La madre de todas las batallas en los sectores medios: apropiarse del concepto de racionalidad



Rubén Weinsteiner

La madre de todas las batallas consiste en ganar el medio en los sectores medios.

Se trata de apropiarse del concepto de racionalidad, funcionabilidad y sustentabilidad y ubicar a nuestro rival en el lugar de la irracionalidad.

Rubén Weinsteiner

Las nuevas paridades

En las matrices de representación actuales, no se gana una elección por diferencias holgadas, por lo general lo que vemos, son sociedades partidas en dos con un esquema grietario fuerte como el caso de EE.UU., Brasil o Argentina o a lo sumo en tres como en España, y donde las victorias se dan diferencias cada vez más pequeñas.

El posicionamiento de racionalidad debe construirse en el 5/10% que no revela posicionamientos adquiridos, el segmento más fluctuante, el menos politizado y el más lábil.

Entre los propios a priori no es determinante, aunque la sensación de que lo que se apoya ostenta la posesión de la racionalidad suma y mucho. En el núcleo duro del sector que nos rechaza, poco es lo que se puede hacer, pero apropiarnos del concepto de racionalidad se la pondrá difícil y a los subsegmentos superficiales y blandos, más todavía.

Subjetividad y equilibrio

La dinámica de intervención de la subjetividad es compleja. Hay que asumir que ese encuadre determina un universo de sentidos que puede producirnos incomodidad y rechazo entre un repertorio de sentimientos.

Tendemos a pensar en todo debate, polémica, grieta, un eje donde conviven dos posturas contrapuestas y en algún sentido extremas, y un centro que sintetiza las dos posturas o se coloca en un lugar de superioridad por la condición de equilibrio, por lo tanto adquiere una valoración de corrección. Toda oferta política tiene a los propios, nunca tendrá al núcleo duro de la otra parte y deberá ir necesariamente por algunos microsegmentos del medio para definir el partido.

Esos votos se cuentan doble, porque sino van para el adversario y vienen para nosotros valen doble.

Los ciudadanos no comprometidos políticamente tienden a sentir al centro como el lugar correcto.

Si preguntamos por religión aparece el cristiano no practicante, como término medio, moderado, ni fanático religioso ni ateo, término medio.

Desde el idioma, se asocia a la moderación como algo bueno, conveniente e inteligente.

Para la RAE:

Acción y efecto de moderar.

2. f. Cordura, sensatez, templanza en las palabras o acciones.

A Doña Rosa le gusta la racionalidad, le gusta sentirse racional, frente a la irracionalidad. El concepto de racionalidad la ordena, la tranquiliza.

Basta ver el lugar que le otroga la sociedad a la locura, al alzheimer, a lo que no es normal, para aferrarse con el alma a la razonabilidad, al equilibrio, al "sentido común".

Proponer la moderación como uno de los valores de la clase media se instaló como uno de los mecanismos de identificación de esa clase social como alternativa a la sociedad estamental; en oposición tanto a la clase alta de los privilegiados (especialmente la aristocracia) como a la clase baja de los campesinos pobres y la plebe urbana (que como ella eran miembros del tercer estado, pero carecían de riqueza). Se vinculó a la sobriedad, la estabilidad en las costumbres, la vida cotidiana y la familia, el ahorro, la posesión de una mediana propiedad y una honesta forma de ganarse la vida.

Para Max Weber estos valores conectan La ética protestante y el espíritu del capitalismo, al permitir la inversión necesaria por la acumulación de capital, y lo vincula al calvinismo, con lo que su tesis pretende explicar el diferente desarrollo social y económico del norte y el sur de Europa desde la Reforma. O porque catolicismo es sinónimo de atraso y protestantismo de desarrollo económico. Porque este último encontró el equilibrio. No obstante, también comportamientos similares estuvieron presentes en determinados entornos sociales de países católicos).

Este tema de la moderación aparece como una constante en las reflexiones morales de Robinson Crusoe (el héroe de la novela de Daniel Defoe), como la forma de vida que su padre le recomienda y en la que vuelve a encontrarse una y otra vez, a pesar de su búsqueda de la aventura. Similares conceptos se desarrollan, desde una mayor o menor actitud crítica, con el triunfo de estos valores en el desarrollo de la sociedad industrial o sociedad de clases; y pueden verse en las novelas de Charles Dickens (Los papeles póstumos del Club Pickwick, David Copperfield, Oliver Twist) o en Los miserables de Victor Hugo.

Medio y moderación

El centro es algo absolutamente relativo. Depende donde se ubiquen los extremos. En

Afganistán gobernada por los talibanes las dos grandes tendencias son por los integristas radicales islámicos y por el otro los que proponen un modelo occidental. El centro, en este caso, estaría representado por la Alianza del Norte que propone como moderación, lapidar mujeres adúlteras con piedras más chicas que las que tiran los talibanes, cierta representatividad electoral pero solo ejercida por hombres, permitir en algunos casos que las mujeres manejen, etc. En Afganistán los fundamelistas islámicos y los que proponen un sistema democrático occidental representan los extremos. Ser moderado en Afganistán es decir “ni la locura fundamentalista, ni el libertinaje occidental”.

En EE.UU. la segunda enmienda de la Constitución protege el derecho de cualquier ciudadano a tener y portar armas de fuego, una postura como la argentina o la española que prohibe la tenencia y portación libre e indiscirminada, se considera una posición radical extrema, un avance grave sobre los derechos civiles e incluso sería visto como irracional por algunos sectores de la izquierda americana. En Argentina o en España, defender la libre tenencia y portación, es vista como radical de derecha.

En marketing vemos que cuando una empresa lanza tres gamas de productos, la premium, mas cara, la económica y más barata y por otro lado la standard con un precio en el medio, este último es el más vendido.

Los sectores medios, tienden al medio, y este depende de donde estén los extremos.

La racionalidad es subjetiva

El concepto de racionalidad está atravesado por la relatividad subjetiva. Alguien podría plantear que no se puede dejar entrar inmingrantes de manera desordenada y masiva como con los que llegan de Venezuela, que bajan el salalrio de los nacionales, al aceptar trabajar en negro por salarios muy bajos etc, y sonaría racional. Otro podría argumentar sobre el mismo tema, que la Argentina es un país de puertas abiertas, que el espíritu argentino ha sido recibir, nutrirse, y más que preguntarle de donde vienen, preguntarle que quieren hacer. Que los hijos de los españoles, italianos, coreanos, cantan juntos el himno y son argentinos. Que EE.UU, es la nación más heterogenea del planeta y que quizás allí resida parte de su fortaleza, y sonará racional.
Algunos pueden plantear el déficit cero como racional, que la economía nacional es como la del ama de casa, que no hay que gastar más que lo entra y sonará racional. Otros podrán decir que EE.UU. salió de la crisis del 30, y de la del 2008, emitiendo y con déficit, para promover la obra pública y el consumo, y sonará racional. Ambas posturas podrían ubicar al otro argumento en el lugar de la irracionalidad y atribuirse el de la razonabilidad.

En deifinitiva es la lucha por la propiedad  del "sentido común", ser razonable.

Anclaje de racionalidad

La hoja de ruta consiste en la construcción de un anclaje marcario de racionalidad, moderación, el medio, es decir estar en el lugar de equilibrio.

En 1998 Eduardo Duhalde era para muchos, un barón del conurbano con vínculos con el narcotráfico, un político mafioso y un exponente de lo peor del peronismo.

En 2003 Duhalde era para la gran mayoría de los argentinos, un estadista, un piloto de tormentas, un hombre mesurado, inteligente, un tiempista, y alguien que seguramente pasaría a la historia como un gran presidente, que sacó al país de su peor crisis.

En 2006 Duhalde era para muchos un barón del conurbano, vinculado con factores del narcotráfico, un político mafioso y un exponente de lo peor del peronismo.

No fueron muchos ni significativos los cambios que realizó Duhalde en su vida adulta mayor. Lo que se modificó fue su marca política, su posicionamiento, las percepciones, los significados que proyecta esa marca, y constituyen el anclaje marcario político y social de la misma.

La memoria es el último recuerdo poderoso que adquirimos, no todo lo que vivimos. El poder de ese último recuerdo, es el que constituye el anclaje.

Un anclaje es una percepción fundada y construida en una ponderación conceptual, dentro de un estado de gran intensidad, de experimentación de sensaciones con fuerte solicitación simultánea del intelecto, del cuerpo y del espíritu.

Como se sustituye un anclaje, es la madre de todas las preguntas. Como se hace para que alguien catalogado como corrupto sea visto de otra manera, alguien percibido como poco intelgente, pueda ser percibido de otra manera, una marca política signada por un acontecimiento histórico, pueda ser asociada a otros links de marca política?

Toda negación implica una afirmación, esto es Lacan.

Andá y decile a tu esposa: “tu amiga Claudia…, no me gusta” , “la verdad, que no me mueve ni un pelo”. A partir de ese momento, tu esposa va a estar completamente segura que te gusta mucho su amiga Claudia.

La funcionalidad de la negación en el discurso, es inversa en términos de sus objetivos a la intención del emisor. Nadie que sea honesto debería decir “no robé ”, sería como para alguien que no tiene ninguna cicatriz en la cara, decir “yo no tengo ninguna cicatriz en la cara”. Si uno no tiene el deseo de tener algo ni nada con Claudia, difícilmente habilite los senderos neurológicos que le hagan decir algo relacionado con “tener algo con Claudia”, aún para negarlo, y eso las audiencias lo decodifican rápido, aunque no lo puedan poner en palabras y en emergencia, y fundamentarlo.

No sirve negar, tampoco explicar. Es fundamental construir una narrativa que explique o niegue, pero no se desaloja un anclaje con eso.

Para desalojar un anclaje, que en definitiva es una estructura sensorial, un sentimiento, hace falta un sentimiento más fuerte. Un anclaje sustituyente.

El anclaje sustituyente refuta pero sólo de manera indirecta el anclaje original. Es decir el nuevo anclaje no viene a negar, viene a instalar un nuevo posicionamiento, un nuevo link-significado en la cabeza de las personas.

El nuevo anclaje debe ser sólido, congruente con la marca política y lo más importante, más fuerte que el anclaje a desalojar.

En el caso de Duhalde, la sustitución del anclaje no se hizo refutando y explicando que Duhalde no era un mafioso o que no estaba vinculado con el narcotráfico. El anclaje se hizo construyendo un posicionamiento muy poderoso, tanto que disparaba significados como los de “el piloto de tormentas” “el estadista” “el salvador” “ el que apagó el incendio”, a la cabeza de las personas.

