Lo que viene: los primeros 100 días de Alberto



El festejo de los macristas, se asemeja al festejo de los hinchas de Boca cuando quedó eliminado frente a River en semis. Alegría pero quedaste afuera, nace un liderazgo, pero a Alfaro le dan salida.


Muchos kirchneristas decían en 2014, viene bien perder, para que nos extrañen. Ya aprendieron que el llano es el infierno.

El poder desgasta, sobre todo al que no lo tiene

Hay una sola cosa peor que la traición... el llano.


Lo que viene:
• Están acordando con Macri que la despedida del 7/12 sea acotada, a habrá una contramarcha...
• Foco en salir de crisis y de la recesión y comenzar a crecer en el 2do trimestre de 2020.
• Mucha obra publica, con transparencia. Según dicen Alberto fue siempre muy claro con eso.
• Política exterior de fronteras cerradas. Proteccionismo para la industria y las actividades locales. Mucho foco en producción, consumo, etc.
• Sigue el cepo... Mantener el dólar un poco más alto pero controlado.
• Dólar a 85 (paralelo a 100). Van a sacar 2 ceros al peso.
• Van a inyectar mucho dinero vía emisión monetaria ($400MM en 4 meses). Por eso mantienen el cepo también.
• Mantener algo de inflación (la emisión monetaria la causa) para que las pymes y personas licuen sus pasivos en los primeros meses. Solo van a controlar que no se dispare.
• Renegociación con FMI a 8 años.
• Vaca muerta se la van a “entregar” a petroleras americanas para que la operen a cambio de regalías y energía de bajo costo para nosotros. Acuerdo con petroleras para que traigan dólares.
• Indec sigue funcionando normalmente.
• No va a haber gradualismo
• No van a bajar o eliminar impuestos.
• No habrá Reforma Laboral.
• Exclusión de todo modelo de empresa sea simil “Uber”.
• Turismo a pleno.
• No va a haber cláusula gatillo en ningún caso.
• Excelente relación International con México y España, y a través de ellos la relación con el mundo.
• Con USA esta todo bien. Esto no es izquierda, “somos republicanos”.
• Planes Afip. No habrá mas embargos de cuentas a pymes (solo intimaciones), menos presión a las pymes, mas ayuda.
• Va a haber monitoreo de las ganancias y el crecimiento de las empresas, via AFIP... para que las empresas inviertan o bajen algo a beneficios de empleados.
• Blanqueo. Van a aumentarles los impuestos a los que blanquearon, los van a ir a buscar para que traigan dólares físicos de afuera.
• Exigencia de repatriar ventas realizadas en el exterior en los últimos años.
• Consumo masivo. Automotrices y línea blanca van para arriba. Ahora 12, creditos, protección.
• Textiles, alimentos, electrodomésticos, industria argentina va a explotar! porque van a meterle mucha plata en el bolsillo a la clase baja y media para que vuelva a gastar en cosas básicas.
• Por unos cuantos meses no va a haber crédito... solo dinero en la calle.
• Supermercados más chicos... mas trabajo a la gente, mas movilidad, menos concentración de riqueza y poder. Le van a hacer la vida difícil a las grandes cadenas.
• Los bancos van a perder (o ganar menos). Van a apretar mucho a los bancos.
• El campo va a pagar más retenciones (los grandes sojeros)
• Empresas de seguridad la van a levantar en pala
• Para las pymes van a facilitar TODO. Vuelve sepyme, planes, beneficios, etc.
• Planes AFIP. Los primeros 6 meses nada. Luego convocatoria a moratoria.
• Los impuestos van a ser sagrados. El que no pague va preso.
• Todo lo que sea importación va a ser complicado. Va a haber un régimen parecido a DJAI (cupos)
• Tierra del fuego va a ser la isla de la fantasía.
• Sindicatos más controlados, todo via bajada de línea previa.
• Van a inyectar mucho dinero vía AUH, bajar de tasas de creditos tomados, etc.
• Que la clase media se saque las deudas de encima.
• Mucho hincapié en que gente compre lotes y casas.
• Marzo/Abril 2020 preven que se acaba el dinero de la emisión monetaria y se compliquen un poco las cosas con las clases bajas. Caída de imagen de Alberto.
• Bolivianos y peruanos. Se les va a cobrar via boleta de gas la atención médica de los hospitales públicos. Ya lo han acordado con el gobierno de Bolivia.
• Algunos beneficios para los que toman empleados jóvenes.
• Medios. Clarín no arregló con Alberto... De todos modos no va a haber guerra, le van a hacer la vida difícil vía otros grupos (Manzano, Hadad)
• Mensaje para las empresas que estén en las actividades que van a funcionar. “Vas a ganar menos pero van a facturar mucho más!”

• A CABA la van a dejar tranquila por estos 4 años, para que Cambiemos se refugie ahí y no ponga tanto foco en ser Oposición.

• Alberto va a asumir con el acuerdo social prácticamente firmado. Las negociaciones están muy avanzadas con toso los sectores involucrados.
• Cristina será “la presidenta de la Pcia. Bs As”. A nivel Nación solo pidió Educación (Filmus).
• La Cámpora no va a perseguir a nadie, ni siquiera va a tener entidad. Los necesitaban para llegar al gobierno, ahora ya está.
• Alberto mantendrá el trato con gobernadores.






En el mundo empresario, mientras tanto, el festival de garrochazos no tiene fin. El industrial textil Teddy Karagozian, dueño de la mayor hilandera del país, llevó la conversión a su paroxismo: el martes voló a Tucumán para ver reasumir a Juan Manzur como gobernador y sacarse su primera foto con el recién electo Fernández y el miércoles lo acompañó a la fábrica de un cliente suyo en el partido bonaerense de San Martín, donde aprovechó para anunciarle la reapertura de una de las plantas que él mismo cerró durante el macrismo. Miembro de ProTejer y de la influyente Asociación Empresaria Argentina ( AEA), Karagozian fue entre 2015 y 2017 uno de los más entusiastas defensores de Mauricio Macri. "Como en 2017 no estaba en el país, me salvé de cometer el error de volver a votarlo", dijo el mismo miércoles a Radio Con Vos.

Más impactante resulta el despegue de quienes bancaron a Macri hasta el último aliento. Como Alec Oxenford, heredero del imperio de la refrigeración Sullair y creador de los sitios DeRemate.com, DineroMail.com, OLX y LetGo. Inspirador del grupo de whatsapp "Nuestra Voz", Oxenford decidió el lunes invitar a todos sus miembros a reunirse para redefinir el rol de la agrupación. "Nos debemos una discusión sobre los nuevos objetivos y la estrategia futura de NV", escribió. Y argumentó: "Desde las PASO hemos visto una caída fuerte en la actividad del grupo y ya hemos perdido varios miembros".

"Esto (las deserciones) no debería sorprendernos porque el grupo NV nació con la premisa operativa de un segundo mandato de Cambiemos y este escenario cambió radicalmente, pero no ajustamos todavía nuestra estrategia", abundó Oxenford.

Guilbert Englebienne, co-fundador de Globant, propuso una síntesis. Y tipeó: "Nuestra Voz fue inspirado por el silencio que guardaba la clase empresaria. Muchas veces callamos aún ante situaciones que no parecen tener sentido cuando se las ve desde nuestro punto de vista. Somos gente de trabajo, que invertimos, creamos empleo, pagamos impuestos. Si algo no tiene sentido seguramente repercutirá en nuestras decisiones y no será bueno para el país. Entonces ¿por qué callar?"

Como si el grupo no hubiera propalado sin chistar las consignas que le transmitió en varias ocasiones Marcos Peña (como cuando exigieron que se designen los jueces que quería nombrar Macri) o como si no hubiera pasado de impulsar en junio el hashtag #NoAlDerrocheX PASO a proponer en julio que #NoPasesLas PASO, simplemente porque había variado la conveniencia para Cambiemos, Englebienne procuró disipar cualquier filiación con el oficialismo saliente. "Algunos eligieron pensar que este era un grupo de tono partidario. Nunca fue esa la intención. Como indican nuestras reglas, buscamos un grupo apartidario y plural", escribió.

Fernández necesita mostrar más casos como el de Karagozian o el de Rubén Cherñajovsky, quien ayer también le llevó un proyecto de reapertura de una de sus fábricas de electrodomésticos y le regaló una foto optimista. Los empresarios lo saben. ¿Aceptarán sacrificar rentabilidad para recomponer ingresos en el marco del pacto social que empuja el presidente electo?


Las tarifas de servicios públicos subieron un 3.624% en relación a 2015


  Acorde al último informe de Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) las tarifas de servicios públicos llegarán a aumentar hasta un 3.624% este año, en relación a 2015.


Del informe se desprende que nuestro país verificó, desde inicios de 2016, incrementos acumulados promedio del 3.624% en energía eléctrica, de 2.401% en gas natural, y de 1.025% en agua potable de red.


En tanto, en materia de transporte se tienen aumentos del 1.118% en peajes, 601% en el boleto del tren, 494% en colectivos de corta distancia y un 322% en subtes, para el acumulado trianual.


A la espera de nuevos aumentos, tarifas de determinación o regulación estatal como el ABL (+181%) o prepagas (+155%) también se posicionan por sobre la inflación media acumulada, desde 2016 hasta fines de 2018.


“La evolución de las tarifas de los servicios públicos a lo largo de los últimos tres años se ha caracterizado por sucesivos y bruscos incrementos en sus precios finales. Estos aumentos se sucedieron con una frecuencia elevada, redundando en alrededor de dos rondas de aumentos por año en cada uno de los servicios, llevando los incrementos acumulados en menos de tres años a incrementos porcentuales históricos. Mientras tanto, se fue ensanchando cada vez más la brecha entre estas facturas y los ingresos de la población, que se incrementaron a un ritmo menor. Inexorablemente esto llevó a una pérdida en el poder de compra, modificando los patrones de consumo de otros bienes”, analiza el informe ligado a la Carrera de Economía de la UNDAV, que dirige Santiago Fraschina, sobre el incremento en el costos de las tarifas.








Asimismo, el documento apunta que, al estudiar la evolución del peso de los principales servicios públicos (energía, gas, agua y transporte) sobre el salario mínimo, se encuentra un incremento acumulado de casi 20 puntos porcentuales de mayor incidencia, en los últimos 3 años.


Es decir que desde 2015 se pasó de una incidencia muy baja del costo tarifario, cercana al 6,1%, a una sustantivamente mayor, de 26%.


Tal es la magnitud de los aumentos en los servicios públicos que propició Cambiemos desde su asunción, que nuestro país fue el que mayor suba verificó en la región, en términos de carga de los servicios públicos sobre el salario mínimo, durante los últimos tres años.







De esta manera, Argentina pasó a la segunda posición en el ranking de los servicios públicos más caros de la región: el crecimiento desde 2016 hasta la fecha, nos posiciona sólo por detrás de Venezuela (41,5%), medido en términos del peso de los servicios sobre el Salario Mínimo, Vital y Móvil.





