Con una agenda propia, el líder de la CTA adversaria al
Gobierno ratificó que se movilizará el 8 de mayo al Congreso. Moyano y
Barrionuevo habían convocado a movilizar contra la inseguridad seis días
después
La alianza de hecho entre las centrales obreras opositoras
duró poco. Todavía ni se cumplió un mes del paro convocado del 10 de abril, y
ya sus protagonistas adoptaron estrategias distintas sobre cómo seguir la pelea
por -se presupone- las reivindicaciones del movimiento obrero. Dos
movilizaciones separadas, con dos agendas diferentes.
"Ya tomamos la decisión", dijo esta mañana Pablo
Micheli al ratificar que la CTA que conduce realizará una marcha el próximo 8
de mayo. La convocatoria arrancará desde la Casa de la Provincia de Buenos
Aires y concluirá en el Congreso de la Nación, donde se presentará un proyecto
de reforma de la Ley de Asociaciones Sindicales, la norma macro que regula la
actividad, alcance y representatividad de los gremios.
La propuesta recoge un reclamo muy sentido por parte del
sindicalismo que nació en los años 90 y que pretende consolidar su lugar en el
mapa político-gremial. Busca la democratización de las entidades sindicales,
que instaure reglas de juego participativas y pongan coto al verticalismo
peronista dominante.
"El 8 de mayo se va a presentar el diputado Víctor de
Gennaro con un proyecto para modificar la Ley de Asociaciones Sindicales en base
a fallos de la Corte. Es una ley que hemos elaborado distintos delegados de la
CTA de todo el país", precisó en diálogo con radio La Red el secretario
general de la central obrera.
Ademas, el gremialista aseguró que aprovechará la protesta
para llevar "al Congreso el rechazo de la ley antipiquetes", en
referencia a la iniciativa de la legisladora del Frente para la Victoria, Diana
Conti, luego de que la presidente Cristina Kirchner convocara en la apertura de
las sesiones del Parlamento a las fuerzas de la oposición a colaborar con la
restricción de los cortes de calle, avenidas, rutas y autopistas.
"Hay muchas ganas del Gobierno de ponerle a la protesta
social", definió Micheli.
El perfil de la marcha de la CTA se diferencia
diametralmente de la convocada seis días después el 14 de mayo por el jefe de
la CGT opositora, Hugo Moyano, y el gastronómico Luis Barrionuevo. Lejos de las
reinvindicaciones propias, el camionero imprimió a la movilización un contenido
más político al reclamar por "la inseguridad, la inflación y la
desocupación", y llamar a participar a "todos los hombres y mujeres
de buena voluntad sin distinciones gremiales".
Ayer, Micheli precisó que esperaba tras la huelga de abril
medidas de fuerza más contundentes que las planteadas por los dirigentes
cegetistas, como un paro de 36 horas, y se diferenció de sus pares. "Ni yo
personalmente, ni el contenido ideológico de la CTA tiene que ver con el de la
CGT", afirmó.