Racionalidad y jaque mate

El anclaje de racionalidad construirá un posicionamiento sólido y dejará al oponente en un lugar de inmovilidad, haga lo que haga para defender o negar solidificará el nuevo anclaje.

El campo de batalla no son los medios ni el espacio público, sino la cabeza de los sujetos de elección, es ahí donde tenemos que construir el posicionamiento, que nos coloque arriba de la colina de la racionalidad.

Rubén Weinsteiner

Morgan Stanley apuesta a sectores de meditación y 5G pospandemia



Morgan Stanley, uno de los bancos de inversión más grandes de Wall Street

Los lápices labiales, las redes móviles 5G y los centros de cuidados infantiles representan algunos ejemplos de cómo el coronavirus está alterando el comportamiento del consumidor, según un análisis de las inversiones de Morgan Stanley para la vida después de la pandemia.

Las conclusiones se detallaron en un informe de 90 páginas de analistas, economistas y estrategas del departamento de análisis del banco de Nueva York. He aquí una selección:

Viviendas unifamiliares

La crisis está acelerando las tendencias en la vivienda estadounidense que ya estaban presentes, entre ellas el crecimiento de las viviendas unifamiliares, según Richard Hill. El analista recomienda Invitation Homes Inc. por sus activos de alta calidad y dice que este tipo de fideicomisos de inversión inmobiliaria puede superar el rendimiento de los apartamentos.



Enfoque a la meditación

Con las personas encerradas en sus casas, el comer por estrés está aumentando. Las empresas con podcasts de meditación (WW International Inc. y Peloton Interactive Inc.) podrían beneficiarse a medida que más personas adopten dietas alternativas y hagan ejercicio en casa, escribieron Brian Nowak y Lauren Cassel.

Seguridad bancaria

El gasto en tecnología por parte de los bancos tendrá que aumentar, en particular, en la seguridad. Con más personal trabajando desde casa, pueden reducir los bienes raíces corporativos e inyectar más dinero en interfaces de tecnología para sus clientes, según analistas que incluyen Betsy Graseck.

Construcción y transporte

Menos trabajadores en la oficina significará menos gasto en transporte. Esto, a su vez, puede reducir las expectativas de gasto en construcciones públicas en alrededor de US$100.000 millones para 2022, escribieron los analistas. Ello impactará negativamente a Caterpillar Inc. y REV Group Inc., que también podrían sufrir una caída en la construcción de oficinas y hoteles debido a la reducción de los viajes de negocios.

Red de 5G

El deseo de una conexión a Internet cada vez más rápida acelerará la transición a tecnologías 5G. CommScope Holding Inc. y Ciena Corp. están bien posicionadas para beneficiarse, así como fabricantes de componentes ópticos, como Lumentum Holdings Inc.

Cenar en casa

El analista Dara Mohsenian anticipa un mayor crecimiento del consumo en el hogar a medida que más personas pasan tiempo en sus casas debido al desempleo persistente y el presupuesto limitado para comer fuera. Un estudio de la recesión estadounidense anterior mostró que los alimentos envasados aumentaron, mientras que las tendencias actuales disminuyeron en el uso de spray bucal, desmaquillante y lápiz labial, productos que se usan a menudo cuando las personas socializan.

Guarderías

Trabajar desde casa puede llevar a más padres a sacar a sus hijos fuera de los centros infantiles de empresas a instalaciones en sus barrios, lo que podría ser negativo para Bright Horizons Family Solutions.

Miedo contra decepción o miedo contra miedo

Rubén Weinsteiner



Narrativa del Miedo vs Narrativa de la Decepción: ¿Quien gana?


En diferentes esquemas grietarios, de paridades intensas, en instancias electorales o previas a un comicio, vemos desplegarse narrativas que transitan la empatía con el decepcionado y describen y problematizan situaciones difíciles, narrando y problematizando una situación de fracaso, desesperanza y perspectiva negativa, dándole forma a la decepción de muchos ciudadanos.

Vemos en otros casos el despliegue de narrativas que interpretan el rechazo profundo traducido en miedo, legitimándolo, dándole correlatos argumentales profundizándolo y contraponiéndolo a la decepción.


Que pesa más, el miedo o la decepción?



Miedo a volver al pasado, decepción por el presente


El miedo es más fuerte que la decepción, porque opera sobre lo que vendrá. Siempre lo que vendrá puede ser peor que el presente, y eso da miedo.

“Más vale malo conocido que bueno por conocer” dice el dicho, y refleja la vocación de no mover las cosas, de no cambiar cuando se cree que lo que venga puede ser peor. La decepción es lo que conocemos, el miedo es sobre lo que vendrá, lo desconocido que puede ser peor que el presente, por eso paraliza.


Miedo contra miedo


Y si la decepción por el presente se volviera miedo a seguir?


La respuesta superadora al miedo generado no es la decepción, sino el miedo a seguir, o el miedo a que se profundice lo malo del presente.

Ahí se daría una batalla miedo contra miedo.

En estos esquemas de paridades intensas y audiencias redundantes, los públicos sensibles a este tipo de intervenciones narrativas, no están ni en los núcleos duros de ambos lados, ni siquiera en los segmentos de anclaje asociado a cada uno de los lados.

Las zonas de intervención comienzan en la periferia de ambos campamentos y se extienden hacia el medio, donde habitan segmentos no comprometidos, despojados de imput ideológico, muchas veces descreídos y decepcionados de la política.


Es estos segmentos donde miedo y decepción pueden hacer lo suyo. Es ahí donde en escenarios de extrema paridad un bando puede definir el partido.

La dinámica de intervención de la subjetividad es compleja. Hay que asumir que ese encuadre determina un universo de sentidos que puede producirnos incomodidad, rechazo entre un repertorio de sentimientos.

Lo primero es cambiar el chip de la furia a la curiosidad. Porque esta persona odia lo que para mi es bueno? Si me cambio de lugar quizás lo vea diferente? Como puede defender lo que para mi es indefendible? Son preguntas esenciales e inevitables si queremos intervenir sobre la subjetividad de estos segmentos.

Anclajes

La memoria es el último recuerdo poderoso que adquirimos, no todo lo que vivimos. El poder de ese último recuerdo, es el que constituye el anclaje.

Un anclaje es una percepción fundada y construida en una ponderación conceptual, dentro de un estado de gran intensidad, de experimentación de sensaciones con fuerte solicitación simultánea del intelecto, del cuerpo y del espíritu.

Como se sustituye un anclaje, es la madre de todas las preguntas. Como se hace para que alguien catalogado como corrupto sea visto de otra manera, alguien percibido como poco intelgente, pueda ser percibido de otra manera, una marca política signada por un acontecimiento histórico, pueda ser asociada a otros links de marca política?

Toda negación implica una afirmación, esto es Lacan.

Andá y decile a tu esposa: “tu amiga Claudia…, no me gusta” , “la verdad, que no me mueve ni un pelo”. A partir de ese momento, tu esposa va a estar completamente segura que te gusta mucho su amiga Claudia.

La funcionalidad de la negación en el discurso, es inversa en términos de sus objetivos a la intención del emisor. Nadie que sea honesto debería decir “no robé ”, sería como para alguien que no tiene ninguna cicatriz en la cara, decir “yo no tengo ninguna cicatriz en la cara”. Si uno no tiene el deseo de tener algo ni nada con Claudia, difícilmente habilite los senderos neurológicos que le hagan decir algo relacionado con “tener algo con Claudia”, aún para negarlo, y eso las audiencias lo decodifican rápido, aunque no lo puedan poner en palabras y en emergencia, y fundamentarlo.

No sirve negar, tampoco explicar. Es fundamental construir una narrativa que explique o niegue, pero no se desaloja un anclaje con eso.

Para desalojar un anclaje, que en definitiva es una estructura sensorial, un sentimiento, hace falta un sentimiento más fuerte. Un anclaje sustituyente.

El anclaje sustituyente refuta pero sólo de manera indirecta el anclaje original. Es decir el nuevo anclaje no viene a negar, viene a instalar un nuevo posicionamiento, un nuevo link-significado en la cabeza de las personas.

El nuevo anclaje debe ser sólido, congruente con la marca política y lo más importante, más fuerte que el anclaje a desalojar.

Miedo contra miedo, anclaje contra anclaje, se trata de construir estados, no de afirmar o negar. Nadie escucha cuando siente. Y se trata de hacer sentir no de contar.

Rubén Weinsteiner

Estudiar sin internet: la escuela en cuarentena profundiza la desigualdad en Argentina


En Alto Río Senguer, un pueblo de 1.600 habitantes que sigue la cuarentena en medio de la Patagonia, un niño que vive con su padre en el campo recibe lecciones por radio. Algo más al norte, en Añelo, una pequeña comunidad que sufre la fiebre del petrolero de Vaca Muerta, hay solo seis computadoras entre los 60 estudiantes que cursan la secundaria. La maestra de 26 niños de cinco años en La Rioja perdió contacto con uno de ellos porque el móvil de la madre, el único que hay en la familia, se reserva para los dos mayores. “En Argentina hay lugares que están en la década del cuarenta, con una agenda analógica. Ahí no se puede dar una clase por Zoom”, advierte el ministro de Educación, Nicolás Trotta, en una conversación con corresponsales. La cuarentena ha puesto en evidencia las debilidades estructurales del país sudamericano y las tensiones de una sociedad que no logra superar la desigualdad.

Un informe reciente de Unicef estableció que el 81% de los hogares con niños, niñas y adolescentes está en contacto con el sistema educativo y recibe tareas escolares durante el aislamiento social contra la covid-19. Pero advierte que el 37% de esos mismos hogares no tiene una computadora para realizar las tareas. Los problemas se acentúan cuando se pone la lupa sobre familias de bajos recursos. “Allí la brecha se profundiza”, dice el informe de Unicef, “porque el 28% no tiene Internet y el 53% estudia sin computadora”. Si se hace un análisis detallado por regiones, la ratio de hogares en contacto con la escuela baja a menos del 60% en el norte del país, donde se registran los mayores índices de pobreza. En Argentina hay al menos seis millones de niños que viven en situación de marginalidad.