Lo paradójico del fenómeno de “recomposición tarifaria” es que, a pesar de los fuertes aumentos tarifarios de 2018, el año cerró casi sin ahorro fiscal y se posterga aún más la baja proyectada hasta 2019.







Otro de los datos que se desprenden del informe de la UNDAV es que, desde 2016, se vislumbra también que los rubros relativos al pago de tarifas de servicios aumentaron 45,2% más que el promedio del índice de precios.


“El consumo de los servicios públicos permanece en los mismos niveles de 2015. Lejos de modificar el consumo energético de los hogares, los continuos tarifazos solo han erosionado el ingreso real disponible para la compra del resto de los bienes. De esta forma, se confirma que el poder de compra de las mayorías ha sido pulverizado en una proporción mayor a la que surge del nivel general del índice de precios“, señala el documento universitario.


También se destaca del análisis la notoria rentabilidad que verifican las principales empresas distribuidoras de electricidad y gas al tercer trimestre de 2018, con una variación interanual de +675% para Edelap; +437% para Edenor; +370% para Gas Fenosa; +99% para Gas del Centro (Ecogas) y +63% para Gas del Norte.


“Ante un contexto de recesión, pérdidas de puestos de trabajo, crisis del entramado pyme, apertura importadora, inflación fuera de control y una política monetaria que busca mediante una tasa de interés por las nubes secar la plaza de pesos (para contener una nueva corrida), los tarifazos que impulsan las empresas de servicios básicos con el fin de dolarizar ganancias, golpean de manera crítica el salario y los ingresos de los sectores medios y populares”, evalúa el informe de la Universidad Nacional de Avellaneda, en este sentido.

No hay política sin rosca

Armadores y gobernabilidad


Por Mariana Gené

Ilustración Sebastián Angresano


La mesa chica de Cambiemos los marginó, pero en el gobierno de Alberto Fernández los armadores políticos serán centrales: tendrán que hacer un trabajo artesanal para mantener en armonía las voluntades e intereses de las distintas partes del Frente de Todos. Mariana Gené, autora de “La rosca política” (Siglo Veintiuno Editores), repasa quiénes fueron los expertos en articular, contener y negociar desde el alfonsinismo hasta la actualidad. Y detalla los códigos que comparten: no ningunear a los interlocutores y cumplir la palabra.


¿Qué pasó entre el “ala política” de Cambiemos y los “PRO puros”? ¿Por qué lo que había funcionado tan bien durante el inicio de la coalición entró en conflicto una vez en el gobierno? Hacer una campaña prolija, moderna y unificada fue fundamental para que Cambiemos triunfara en las elecciones de 2015; nada de eso hubiera sido posible sin el trabajo previo de los armadores políticos para sellar alianzas. La división de roles estuvo clara durante todo el proceso electoral y ambas partes fueron relevantes. Uno de los armadores políticos recuerda el valor del ala comunicacional para los candidatos: “los tipos se sentían respaldados, que había toda una cosa importante que los contenía y los promovía”. Ambas partes tenían un objetivo en común y se ordenaron detrás de él: ganar las elecciones. Pero a la hora de gobernar empezaron los problemas.



En el 2015 los armadores del PRO recorrieron todo el territorio argentino en busca de candidatos. Primero tuvieron que identificarlos: viajaron varias veces a cada distrito, se reunieron con aquellos que conocían la política en cada localidad (digamos por ejemplo Mar del Plata, aunque para ellos el primer gran hito fue Marcos Juárez, en Córdoba), averiguaron quiénes habían ganado antes, quiénes estaban asomando o tenían algún nivel de popularidad. Discutieron y también midieron. ¿Qué tan conocidos eran? ¿Qué imagen tenían? ¿Cuánta intención de voto podían arañar aún sin haberse lanzado? Después de construir esos datos y comprender el mapa y el territorio los convocaron. Los expertos en armado y rosca política, que venían en su mayoría del peronismo y se agrupaban formalmente en el Ministerio de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (que conducía Emilio Monzó), diagramaron distintas estrategias para seducirlos: llamadas, reuniones y mucha persuasión.



Ese trabajo de (a)cercamiento fue fundamental con el radicalismo: una vez que los armadores del PRO se convencieron de que los necesitaban para vencer al Frente para la Victoria, empezaron a transmitir a sus pares radicales que esa coalición era provechosa para ambas partes. Recorrieron las provincias, visitaron comités, demostraron fuerzas y entendieron las reglas de la UCR. “Trabajamos la convención radical de Gualeguaychú de marzo de 2015 como si hubiéramos negociado la votación de hold outs”, recuerda uno de los armadores que participó en aquel cónclave radical. Luego llegaron los equipos de comunicación liderados por Marcos Peña y los expertos en coaching y discurso, que unificaron la presentación de una alianza cuyo alcance nacional se había logrado muy poco tiempo antes. Ellos también trabajaron en la segmentación de electorados, el tono del discurso en cada distrito y en darles a los candidatos las herramientas para que se manejaran con pericia en redes sociales.



Los armadores son fundamentales para gobernar y cumplieron un rol importante en el oficialismo, pero su trabajo estuvo plagado de cortocircuitos y disputas. Muy pronto fueron corridos de la mesa chica de decisiones y sus estrategias para seguir ampliando la coalición fueron desestimadas por los “PRO puros”. A inicios de 2018 Emilio Monzó, ahora presidente de la Cámara de Diputados, avisó que no buscaría su reelección en 2019 y empezó el revuelo por una tensión que era un secreto a voces. Las críticas a la falta de pericia política del presidente y su círculo íntimo por haber desplazado a los armadores se hicieron públicas. A fin de ese año Monzó se dio un pequeño gusto: “reivindico la rosca”, dijo sonriente en su discurso al ser reelegido por sus pares del Congreso como presidente de la Cámara: “me siento orgulloso como político”. Los diputados de distintas bancadas se miraban con complicidad, se reían y aplaudían, mientras este ex intendente del interior de la Provincia de Buenos Aires subrayaba lo importante que era la confianza para lograr acuerdos y sacar leyes, y deslizaba que eso no se hacía de manera virtual, por las redes, sino de manera personal.



El descuido del frente político es una de las muchas críticas que se le hacen al gobierno de Cambiemos por estos días. Por supuesto, no solo la rosca o su falta condujeron hasta la crisis actual. Las decisiones de políticas públicas y sus magros resultados llevaron a este escenario, pero la ocasión de ampliar la coalición o revisar parte de los pasos recorridos estuvo obturada hasta el final.



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¿Qué es la rosca política? ¿Desde dónde se hace? Para muchos el término “armador” remite a personajes poco visibles, con quienes es necesario hablar y cuyos nombres todos conocen dentro de una organización, pero que jamás ocupan las primeras líneas de organigramas o listas de candidatos. Son ignotos para el público, pero sus teléfonos arden a la hora de destrabar negociaciones: los que están adentro del juego saben con quién hay que hablar, quién tiene poder, quién puede decidir.



Otras veces los armadores trabajan en puestos visibles e institucionalizados, como las presidencias de las Cámaras o las jefaturas de bancadas numerosas en el Congreso, el Ministerio del Interior, la Jefatura de Gabinete o las secretarías de la Presidencia. Por allí pasaron Alberto Fernández y Miguel Ángel Pichetto, pero también Carlos Corach, “Coti” Nosiglia, Juan Carlos Pugliese, “Chacho” Jaroslavsky, José Luis Manzano, “el chueco” Mazzón y tantos otros. Su labor es articular, agregar voluntades; procurar disciplina parlamentaria para votar leyes; contener a los díscolos, escuchar sus motivos de disenso y ofrecerles respuestas razonables para mantenerlos dentro de su espacio político. Eso con los “propios”. Pero además negocian con referentes de otros partidos, consiguen acompañamientos (perdurables o puntuales) para que prosperen los proyectos de ley o bien anticipan las derrotas y administran los daños que puedan provocar. Los armadores combinan persuasión, coacción y cooptación. Y son determinantes en la construcción de los proyectos políticos.





En el día a día solucionan problemas prácticos: lograr que se voten leyes, que se impongan ciertos candidatos, que se aprueben presupuestos, que se neutralicen conflictos. Intervienen en el sostén del gobierno aunque muchas de sus prácticas sean informales o semi-secretas. Por ejemplo, cuando negocian con senadores para que voten ciertas leyes a cambio de fondos u obras para sus provincias. O cuando utilizan distintos medios para encauzar la relación con las provincias. Carlos Corach, ministro del Interior insignia del menemismo, lo sintetizaba en términos drásticos: “¡Vos querés perjudicar a un gobernador, tenés mil maneras de hacerlo!”.



Algunas de esas maneras fueron otorgar o no adelantos de coparticipación, frenar recursos para la realización de obras, no autorizar la emisión de deuda en el exterior, no girar dinero para compensar el traspaso de la caja jubilatoria, no socorrerlas en situaciones de crisis cuando deben pagar sueldos atrasados. Pero como nos recuerda Marcelo Leiras, el federalismo argentino no es lineal y hay poder de los dos lados. Muchas provincias son económica y financieramente dependientes pero políticamente autónomas, por lo que la relación con ellas supone una combinación compleja de coacción y confianza, de articulación y estrategias cruzadas que desbordan la pura amenaza.



Ya sea para apuntalar proyectos que beneficien o perjudiquen a las mayorías, los armadores políticos aportan gobernabilidad. En un país federal, con equilibrios políticos inestables y una sociedad civil movilizada, su intervención es crucial para sostener en el tiempo las decisiones de Estado. Quizá no tomen las grandes decisiones, pero arbitran los medios para que las cosas pasen. Saben que no hay política sin negociación y que, como en el ajedrez, necesitan prever las movidas que van a hacer los otros para actuar en consecuencia. Son también hábiles intérpretes de las coyunturas, conocedores de los ritmos y detalles de los vínculos entre políticos. Esos vínculos están hechos de intereses enfrentados pero también de coincidencias que los acercan por el solo hecho de compartir un mismo universo o, como diría Pierre Bourdieu, un juego en común.



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Los armadores políticos de distintas procedencias partidarias tienen varios rasgos en común. Repasemos: pertenecen al mundo político desde hace tiempo, iniciaron su militancia en la juventud y conocen los actores y las reglas tácitas. En el caso de los armadores del Ejecutivo se suma la confianza del presidente; ya sea que la tengan desde antes o la desarrollen una vez en el cargo, ese vínculo es central en un país presidencialista como Argentina. Gracias a él los expertos en rosca refuerzan su autoridad, pueden “hablar en nombre de” y ser creíbles y relevantes para sus interlocutores. A todas esas condiciones se le agrega la astucia para las estrategias y los planes B. Tener siempre un as bajo la manga, otra opción si las ideas iniciales fallan los distingue, sobre todo en tiempos de crisis. Para algunos, eso divide a los políticos de los amateurs.



