La "agenda" que el kirchnerismo duro quiere imponerle a Scioli para convertirlo en el "heredero"

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Se sabe que Daniel Scioli está lejos de ser el candidato ideal del kirchnerismo de cara el 2015. Sin embargo, la falta de postulantes con alto voltaje en popularidad mantiene al gobernador bonaerense en las gateras del Frente Para la Victoria, desde donde el sector más radical espera “cambios” en los lineamientos que, a fuerza de gestos, insinúa.
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Planteado un escenario de renovación presidencial con varios candidatos lanzados, de los cuales ninguno tendrá la bendición de la presidenta Cristina Kirchner, el que llegue mejor posicionado en los primeros meses del año próximo, en términos de construcción política e instalación pública, será quien encabece la continuidad de la década kirchnerista.
Sin candidatos de pura cepa kirchnerista, dirigentes del oficialismo ya han asegurado que no permitirán, de ser Scioli el candidato, que se hagan a un lado postulados que marcaron a fuego los años de gobierno del Frente Para la Victoria.
Indicios de esto dio, en el día de ayer, el diputado nacional Andrés Larroque, referente de La Cámpora, cuando se refirió al trato con el Gobernador bonaerense y puntualizó que “hay una relación correcta en la cual nos tenemos que decir frontalmente las cosas que nos gustan y las que no nos gustan”.
Larroque no hablaba por cuenta propia, hacía suya la misión que la propia Cristina Fernández de Kirchner delegó en La Cámpora un 27 de abril de 2012, jornada que el PJ considera “clave” en su éxodo del Gobierno y que precipitó, entre otros hechos, la ruptura de Sergio Massa con el FpV. “Los verdaderos custodios de este legado son todos ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás”, sostuvo en Vélez, ante la ovación de Unidos y Organizados.
Una visión integradora con Latinoamérica, profundizar con la producción nacional y continuar con las políticas públicas de inclusión son el sello que el kirchnerismo ya le hizo saber al gobernador bonaerense que “no se pueden negociar”.
El eje latinoamericano que el kirchnerismo profundizó en el marco de un contexto internacional permisivo, recostándose en las economías de Venezuela y Brasil, aseguran, tiene una continuidad a futuro que no debe ser menoscabada por el próximo presidente.
La posición de Scioli al respecto no arroja visos de claridad para el kirchnerismo más duro, donde aún se duda respecto de si existió o no aquella comunicación con el candidato opositor a Hugo Chávez, Henrique Capriles, en la víspera de las últimas elecciones que el caudillo venezolano disputó y a la postre conquistó.
Algo similar sucede con el avance en la producción nacional sin injerencia internacional. Este escenario está marcado en una visión hacia los capitales de China, quien incursiona en los países en busca de los bienes naturales sin exigencia de políticas de Estado, primer requerimiento por parte del Banco Mundial.
A estos postulados se le suma la continuidad de políticas públicas en los sectores más necesitados por lo que se debería seguir avanzando en la recaudación fiscal para sostener sin ningún sobresalto los planes sociales.
Si todos estos requerimientos tienen que ser remarcados por el kirchnerismo a sus pares del sciolismo -justifican-, es por las propias señales en contrario que ha dado el gobernador tanto en sus viajes al exterior como en los reiterados encuentros con sectores poco afines a la Casa Rosada.