El maestro Carlos Luna da clases en una escuela rural ubicada 85 km al sur de Bariloche, en la cordillera patagónica, en un paraje con muy mala conectividad. Los alumnos estudian en sus casas con los cuadernillos que el ministerio de Educación ha repartido en zonas vulnerables (ha distribuido 18 millones de ejemplares) y consumen el contenido audiovisual y radial que difunden los medios públicos. En el día a día, sin embargo, el instrumento más importante es el teléfono móvil de los padres. “Hemos trabajado mucho con los audios. Le pedimos a nuestros estudiantes, por ejemplo, que contaran su vida diaria, cómo se sienten, cómo están llevando esto de no poder salir y qué extrañan. Luego editamos los audios y los pasamos por radio nacional de Bariloche”, dice Luna.

La cuarentena también expuso las desigualdades sociales en comunidades que muestran buenas estadísticas generales. En una escuela pública de Palermo, uno de los barrios más acomodados de Buenos Aires, el 10% de los alumnos recibe un bolsón de comida comprado con el aporte de todos los padres. La escasez de computadoras en lo que se supone es un barrio de clase media sorprende a las autoridades de la escuela. La situación se agrava cuando uno se aleja del norte de la capital y se adentra en el extrarradio.

Ingrid Catalán vive en Virrey del Pino, partido de La Matanza, y tiene siete hijos, tres de ellos en primaria. “Los tres usan mi celular. Se complica mucho, porque en nuestra zona no hay wifi y descargar los contenidos que manda la escuela se complica. Hay días que estamos cuatro o cinco horas sentados haciendo diferentes tareas”, dice. La cuarentena empezó junto con el ciclo lectivo y la hija pequeña de Catalán conoce a su maestra solo por vídeo. En una escuela de Liniers, ubicada en el límite entre la ciudad de Buenos Aires y la provincia, la maestra Ayelén Pesce destaca el desafío que es contener a los alumnos más pequeños. “Lo primero que hicimos fue tratar de establecer el vínculo con la familia por WhatsApp y bajar la ansiedad de las familias que estaban empezando. Ahora hacemos videollamadas para que los padres vean a los maestros, porque es muy importante el rol de la familia”, dice.

El ministro Trotta coincide en la importancia de la familia, que variará según “la trayectoria educativa de los adultos del hogar”. “Eso es más condicionante que el acceso a la tecnología. Y tiene más trascendencia la trayectoria educativa de la madre, que es la que asume las tareas de seguimiento pedagógico”, dice. A mayor educación de los padres, mejor seguimiento de los contenidos de la escuela. No es un dato para festejar. “En el hogar se consolidan las desigualdades”, advierte Trotta, que ve como el confinamiento limita el papel igualador que imagina para la escuela pública. “Estamos seguros, y lo he hablado con ministros latinoamericanos, que nuestro sistema educativo va a ser más desigual a partir de esta pandemia. Vamos a tener que desplegar, además, una política de búsqueda de todos los estudiantes que no van a regresar a la escuela. Cada día que pasa es un alumno menos”, dice el ministro. Las autoridades argentinas no esperan el regreso a las aulas al menos hasta septiembre, evidencia de los problemas que se avecinan.

Imaginario instituido vs imaginario instituyente en la construcción del sistema de preferencias del #votojoven




Rubén Weinsteiner

Pensamos al imaginario social como el dispositivo productor y contenedor de significados colectivos.

Significados que determinan marcos, normas y pautas entre las cuáles los jóvenes viven, se adaptan, se integran a la vida adulta, al mercado laboral y se institucionalizan.

Discurso, consenso y disenso

El discurso del consenso se limita a reproducir lo dado. Si plantea innovaciones, estas tienen que ver con el retorno a un pasado ideal, a las “viejas costumbres” a “lo que hay que hacer”, “volver a las fuentes”. No entraña disruptividad, y por lo general no consensua rupturas, en el mejor de los casos acerca posiciones dentro de los estrictos límites de ese consenso.

La innovación en el discurso del consenso, no puede ir más allá de las necesidades de la agenda política y corporativa. Esa innovación propuesta o “el retorno a las fuentes” obtura el análisis científico, ya que este no admite límites, así como las preguntas, las dudas, su contraste y modelización con la complejidad, incertidumbre y disruptividad del presente. De alguna manera se vincula con el análisis científico y la inquisición intelectual como lo haría una religión cuando la ciencia habla de millones de años desde la creación del mundo y de la teoría de la evolución.

Jóvenes disenso y reproducción de formatos
Roberto Brito Lemus plantea que la juventud, comienza cuando se desarrolla la capacidad de reproducir la especie humana, y termina cuando se desarrolla la capacidad de reproducir el orden social.

Se es joven mientras se cuestiona, contesta y demanda cambios y se evita reproducir el orden social tal cual está planteado. Cuando se evita “transar”, cuando se quieren transponer límites, cuando se quiere forzar la realidad y enfrentar poderes constituidos y poderosos que frenan los cambios.

Cuando hablamos de disenso formal activo en los segmentos jóvenes, pensamos la diferencia entre el imaginario instituido y el imaginario instituyente, para elaborar una consideración dinámica entre las significaciones que consolidan lo establecido o proponer volver a pasados idílicos dotados de cargas míticas necesarias, y la capacidad instituyente de los posibles organizadores de sentido.

Ese disenso formal activo, es formal porque juega según las reglas de la sociedad, y es disenso porque cuestiona la producción de subjetividades que se amoldan a las organizaciones de sentido, y aseguran la reproducción de formatos que permitan corporizar determinadas agendas políticas y corporativas.

Cuando un paradigma cambia todos vuelven a cero

El disenso formal activo entre los jóvenes opera como aquellos cambios tecnológicos-culturales, que instalan nuevos paradigmas y con los que vuelven a cero todos los jugadores.

Cuando un paradigma cambia todos vuelven a cero, el pasado y los mitos no garantizan nada si los paradigmas cambian.

Con los relojes de aguja, los suizos dominaban el 95% del mercado. Cuando la tecnología del reloj de cuarzo ganó espacio, los suizos se quedaron con el 2% del mercado. Paradójicamente el reloj de cuarzo se inventó en Neuchatel, Suiza en 1967. Los inventores exhibieron el invento allí y este fue rechazado. Ese mismo año, el reloj de cuarzo fue presentado en la Convención mundial de relojería, y Texas Instruments y Seiko compraron la idea. Los suizos ni siquiera habían registrado la idea. Estaban tan seguros que lo que había funcionado hasta ese momento funcionaría siempre, que no pensaron que los paradigmas pueden cambiar y que cuando un paradigma cambia todos los jugadores vuelven a cero.

2001 y la metamorfosis de la representación en Argentina
Con la crisis del 2001 cambiaron los paradigmas de representación política en el voto joven en la Argentina. Lo que Bernard Manin llama “metamorfosis de la representación”, un cambio profundo del lazo que une a quienes eligen, con quienes son elegidos.

En Argentina, en las jornadas del 19 y 20 de diciembre, confluyeron muy diversos sectores: desde ahorristas a quienes el “corralito” no dejaba extraer su dinero de los bancos, el sector educativo, el de salud, partidos políticos de izquierda, organizaciones sindicales, los movimientos de desocupados, en su mayoría piqueteros, y también muchos sujetos jóvenes autoconvocados que repudiaban al sistema político en su totalidad. La consigna que se impuso fue: “¡Que se vayan todos!”, demostrando la profundidad de la crisis que terminó con 40 muertos y 2000 heridos.

Los cambios de paradigmas según Khun, tienden a ser drásticos y en muchos sentidos los jugadores vuelven a cero. Con los nuevos paradigmas del esquema formal de organización del sistema de preferencias, el votante joven se apropió del sistema de valoración de las marcas políticas, que antes subrogaba en los adultos, por tradición o mandato, educación o poder de fuego de los medios tradicionales, produciendo una síntesis entre su sistema de asignación de valores etáreos y tribales, y su propia racionalidad instrumental del voto.

La pobreza, la indigencia, la ruptura del contrato social y el desempleo constituyeron el núcleo de deslegitimación del sistema de paradigmas viejo. La pérdida de la legitimidad de las generaciones dirigenciales mayores, que revelaron debilidad e impotencia, les quitó autoridad y capital simbólico ante los jóvenes. Autoridades e instituciones, bancos, medios de comunicación y partidos políticos, perdieron autoridad validatoria de las marcas politicas. Junto con eso, el colapso de la ilusión del retiro del estado, la convertibilidad y “estar en el primer mundo”, encuentra a los actores sociales jóvenes, más afectados que ninguna otra franja en la dura lucha por la supervivencia, o bien irse del país. Encarnando en ambos casos un fuerte componente contracultural.

El voto joven a partir del cambio de paradigmas de 2001, ha dejado de organizarse a partir de identidades sociales tradicionales permanentes.

El radicalismo y el peronismo tal cual lo conocíamos, se resetearon. El primero brindando capilaridad territorial a Cambiemos, devino en un socio menor y en disminución progresiva del PRO, que se erigió en la referencia electoral de los ex votantes radicales. El peronismo se reconvirtió, atravesó su etapa kirchnerista y gestiona un nuevo formato entre CFK y la liga de gobernadores.

2002 la metamorfósis es global

En Europa durante la post guerra, los jóvenes desarrollaron una tendencia a valorar negativamente a la política pero por sobre todo a los políticos. En ese escenario como en el 2001 argentino, el proceso de deslegitimación fue ampliando la brecha entre dirigentes y jóvenes y dio cuenta de la falta de expectativas en la realización de cambios reales. Se fue gestando la percepción en el electorado joven, que los políticos tienden a confundir los intereses de su corporación con los del bienestar general y terminan por imponer aquéllos como lógicas de acumulación personal.

En este escenario, los partidos dejaron de funcionar como instancias articuladoras de las demandas de grupos sociales específicos, e incluso en un intento de adaptarse a esta nueva situación que estructura nuevos patrones de competencia política, retroalimentan el proceso de pérdida de su función representativa al elaborar discursos que pretenden alcanzar el voto de sectores más amplios de la población, lo que llamamos los “catch all party”, los partidos “agarra todo”, con la contrapartida de entablar vínculos más frágiles e inestables que antes.

En este contexto las propuestas partidarias se volvieron cada vez mas impostadas y artificiales. Ante este nuevo abordaje los jóvenes ponen en valor a la autenticidad como fundamento validatorio y al clivaje impostura-autenticidad, como eje del sistema de preferencias.

Límites entre consenso y disenso

La transposición de limites y la expresión de lo asistemático es lo significativo en el voto joven. Lo que no tensiona o fuerza la realidad, en el marco epistémico joven, debería ser utilizado solo como tecnicismo, para rodear el corpus del mensaje, y estrictamente, para resaltar los aspectos no sistémicos del discurso.