Este tipo de políticos suelen tener poca estima de la opinión pública, o la valoran en función de cómo la evalúa el presidente o la presidenta de turno. Su popularidad no necesariamente es baja, pero sí delegada. Lo que está claro es que no tienen votos propios. En cambio, gozan del especial aprecio de sus pares, con quienes comparten códigos como el de no ningunear a los interlocutores y cumplir la palabra. Un ex ministro del Interior con amplia experiencia parlamentaria lo expresa de esta manera: “Yo soy de los políticos que soy ferviente defensor de los llamados ‘códigos’. No me refiero a los códigos mafiosos sino a los códigos de funcionamiento que tienen que existir entre los sectores políticos. Si no funcionan los códigos es muy difícil que todo el engranaje político funcione”. Esa falta de códigos se expresa fundamentalmente en el hecho de romper acuerdos: “¡Lo jodido es cuando vos acordás algo y después no se cumple! Los tipos que no tienen esto claro, que creen que la política es cualquier cosa, existen. Pero ¿sabés que pasa? tampoco duran. Porque cuando vos una vez acordaste y no te cumplieron después no acordás más.”





Por más trayectoria o expertise que hayan construido, en el juego de la política democrática ni los armadores más diestros tienen garantizado el triunfo. ¿Por qué algunos políticos con mucha trayectoria fracasan en sus tareas de armado y otros más grises son ampliamente eficaces en lograr acuerdos detrás de escena? Más allá de sus propias destrezas, los armadores políticos disponen de recursos muy diferentes según las coyunturas históricas y su relación con el presidente.



El “Flaco” Bauzá fue un personaje de extrema confianza de Menem y uno de los grandes armadores de su gobierno. Lo había acompañado durante la campaña presidencial y una vez ganadas las elecciones fue a buscar a los miembros de la Renovación peronista para sumarlos al gobierno. Este “ministro comodín” que ocupó múltiples puestos en el Ejecutivo era una suerte de “conmutador” para los distintos grupos dentro del menemismo, el que recibía todos los pedidos y los tamizaba, el que repartía temas en nombre del presidente y designaba a los encargados de seguirlos. Incluso el que resolvía las peleas internas y hacía que no le llegaran a Menem.



Alberto Fernández ocupó la jefatura de gabinete durante toda la presidencia de Néstor Kirchner: su destreza opacaba a otras figuras con largas trayectorias y astucia política como Aníbal Fernández, entonces ministro del Interior. Para los funcionarios o interlocutores de ese gobierno se trataba de alguien que “ocupaba toda la cancha”. Su sinergia con el presidente y su interpretación en común del momento histórico lo volvieron el principal armador político de esa gestión.



Lo contrario puede decirse de Federico Storani durante su paso por el Ministerio del Interior en el gobierno de la Alianza. Radical de nacimiento, hijo de un histórico dirigente del partido, miembro de la Franja Morada, la Coordinadora y el Movimiento de Renovación y Cambio, Storani había sido diputado nacional durante 14 años y presidente del bloque de la UCR entre 1995 y 1999. Su conocimiento del mundo político era innegable y su peso dentro del partido también. Pero su escasa confianza con De la Rúa, más allá de que se habían opuesto juntos al Pacto de Olivos, y su bajo alineamiento con el proyecto presidencial lo hicieron un armador improbable para ese gobierno de coalición.


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El armado político del Frente de Todos abrió las puertas a un escenario que unos meses atrás parecía imposible. Si la postulación de Cristina Fernández de Kirchner como vice buscó volver a tender puentes con actores económicos y sociales que alguna vez habían estado cerca y retener su gran caudal de votos, la candidatura de Alberto Fernández a presidente apostó a unificar a gran parte del peronismo y convocar a otros sectores. Las PASO mostraron que la estrategia fue eficaz. Si en octubre se repiten los resultados de agosto, después de las elecciones deberá garantizarse la gobernabilidad en un contexto crítico. El horizonte se presenta complejo: endeudamiento, inflación, dólar, tarifas, energía, pobreza, mercado de trabajo, y siguen las firmas. Es justamente para lograr gobernabilidad ante las crisis que sirven los armadores (de un color político o de otro). Y Alberto Fernández es uno de ellos.



¿Puede la política, la rosca política, frenar el vendaval financiero? Seguramente algo puede: negociar límites, acercar posiciones, exponer problemas y propiciar acuerdos mínimos para evitar un desastre que no le conviene a ninguna de las partes del campo político. Ni a la sociedad, claro está. También hará falta mucha negociación para que el traspaso del poder sea lo menos accidentado posible.



Hay otros desafíos fundamentales en el horizonte para el muy probable gobierno de Fernández. El primero será gestionar la gran heterogeneidad de la coalición. Reunir a todas las partes fue un trabajo artesanal; mantenerlas en armonía una vez en el poder será igual o más trabajoso. Es cierto que el éxito ordena y también que el fracaso tiene que haber enseñado. Pero eso no quita que el día a día de la gestión con grupos tan diversos adentro y múltiples demandas, en un contexto de recursos escasos y restricciones, resultará complejo. Administrar la temporalidad de esos reclamos y pedidos requerirá de espacios de articulación y decisión política, de negociadores diestros que sepan procesar las diferencias y resolver los conflictos. La expertise de Alberto Fernández es importante para esta tarea, pero ahora será el tiempo de conducir a que otros rosqueen por él. El segundo desafío tiene que ver con su investidura. La excepción histórica de ser un presidente armador comporta el reto de convertirse en un líder. La campaña desarrollada hasta aquí da indicios de que ese crecimiento está en marcha. Solo los acontecimientos por venir nos permitirán comprobarlo.

Netflix, hegemonía y monopolio





Si eres uno de los 130 millones de suscriptores de Netflix de todo el mundo, existe una altísima probabilidad de que la semana pasada hayas visto algo de lo siguiente: The Christmas Chronicles, una película familiar protagonizada por Kurt Russell, que tuvo 20 millones de descargas en las tres semanas posteriores a su estreno; Roma, la película en español ambientada en la década de los setenta en México, dirigida por Alfonso Cuarón y que ya se perfila para obtener un Oscar; Mowgli, una aventura de acción en vivo basada en las novelas de El Libro de la Selva; o Bird Box, un thriller apocalíptico protagonizado por Sandra Bullock.

O quizás aún no hayas visto ninguno de esos films. En ese caso, probablemente deberías apurarte y hacerlo, porque tendrás que formarte una opinión sobre alguno o, preferiblemente todos, para cuando regreses a la oficina. Netflix es un tema que trasciende fronteras geopolíticas, intereses nacionales y brechas generacionales.

En los cinco años transcurridos desde que comenzó a transmitir contenido original, nos hemos convertido en un grupo de espectadores insaciables, desesperados por el entretenimiento y adictos a "¿qué vemos después?". Existen otros canales, por supuesto: Amazon Prime, HBO y la venerable BBC entre otros, y todos ellos tienen sus propias series exitosas. Bob Iger, director ejecutivo de Disney, planea lanzar un servicio de streaming de Disney el próximo año. También se planea un servicio de AT&T. Pero ninguna otra marca se acerca al alcance que tiene Netflix.

"Más programas, más espectadores; más espectadores, más suscripciones; más suscripciones, más ganancias; más ganancias, más contenido", dijo Ted Sarandos, director de contenido de Netflix, a la revista New York este año, cuando se le pidió que describiera su modelo de crecimiento.


Y, sin embargo, a pesar de este discurso, el dominio abrumador de Netflix ha hecho que algunos desconfíen. En 2018, al menos media docena de diseñadores de moda me contaron cómo se inspiraron en el prestigioso drama The Crown para crear sus propias colecciones. Otros han citado a los cultistas con batas anaranjadas del documental Wild Wild Country como su musa. ¿Podría semejante hegemonía cultural debilitar nuestra producción creativa?

Mientras tanto, otros se preguntan si el servicio puede sostener su oferta de calidad ahora que está produciendo tanto contenido. ¿Y hasta qué punto son estos elogiados programas meramente una vitrina para una plataforma en la que el contenido original representa sólo una fracción de sus visualizaciones? (Según la empresa analista de televisión Ampere, los programas originales constituyen sólo el 8% de las películas vistas por Netflix medido en horas). ¿Estamos realmente viendo documentales en idiomas extranjeros, o estamos sucumbiendo a las viejas repeticiones de Friends?

A muchos les preocupa que la cadena esté construyendo un monopolio con planes para dejarnos sin nada que ver excepto tonterías comerciales. "He escuchado a mucha gente de la industria decir que Netflix es la Coca-Cola de la industria audiovisual", dice un productor de televisión y cine que prefiere permanecer en el anonimato, como suele ser el caso cuando se habla de la compañía de entretenimiento más poderosa que existe en estos momentos.

Existe el temor de que Netflix elimine a la competencia y luego cobre el precio que quiera. Sin dudas, han inflado los precios de los talentos establecidos, así que, de repente, a los escritores, actores y directores de renombre se les pueden pagar enormes sueldos por hacer programas de televisión. Y todos se sienten obligados a competir. Lo que es interesante en el último año, digamos, en el Reino Unido, es que los costos probablemente aumentaron entre un 15% y 20% y parte de eso es el efecto Netflix.

"Eso es un disparate absoluto", dice Peter Morgan, escritor y creador de The Crown. A Morgan, quien conoció por primera vez al equipo de Netflix cuando estaba "operando desde un edificio portátil en Beverly Hills", lo convencieron de trabajar con Netflix para realizar The Crown porque vinculaba un drama británico sobre lo que podría considerarse un tema bastante "tedioso" con una nueva casa productora disruptiva que él consideró "inspiradora y liberadora".

La serie se estrenó en noviembre de 2016 para que coincidiera con el impulso internacional que tuvo Netflix en 190 países. Inmediatamente, fue un éxito entre espectadores y críticos, y la tercera temporada de The Crown ya está en producción.

"Tienen la sencilla misión de entretener, y creo que eso llevó a acusaciones de que son como un Walmart porque tienen mucho de todo y no tienen una línea, un objetivo o una meta en particular como ocurre con Fox o HBO", dice Morgan.

Morgan está convencido de que Netflix ha sido una fuerza para el bien cultural. "Desde el punto de vista de los cineastas, creo que es un momento encantador. Había una época en la que todo lo que escuchabas era sobre el sistema de estrellas. Y no es divertido si eres un escritor, cineasta o director, y básicamente toda tu existencia depende de algún actor narcisista e infantil rodeado de aduladores que aceptan o rechazan una obra que le sea convenientemente halagüeña. Ahora, los escritores y productores están empezando a tener más ventajas".

