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En un clima distendido, participaron de un evento de la
escuela de negocios de la Universidad Austral. Se elogiaron mutuamente, pero
ratificaron sus aspiraciones presidenciales
"No sólo estamos ante el final de un ciclo, sino de una
época, que es más que un ciclo. Se termina la época del péndulo, de la
improvisación y el populismo", comenzó Sanz.
Naturalmente, buena parte de sus declaraciones apuntaron a
seducir al público, compuesto principalmente por empresarios y ejecutivos.
"No es el Estado el que sólo puede producir y distribuir", "hay
recuperar la conciencia emprendedora" y "distribuir no significa
ponerle la plata en el bolsillo a la gente", fueron algunas de las
definiciones del titular de la Unión Cívica Radical.
A su turno, las primeras palabas de Macri fueron un
"centro" a su compañero de charla. "Tengo una enorme
coincidencia", reconoció. También dio una serie de conceptos pensados para
un público empresario: habló de "sector público y privado juntos" e
"instituciones y reglas del juego claras". "Ya que destruyeron
al Estado, no hay que reconstruir el que había antes, sino uno nuevo, a la
altura del siglo XXI", opinó.
La posibilidad de un acuerdo electoral estuvo presente en el
ambiente. En los últimos meses, Sanz se mostró en más de una ocasión a favor de
una alianza con el PRO, al menos de cara a una eventual segunda vuelta
electoral, pese a que desde el macrismo la idea es priorizar lo que sus
asesores llaman un "armado hacia adentro". Promediaba los 20 minutos
de la charla cuando hubo una broma sobre el tema. "El problema si empieza
a hablar él es que queda 'Macri y Sanz' y yo preferiría 'Sanz-Macri'",
ironizó el senador, probable precandidato presidencial del Frente Amplio UNEN.
Sin embargo, el acuerdo sobre el que los dos hicieron
hincapié sería posterior a las elecciones y pensando en la gobernabilidad del
próximo mandato, puesto que ambos coincidieron en que el próximo presidente
"no va a tener la mayoría".
"No es casual nuestra familiaridad (con Sanz), porque
tenemos visiones diferentes, pero en algunas cosas no podemos ser tan marcianos
de no ponernos de acuerdo", sostuvo Macri. Puso como ejemplo "la
educación, el federalismo y la defensa de la moneda", entre otros temas.
Los puntos de ese eventual acuerdo de gobernabilidad, para
Sanz, "empiezan siempre con la letra E: Estado, empleo, educación, energía
y ética". Luego, lanzó otro chiste: "Si nos ponemos de acuerdo con
esas cinco e y usamos la sexta, que es la de Ernesto, estamos salvados".
"Está bien armado (el chiste), lo voy a pensar", le contestó el
alcalde porteño.
Según Sanz, lo importante es "recomponer el equilibrio
del sistema político". Lo explicó así: "La tragedia no fue el 54%,
sino que le sacó el 40% al segundo. No hay equilibrio y eso explica el 'vamos
por todo' y otras cosas".
Minutos después, un nuevo elogio a Macri, quizás el más
explícito de la jornada. "Yo lo alabo a él cuando habla de
desarrollismo", confesó Sanz.
Otro punto de contacto de sus discursos fue el llamado a los
empresarios a participar en política, aunque Macri fue más efusivo. "No
hace falta una experiencia", les aclaró. "Hay lugar para todos. Si
otros se animaron, ustedes pueden", agregó tras mencionar una serie de
empresarios que se sumaron a las filas del PRO.
"El gobernador por naturaleza transforma el ejercicio
del poder de uso en abuso. El antídoto contra eso es participar", concordó
el senador radical. "Sus intereses no los deben defender solamente las
asociaciones de empresarios", insistió.
La charla, que fue moderada por Guillermo D'Andrea, fue
interrumpida en numerosas ocasiones por los aplausos del público, que
celebraron los chistes y las críticas al gobierno nacional.
Al final, Macri esquivó las preguntas de la prensa y partió
rápido hacia la Ciudad de Buenos Aires. Sanz, en cambio, improvisó una breve
ronda de preguntas de la que participó Infobae. Las fotos entre políticos de
distintos signo ocuparon buena parte de la charla. De hecho, ayer el titular de
la UCR se reunió con Scioli. Y hoy sumó otra imagen interesante para el
mundillo político. No obstante, lo minimizó. "No hay que darle importancia
de las fotos. Hemos entrado en un terreno de tanta hipersensibilidad con los
símbolos que si seguimos en este ritmo nadie va a sentarse a tomar un café con
nadie ni se va a poder dialogar", concluyó.