Discurso del disenso formal activo

El discurso en el voto joven, debe quebrar el punto de vista, construido por los procesos de standarización, limites y estereotipia de los mensajes de los medios, estructurados siempre con mecanismos repetitivos, que en realidad se constituyen como un control destinado a evitar la irrupción de mensajes nuevos y disruptivos.

Todo discurso significativo que pretenda interpelar al voto joven, tiene sentido solo si transita los límites, es crítico y se apoya en el cambio de paradigmas. Si se refiere a conflictos, utopías, incumplimiento de las normas, forzado de la realidad y convocatorias a luchas contra poderes enormes con final abierto.
El enfrentamiento para lograr los cambios, contra poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”, le otorga vitalidad y dinamismo al vínculo, entre una marca política y los jóvenes. Ese final abierto, esa asimetría desfavorable, indignan, emocionan, convocan y le dan sentido a la bronca originaria y movilizadora, y la alegría de la acción y compromiso colectivos.

Tensión y significación en el #votojoven

El involucramiento en los cambios, contribuye a construir el nuevo campo de la mirada en la construcción del poder político. Esa construcción está dada por la puja por ordenar las percepciones sobre lo que pasa, de estructurar la narrativa y organizar el debate, en torno a los temas conflictivos.

Solamente en el terreno del conflicto y las contradicciones del sistema, el mensaje hacia el voto joven adquiere su máxima tensión y con ella la potencia y significación plenas.

Rubén Weinsteiner

Diaoguistas y duros en Juntos por el Cambio, coinciden en que Macri no puede liderar el espacio



La división entre "duros" y "dialoguistas" dentro de Juntos por el Cambio quedó a la vista apenas Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada. La pandemia del COVID-19 no hizo más que profundizar las divergencias. Aún cuando los aunó el rechazo a la intervención del Grupo Vicentin, la respuesta no fue unívoca. Por estos días, lo único en lo que casi todos coinciden, salvo la titular de PRO, Patricia Bullrich, y el ex senador del PJ devenido en macrista Miguel Ángel Pichetto, es en que no hay demasiado margen para que el ex mandatario Mauricio Macri vuelva a liderar la coalición opositora.

El deseo de Macri de volver a la escena pública y encabezar la oposición al gobierno del Frente de Todos choca de lleno con el ánimo de varios de los dirigentes de Juntos por el Cambio. Algunos ocupan lugares en el ambito parlamentario, otros están al frente de gobiernos distritales. Si bien ninguno cortó por completo el diálogo con el ex presidente, en los últimos seis meses, el mandatario porteño, Horacio Rodríguez Larreta, desplazó a su antiguo "jefe" y se transformó en el principal referente de PRO, seguido por la ex gobernadora, María Eugenia Vidal.

A Rodríguez Larreta y Vidal no sólo los une un fuerte vínculo político, sino también la causa de espionaje ilegal de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la administración de Cambiemos, en la que ambos se presentaron como querellantes. Mientras que el jefe de Gobierno porteño desechó la posibilidad de que Macri estuviera al tanto de esas maniobras, fuentes cercanas a la ex gobernadora se mostraron más cautelosos: "Hay que ver cómo evoluciona el tema y ahí sabremos que hay". No es la primera vez que Vidal se anoticia que fue espiada. En 2019, en el marco de la causa que tiene a cargo Alejo Ramos Padilla, dos ex comisarios exponerados de la Bonaerense, que se reportaban a la AFI, estaban detrás de cada uno de sus pasos.

En lo que sí ambos dirigentes coinciden es que el tiempo de Macri ya pasó, aunque no lo declamen en público. Cada uno, desde lugares diferentes, está construyendo su propio 2021. Más Rodríguez Larreta que Vidal, a quien todavía le pesa la derrota en la provincia de Buenos Aires. De ahí, que el mandatario porteño no se apure por confrontar con Alberto Fernández ni con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en plena pandemia, ante las críticas que esbozan cada vez que pueden contra el gobierno de Cambiemos. Sabe que primero es necesario sortear la actual situación sanitaria y que -en alguna medida- de ello dependerá su futuro político, aunque en las cuentas que saca el presidente tiene más para perder.

"Vidal se mantuvo siempre activa políticamente", asegura un dirigente cercano a la ex gobernadora bonaerense, que por estos días hizo un parate para recuperarse del coronavirus. Y agrega: "Yo hago zoom con ella y dirigentes de la provincia y del interior todas las semanas, además de compartir reuniones. Con Macri casi nada".

En el radicalismo, tanto los más "duros" como los más "dialoguistas", tampoco creen "que Macri tenga alguna chance de liderar la oposición". En el Parlamento poca es la injerencia del ex mandatario. Apenas se limitó a pedir que Juntos por el Cambio no acompañe el pliego de Daniel Rafecas para ocupar el cargo de Procurador General de la Nación. "Se inspira en Cristina, pero ella tiene una profunda vocación de poder, tiene a La Cámpora y un 25 o 30 por ciento de los votos. Macri está muy equivocado si cree que tiene lo mismo que ella", dice a BAE Negocios un importante referente radical.

Desde el hisórico partido admiten que por estos días el jefe de Gobierno porteño, al igual que Vidal -aunque en menor medida-, es una de las figuras "taquilleras" de PRO, aún así consideran que "el radicalismo está en mejores condiciones para liderar la oposición".

Sin embargo, en la UCR, así como en una parte del macrismo, no ven con buenos ojos la seguidilla de fotos de Rodríguez Larreta junto al jefe de Estado y el mandatario bonaerense. "En líneas generales, en Juntos por el Cambio hay coincidencias, pero tácticamente hay diferencias. Larreta está muy comprometido en la estrategia sanitaria y económica de la cuarentena, pero sus apariciones con Alberto empezaron a generar ruidos en todo el espacio", señalaron desde Juntos por el Cambio.

En el sector que lidera el ex presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó y el ex ministro del Interior Rogelio Frigerio sostienen que es necesario construir una oposición más de "centro", que muy lejos está de lo que Macri busca representar, aferrado al núcleo duro, que el sábado salió a las calles para protestar por la intervención de Vicentin.

Sobre el "banderazo" todos acuerdan que es un "llamado de atención" al Gobierno y que en su mayoría son votantes de Juntos por el Cambio, a los que es "necesario representar". "Los ciudadanos fueron mucho más corajudos que muchos dirigentes", dice a este diario el diputado nacional Alfredo Cornejo. Y agrega: "Me llena de regocijo que la gente se anime a esta protesta frente a este Gobierno. Salió a la calle, en caravanas, respetando el aislamiento".

Con críticas al oficialismo, pero también a Macri, desde PRO apuntan: "Es increíble el nivel de torpeza y soberbia del Gobierno para tomar una medida como la de intervenir una empresa como Vicentin. Me recuerda al mismo proceso de toma de decisiones de nuestro Gobierno. Medidas tomadas entre tres personas, sin considerar los impactos y sin noción de la realidad. Es un dejavú del 2016, obviamente inverso".

Donald Trump dijo que está abierto a considerar una reunión con Nicolás Maduro


Donald Trump y Nicolás Maduro

El presidente Donald Trump declaró que podría considerar reunirse con el dictador venezolano Nicolás Maduro y no confiaría plenamente en Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos.

El mandatario hizo estas declaraciones, que supondrían un giro de 180 grados en su política de los últimos meses hacia Venezuela, al medio digital Axios, que publicó unos extractos de su entrevista el domingo por la noche. “Podría pensarlo (...) A Maduro le gustaría reunirse. Y nunca me opongo a las reuniones”, dijo Trump, según el portal.

“Siempre digo que se pierde muy poco con las reuniones. Pero hasta ahora, las he rechazado”, agregó, refiriéndose a un encuentro con Maduro, acusado por el Departamento de Justicia de narcoterrorismo y con una recompensa de USD 15 millones por informaciones que faciliten su captura.

El presidente estadounidense ya había manifestado una vez la posibilidad de la reunión, pero fue en declaraciones realizadas en 2018, antes de que el gobierno estadounidense vuelque todo su apoyo a Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado. Maduro viajó a la ONU en septiembre de ese año, pero no llegó a concretarse la cita.

No obstante, en la entrevista Trump también mostró sus reservas hacia el titular de la Asamblea Nacional e indicó que no tiene mucha confianza en él, según reporta Axios. Donald Trump y Juan Guaidó en febrero de 2020 en la Casa Blanca.

“(Guaidó) fue elegido. Creo que yo no estaba necesariamente a favor, pero dije, a alguna gente le gustaba, a otra no. A mí me parecía bien. De una u otra manera, no creo que fuera muy significativo”, dijo Trump.

Sobre las recomendaciones de sus asesores para apoyar a Guaidó, el presidente dijo que no está particularmente arrepentido de haber seguido esa dirección, pero restó importancia al asunto y remarcó su oposición al régimen chavista. “Podría haber vivido con o sin ello, pero estaba muy en contra de lo que está pasando en Venezuela”, respondió.

Estados Unidos lidera desde enero de 2019 una campaña internacional para sacar del poder a Maduro, cuya reelección en mayo de 2018 considera fraudulenta y a quien atribuye corrupción generalizada y graves abusos a los derechos humanos, así como la debacle económica de la otrora potencia petrolera. Pero a pesar de una batería de medidas punitivas y de una millonaria recompensa por información que lleve a su captura, Maduro sigue en el poder con apoyo en particular de Rusia y China.

Si bien Guaidó es reconocido por más de 50 países, las declaraciones de Trump también coinciden con la publicación del libro del ex asesor de seguridad nacional John Bolton, quien en sus memorias afirmó que Trump tenía dudas sobre el líder opositor. Según dijo, lo consideraba “un niño” frente a Maduro, cuya imagen era “fuerte”.

Para el ex CEO de Google “no hay dudas” de que Huawei envía datos al gobierno chino


Eric Schmidt, ex CEO de Google. Dice estar seguro que Huawei desvía datos al régimen chino (Reuters)

El ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, señaló que “no hay dudas” sobre las prácticas “no aceptables” de Huawei respecto al manejo de los datos de los usuarios que hace la empresa tecnológica china que responde al régimen de Beijing. “No hay duda de que Huawei se ha involucrado en algunas prácticas que no son aceptables en seguridad nacional”, dijo el ex CEO de la compañía norteamericana.