Morgan cree que, lejos de crear un monopolio, la competencia ha ampliado las posibilidades. "Nunca ha habido más personas empleadas, nunca se ha trabajado más. Creo que hay muchas razones para ser optimistas. Netflix ha estimulado una gran cantidad de competencia".

Otros productores coinciden en que Netflix ha contribuido mucho a estimular el mercado, experimentando con nuevos formatos y géneros que en algún momento se consideraron demasiado exclusivos. Ha ampliado nuestro gusto de manera inesperada, ya sea por los dramas policíacos finlandeses (Deadwind) o los thrillers de ciencia ficción alemanes (Dark). Mientras tanto, las películas independientes más pequeñas que podrían no haber recibido mucha exposición en sus estrenos generales han tenido una segunda vida exitosa.

Sin embargo, mantener su tasa de éxito actual será un reto. "De cierta manera, han creado un mundo diferente para las personas con respecto a la manera en la que ven y consumen los programas", dice otro productor que prefiere hablar de manera off the record. "Así que ha revolucionado la visualización, y ha creado muy buenos dramas y documentales y películas. El problema es que la máquina tiene que alimentarse y, el problema es que —como en todo— no hay muchas cosas buenas. Y entonces el peligro es que hay mucha basura para llenar lo que ellos piensan que es el apetito del público".

Mientras tanto, las cifras siguen creciendo. Muchos en la industria asumen que algún día le venderán contenido a Amazon u otro gran rival como Apple. Sin embargo, por el momento, está claro que están muy adelantados. Y no tiene sentido intentar detenerlos.

El beso de la alcaldesa

Alcaldesa de Bogotá y el beso con su pareja
Concejal cristiano escribe mensajes homofóbicos en redes
 
Claudia López, nueva alcaldesa de Bogotá, celebró triunfo con beso a su pareja sentimental

 Claudia López, la nueva alcaldesa de Bogotá, pidió que no se interprete como un irrespeto el beso con su pareja sentimental, la senadora Angélica Lozano, tras el triunfo electoral y cuya imagen fue difundida en redes sociales.
"Entiendo la controversia, pero no pretendía ni desafiar a nadie ni indignar a nadie; es algo natural en el sentido de que cualquiera que hubiera ganado habría besado a su pareja", expresó la mandataria.

López, de 49 años, hija de una maestra de escuela y un trabajador, creció en barrios populares de la ciudad y a través de un préstamo estatal estudió Ciencias Políticas. Luego hizo una maestría y recién se doctoró de una prestigiosa universidad de Estados Unidos.
La nueva alcaldesa de la capital, cargo que se considera el segundo más importante del país después de la Presidencia, fue una de las primeras investigadoras sociales que denunció la alianza entre paramilitares y políticos.
También fue senadora destacada del partido Alianza Verde (centroizquierda), junto a su pareja Lozano promovió el año anterior un referendo anticorrupción que movilizó a millones de colombianos, y fue fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, tercero en las presidenciales pasadas.

Su elección como alcaldesa es un hito histórico porque se convirtió en la primera mujer en llegar por mayoría en las urnas a la Alcaldía de Bogotá, además de ser miembro de la comunidad LGTB, algo que nunca ha ocultado.
"Eso es lo que yo soy: una mujer diversa, hija de una maestra, con una hoja de vida y una trayectoria impecable, que ganó ayer (domingo) por primera vez la alcaldía de Bogotá.
Bienvenidos al siglo XIX", recalcó este lunes a la prensa local.
En la fotografía en cuestión, que circula desde la noche del domingo en redes sociales, se besa con su pareja, la senadora Lozano, en medio de varias personas que aplauden.
"Entiendo el revuelo y entiendo la controversia, entiendo la discusión. Es parte del cambio que está ocurriendo en nuestra sociedad. Yo la verdad siempre he tenido por voluntad y por mi propia tranquilidad una absoluta separación entre mi vida privada y mi vida pública, y la de ayer (domingo) no pretendía ser una foto noticiosa, ni para circular", explicó la alcaldesa.
Sin embargo, la imagen sirvió este lunes de arsenal para que sectores derechistas y religiosos atacaran a la nueva mandataria de los bogotanos.
"A partir de ahora en Bogotá la sodomía y el lesbianismo contra el Cristianismo", escribió en Twitter el actual concejal cristiano Marco Fidel Ramírez, quien se autoproclama como el cabildante de la "familia".

Ramírez no alcanzó en la víspera los votos suficientes para mantenerse en el cabildo distrital y algunos interpretaron hoy que sus mensajes homofóbicos contra la alcaldesa eran parte de su molestia por la derrota.
"El amor es también un acto político, es decir, el amor debe llevarnos a expresarnos en todos los momentos y no creo que se hubiera tratado de un beso lésbico; era un beso de amor y el amor es algo humano", dijo a ANSA Manuel Velandia, pionero en el país del movimiento LGTB (Lesbianas, Gais, Transgénero y Bisexuales).
Para Velandia, un activista político que debió salir del país durante más de una década por amenazas de muerte, tanto la elección de López como el beso con su pareja son una muestra del "avance" de una sociedad que antes fue pacata.
La nueva alcaldesa recordó que Bogotá "es una ciudad libre, diversa, respetuosa", donde "hay libertad religiosa y separación entre el Estado y las diferentes fe y así seguirá siendo", con lo que selló la discusión.

Sostuvo que para ella lo más importante es cumplir con sus compromisos en campaña que apuntan a reducir la criminalidad, sacar a Bogotá del caos vehicular, respetar el medio ambiente y crear mejores condiciones para la educación y empleo de los bogotanos.

Bolsonaro: diplomacia de choque y guiños a la dictadura

Brasilia y el pavor a la izquierda. Queja uruguaya y argentina

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil


Argentina y Uruguay presentaron hoy quejas por los dichos y acciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; mientras un hijo del mandatario alentó métodos de la dictadura si su país sufriera avances de izquierda como en otros países de la región.
El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, dijo en una entrevista en el canal de YouTube de la periodista Leda Nagle que si la izquierda "se radicaliza" en Brasil, una de las respuestas del gobierno podría ser "un nuevo AI-5", considerado uno de los actos más represivos llevados a cabo durante la dictadura militar en el país sudamericano (1964-1985).

Ese procedimiento de estado implicó la cancelación de mandatos políticos y la suspensión de todas las garantías constitucionales.
Bolsonaro Jr. hizo la declaración, que está generando controversias políticas, mientras hablaba de las protestas callejeras que tuvieron lugar en otras naciones latinoamericanas, como Chile, Bolivia y Ecuador.
El acto institucional AI-5 se emitió el 13 de diciembre de 1968, durante el gobierno de Costa e Silva, uno de los cinco generales que gobernó Brasil durante el régimen dictatorial.
En tanto, el canciller de Argentina, Jorge Faurie, consideró hoy que la relación con Brasil no debe quedar sometida a "titulares o frases inapropiadas", y explicó que envió una carta al embajador de ese país en Buenos Aires referida a la conveniencia de manejar ciertos conceptos con "mayor prudencia".
El jefe de la diplomacia del gobierno saliente de Mauricio Macri estimó que el mayor aporte que puede hacer este gobierno al próximo es "dejar abiertos los canales de diálogo" con el país vecino.

En una rueda de prensa después de la reunión de Gabinete que hoy encabezó el presidente Macri en la Casa Rosada, sede del gobierno, Faurie fue largamente consultado sobre las críticas que recibió el presidente electo Alberto Fernández por parte de la administración del mandatario de Brasil e incluso por parte del mismo jefe de Estado.
Como punto de partida, el canciller recordó que el diálogo entre ambas administraciones va a ser "ineludible" dada la sociedad estratégica que mantienen ambos países, y remarcó como ejemplo que la reciente elección del argentino Rafael Grossi al frente al Organismo Internacional de la Energía Atómica fue gracias al "trabajo denodado" de Brasil para posicionarlo como "candidato regional".

Faurie aclaró que escribió "a título personal una carta al embajador" de Brasil en la Argentina, Sergio Franca Danese, sobre "la conveniencia de que ciertas frases se manejen con mayor prudencia". También cuestionó los mensajes en redes sociales de Eduardo Bolsonaro -hijo del líder brasileño- sobre Estanislao Fernández, primogénito del presidente electo de la Argentina.

No obstante, Faurie no apeló a los carriles formales de la cancillería para elevar la queja.
Lo que sí hizo Uruguay contra Brasilia. El ministerio de Exteriores de Uruguay convocó al embajador de Brasil para que brinde explicaciones sobre recientes declaraciones del presidente Bolsonaro, en las que manifestó su deseo de que el candidato opositor Luis Lacalle Pou gane el balotaje en Uruguay.
"En el día de la fecha, el Ministerio de Relaciones Exteriores convocó al embajador de la República Federativa de Brasil en Uruguay, señor Antonio Simoes, y le solicitó explicaciones sobre las expresiones vertidas por el señor presidente Jair Bolsonaro al diario O Estado de Sao Paulo", informó un comunicado.

El texto indicó que Simoes brindó a la directora de la Regional América del ministerio, Adriana Lissidini, detalles sobre el tenor de dichas declaraciones.
Bolsonaro afirmó hace unos días que en Uruguay hay una oposición que está más alineada con sus "pensamientos liberales y económicos". "Esperamos, empujamos, porque se elija a alguien más asociado a nuestras ideas, así tendríamos a Uruguay más alineado con nosotros", agregó.
Igualmente sostuvo que su Gobierno no tuvo ningún problema con Uruguay ni con el actual presidente Tabaré Vázquez, de la alianza de izquierdas Frente Amplio, que ahora postula como presidente a Daniel Martínez.
El nacionalista Lacalle Pou y Martínez se enfrentarán en segunda vuelta electoral el 24 de noviembre.

“Con la gente no hablen de política, pero que sepan que somos radicales”

LA CONTRADICCIÓN FUNDAMENTAL


Luciano Chiconi @mazorcablanca


“Con la gente no hablen de política, pero que sepan que somos radicales”

Enrique Nosiglia, diciembre de 1976.

¿Cuál es el problema, el peronismo o el poder? El tour declinatorio del macrismo que “pone en valor” la terminación del mandato justo cuando ese logro suele ser la condición democrática de la reelección (“solo se termina para poder reelegir”) hace retornar el problema del “obstáculo hegemónico” para quienes ejercieron el poder desde 1983 hasta hoy. A diferencia de las experiencias no peronistas de poder previas, el macrismo incluye en la ronda de sospechosos a un viejo invitado que el bipartidismo democrático había dejado a un lado: la sociedad argentina, el exceso de clase media, el exceso histórico de mercado interno. Como si Macri alegara no querer ejercer el poder en las condiciones en que viene dado, por lo menos en la Argentina. Todas las evocaciones a una “purificación por afuera” de los “setenta años de poder en la Argentina” (los CEO, Galiani, el ditellismo) sembraron un vacío hermenéutico entre Macri y el poder hecho a sí mismo del orden democrático.


