para que haga investigación periodística. Alconada Mon no tiene equipo propio, así que se apoya en la colaboración de sus compañeros de redacción. Clarín desarticuló su equipo de investigación periodística en 2004, aunque mucho antes de esa fecha le quitó prioridad.


Las Series a veces se sostienen porque la dinámica de los hechos a los cuales algún medio jerarquiza en cobertura va en escala. Datos sorprendentes, declaraciones reveladoras, documentos repletos de novedades, acciones de protagonistas de las noticias que precipitan y profundizan el caso hacia determinada dirección, son algunos de los condimentos que a veces contribuyen a sostener la serie informativa en el primer plano. Por eso las teorías conspirativas muchas veces pecan de falta de conocimiento del medio periodístico: desde afuera de una redacción cualquier puede hacer conjeturas gratis.


Las ventas de ejemplares, el interés de la audiencia, el rating en radio y televisión, el crecimiento de la pauta, son elementos del negocio periodístico que desde el costado comercial terminan persuadiendo al editor a sostener la Serie informativa, día a día o minuto a minuto.


Algunas de estas motivaciones responden a esas Series noticiosas que tienen como ingredientes el morbo o la perversidad, que sostenida en el tiempo terminan siendo cuestionadas por parte de la audiencia. Ocurre que muchas veces se editan y vuelven a editar aun cuando no hay novedades en el caso. Se dice una y otra vez lo mismo, se repiten imágenes y testimonios.


Otras causas por las cuales las series se desplazan a un segundo plano son porque otras noticias que abarcan el interés de un público mayor las superan; otras urgencias que impone su editor, o bien la falta de información porque ninguna de las fuentes quiere hablar sobre el caso.


Claramente en la Argentina -en tensión con las redes sociales- los matutinos conservan el poder de establecer la primera Agenda informativa; y por lo tanto de impulsar “Series”. Pero ese poder no es el mismo hoy que hace cuatro años atrás.


Actualmente los “issues” de los diarios no persisten más allá del mediodía. Los portales noticiosos a partir de las 10 u 11 de la mañana comienzan a empujar una agenda “on line” que agrega nuevos actores y temas. Por detrás de ellos, las agencias de noticias tratan de adaptarse a los tiempos con redacciones más ágiles.


El único aliado que tiene la agenda gráfica de los otrora “grandes diarios nacionales” (más porteños que nunca desde principios de este siglo) son las emisoras porteñas AM que arman una producción periodística desde las 4 de la madrugada para programas informativos y de opinión que ocupan el segmento de 6 a 10 horas durante los días hábiles de la semana.


Es tal la pobreza de la producción periodística en las radios que la mayor parte de dichos contenidos se sigue basando en lo que traen los diarios porteños en tapa, tanto en información como en opinión.


Las producciones periodísticas matinales en radio copian a los diarios papel igual que hace cuatro décadas atrás. Y algunos de los denominados grandes periodistas de la primera mañana opinan con contundencia, a veces incluso robándole la opinión a un esforzado periodista gráfico o de la web que le dedicó horas al tema. La radio baja los costos de producción y con ello pierde calidad y prestigio. Sólo en el mundillo periodístico se percibe.


Para las audiencias estos hechos son invisibles. Salvo cuando se procura enseñar a informarse.