“No hay duda de que la información de los enrutadores de Huawei finalmente terminó en manos que parecerían ser el estado. Estamos seguros de que sucedió”, señaló el ex alto ejecutivo según un comunicado difundido por CNBC. Las declaraciones de Schmidt llegan en un momento en que Huawei está en el ojo de la tormenta por sus vínculos con el Partido Comunista Chino (PCC) cuyo control está representado en su directorio, como en el de cualquier empresa de fondos chinos.

En las últimas semanas el Reino Unido avisó que pondría en estudio la adopción de la red 5G que propone la compañía paraestatal china. Lo mismo están evaluando democracias occidentales que no quieren ver comprometidas sus comunicaciones que podrían quedar en manos de Beijing. La normativa china obliga a las empresas multinacionales a tener un representante del estado en los directorios y tener acceso a la información que considere de interés para el país. Huawei, pese a insistir en que no es una empresa estatal, no explica cómo haría para evitar esta obligación legal a la que está sometida. Sus vínculos con el régimen y la defensa estratégica que Xi Jinping hace de la firma tampoco sirven para despejar esas dudas. Ren Zhengfei, el ex ingeniero del ejército chino que fundó Huawei en 1987, le muestra las oficinas al presidente del régimen chino Xi Jinping

A principios de mes, los operadores de telecomunicaciones canadienses Bell y Telus anunciaron que dejarán de usar equipos Huawei en sus respectivas redes 5G. A su vez, indicaron que firmaron acuerdos con los rivales del gigante chino. La decisión tiene lugar en medio del deterioro de las relaciones entre ambos países. Es consecuencia sobre todo del arresto en el país de Meng Wanzhou, la ejecutiva de la compañía de telecomunicaciones china asociada al Partido Comunista que permanece en prisión domiciliaria desde diciembre de 2018 a pedido de Estados Unidos, que la acusa de fraude bancario.

Bell anunció que será Ericsson la empresa que suministrará su red y agregó que buscaría relanzar sus servicios 5G a medida que la economía canadiense salía de la cuarentena. El presidente de Bell Canada, Mirko Bibic, señaló en un comunicado que los innovadores productos de Ericsson en la tecnología de 5G y la experiencia de la compañía sueca en todo el mundo “serán claves en el despliegue de esta transformadora tecnología móvil” en aquella nación.

Respuesta del gobierno

Como consecuencia de la embestida de Canadá contra Huawei, el régimen chino respondió acusando a dos detenidos canadienses de espionaje en un aparente intento por aumentar la presión contra el gobierno democrático. Además, buscan que se rechace la petición de Estados Unidos de extraditar a Meng Wanzhou, la directora financiera e hija del fundador de Huawei bajo arresto domiciliario en Vancouver. La poderosa mujer está acusada de cometer delitos financieros y tener vínculos con el régimen teocrático de Irán.

Michael Kovrig fue acusado en Beijing de supuestamente espiar secretos de estado e inteligencia. Los cargos contra Michael Spavor se presentaron en la ciudad de Dandong, cerca de la frontera con Corea del Norte, por la sospecha de que espió para una entidad extranjera y proporcionó ilegalmente secretos de estado. Los cargos fueron anunciados por la fiscalía del estado en breves publicaciones en redes sociales.

La relación entre Canadá y China está en su peor momento desde la sangrienta represión del ejército chino en las manifestaciones prodemocracia centradas en la Plaza de Tiananmen, en Beijing, en 1989. Las tensiones parecen estar causando más daño a la reputación de Huawei en América, con dos de las tres mayores empresas de telecomunicaciones de Canadá, Bell Canada y Telus Corp., anunciando que decidieron no utilizar al gigante tecnológico chino para sus redes inalámbricas 5G de próxima generación.

Huawei es el mayor proveedor del mundo de equipos empleados por empresas telefónicas y de internet, pero desde hace mucho tiempo ha sido visto como un frente de espionaje del ejército y los servicios de seguridad chinos.

La lucha por la subjetividad tribal en el voto joven



Rubén Weisteiner


Los jóvenes valoran positivamente las conductas unplugged despojadas de artificios, reales, con fallas. Pero muchas veces ellos no son tan unplugged como lo que buscan.

Cuando van a bailar en el invierno más crudo, los vemos sin campera, aún cuando en la semana la usan para ir a la escuela o a la facultad. Las chicas incluso van con polleras cortísimas, y remeras de manga corta, aún cuando tiriten de frío.

Usar tal celular y no otro, decir que te gusta una banda cuando no, o usas palabras que esta “in” en lugar de otras, refleja cierta impostura que hace que demanden autenticidad del “súper yo” político frente al “yo” votante. No se trata que demandan lo que son sino lo que muchas veces no pueden ser por el mandato tribal. Esa condición de autenticidad que demandan, los libera del miedo a no ser aceptados y por el cuál ellos no pueden ser tan autenticos como creen que deberían ser.

Los adultos pueden aislarse, para los jóvenes es más dificil. Siempre se pertenece a un tribu, la escuela, el club, la banda del barrio, grupos varios, etc.

Las tribus entre los jóvenes son comunidades emocionales que expresan una nueva forma de sociabilidad. Se sustentan en la satisfacción del sentimiento de pertenencia , pertinencia y validación, y un sensación de proximidad intelectual, afectiva espacial, tanto física como como virtual.

La forma de sociabilidad de la tribu urbana tiene que ver con insertarse en un grupo sobre la base de compartir códigos estéticos, rituales, formas de escuchar música, lugares propios. El principal valor es el de la pertenencia. En la tribu urbana, el individuo siente que juega un papel en el grupo y no es solamente parte de la gran masa de la sociedad.

El reconocimiento y la identificación con la tribu en tanto colectivo, ante el problema por parte del discurso político, es el eje de la racionalidad instrumental del voto joven. Para el joven, identificación es amor, para los adultos identificación, es solo empatía.

Para que la comunicación con los segmentos jóvenes sea esencialmente persuasiva y técnicamente informativa, y no al revés, debe tener en cuenta que es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres, los profesores, la religión, los medios o los políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente rara, estudiá mucho, acóstate temprano, no te quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política, son consejos que los jóvenes difícilmente puedan cumplir si quieren ser parte de la tribu.

En la mayoría de los casos donde las consecuencias no revisten inmediatez , amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y legitimación social.

De esta manera, los jóvenes, gestionan el conflicto entre lo que está bien para los padres y lo que está bien para la tribu, y así, de esa manera, responder a dos expectativas diferenciadas. La demanda implícita es que sea aceptado lo inaceptable dentro de las condiciones objetivas, pero que como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo, “haré de cualquier modo” .

La ocupación del imaginario por parte del joven, en tanto integrante de un colectivo, una tribu, con sus leyes, códigos y marcos transaccionales, es una precondición de cualquier construcción discursiva, políticamente significativa, para la interpelación y colonización de subjetividades dentro de los segmentos jóvenes.

En ningún macrosegmento se observa tan claramente la dinámica de la microsegmentación como hacia el interior del #votojoven. Porque los jóvenes, son más flexibles, adoptan nuevos intereses con especificidades y dinámicas atomizatorias, cambian, se enamoran de ideas más fácilmente, y se separan ellas con facilidad, se sienten parte de nuevos colectivos rápido, se juntan, se agregan, se separan, se vuelven a agregar, se comprometen mucho más rápido que los mayores.

Cuando analizamos la oferta política que pretende interpelar al segmento joven, la oferta de los medios masivos para los jóvenes, o la oferta de bienes y servicios de consumo para ese segmento, nos encontramos con un mismo mercado de sujetos de acción y elección, con sistemas de preferencias muy diferenciados en lo que hace a consumir y en lo que hace a votar.

Es el mismo sujeto de acción y elección, entre 16 y 30 años, que camina entre góndolas, de remeras, cervezas, celulares o autos, de programas de tv, radio o sitios web, y de candidatos a puestos electivos.

Cuando se construye una oferta para vender bienes y servicios, lo que prima son las preferencias individuales de la gente, aun cuando tengan un sentido colectivo- tribal, enmarcado en tendencias, modas y mandatos, porqué el dinero en la billetera, determina la preeminencia en la decisión, de la especificidad conductual individual por sobre el mandato tribal.

El joven gasta solo, si bien lo que compra en términos de bienes mostrables debe satisfacer a la tribu, pero mucho de lo gasta no debe validarlo. Pero no vota solo, ya que su elección en términos electorales si debe ser validada.

La madre de todas las batallas en el voto joven, es la conquista de la subjetividad tribal. Que la tribu te vea de una manera y no de otra, y que vea a tu rival de la manera que vos te ponga del lado bueno.

El sistema de preferencias tribal es tan binario y afecto a los clivajes como el de los mayores, sólo que estos últimos no tienen que sostener ante la tribu la preferencia electoral.

Ser aceptado, ser valorado, ser reconocido y no ser censurado en la tribu es una cuestión de supervivencia para el joven.

Suecia, el modelo que no fue

Por Florencia Rovira Torres

Cuando se desató la pandemia de covid-19 comenzaron a sonar las alarmas en el mundo entero. Pero mientras se establecían confinamientos obligatorios, se cerraban escuelas, se decretaban toques de queda, y por doquier policías y militares patrullaban las calles, en un pequeño país del Norte se seguía escuchando el familiar y simpático sonido de la llegada del camión de helados a los barrios. Suecia había elegido otro camino.

Desde el extranjero no se ha dejado de observar con consternación, aunque inicialmente también con cierta curiosidad, lo que ocurre en este reino de 10 millones de habitantes, donde nunca se declaró cuarentena obligatoria, ni el cierre general de escuelas ni el de restaurantes, bares y cafés, y donde la caja de herramientas para contener la propagación del virus incluyó, sobre todo, recomendaciones y exhortaciones a la población para que modificara sus hábitos. Los impulsores de esta estrategia sueca de «mano suave» la han defendido de manera inamovible desde su implementación.

Pero más de tres meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia, Suecia se enfrenta a duras estadísticas: hoy es el séptimo país del mundo con más muertes por coronavirus per cápita, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. La comparación de la situación en Suecia con sus pares nórdicos –que gozan de sistemas de protección social y de servicios de salud y cuidados similares– revela diferencias abismales en cuanto a la extensión y la mortalidad del virus. En Suecia, la mortalidad per cápita por coronavirus es más de cuatro veces más alta que en Dinamarca, ocho veces más alta que en Finlandia y más de diez veces más alta que en Noruega. Y según datos de la propia Agencia de Salud Pública sueca (Folkhälsomyndigheten), a mediados de abril la mortalidad registró un incremento de más de 50% en comparación con el mismo periodo en años previos.