El lado no gorila de la vida

Cuando Alfonsín llegó al poder, la UCR hacía dieciocho años que no gobernaba el país. El dominio balbinista del partido anclaba sus raíces “culturales” en el sofisticado conflicto de los ’50 frente al peronismo. La sociedad de los ’60 y ‘70, próspera y material, había borrado las fronteras políticas de la clase media: le trasladaría al consumo todas las expectativas que antes ponía en la cultura. La UCR de Balbín le hablaba al partido ideológico de los ’50 en la época en que el poder era interpretado por un partido desarrollista (Frondizi, Onganía-Lanusse, Perón) que percibía, a los ponchazos, que una construcción “antiperonista” del poder no era productiva. Esa inercia testimonial sería cortada por la aparición de la Coordinadora como emergente nac&pop del radicalismo (que en la práctica llena el vacío partidario dejado por el frondizismo) y su confluencia con el alfonsinismo teórico de Renovación y Cambio. La UCR pasaría a pensar más el poder que el peronismo. Balbín se transformaría en el jarrón chino de La república perdida.

La biografía de Enrique Nosiglia escrita por Darío Gallo y Gonzalo Álvarez Guerrero en 2005, El Coti, es quizás la secuela más fiel de esa literatura política que inundó el mercado editorial de los ’90: libros que sin dejar de cortejar a la clase media progresista en base a una estetización del poder menemista (una novela negra extensiva a toda la clase política), eran fotos parciales de una idiosincrasia del poder en la Argentina, sobre todo de ese poder que pasaba de los setenta a la democracia. Leídos a contrapelo del mercado (y a veces de sus autores), esos libros dejaban algunas conclusiones. El sistema narrativo que Gallo-Álvarez Guerrero utilizaron para caracterizar a Nosiglia tiene algunos puntos de contacto con Almirante Cero y Don Alfredo: los autores escriben moralmente “en contra” del biografiado pero a la vez son traicionados por cierta fascinación plebeya y marginal con el personaje: Massera no es un marino puro para la Armada, Yabrán no es un empresario puro para el “círculo rojo”, Nosiglia no es un radical puro para la UCR.


"La UCR pasaría a pensar más el poder que el peronismo. Balbín se transformaría en el jarrón chino de La república perdida."


La idea de Nosiglia como “el negro del radicalismo” se sostiene por su origen no urbano, por ser el único de la Coordinadora sin título universitario, por su predilección por el radicalismo runflero (Jaroslavsky, Carlos Bello), por su enemistad intelectual con Caputo, por su determinación afectiva con mujeres como Raquel Mancini, por su comprensión del peronismo, pero no alcanza para explicar por qué Alfonsín lo eligió en todo tiempo y espacio como una pieza imprescindible para la construcción del “poder radical”. Allí se terminan las semejanzas raciales con los otros dos personajes y arranca una diferencia política crucial: Nosiglia representa la faceta operativa de un poder civil a construir. En algún momento del día, Alfonsín tenía que dejar esas charlas con el Negro Portantiero y Pancho Aricó (que le dieron grosor político al “orden alfonsinista”) para sentarse con alguien a preparar la primera incursión de la clase política en el territorio comanche de la Argentina corporativa.


El 83

La militancia blanda y demodé de la Coordinadora en los setenta tuvo su revancha conceptual con la llegada de la represión ilegal del Proceso: la escena de Nosiglia militando contra la ley de alquileres de la dictadura en La Boca inauguraba la etapa de la “militancia de las cosas simples” que definiría a la política democrática y reflejaba dos cosas. Primero, que el radicalismo podía hacer política cuando el peronismo no y esa ventaja le permitía indagar mejor en las nuevas pretensiones de la clase media. Segundo, que un radicalismo concentrado en abrir válvulas de escape a la sociedad (desde el No a Malvinas hasta Teatro Abierto) construía a la vez un programa propio no definido por ningún antagonismo civil que lo ponía a tiro del poder.

El pensamiento político de Nosiglia se puede resumir en una frase: construir el poder democrático es fundar una corporación política. Una clase, una burocracia, una autoridad que al menos “pueda empatar” con el partido militar, los empresarios y los sindicatos. La idea más actual de que con algunos gobiernos democráticos “vuelve la política” y que con otros “se va” es errónea: la política volvió en el ´83. Por izquierda o por derecha, siempre está, siempre es necesaria para tramitar las tensiones del denso capitalismo argentino (negar que eso estaba ahí quizás haya sido el principal problema de Macri).

La otra certeza de Nosiglia era que las virtudes del radicalismo para ganar en el 83 (carecer de un lastre sindical) se transformarían en fallas para gobernar. Como todo “monje negro”, tenía una visión neurótica del poder bastante lúcida para predecir los problemas que no todos los alfonsinistas tuvieron. Por el costado de los salmos republicanos que Alfonsín vertía “hacia afuera”, Nosiglia ambicionaba la construcción del radicalismo como un partido de Estado, anticipando un problema que luego sería abordado por el peronismo político ante su propia crisis sindical. Nosiglia consideraba, con toda justa razón, que el radicalismo debía ser el partido del orden de la democracia argentina.


"El pensamiento político de Nosiglia se puede resumir en una frase: construir el poder democrático es fundar una corporación política. Una clase, una burocracia, una autoridad que al menos “pueda empatar” con el partido militar, los empresarios y los sindicatos."

Se habla poco del know how nosiglista del poder radical. Las narraciones posteriores (tanto las propias del radicalismo como las ajenas) prefieren exaltar al Alfonsin derechohumanista o al Alfonsín vencido. A Menem se lo reconoce con poder, pero poco se dice del Alfonsín con poder. El libro de Gallo-Álvarez Guerrero lo insinúa: a Alfonsín le interesaba el poder y era mucho más “bicho” que los chicos de la Coordinadora a la hora de pensar sus jugadas palaciegas. En ese sentido, Nosiglia emergería como el proveedor microfísico de las ideas y necesidades del poder de su jefe político: la amalgama entre política y servicios, la cooptación sindical, el grupo Bulgheroni, la patota mediática, los créditos exprés del Hipotecario. Es decir, hubo un poder cotidiano alfonsinista que si bien no alcanzó para fijar “un orden”, se sedimentó como un itinerario ineludible de la práctica estatal. La pregunta sería, ¿el peronismo hubiese obtenido rango hegemónico si el Estado no hubiese transitado antes por la experiencia conflictiva del poder alfonsinista?

En este sentido, hay dos ejemplos que lo tienen a Nosiglia como protagonista: las cajas PAN y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Como subsecretario de Acción Social (1983-85), Nosiglia manejaría la distribución política de las cajas PAN con dos objetivos: competir territorialmente con un peronismo asistencial fraccionado en provincias y municipios, y dotar a la UCR de un brazo social que le diera resultados políticos más permanentes. En la cabeza de Nosiglia, el PAN fue soñado como la imposición de una correlación de fuerzas. Hoy nadie discute la productividad hegemónica de los planes sociales, pero en el ’83 había que dar el primer paso. El PAN inauguró una perspectiva asistencial que luego el peronismo perfeccionó como “regulador oficial” de la conflictividad social.

Como ministro del Interior (1987-89), Nosiglia creó los ATN como un fondo discrecional de recursos sustraído a la coparticipación federal automática y puesto bajo la órbita del poder presidencial. Los ATN nacen como un mecanismo defensivo para apuntalar el poder de Alfonsín frente a la avanzada peronista de la Renovación. Con la llegada del peronismo al poder, los ATN aumentarían su porcentaje frente a la masa coparticipada y se transformarían en una herramienta más de “la chequera” presidencial frente a las provincias. Conclusión: dos inventos nosiglistas se perpetuaron como políticas estables del poder democrático.


En retirada

Se podría decir que Alfonsín eligió como ministro político a Tróccoli para despedir los ’70 y a Nosiglia para recibir los ’90. El balbinista podía pronunciar con más naturalidad la palabra “subversión” como parte del andamiaje conceptual del Nunca Más (como lo haría junto a Ernesto Sábato en aquel mítico programa de la CONADEP emitido por Canal 13); era una etapa donde la palabra tenía más fuerza política que la acción. A Nosiglia le tocó medicar una crisis de poder que se esparcía a partir de los “problemas posmodernos” que el radicalismo no resolvía: la democratización del consumo, la autoridad represiva del poder civil. A esa altura (después de Semana Santa) era posible que Alfonsín blanqueara a Nosiglia en el cargo porque ya no sobraban los interlocutores internos para diagnosticar el estado del poder presidencial. Un rasgo singularísimo de Nosiglia es que siempre pensó a la UCR como un partido de poder, aun en los peores momentos, y Alfonsín necesitaba a alguien que creyera que el partido chivo de la crisis se podía ganar.

El problema central del poder no peronista es que se piensa inferior al que en realidad tiene. El documental Esto no es un golpe parece ir, quizás sin proponérselo, al núcleo de ese problema. La película cruza distintas perspectivas políticas sobre un hecho: el alzamiento carapintada de 1987. ¿Fue o no un golpe? En realidad, las respuestas posibles dependen mucho de la percepción que se tenga del propio poder civil. Alfonsín charlaba mucho de política con Caputo y lo que refleja el documental es que Caputo pensaba genuinamente que el levantamiento terminaba sí o sí en un golpe de Estado, dando a entender que el poder civil “no tenía fierros” para evitarlo. Esta percepción marcaría el vínculo de Alfonsín con los militares hasta el final de su mandato. Oscar Landi decía en esos días: Alfonsín ganó en la plaza y perdió en el palacio. Nosiglia no aparece en la película de Wolf y no tuvo incidencia en la cuestión militar. Pero a través de la percepción que tenía Caputo del poder del gobierno se puede inferir la disputa sorda que Nosiglia mantenía con él y los sectores bien pensantes del poder alfonsinista. Para Nosiglia la corporación política debía ostentar poder o moría devorada, y ciertos episodios políticos que pueden considerarse “exabruptos” de gestión (los destrozos de Modart, La Tablada) pueden leerse como la idea de que el poder civil siempre puede (y debe) “hacer algo”.


"Un rasgo singularísimo de Nosiglia es que siempre pensó a la UCR como un partido de poder, aun en los peores momentos, y Alfonsín necesitaba a alguien que creyera que el partido chivo de la crisis se podía ganar"

Entre la chispa y el estallido de ese hecho maldito en cámara lenta que fue La Tablada, hay dos momentos plenos del poder radical “en crisis”. Primero, volver a tocar la fibra íntima de la clase media con una versión actualizada y tercerizada del “pacto militar-sindical” que colocaba al problema carapintada y la irrupción electoral del menemismo como un frente unificado de amenaza al poder democrático. Un laburo político clásico, razonable, legítimo, hecho por un grupo partidario nacido al calor de la primavera democrática que hasta ese momento funcionaba como el “Movimiento Evita” del PI. Segundo, y luego de la toma sorpresiva del cuartel, del viraje sandinista inconsulto, el ejercicio explícito y desmesurado de represión estatal que venía demorado con los carapintadas. No hubo foto de Alfonsín en Campo de Mayo pero sí pudimos verlo recorrer el césped bombardeado de La Tablada bajo el sol, con un traje clarito que le recortaba aún más la figura entre los uniformes de fajina oscura que lo escoltaban, un traje de verano, mientras miraba con aura ausente o concentrada el cuerpo destrozado de algún emetepeísta.


