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Cuando la Corte Suprema impidió a Gerardo Zamora buscar un tercer mandato como gobernador de Santiago del Estero, recibió un llamado de Carlos Zannini: “Asumí como senador y te damos la presidencia provisional”, le propuso.

Zamora se había puesto como suplente en la lista, una estrategia para arrastrar votos que también usaron Jorge Capitanich y Sergio Urribarri en Chaco y Entre Ríos.
Cuando recibió el llamado de Zannini tenía otros planes: quería quedarse en Santiago del Estero para monitorear la gestión de su esposa. Obligado, un día antes de la jura tuvo que pedirle a Daniel Brué que renunciara para sumir.
Pero en el bloque kirchnerista su nombre no causó nada de simpatía y en diciembre mismo le hicieron saber a Zannini que Zamora no era bienvenido y menos para darle un cargo. Si había que proponer, preferían a Miguel Pichetto, su jefe de bloque.
Tras un verano difícil, el Gobierno se encontró el lunes con el mismo problema y tuvo que ceder: al menos hasta ahora, Cristina dio de baja a Zamora y apuesta por la continuidad de la tucumana Beatriz Rojkés de Alperovich, quien así podría mantener intacta su esperanza de reemplazar a su marido en 2015.
 La UCR tomó partida en el asunto con un duro rechazo a Zamora, a quien detestan por haber dejado el radicalismo ni bien ganó la gobernación en 2005.
Si bien el kirchnerismo tiene mayoría con aliados, ante cualquier conflicto interno debe requerir a acuerdos con otras bancadas. Por eso, la postura de la UCR se hizo sentir.
“Zamora no es radical, fue expulsado del radicalismo, y hace tiempo está en el oficialismo. Si lo eligen a él, elegirán a un justicialista más”, chicaneó Ernesto Sanz.
Gerardo Morales, el jefe de bloque radical, fue más duro: "Si la propuesta del oficialismo es Gerardo Zamora no vamos a acompañar. Somos respetuosos de las decisiones del Frente para la Victoria pero corresponde que ese tan importante cargo sea ocupado por un peronista kirchnerista puro y no por un converso", dijo el jujeño.
Pichetto seguiría como jefe de bloque, un lugar que quiere ocupar Aníbal Fernández. Esta semana el rionegrino cumplió a rajatabla las órdenes de la Casa Rosada: su senadora, Silvina García Larraburu, presentó un proyecto para crear la junta nacional de Granos, justo el día en que las cerealeras se reunieron con Capitanich para definir cuando liquidarán sus granos.
Y hoy se sumó a los legisladores que apoyan a la presidenta. “Cristina superará los intentos desestabilizadores”, señaló, justo cuando Elisa Carrió sugería que él o Zamora se relevarían a Cristina Kirchner.
La sesión preparatoria será el viernes 28 de febrero y deberán elegirse el resto de las autoridades.
La UCR deberá definir si deja a Juan Carlos Marino como vicepresidente. El vice primero lo mantendría el Frente Progresista, que hoy tiene en ese lugar a Luis Juez.
Por el resto de las autoridades habrá debate. El vice segundo es el peronista opositor Juan Carlos Romero, pero se cargo podría pelearlo el frente otros interbloques creados por estos días, como el bloque patagónico de Guillermo Pereyra, el PRO, o el insípido interblque massista promocionado por Carlos Verna.
El resto seguiría igual, salvo un llamado de Cristina que cambie las cosas. El secretario administrativo, cargo que siempre elige el presidente, seguiría siendo Juan Zabaleta; el secretario parlamentario, Juan Estrada; el prosecretario administrativo, Mario Daniele, y el prosecretario parlamentario, Luis Borsani.