A pesar de estos datos, la cara más visible de la estrategia sueca, el epidemiólogo de Estado Anders Tegnell, quien trabaja en la Agencia de Salud Pública –un organismo independiente del gobierno–, no ha dejado de afirmar que «la estrategia general no ha fallado» y que sus críticos no deberían apresurarse a hacer evaluaciones de las tasas de mortalidad, sino esperar a tener datos sobre un periodo más largo para sacar conclusiones. Pero ¿en qué consiste la tan debatida «estrategia sueca»?

Una vez que constataron que la propagación del virus estaba fuera de control en el país, las autoridades sanitarias suecas abandonaron la ambición de testear a todas las personas con síntomas del virus y de intentar rastrear todas las posibles vías de contagio. En lugar de testear los casos sospechosos, se recomendaba a todas las personas que tuvieran cualquier mínimo síntoma de resfrío que se quedaran en sus casas. Lo cierto es que hasta hace tan solo un par de semanas Suecia aún no había desarrollado una capacidad de testeo de covid-19 para hacer pruebas a gran escala, por lo que muchos enfermos sospechosos de tener coronavirus, incluso en hogares de ancianos, nunca fueron testeados.

Por otro lado, Tegnell siempre descartó imponer una cuarentena obligatoria generalizada, con el argumento de que era necesario poder sostener cualquier medida en el tiempo, lo que, según él, no sería posible con medidas prohibitivas como los toques de queda, ya que tarde o temprano tendrían que ser levantadas. A la larga, argumentaba, perderían su legitimidad popular.

El único grupo al que se le recomendó sistemáticamente limitar sus contactos físicos fue el de las personas mayores de 70 años, ya que pertenecen al grupo de riesgo más vulnerable al virus. Al resto de la población se le recomendó lavarse las manos frecuentemente, mantener distanciamiento social, recurrir al teletrabajo en los casos que fuera posible y evitar todos los viajes «no necesarios» dentro del país, mientras que los viajes al exterior ya habían sido desaconsejados por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Las escuelas y guarderías se mantuvieron abiertas, aunque los colegios secundarios y universidades pasaron a un régimen de clases a distancia. También los restaurantes, bares y cafés podían permanecer abiertos siempre y cuando mantuviesen cierta distancia entre las mesas y no sirvieran comida o bebida en las barras. Al principio el gobierno prohibió las reuniones de más de 500 personas, luego las de más de 50 y más tarde aun las visitas a los residenciales para mayores. Pero las leyes o decretos fueron escasamente utilizados en comparación con otros países. La herramienta priorizada fue la de las «recomendaciones».

Las dos principales metas de la estrategia, explicó Tegnell innumerables veces en las ruedas de prensa diarias de la Agencia de Salud Pública, era por un lado asegurarse de que la necesidad de atención médica de la población no superara la capacidad del sistema («lo importante es aplanar la curva», fue el mantra de la Agencia) y, por otro, proteger de contagio a la población más vulnerable.

La primera meta se alcanzó. Desde el inicio de la pandemia siempre hubo lugares vacantes en las salas de cuidados intensivos. La segunda no tanto… Nueve de cada 10 personas que murieron por covid-19 en Suecia pertenecían precisamente al grupo «vulnerable». Y de las ya más de 5.000 personas que murieron de coronavirus, 40% residía en hogares de ancianos. A fines de marzo, mientras desde Francia, Italia y España llegaban noticias sobre hogares de ancianos donde los residentes muertos por coronavirus se contaban por centenas, le pregunté a Tegnell si la Agencia de Salud Pública creía que la misma situación podría producirse en Suecia. «De momento pienso que en Suecia nos hemos arreglado bastante bien», respondió en la conferencia de prensa del lunes 30 de marzo. Dos días más tarde, la radio estatal sueca, Sveriges Radio, reportaba que en un tercio de las 290 municipalidades del país ya se habían constatado casos positivos en hogares de ancianos. Al día siguiente, la televisión estatal informaba que las residencia afectadas en la región de Estocolmo llegaban a 25% y el porcentaje subió a 75% tres semanas después.

A mediados de abril, luego de que Suecia registrara un pico en el exceso de muertos (lo que en inglés se llama excess mortality, que indica la cantidad de muertes por encima de lo que normalmente se espera durante ese periodo del año) y luego de que 22 científicos suecos publicaran una columna de opinión en el diario Dagens Nyheter criticando duramente la estrategia de los expertos de la Agencia de Salud Pública, Tegnell admitió que la cantidad de muertes registradas en hogares de ancianos era «un fracaso para nuestra manera de proteger a nuestros mayores». Pero, insistió, «no es un fracaso de la estrategia general».

La gran cantidad de muertes por covid-19 en las residencias de ancianos generó revuelo en el país y un debate público sobre el deterioro del sistema de cuidados, que durante mucho tiempo se presentaba como un ejemplo para el resto del mundo por su alta cobertura y por su calidad y formalización. Mientras este trabajo en muchos otros países es llevado a cabo por familiares o bien por trabajadoras domésticas, en Suecia emplea a personal de salud con formación y especialización, y los servicios son regulados por las autoridades sanitarias públicas.

El primer escándalo que revelaron los medios fue que en muchos de estos hogares el personal no tenía acceso a equipos de protección, y se sospechaba que ese era el principal vehículo de contagio de los residentes. Según datos oficiales, solamente 40% de ellos cumplía con las normas de higiene establecidas para evitar el contagio del virus y tenía acceso a material de protección.

Las noticias sobre los miles de muertos en las residencias de adultos mayores también sacaron a la luz las condiciones de trabajo cada vez más precarias de su personal. Se comenzó a cuestionar la alta rotación en estos hogares, que se debe a la contratación creciente de personal eventual o por hora en este sector, lo que elevó el riesgo de que el virus entrara por la puerta del personal y afectara a los residentes. Además, estos trabajadores no tienen derecho a licencia por enfermedad, por lo que a menudo siguen yendo a trabajar incluso en los casos en que se presentan síntomas de resfrío y otras enfermedades leves, pero que podrían encubrir covid-19.

Los medios también revelaron que, en la región de Estocolmo –la que registró casi la mitad de todas las muertes por coronavirus del país– la atención médica de los residentes de estos hogares también estaba en cuestión. En una investigación que llevé a cabo para el diario sueco Dagens ETC varias fuentes me confirmaron que en varios hogares llegó a morir la mitad de los residentes de una misma sección sin haber sido atendidos por un médico. Hace décadas acada residencia especializada para mayores contaba con la presencia diaria y permanente de un mismo médico. Hoy, en la región de Estocolmo, el servicio médico de las residencias ha sido tercerizado a empresas privadas y los médicos responsables de los residentes suelen visitar cada hogar una vez por semana. Un solo médico puede estar a cargo de entre 200 y 300 pacientes en diferentes hogares, la enorme mayoría con enfermedades múltiples.

Al compilar los datos sobe las muertes de residentes de los hogares ancianos, Dagens Nyheter constató que en la mayoría de ellos habían fallecido en la residencia, no en el hospital. En la región de Estocolmo ese fenómeno es aún más extremo. Solo 10% de los enfermos graves de las residencias fallecieron en el hospital. Para evitar que se saturaran los servicios de salud, los funcionarios de la región de Estocolmo introdujeron muy temprano (el 30 de marzo) un nuevo sistema de prioridades que desviara a los enfermos de las residencias de los hospitales para que el sistema sanitario no se saturara. La regla era que estos pacientes fueran tratados en los hogares de ancianos, aunque no hubiera médicos suficientes para hacerlo. En principio el documento instruye a los médicos a no enviar ancianos con cierto grado de «fragilidad clínica» al hospital, salvo en el caso de que precisen una intervención quirúrgica de urgencia. Pero el nivel de fragilidad exigido era tan bajo que prácticamente excluía de atención hospitalaria a los ancianos con algún grado de demencia, así fuera muy leve. Cabe señalar que la mayoría de los residentes de hogares de este tipo en Suecia tienen algún grado de demencia senil. Las camas libres durante la pandemia muestran que, en efecto, se alcanzó el objetivo de no saturar el sistema.

Sobre la estrategia sueca para combatir el coronavirus se han dicho muchas cosas en la prensa internacional. Una de ellas es que el país habría optado por darle prioridad a la economía frente a la salud pública y habría decidido no cerrar las escuelas o imponer una cuarentena que hubiese paralizado la actividad económica y precipitado la quiebra de empresas y el aumento del desempleo. Pero lo cierto es que esto ha sido desmentido, desde los inicios de la pandemia, por la Agencia de Salud Pública. A diferencia de muchos otros países europeos, donde los cargos políticos dentro de la administración son la regla y donde los ministros son los jefes máximos y últimos responsables de la administración pública, la Constitución sueca establece una separación entre la administración pública y la política. El aparato administrativo debe limitarse a aplicar las leyes de manera independiente. Por eso, salvo su director, los funcionarios de la Agencia de Salud Pública (al igual que en cualquier otra institución de administración pública sueca) son designados por mérito profesional y permanecen en sus puestos cuando cambian los gobiernos. De hecho, no han faltado voces, dentro de Suecia, que le han reprochado al gobierno minoritario del socialdemócrata Stefan Löfven falta de liderazgo propio en materia de salud pública. «¿Cómo vamos a poder ganar esta batalla si los políticos electos se esconden detrás de funcionarios, que son quienes llevan las riendas? Funcionarios que hasta ahora no han demostrado ningún talento ni para predecir ni para limitar la deriva que estamos viviendo», escribían los 22 científicos críticos en una columna de opinión en Dagens Nyheter.

Es que la gestión de la pandemia del coronavirus en Suecia se ha caracterizado por ser altamente tecnocrática. De hecho, el gobierno de Löfven se ha alineado por completo con las recomendaciones de los expertos de la Agencia de Salud Pública y solo ha aprobado medidas una vez que esas autoridades expertas se hubieran expresado en la materia. Por varios motivos, no es de extrañar que haya sido así. Por un lado, existe en Suecia cierta tradición de consenso en el nivel político, producto del sistema parlamentarista y del sistema electoral proporcional. Por otro lado, el actual gobierno nació débil, luego de meses de parálisis parlamentaria en un contexto de muy alta fragmentación política, causada por el espectacular avance electoral de la extrema derecha. El gobierno del socialdemócrata Löfven sigue siendo frágil. No solo es un gobierno de coalición (con el Partido Verde), sino que esta solo pudo conseguir la mayoría tras firmar un acuerdo con dos colaboradores muy improbables, los partidos más neoliberales del país: Liberales y el Partido del Centro, que durante décadas le hicieron la guerra a la socialdemocracia.