Tormentas en el desierto

Es posible que (como dicen) Nosiglia haya llorado el día que Alfonsín entregó el poder. Su hechura a sí mismo como hombre “puro” de la clase política del ’83 le hacía ver que junto con el poder del Estado se perdía cierta capacidad “ideológica” de hacer política adentro de la sociedad. Era probable que el peronismo no llegara con un programa de gobierno muy claro, pero era evidente que había anotado cada uno de los conflictos y problemas por los que había pasado el radicalismo. Para un “radical del poder” como Nosiglia se trataba menos de perder una elección que de dejar en disponibilidad política a la clase media.

Una vez fuera del poder estatal, Nosiglia se dedicaría a aprovechar la capacidad instalada del bipartidismo para sostener a la UCR en el juego institucional. Si no había votos, había que lograr que el peronismo no percibiera al radicalismo como un partido marginal. La idea de Nosiglia de enganchar a la UCR en una reforma constitucional que de todos modos el menemismo haría por su cuenta era el diagnóstico de su crisis como partido de masas. Pero el Pacto de Olivos también fue la última gran “foto de Bariloche” de la clase política. Menem y Alfonsín decidiendo los porcentajes futuros de la gobernabilidad argentina, armando “un poder”, dejando un legado de la corporación política al país más líquido posterior a 2001. Nosiglia y Alfonsín pensaban en una supervivencia de la UCR como socio menor pero exclusivo del peronismo, esperando una oportunidad en los márgenes estatales del nuevo diseño constitucional del poder (la AGN, el Consejo de la Magistratura, el GCBA); si no se podía tener el poder, había que compartir el sistema sin intrusiones posmodernas como serían la del Frepaso primero y el PRO después.


"Donde muchos jóvenes vieron un aire socialdemócrata, Nosiglia vio un tremendo proyecto de poder, básicamente porque el alfonsinismo era las dos cosas."

Frente a la Alianza, ese poder radical funcionaría como una asesoría externa destinada a sostener al gobierno “radical” inclusive en contra del no-poder delarruista. Casi como el empresario que ya era, Nosiglia ofrecería su combo lobby-servicios-peronismo institucional. Alfonsín trabajaría en sus alianzas con Chacho primero y Duhalde después. La Alianza no traía ninguna “superación” del poder radical con respecto al ’83 y muy pronto evidenció un retroceso hegemónico con la ruptura gobierno-partido. El poder radical quedaría del lado del partido, pero el partido no gobernaba. De la Rúa negaba la morfología autóctona del poder (como en parte la niega Macri hoy) pero no tenía una fórmula de reemplazo. Cuando el delarruismo puro ya soñaba con el helicóptero, Nosiglia todavía apostaba, el 19 a la noche, a una negociación con el peronismo, no ya para salvar a De la Rúa, sino para salvar a la UCR. Mantenía la ilusión de un poder compartido, rústico, hecho a tientas, de crisis, para llenar el vacío. Consciente, quizás, de que era la última oportunidad de no fracasar que les concedería la clase media.

Todavía nos cuesta apreciar al alfonsinismo como “un poder” a secas. Inclusive hoy, la evocación persistente del alfonsinismo como un estricto radicalismo progresista nos dice poco y nada de su idiosincrasia como “poder radical”: el alfonsinismo nació en 1971 para desbancar a Balbín y llegar al poder. Nosiglia se educó con Raúl Borrás y Roque Carranza, dos abogados chacareros que mientras vendían materias primas y veían cómo el peronismo de los setenta se consumía a los tiros, pensaban un poder para Alfonsín. Donde muchos jóvenes vieron un aire socialdemócrata, Nosiglia vio un tremendo proyecto de poder, básicamente porque el alfonsinismo era las dos cosas. La persistencia actual de Nosiglia como un dador de poder a un partido que no quiere el poder (Lousteau, Cornejo) explica por qué el Coti es el radical que los radicales aman odiar, pero además sugiere otra cosa: que esa vieja idea del “poder radical” no pudo ser comprendida ni superada por “la novedad” del breve poder macrista.

Caso United: el costo de equivocarse en una crisis





Las claves en crisis de reputación: Caso United


Los errores en esta materia cometidos por United Airlines, que se convirtió en foco de críticas al expulsar a la fuerza a un pasajero asiático, debido al ‘overbooking’ en la cabina.

Cinco claves básicas para afrontar una crisis reputacional, basados en este caso.


“Todo lo que hagas en comunicación interna es comunicación externa. Se va a saber y debe estar alineado con la posición de la compañía ante el issue”.

Así lo explica Luis Serrano, director de Área de Crisis en la consultora Llorente & Cuenca, en su artículo “Crisis en United. Un coscorrón de 1 billón de dólares”, donde hace referencia a las acciones comunicacionales de los directivos. Óscar Muñoz, CEO de la empresa, se negó inicialmente a ofrecer una disculpa, y luego se filtró una carta a sus más de 88.000 empleados que puso más tensa la situación.


Allí declaró que “estaba “harto” de tener que oír cosas sobre el incidente, que el pasajero, cuya identidad no ha sido difundida, había mostrado una actitud “agresiva y beligerante”, y que la tripulación había seguido las reglas establecidas”, según comenta Pablo Pardo, corresponsal del diario El Mundo en Estados Unidos, en su artículo “United Airlines o cómo expulsar a rastras a un pasajero sale caro”.

Estas actuaciones tuvieron un impacto incluso en la bolsa. “800 millones de dólares (751 millones de euros). Eso es lo que cayó el valor en Bolsa de United Continental -la empresa propietaria de United Airlines- ayer a la apertura de Wall Street”, comenta Pardo en su artículo.

“En medio de una crisis tus clientes siempre deben estar en el centro. No el negocio”.

Para Serrano, es incomprensible que haya tardado dos días en acertar con el relato para la crisis. Asegura que el manual de comunicación debe prever este tipo de incidentes, en este caso una identificación de riesgo ante los problemas para manejar el overbooking tras su proceso de fusión.

No demeritar el poder de las redes sociales.

Serrano asegura que en este caso parece que se produjo “cierta improvisación y que se ha infravalorado el poder de las redes sociales para generar un grave daño reputacional en cuestión de minutos. No sé si falló la previsión, si falló la monitorización o si no se entiende todavía muy bien cómo funcionan los procesos de contagio en red”.

Es fundamental la escucha activa y monitorización de las audiencias a la hora de tomar decisiones.

Fátima Martínez, publicista especializada en medios de comunicación y estrategias de marketing de integración on/off, realizó un análisis de las primeras consecuencias de la crisis con Brandwatch, la herramienta de escucha activa y monitorización.

La experta asegura que “el número de menciones asciende al 1.5 millones en un solo día, lo que representa un aumento del 100% de sus menciones habituales. El análisis de sentimiento demuestra claramente cómo el 10 de abril los usuarios de redes sociales arremeten contra la compañía aérea, con comentarios absolutamente negativos Lo más representativo de esta crisis es que al existir un vídeo que demuestra cómo fue el trato recibido por el pasajero, la crisis fue mucho más intensa”.

Tener un protocolo de crisis.

Los expertos enfatizan en la necesidad de establecer de manera preventiva un protocolo para tener una hoja de ruta clara para actuar ante una crisis.

Así lo comenta también Ana Lorena Ruiz, Community Manager para América Latina y España en Brandwatch, quien agrega que otras lecciones a tener en cuenta son “estudiar el contexto, intereses y valores de tu audiencia es fundamental. Al no hacerlo te expones a insultar a tus clientes. Además, todo lo que hagas puede ser denunciado. La mayor parte de las personas cuentan con smartphones y los usarán para denunciar cualquier problema con tu marca. Cuida tus acciones (y a tus clientes) en todo momento”.

El caso y otros antecedentes de United

El pasado 11 de abril, la compañía aérea United Airlines se convirtió en foco de críticas y polémica al expulsar a la fuerza a un pasajero, debido al ‘overbooking’ en la cabina.

Según informa BBC Mundo, la empresa ofreció nuevos billetes y dinero a quien cediera su asiento. Sin embargo, al no haber voluntarios, un sistema informático escogió al azar. Uno de los pasajeros elegidos se negó a bajarse, aduciendo que era doctor y tenía que ir al hospital al día siguiente. La aerolínea recurrió a la Policía.

Los minutos siguientes de la historia quedaron reportados en las redes sociales donde los pasajeros publicaron videos en los que se ve a “un pasajero siendo arrastrado por el piso desde su asiento hacia la salida por guardias de seguridad por negarse a bajar del avión. Después se le ve con sangre en la cara”, comenta el artículo.

Los expertos comentan que en el año 2009 la empresa le rompió la guitarra en un viaje al cantante country Dave Carroll. United no atendió a tiempo su reclamación, y el cantante promovió un video en YouTube con más de 17 millones de visualizaciones. “Esto tuvo, como consecuencia, una pérdida de valor en bolsa de 180 millones de dólares. Vamos que le podían haber comprado a Dave 51.000 guitarras”, recuerda Serrano.

Alfonsín advirtió que “la UCR tiene que rediscutir su alianza”

El histórico dirigente radical adelantó que se reunirá con Alberto Fernández y pidió "terminar con la grieta".



El dirigente radical Ricardo Alfonsín lanzó un importante guiño al presidente electo, Alberto Fernández, y la convocatoria a radicales de cara al próximo gobierno, tras el fracaso que significó Cambiemos. Además, instó a que el radicalismo se reúna con espacios que tengan “coincidencias” y adelantó que se reunirá con el próximo mandatario.

“Me alegra mucho que Alberto hable todo el tiempo de la necesidad de terminar con la grieta", enfatizó el dirigente de la Unión Cívica Radical en diálogo con FutuRock y subrayó que lo llamó a Fernández: “Quedamos en vernos pronto".


En ese sentido, advirtió que "la UCR tiene que rediscutir su alianza” y aseveró: “Nosotros tenemos que reunirnos con fuerzas que tengamos coincidencias. Hay que conformar un frente de gobierno porque el problema no fue Macri, sino el modelo. Sería bueno que los radicales se lo anotaran".

Por otro lado, expresó que “las PASO funcionaron como primera vuelta y la primera vuelta como el balotaje” por lo cual indicó: “No me sorprendió el resultado. Era previsible que Macri achicara la diferencia".

Y aseguró: "Muchas de las cosas que plantea Alberto Fernández es lo que decimos nosotros".

