Otra forma de ver al peronismo

Nicolás Tereschuk

Tengo ahí en la tableta leídas las primeras páginas del libro de Thomas Piketty del que habla todo el mundo, Capital in the Twenty-First Century.

Sabemos por la nota de Paul Krugman en la New York Review of Books de qué va el libro. Entre otros elementos, Piketty determina que estamos ante una a nueva Belle Époque, definida por un increíble aumento de la riqueza del "uno por ciento" más rico de la población. Así, antes de la Primera Guerra Mundial, el uno por ciento más rico en Gran Bretaña y Estados Unidos se quedaba con un quinto de los ingresos. Hacia 1950 ese tope de la pirámide se llevaba la mitad que a principios de siglo, la distribución se había hecho más equitativa. Desde 1980, la cosa se dio vuelta y en ambos países la distribución del ingreso está donde había comenzado hace un siglo. Hay más, pero me quedo con eso. 
Una de las fuentes que usa en su investigación Piketty son los registros impositivos. 
Leo que el argentino Facundo Alvaredo es uno de los colaboradores de Piketty. Ellos son dos de los creadores de la World Top Incomes Database
Alvaredo es autor del muy interesante capítulo The Rich in Argentina over the Twentieth Century 1932-2004 en el libro Top Incomes: A Global Perspective. ¿Qué cuenta ese capítulo? Básicamente este gráfico que muestro acá:
Alvaredo tiene registros del impuesto a los ingresos desde 1932. Sobre el período anterior, estima que a principios de siglo, los ricos argentinos eran muy ricos ("extrema riqueza"). Los datos impositivos indican que para 1932 el 1 por ciento más rico se llevaba el 18,7 por ciento del ingreso. Para 1943 (ay, ay, ay mi coronel qué irracional que eras...) el 1 por ciento se llevaba el 25,9 por ciento. Alvaredo indica que es "probable que antes de 1930 la proporción de los ingresos más altos haya sido superior que la de 1932".
Luego vino el peronismo. Ese período coincide con una "clara declinación en la proporción" del ingreso que se llevaba el uno por ciento más rico de la población, que hacia 1953 llega al 15,3 por ciento. Además de tomar parte de la renta agraria con el IAPI, el impuesto a los ingresos subió. En 1943 pasó del 12 al 25 por ciento. Del 52 al 53 esa tasa pasó al 32 por ciento. Para el 55 era del 40 por ciento.
Como dijmos, el percentil más alto pasó de quedarse con el 25,9 por ciento del ingreso nacional en 1943 al 15,3 en 1953. "Los más afectados parecen haber sido los más ricos entre los ricos: el 0,1 por ciento más alto de la pirámide pasó de quedarse con el 11,6 por ciento al 5,1 por ciento y el 0,01 por ciento al tope de la pirámide declinó del 4,1 por ciento del ingerso al 1,4 por ciento del ingreso en el mismo período".
Aún así, como vemos en el gráfico, terminado el período peronista en 1955, los ricos seguían quedándose con una proporción mayor del ingreso que en otros países "similares" (Australia, Canadá, etc.) y los desarrollados.
¿Luego qué pasó? La información estadística disponible, le dice a Alvaredo que hay una estabilidad relativa de la desigualdad durante la década del 60 y la primera mitad de la década del 70. Entre 1975 y 1980, la desigualdad de ingresos experimentó un "fuerte aumento", en una dinámica que continuó hasta un máximo con la hiperinflación de 1989
Hubo una mejora en la cuestión de la desigualdad después de 1990, pero para 1995 el coeficiente de Gini era 12 por ciento más alto que en 1985. La desigualdad aumentó en el período posterior que investiga Alvaredo, hasta 2004.
Hacia el final del capítulo señala que "de manera interesante, la proporción que se llevaba del uno por ciento más rico en 1954 es muy similar al nivel que encontramos en 2004, aunque refleja dos momentos muy diferentes de la historia".
Agrego yo: sabemos por un trabajo de Fernando Groisman que "entre 2003 y 2010 la clase baja redujo su volumen en torno del 10% pasando del 42,2% al 38,5%. La mayor variación correspondió en cambio a la que mostraron las capas medias de la sociedad, que incrementaron sus miembros en un 30% y pasaron de representar el 25,8% de la población en 2003 al 33,4% en 2010. Consecuentemente, la clase alta redujo su tamaño en alrededor del 15% y pasó del 32% al 28,1% entre los extremos del mencionado septenio".

Bajar la desigualdad implica subirle el piso a los pobres tanto como ponerle techo a los ricos. ¿Habrá candidatos que hablen de esto el año que viene?