Frente a la incertidumbre que generó la pandemia de un virus totalmente desconocido, el gobierno optó por no arriesgarse en un campo que no era el suyo y en el que fácilmente podría equivocarse. Vale la pena recordar que nadie sabía de antemano a ciencia cierta cuáles serían las políticas más eficaces y adecuadas para combatir el virus. Suecia es un país que no ha vivido ninguna guerra en su territorio en más de un siglo y medio y su población no está acostumbrada a las medidas prohibitivas o autoritarias. Suponiendo que Löfven se hubiese opuesto a la línea de Tegnell, para poder proponer una estrategia diferente y salir vivo de esa confrontación, el primer ministro socialdemócrata habría precisado un apoyo político que los votantes no le dieron.

También en la prensa extranjera se dijo que la meta de la estrategia sueca era generar «inmunidad de rebaño» contra el covid-19. Ello consistiría en no impedir que la población se contagie, de modo que la población que no pertenecía a ningún grupo de riesgo contrajera el virus para desarrollar anticuerpos que la protejan contra futuras infecciones, y así generar una masa crítica de personas inmunizadas para frenar la propagación del virus entre la población. Pero lo cierto es que Tegnell ha desmentido que la inmunidad de rebaño fuera parte de la estrategia sueca, que se basaba en las dos metas ya señaladas: proteger a los adultos mayores y asegurar que la cantidad de enfermos con necesidad de atención médica siempre se mantuviera por debajo de la capacidad de los servicios de salud. Esta estrategia sí asume que es imposible frenar por completo la propagación del virus y por eso propone, según explicó Tegnell, una manera de poder vivir con el virus.

Sobre la hipótesis de generar una inmunidad de rebaño se ha hablado mucho en Suecia. Uno de sus principales promotores ha sido el antecesor de Tegnell en el puesto de epidemiólogo de Estado, el ahora retirado Johan Giesecke, quien en reiteradas ocasiones afirmó que pronto se alcanzará.

En los comentarios de Tegnell es posible interpretar cierta ambivalencia con respecto a la importancia que le ha dado a la idea de la inmunidad de rebaño. En la Agencia de Salud Pública, el equipo de Tegnell hacía simulaciones para predecir cuándo se alcanzaría tal inmunidad. Y el 16 de abril, en una entrevista con la televisión noruega NRK, Tegnell afirmó que esos cálculos indicaban que la inmunidad de rebaño se alcanzaría en Estocolmo en mayo, aunque precisó que después habría que ver si eso se confirmaba o no. Luego de que un primer estudio indicara que tan solo 7% de la población de Estocolmo tenía anticuerpos contra el coronavirus, comenzó a hablarse menos de la inmunidad de rebaño.

Las miradas desde afuera no parecían afectar en lo más mínimo la percepción de los propios suecos de que las cosas no iban mal. Las encuestas de opinión que se han hecho de manera regular han mostrado que la Agencia de Salud Pública ha gozado de un alto grado de confianza pública (un promedio de 75%, aunque en las últimas semanas ha bajado). El 22 de abril, 60% de los encuestados (encuesta Kantar/Sifo) expresaba que las medidas que se habían tomado representaban un buen balance entre la salud pública y la economía, y una mayoría indicaba haber modificado sus hábitos (por ejemplo, 86% afirmaba lavarse las manos más a menudo y 69% decía haber disminuido sus actividades sociales), según las recomendaciones. Pero en las últimas encuestas ha aumentado la proporción de personas que estiman que en las medidas no se ha tomado en cuenta suficientemente la salud pública.

Desde hace un tiempo en Suecia están bajando las muertes diarias y las internaciones en las salas de cuidados intensivos de personas con covid-19, aunque han aumentado los casos diarios. La explicación es que Suecia recién hace muy poco logró activar un sistema de testeo masivo y en Estocolmo hoy se pueden testear quienes lo deseen. Además, comenzó el buen tiempo y los parques y calles de Estocolmo se han ido llenando con la llegada del verano, a pesar de que se registran picos de contagios aquí y allá en el país. Pero la experiencia del coronavirus ha dejado sus marcas. Por un lado, el consenso y el silencio político sobre las medidas para manejar la pandemia se ha roto. Jimmie Åkesson, el líder del partido de extrema derecha Demócratas de Suecia, quien se había mantenido bastante callado durante todo el periodo en que se discutieron las medidas contra la pandemia, salió a pedir la renuncia de Tegnell y ya está hablando de que se ha perpetrado una masacre. La líder ultraconservadora de Demócratas Cristianos, Ebba Busch Thor, cuya batalla consiste en no quedar fuera del Parlamento nacional en las próximas elecciones, también consideró que el tiempo era propicio para tensar la cuerda y afirmó, en un reciente debate televisivo, que el gobierno había dejado que el virus se propagara de manera intencional.

En la cobertura mediática sobre el coronavirus en el país se ven algunos leves cambios y una tendencia hacia el cuestionamiento de la estrategia. Con un saldo de más de 5.000 muertos, ya hay muchas voces que consideran que es hora de hacer un balance. Una de ellas fue la periodista Nike Nylander, del programa televisivo Agenda. El 14 de junio, le preguntó al primer ministro Löfven si no dudaba del éxito de la estrategia sueca y subrayó que mientras varios países europeos han vuelto a abrir sus fronteras, varias fronteras vecinas siguen cerradas para los suecos. Pero Löfven no paraba de repetir el caballito de batalla de Tegnell: es muy temprano para hacer evaluaciones. Pero evaluación habrá: el Parlamento debería crear en estas semanas una comisión para llevar a cabo esta tarea. ¿Y los resultados? El gobierno propone que sean publicados en noviembre de 2022, un mes y medio después de las próximas elecciones ordinarias.

Bolivia se sumerge en un caos sanitario mientras Añez se resiste a dejar el poder


La transmisión en vivo de una muerte por Covid es el reflejo del colapso sanitario. La presidenta interina aprovecha la pandemia para negarse a llamar a elecciones.


Una de las víctimas en una calle de Bolivia



A siete meses del golpe de estado contra Evo Morales, Bolivia vuelve a sumergirse en el caos. Esta vez no se trata sólo de una crisis política. El coronavirus está provocando una severa crisis sanitaria que en parte ayuda a la presidenta interina Jeanine Áñez a sostenerse en el poder, argumentando que no es posible el llamado a elecciones.

Esta semana las imágenes de personas muertas en la vía pública porque los hospitales están colapsados recorrieron el mundo. Al menos diez contagiados de coronavirus murieron en esa situación. La situación más compleja se da en La Paz, Beni, Cochabamba y Santa Cruz.

El último dato del Ministerio de Salud boliviano da cuenta de casi 21.500 casos positivos de coronavirus y casi 700 muertos. Los opositores a Áñez denuncian que esos números están por debajo de la realidad y el propio gobierno admitió demoras en los testeos. Pero más allá de las cifras el problema es que el sistema sanitario ya está al límite y en muchos hospitales no hay camas disponibles.

A las fotos de personas fallecidas en la vía pública se sumó este jueves una dramática transmisión de un programa de televisión de una muerte por coronavirus en vivo y en directo, mientras realizaban un informe sobre el trabajo de un grupo de voluntarios. Los familiares de la víctima denunciaron que lo rechazaron en al menos cinco nosocomios de Santa Cruz, el departamento más afectado.

Un ministro de Áñez indignó a los bolivianos con su explicación sobre estos casos: aseguró que hay personas están "esperando hasta el último momento" para ir al hospital.

Pacientes en el pasillo de un hospital de El Alto

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) replicó que estas muertes se deben a la imposibilidad de recibir atención médica ante la saturación de los hospitales", donde además hay una severa falta de insumos críticos, razón por la cual la oposición en el Senado pide informes sobre el destino de millonarias donaciones y créditos para enfrentar la pandemia.



En el medio hubo un escándalo por la compra a una empresa española de 170 respiradores con sobreprecios, que terminó con la detención del ministro de Salud. Para colmo se comprobó que los aparatos no eran aptos.


Pese a este dramático escenario el gobierno de Áñez empuja desde principios de mes una flexibilización del confinamiento, que había impuesto el 10 de marzo pasado. Lo hizo pasándole la responsabilidad a los gobiernos departamentales, varios de los cuales mantienen las restricciones por la crisis sanitaria.



Áñez reza durante una misa.


La crisis sanitaria va a la par de una crisis política cada vez más profunda. A la oposición de los seguidores de Evo Morales, Áñez suma un enfrentamiento cada vez más duro con los sectores que la llevaron al poder: el del ex candidato presidencial Carlos Mesa y el del líder cívico Luis Fernando Camacho.


Mesa y Camacho están enfrentados con Áñez (también entre sí) porque la presidenta interina nunca mostró real interés en convocar a elecciones e incumplió la promesa de no ser candidata. Ahora el sector anti Evo tiene al menos tres candidatos, lo que en parte explica que el aspirante del MAS, Luis Arce, lidere todas las encuestas.

Mesa y Camacho coinciden con el sector de Evo Morales en que Áñez está aprovechando la pandemia de coronavirus para mantenerse en el poder y seguir demorando el llamado a elecciones hasta tener mejores posibilidades de ganar. Hoy está tercera en las encuestas detrás de Arce y Mesa.

Camacho durante el golpe a Evo Morales

La semana pasada, Áñez avisó que no promulgará una ley acordada por casi todos los partidos en el Parlamento (y avalada por el Tribunal Electoral Nacional) para realizar las elecciones el 6 de septiembre próximo. Dijo que antes el Congreso debe presentarle un estudio epidemiológico que demuestre que será seguro votar en esa fecha.

Áñez ya había usado el argumento de la pandemia para postergar las elecciones previstas para el 3 de mayo pasado, con respaldo del TSE. Pero ahora la presidenta interina fue en contra del acuerdo de todos los sectores, excepto Camacho que espera que se demoren hasta el año que viene aunque acusa al partido de Áñez de haber promovido la fecha de septiembre. El líder cívico también necesita tiempo para el rearmado de la oposición.

Como si el caos fuera poco este viernes las poderosas Central Obrera Boliviana (COB) y la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), aliadas a Morales, le advirtieron a Áñez que si no promulga la ley de elecciones habrá una "sublevación".