Netflix lanzó una nueva función que le da más control de pullcasting a los usuarios e indigna a actores y directores



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Ahora, los usuarios pueden usuarios acelerar o ralentizar la reproducción del contenido. "Están tomando el control del arte y lo están destruyendo " aseguró Aaron Paul, alias Jesse Pinkman en "Breaking Bad".


Netflix está probando una nueva función que generó mucha controversia y la indignación de actores y directores. La misma permite los usuarios acelerar o ralentizar la reproducción del contenido.


Esta función da la opción de ver una película a la mitad de la velocidad de lo normal (1x) o hasta 1,5 veces más rápido. Por el momento sólo está habilitada en los dispositivos móviles Android.

Judd Apatow, director de “Ligeramente embarazada” fue uno de los primeros que se mostró en contra de esta función: "Es ridícula e insultante". Aaron Paul, quien personifica a Jesse Pinkman en “Breaking Bad” también alzó su voz: "Están tomando el control del arte de todos los demás y lo están destruyendo".

Ante las críticas, Netflix lanzó un comunicado donde asegura que se trata de una característica muy solicitada por los usuarios desde hace un tiempo. Inclusive, aclara que ya existe en reproductores de DVD.

El salario mínimo real en Argentina registró el peor derrumbe de la región y cayó 17,4%

Argentina tuvo la mayor baja interanual durante el primer semestre






El salario mínimo cayó 17,4% interanual, en términos reales, durante el primer semestre del 2019. Al compararar, se observa que esa caída extraordinaria fue, por lejos, la más abultada de América Latina y el Caribe, por encima de lo ocurrido en Guatemala y en República Dominicana. Ese flojo desempeño se enmarca en una historia reciente que fue en la misma dirección. Entre noviembre de 2015 y la actualidad, el salario mínimo cayó 20,8% real, tomando en cuenta la reciente suba decretada, y sin acuerdo de los gremios, y una inflación en octubre de 4,2%.

Ayer, Cepal y la OIT publicaron el informe Coyuntura Laboral de la región. Ahí se pudo observar la comparación que mostró la magnitud relativa de la contracción del salario mínimo real. Ningún otro país de la región tuvo una baja tan marcada. De hecho, el segundo puesto le correspondió a Guatemala, con una inferior al 5% y el tercero a República Dominicana, con una en torno al 1%. En el promedio de la región se vio una suba de 0,7% real. Mientras que en Argentina en un año la caída fue de 17,4%, en México hubo un incremento real de 11,6%, en Chile se registró una mejora superior al 5% y en Uruguay una en torno al 4%.

El salario mínimo fue el que más sufrió durante el período Cambiemos. Era de $5.588 cuando asumió el presidente Mauricio Macri y llegó a $12.500 en marzo de este año. Quedó quieto en ese punto hasta julio. La inflación fue siempre muy por encima Por eso entre la asunción del Gobierno y julio acumuló un derrumbe real extraordinario de 33,8%. Durante ese mes, un sueldo mínimo no alcanzaba para sacar a una familia de la indigencia y dos y medio de ellos no eran suficientes para dejarla fuera de la pobreza.

Si bien los gremios fueron al Consejo del Salario con la exigencia de que el salario mínimo empatara a la línea de pobreza, el Gobierno negó esa posibilidad y decretó un aumento de 35%, en tres cuotas. Por eso en octubre llegó a $16.875, lo que implica que todavía hoy dos salarios mínimos no alcanzan para sacar a una familia de la pobreza.

Mañana el Indec publicará el Índice de Salarios. El dato mostrará la variación del promedio de los sueldos registrados y no registrados de agosto. Hasta julio la contracción interanual fue de 7,4% y la expectativa es a la baja, ya que comparará con un IPC de 4%.


En la actualidad, dos salarios mínimos todavía no alcanzan para sacar a una familia de la pobreza


La cuestión habría empeorado en septiembre, con un IPC de 5,9%, e incluso en octubre, con una de más de 4%. Según el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), entre noviembre del 2015 y septiembre del 2019, el salario real formal cayó 19,1%. "Cada vez más, el deterioro del salario real se parece al del 2002, cuando cayó 23%", sintetizó el IET.

El Ministerio de Producción presentará los datos de empleo registrado. En julio, la cantidad de trabajadores registrados cayó 0,9% interanual, lo que implicó que se quedaran sin empleo 106.000 trabajadores. El informe publicado ayer por la Cepal y la OIT mostró que Argentina quedó segundo en la tabla de los que más empleos asalariados registrados destruyeron en América Latina y Caribe en la comparación interanual del primer semestre, sólo por debajo de Nicaragua, que lideró con una baja por encima del 15%. En cuanto a la suba del desempleo Argentina quedó tercera, con una suba de casi 1 punto, por debajo de Costa Rica y Barbados.

Un escándalo sexual destroza a una de las jóvenes estrellas demócratas del Congreso de EE.UU.

La congresista Katie Hill dimite acusada de acostarse con una empleada y un subordinado tras publicarse fotos íntimas. Ella se volcará a la lucha contra la “pornovenganza”. La candidata Kamala Harris sale en su defensa
Katie Hill, el día de las elecciones legislativas, 6 de noviembre de 2018. En vídeo, sus declaraciones tras el escándalo que ha provocado su dimisión.


Katie Hill era hasta esta semana una estrella fulgurante del Partido Demócrata, una de las jóvenes congresistas que llegaron al Capitolio en las elecciones legislativas de noviembre de 2018 tras arrebatar un escaño clave de California a un republicano que llevaba dos mandatos. Toda una gesta para una novata, mayor incluso que la protagonizada por Alexandria Ocasio-Cortez en Nueva York, pues esta supuso un cambio de color político. Ahora, la carrera de Hill, de 32 años, ha descarrilado por un escándalo en el que que se mezclan un nuevo umbral de tolerancia cero y la sospecha de una sórdida “pornovenganza”. La joven política ha decidido dimitir por la acusación de haberse acostado con un miembro de su equipo en el Congreso y haber también mantenido relaciones con una ayudante de su campaña. Estas últimas trascendieron por la difusión de fotografías y mensajes íntimos, algo que ella atribuye a su marido, del que se está divorciando.

El caso ha sacudido Washington por la cantidad de aristas que presenta. El Comité de Ética de la Cámara de Representantes abrió una investigación el miércoles pasado al trascender las acusaciones de relaciones sexuales inapropiadas con un subordinado, su director legislativo, Graham Kelly. Desde febrero de 2018, las normas del Capitolio prohíben las relaciones íntimas entre los legisladores y sus asistentes o empleados.El Congreso se ha encontrado con que una mujer, millennial y demócrata es la primera persona caída por esta normativa, que se aprobó en un clima de mayor concienciación sobre el abuso de poder y el acoso, en la estela del movimiento Me Too.
 
Pero el origen del asunto, la publicación de imágenes íntimas de la congresista y escarnio posterior sufrido por la política, también ha generado un debate sobre si se aplica el mismo rasero en este u otros casos con hombres como acusados, como ha criticado la senadora y precandidata demócrata Kamala Harris, entre otros. Hill ha negado tajantemente contactos sexuales con Graham Kelly, aunque sí ha admitido el affair con la ayudante de su campaña, que no queda afectada por la normativa del Capitolio porque aún no era legisladora, pero es cuestionable por la relación de subordinación. “Fue inapropiado, pero dejé que ocurriera”, afirmó.

El incendio comenzó la semana pasada, cuando una web conservadora llamada RedState publicó que Hill mantenía relaciones con el citado director legislativo y, por otra parte, también una relación a tres con su marido y la citada ayudante de campaña. De este último asunto, tanto este portal como el tabloide británico Daily Mail publicaron fotografías —en las que la congresista aparece desnuda— y mensajes de texto con la empleada y entre el marido y la empleada. La congresista ha acusado a su esposo de haber puesto en marcha una “sucia campaña de ciberexplotación” y ha anunciado que llevará a los tribunales esa violación de su intimidad.

Aun así, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, ha aceptado la renuncia sin miramientos. La jefa de los demócratas en Washington destacó en un comunicado este domingo que Hill había hecho “una gran contribución como líder del grupo de los novatos”, pero que “ha reconocido errores de juicio que hacían insostenible” su permanencia como congresista. “Debemos asegurar un clima de dignidad e integridad en la Cámara y en todos los lugares de trabajo”, recalcó.

Hay quien ha salido en su defensa, como la precandidata demócrata Kamala Harris, quien recalcó que Hill "es víctima de ciberexplotación" y que la sexualidad de hombres y mujeres "no se juzga con los mismo parámetros". También lo ha hecho el representante republicano de Florida Matt Gaetz, aunque parezca sorprendente por la rivalidad política. En su cuenta de Twitter, Gaetz señaló que “el único al que molesta Katie Hill es al que pronto será su ex” y que si el Comité de Ética la investiga, no era por haber hecho daño a nadie, sino por “ser diferente”. Hill es una de las primeras congresistas abiertamente bisexuales en Washington. Jill Filipovic, una abogada y autora, publicó un artículo en el que advierte de que este caso está pasando por alto lo que, a su juicio, resulta clave, el efecto dañino de la “pornovenganza”, es decir, la difusión no autorizada de materiales íntimos con ánimo de perjudicar a la expareja.

Cuando la normativa de 2018 se aprobó, nueve miembros del Congreso habían perdido su empleo en los meses previos por comportamiento sexual indebido, según el recuento de The Washington Post. Otros congresistas han quedado bajo la lupa del Comité de Ética por otros casos de índole sexual, como el republicano de California Duncan Hunter, acusado en junio por la Fiscalía de usar dinero del contribuyente para pagar gastos relacionados con sus romances con empleadas del Congreso y lobistas, pero defiende su inocencia y no ha dimitido mientras su caso se esclarece ante el juez.

La congresista Hill, en cambio, ha decidido dimitir —no ha dejado clara la fecha— tras una semana de presión. “Tomo esta decisión para que mi familia, mi equipo y mi comunidad dejen de ser objeto de sufrimiento por parte de mi abusivo marido y la brutalidad de agentes políticos llenos de odio”, afirmó en un vídeo este lunes. “No voy a permitirme ser una distracción”, dijo, del trabajo crucial de sus colegas demócratas. Ahora ha decidido sacar su activismo del Congreso, dice, y enfocarlo precisamente en la lucha contra la "pornovenganza".

Twitter prohibió los anuncios políticos en su plataforma en todo el mundo

El líder de la empresa, Jack Dorsey, anuncia que lo hace para evitar los "riesgos" que los algoritmos de las máquinas suponen para el debate público
Jack Dorsey, durante una comparecencia en el Congreso.