China se prepara para cuatro años más de presidencia de Trump


Donald Trump ha argumentado con frecuencia últimamente que China está apoyando a Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. En Pekín, sin embargo, los funcionarios empiezan a hacerse a la idea de cuatro años más de Trump.

Entrevistas con nueve funcionarios chinos actuales y anteriores apuntan a un cambio en el sentimiento a favor del presidente en ejercicio, a pesar de que ha pasado gran parte de los últimos cuatro años culpando a Pekín de todo, desde los desequilibrios comerciales de Estados Unidos hasta el covid-19. ¿La razón principal? La creencia de que el beneficio de la erosión de la red de alianzas de posguerra de Estados Unidos superaría cualquier daño a China por las continuas disputas comerciales y la inestabilidad geopolítica.

Si bien los funcionarios compartieron la preocupación de que las tensiones entre Estados Unidos y China aumentarían independientemente de quién estuviera en la Casa Blanca, irrumpieron en gran medida en los campos de quienes enfatizaban las ganancias geopolíticas y aquellos preocupados por los lazos comerciales. Biden, el exvicepresidente, es visto como un demócrata tradicional que buscaría apuntalar las relaciones multilaterales andrajosas de Estados Unidos y reducir las fricciones comerciales.

El Gobierno pide a Trump que medie ante BlackRock

“Si se elige a Biden, creo que esto podría ser más peligroso para China, porque trabajará con aliados para atacar a China, mientras que Trump está destruyendo las alianzas de Estados Unidos”, dijo Zhou Xiaoming, exnegociador comercial chino y exrepresentante adjunto en Ginebra. Cuatro funcionarios actuales hicieron eco de ese sentimiento, diciendo que muchos en el Gobierno chino creían que una victoria de Trump podría ayudar a Pekín, debilitando lo que ven como el mayor activo de Washington para controlar la creciente influencia de China.

La suposición general subyacente en sus puntos de vista era que se podía hacer poco para detener la caída en las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo. Por lo tanto, China necesitaba acelerar los esfuerzos para desarrollar industrias nativas de alta gama, expandirse a mercados en desarrollo y buscar oportunidades para trabajar con naciones en Europa y Asia para contrarrestar cualquier esfuerzo de aislamiento de Estados Unidos.

En el transcurso del mandato de Trump, Pekín se dio cuenta de que la oposición a China goza de un profundo apoyo bipartidista en un Washington polarizado. El brote de coronavirus, que se descubrió por primera vez en la ciudad central de Wuhan, en el país, solo ha endurecido las opiniones estadounidenses hacia Pekín.

“No creo que las elecciones cambien la relación de manera fundamental. El sentimiento profundo en Estados Unidos es que Estados Unidos debería contener a China”, dijo Zhou. “Ya sea que Trump gane o Joe vaya a Washington, las cosas empeorarán”.

Funcionarios chinos, ansiosos por evitar una repetición de su sorpresa cuando Trump superó a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en 2016, han estado presionando a sus contactos estadounidenses para obtener perspectivas sobre quién ganará.

Aunque los republicanos enfatizan tradicionalmente los lazos económicos con China, Trump ha movido al partido en una dirección más conflictiva, desafiando al país en prácticamente todas las áreas de la relación, desde los reclamos territoriales de China en el Mar del Sur de China hasta el comercio, la salud pública, los derechos humanos y la tecnología. Los demócratas han apoyado en gran medida esos esfuerzos, ayudando a aprobar leyes para apoyar a los manifestantes de Hong Kong y dar más ayuda militar a Taiwán.

Incluso Biden, que siempre había respaldado una estrategia de “compromiso” con China, adoptó un tono más severo a medida que las primarias presidenciales demócratas se calentaban. En los últimos meses, Biden ha descrito al presidente Xi Jinping como un “matón”, elogió la “valentía extraordinaria” de los manifestantes de la democracia en Hong Kong y acusó a China de prácticas comerciales “depredadoras”. Calificó la detención masiva de musulmanes uigures en la región occidental de Xinjiang como “desmesurada”.

Aunque los funcionarios chinos continúan evitando criticar a Trump directamente, los censores de Internet han permitido que circulen en línea más críticas nacionalistas a Estados Unidos. Un diplomático extranjero dijo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China estaba “combativo” y “enojado” con los funcionarios estadounidenses.

“Trump ha destruido mucha buena voluntad”, asegura Wang Huiyao, asesor del gabinete de China y fundador de Center for China and Globalization. “Al comienzo de la guerra comercial, había mucha gente proestadounidense, pero ahora simpatizan con los intransigentes”.

Trump ha tratado de capitalizar su reputación de confrontar a China en las elecciones, a pesar de sus elogios iniciales por el manejo de Xi del brote de coronavirus. En abril, dijo a Reuters que “China hará todo lo posible para que pierda esta carrera”, afirmando sin pruebas que la respuesta de Pekín al virus se centró en el deseo de verlo perder en noviembre. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China reiteró su posición de larga data de que nunca busca interferir en los asuntos internos de otros Estados.

Un funcionario chino dijo que el resultado de las elecciones no importa, ya que las relaciones no mejorarán de ninguna manera. Dicen que la mejor esperanza de China es que las cosas no se deterioren más.

Algunos en Pekín se preguntan en voz alta sobre el impacto a largo plazo de Trump en la estabilidad de Estados Unidos, señalando los crecientes casos de coronavirus, las protestas contra la discriminación en la policía y las especulaciones sobre si las elecciones pandémicas podrían terminar en un caos. “Estados Unidos tal como lo conocemos ya no existe”, asegura Gao Zhikai, exdiplomático e intérprete chino de Deng Xiaoping.

Las políticas de “América primero” de Trump han creado fricciones similares en las capitales que tradicionalmente han sido más amigables con EE.UU., a medida que aplica aranceles a socios comerciales clave, presiona a los aliados para un mayor gasto en defensa colectiva, se retira de acuerdos multilaterales y apoya la ruptura del Reino Unido y la Unión Europea. Los funcionarios chinos reconocen en privado que una administración demócrata podría resultar más formidable si trabajara con los aliados para presentar un frente unido.

Incluso si una presidencia de Biden resultara más difícil para Pekín, dos funcionarios chinos actuales dijeron que podría abrir más áreas para la cooperación, como restablecer la participación de Estados Unidos en el acuerdo climático de París, negociado mientras era vicepresidente bajo el entonces presidente Barack Obama.

“Apoya trabajar en temas como el cambio climático, la reforma de la OMC y el TPP”, dice Wang. “Hay áreas donde podemos cooperar”.

En un nivel más personal, algunos funcionarios chinos involucrados en negociaciones comerciales con la Administración Trump apoyan una victoria de Biden simplemente para poder pasar más tiempo con sus familias, según una persona familiarizada con su pensamiento. El equipo comercial de China se presenta a trabajar luciendo exhausto, dijo la persona.

Ambas partes pueden tener dificultades para escapar del patrón de confrontación sin importar quién gane.

“Hoy en día, en China, la gente tiene cada vez más claros los objetivos de Estados Unidos”, dice Zhou, el exrepresentante chino en Ginebra. “Todavía no hemos llegado a la hora más oscura de la relación”.

Australia, bajo un ciberataque masivo: su primer ministro sospecha de China



El primer ministro de Australia, Scott Morrison durante una conferencia de prensa en Camberra, Australia, el 18 de junio de 2020. EFE/EPA/LUKAS COCH

El primer ministro de Australia, Scott Morrison, indicó en la mañana del viernes (hora local) que el país es víctima de un amplio ciberataque de un “actor estatal” extranjero que actuó contra los sistemas informáticos del gobierno, administraciones y empresas.

“Actualmente, hay organizaciones australianas que están siendo blanco [de un ataque] de un actor estatal sofisticado”, declaró Scott Morrison en una rueda de prensa en Canberra, precisando que el ataque afectaba a “organizaciones australianas de toda una gama de sectores, a todos los niveles del gobierno, de la economía, de organizaciones políticas, de los servicios de salud y de otros operadores de infraestructuras estratégicas”.

El mandatario dijo que los expertos cibernéticos del Gobierno identificaron que se trata de un actor cibernético estatal “por la escala y la naturaleza del objetivo y el oficio utilizado”. “No hay un gran número de actores estatales que puedan participar en este tipo de actividad”, indicó. Sin embargo, no especificó qué actor extranjero puede ser.

Morrison sostuvo que no sacan a la luz este tema “para despertar preocupaciones en la mente del público, sino para concientizarlo”. Detalló, además, que aunque la amenaza era constante, la frecuencia de los ataques aumentó en los últimos meses.

Pese a la magnitud del ataque, el primer ministro australiano enfatizó que no hay evidencia de una violación “a gran escala” que afecte la información personal de las personas y que muchos de los ataques no tuvieron éxito.

“No son riesgos nuevos, pero son riesgos específicos”, dijo, instando a las empresas e instituciones australianas a protegerse. Y añadió: “Alentamos a las organizaciones, en particular a las de la salud, las infraestructuras críticas y los servicios esenciales, a que acepten el asesoramiento de expertos y pongan en marcha defensas técnicas”. Es probable que esa advertencia haga saltar las alarmas, ya que las instalaciones médicas del país, que ya están en crisis debido a la pandemia del coronavirus, podrían sufrir más presión.China podría estar bajo sospecha, ya que está en plena tensión de sus relaciones con Australia (REUTERS/Carlos Garcia Rawlins)

Se sabe que China, Irán, Israel, Corea del Norte, Rusia, Estados Unidos y varios países europeos han desarrollado capacidades de guerra cibernética.

Sin embargo, es probable que las sospechas recaigan sobre Beijing, que recientemente ha impuesto sanciones comerciales a los productos australianos en medio de una creciente disputa por la influencia china.

Australia enfureció a China al pedir que se investigara el origen de la pandemia de coronavirus y acusar al gigante asiático de alimentar un virus “infodémico” y de ejercer “coacción” económica.

China, cada vez menos dispuesta a tolerar las críticas a sus políticas exteriores más agresivas, ha advertido a sus estudiantes y turistas de que no vayan a Australia, ha amenazado con más sanciones y ha condenado a un ciudadano australiano a muerte por tráfico de drogas.

Morrison dijo que había notificado los ciberataques al líder de la oposición y a los líderes del Estado, a los que calificó de “maliciosos”.

Por su parte, la agencia Reuters informó tiempo atrás que Canberra había determinado en marzo del año pasado que China era responsable de un ataque de piratería a contra el parlamento australiano. El país oceánico, no obstante, nunca hizo públicas esas sospechas, pese a que Beijing negó los trascendidos.