La red social Twitter, uno de los mayores símbolos de cómo Internet ha cambiado las reglas de la política en todo el mundo en la última década, prohibirá los anuncios políticos en su plataforma. Lo anunció el fundador y director ejecutivo de la empresa, Jack Dorsey, en una serie de mensajes en los que explicaba que “el alcance de un mensaje político debería ser algo que se gana, no que se compra”. La decisión es radicalmente opuesta a la actitud de la plataforma Facebook, que ha dejado claro en semanas recientes que piensa poner sus herramientas al servicio de cualquier campaña sin hacerse responsable de la desinformación.

“Un mensaje político gana influencia cuando la gente decide seguir una cuenta o retuitearlo. Pagar por tener más alcance elimina esa decisión y obliga a que los mensajes políticos sean optimizados y dirigidos. Creemos que esta decisión no debería ser limitada por el dinero”, dice Dorsey.


“Si bien la publicidad en Internet es increíblemente poderosa y muy efectiva para los anunciantes comerciales, ese poder tiene riesgos importantes en política, donde se puede utilizar para influenciar los votos y afecta a las vidas de millones de personas”, razona Dorsey.

La evidencia de que redes sociales como Twitter y Facebook son un nuevo actor en el discurso político con una influencia que puede llegar a cambiar el rumbo de países enteros en poco tiempo se hizo patente en 2016. El mundo vio entonces como la campaña de Donald Trump en la elección presidencial de Estados Unidos, la campaña a favor del Brexit, o la campaña en contra del acuerdo de paz de Colombia, triunfaban en las urnas sorprendiendo a la política convencional. Son campañas que movilizaron a través de las redes grupos de votantes muy específicos, a los que las redes permiten apuntar con precisión quirúrgica, y cuyas intenciones pasaron bajo el radar de las encuestas y la política tradicional.



En las redes, además, el mensaje político se mezcla con las opiniones personales de cientos de millones de personas y no está sometido a reglas, por lo que apenas hay controles o manera de contrarrestar la desinformación y los bulos. La información va directamente de una campaña o de un grupo de interés al usuario específico al que quiere convencer, sin contexto ni posibilidad de exponerle a otras ideas. El escándalo de la empresa Cambridge Analytica, que utilizó datos obtenidos de Facebook para localizar con enorme precisión los votantes que podían darle a Trump la victoria, reveló al mundo la forma en que se pueden utilizar las redes.

“Los anuncios políticos en Internet presentan desafíos completamente nuevos para el discurso cívico: la optimización de mensajes a través del aprendizaje de las máquinas, el microtargeting (apuntar con minúscula precisión a personas concretas), la desinformación sin control y los deep-fakes (imágenes manipuladas de manera tan sofisticada que el truco es indetectable). Todo cada vez con más velocidad, sofisticación, y a una escala apabullante”, dice Jack Dorsey.

Twitter tiene alrededor de 320 millones de usuarios activos en todo el mundo. Está muy lejos de los 2.200 millones de Facebook, los 1.000 millones de Instagram o los 2.000 millones de YouTube. Su influencia en la política y los medios, sin embargo, es considerable respecto a su tamaño, sobre todo desde el uso que han hecho de ella los presidentes norteamericanos Barack Obama y, especialmente, Donald Trump.

La primera reacción a la decisión llegó una hora después del anuncio, precisamente, de la campaña de Donald Trump. Su jefe de campaña, Brad Parscale, publicó un comunicado en el que decía: “Twitter acaba de renunciar a cientos de millones de dólares en potenciales ingresos, una decisión muy tonta para sus accionistas. ¿Va Twitter a frenar también a los medios progresistas tendenciosos que ahora van a quedar sin control mientras comparan contenido obviamente político para atacar a los republicanos? Este es otro intento de silenciar a los conservadores, porque Twitter sabe que el presidente Trump tiene el programa online más sofisticado que se haya conocido”.

El momento de este anuncio es relevante. Con las primarias de los partidos en Estados Unidos a punto de entrar en la recta final, la atención está puesta en la actitud de estas plataformas, que hasta ahora han permitido compartir desinformación, mentiras y ataques que serían inconcebibles en medios tradicionales y, como dice Dorsey, tienen consecuencias que afectan a las vidas de millones de personas.

A principios de octubre llegó una de las primeras pruebas. La campaña de reelección de Trump lanzó un anuncio con afirmaciones falsas sobre Joe Biden, que lidera la carrera demócrata. CNN rechazó emitir el anuncio, por ejemplo. Fox News lo retiró. Pero Facebook no. La plataforma contestó a las quejas de la campaña de Biden diciendo que con base en “la libertad de expresión y el respeto por el proceso democrático” no iba a contribuir al escrutinio de la política, porque ya había suficientes controles.

La actitud de Facebook de permitir básicamente cualquier cosa en su plataforma fue inmediatamente denunciada por el bando demócrata en Estados Unidos, que teme una nueva guerra de desinformación y mentiras sumadas al microtageting que permite Facebook, como en 2016. La campaña de la senadora Elizabeth Warren, por ejemplo, publicó intencionadamente un anuncio con afirmaciones falsas en Facebook para demostrar la falta de responsabilidad de la empresa.

El pasado 28 de octubre, cientos de empleados de Facebook enviaron una carta a Mark Zuckerberg, fundador y máximo responsable de la empresa, en la que criticaban la decisión de no controlar lo que se dice en la plataforma. “La libre expresión y la expresión pagada no son lo mismo”, decía la carta.

Zuckerberg compareció en el Congreso la semana pasada y fue preguntado insistentemente por el peligro de la desinformación en su plataforma. En un intercambio con la congresista Alexandria Ocasio-Cortez que se hizo viral, esta le preguntó si podía comprar un anuncio en Facebook con información falsa sobre los republicanos. “Probablemente”, dijo Zuckerberg. Cuando ella le preguntó si no tenía ningún problema con eso, Zuckerberg contestó: “Bueno, pienso que mentir está mal”.

La Fed bajó la tasa por tercera vez en noventa días

El Comité de la Reserva Federal aplicó un recorte de un cuarto de punto porcentual al igual que en las anteriores oportunidades.


La Reserva Federal de los Estados Unidos confirmó las expectativas del mercado y decidió este miércoles volver a recortar la tasa de interés en otro cuarto de punto porcentual.

Se trata de la tercera baja consecutiva en menos de noventa días luego de once años de subas ininterrumpidas, lo que confirma el relajamiento monetario de todo el mundo por temor a una incipiente recesión.

El accionar de la máxima autoridad monetaria estadounidense corre detrás de la política del Banco Central Europeo que llegó a aplicar tasas negativas en el marco de un paquete de estímulo para reanimar la alicaída economía del viejo continente.

Eso por eso que el presidente Donald Trump ha venido cuestionando la autoridad a Jerome Powell como director de la entidad, a quien le pide continuamente acelerar la baja de tasas.


Al igual que en las últimas oportunidades, la decisión de la Fed se basó en que la inflación interanual se mantuvo debajo del objetivo del 2% y no se han observado cambios significativos en las expectativas de suba de precios.

"Esta acción respalda la opinión del Comité de que la expansión sostenida de la actividad económica, las fuertes condiciones del mercado laboral y la inflación cerca del objetivo simétrico del 2 por ciento del Comité son los resultados más probables, pero persisten las incertidumbres sobre esta perspectiva", agregaron en el comunicado oficial.

"La información recibida desde que el Comité Federal se reunió en septiembre indica que el mercado laboral sigue siendo fuerte y que la actividad económica ha aumentado a un ritmo moderado. El aumento de empleos ha sido sólido, en promedio, en los últimos meses, y la tasa de desempleo se ha mantenido baja", sostuvieron.

La resolución se llevó a cabo con los votos del presidente de la Fed, Jerome Powell y otros siete directores del Comité de Política Monetaria, mientras que otros dos miembros votaron en contra.

Para la Argentina, siempre es una noticia positiva que la Fed corrobore el sendero bajista, pero en el corto plazo difícilmente pueda sacarle provecho a este mejor clima financiero internacional por la intensa crisis que atraviesa que le ha cerrado completamente el acceso a los mercados.

Chile cancela la cumbre mundial del clima y el foro Asia-Pacífico por las protestas



Sebastián Piñera (


El presidente Sebastián Piñera decidió suspender la realización del Foro Asia Pacífico (Apec) y Cop25, que se iban a realizar en Santiago, en noviembre y diciembre, respectivamente. El mandatario explicó que la inédita medida "nos causa mucho dolor", debido a la importancia de ambos foros pero que la determinación se tomó en base al "sentido común".

El martes, ya había trascendido que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, había cancelado su venida a Chile para participar entre el 16 y 17 de noviembre en la Cumbre de Líderes de las 21 economías de la subregión. En Santiago se iba a llevar a cabo además el esperado encuentro entre el presidente chino, Xi Jinping, y su colega estadounidense Donald Trump, quienes firmarían un acuerdo que pondría fin a la guerra comercial entre los dos gigantes.
En tanto, la Cop25, se iba a efectuar del 2 al 13 de diciembre, con más de 2.000 invitados internacionales. "Nuestro Gobierno y con profundo dolor, ha resuelto no realizar la cumbre de APEC para noviembre, ni tampoco la cumbre de la COP25. Sentimos y lamentamos profundamente los problemas e inconvenientes que esta decisión va a significar tanto para la APEC como la COP", manifestó el mandatario.


Acompañado de los ministros de Relaciones exteriores, Teodoro Ribera, y de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, el mandatario subrayó que "dadas las difíciles circunstancias que ha vivido nuestro país y que hemos vivido todos los chilenos durante las últimas semanas, y considerando que nuestra primera preocupación y prioridad como Gobierno es concentrarnos absolutamente en, primero restablecer plenamente el orden público, la seguridad ciudadana y la paz social".
Piñera indicó que también dentro de las prioridades de su gobierno se cuenta "impulsar con toda la urgencia y la fuerza que se requiere, la nueva agenda social para responder a las principales demandas de nuestros ciudadanos". Además de llevar a efecto "un amplio y profundo proceso de diálogo, para escuchar a nuestros compatriotas a lo largo y ancho de Chile y también un proceso de diálogos y acuerdos con las distintas fuerzas políticas para lograr los acuerdos necesarios en el Congreso para aprobar las leyes que le van a dar vida la Nueva Agenda Social".
Chile se encuentra sacudido por un estallido social nunca antes visto, con manifestaciones en las calles que no han cesado desde el 18 de octubre.


Las protestas han generado 20 muertos, más de 3.0000 detenidos y más de mil heridos, entre ellos, 300 menores de edad. El gobierno se ha tenido que hacer cargo de numerosas denuncias de excesos policiales, torturas, incluida violencia sexual contra las mujeres durante el estado de Emergencia y el toque de queda que se aplicó los primeros siete días.
Sin embargo, la represión continúa y el martes un observador del Instituto Nacional de Derechos humanos (INDH) recibió mientras realizaba su labor de monitoreo siete balines de goma en su pierna izquierda y glúteo disparados por un policía.