Pase de facturas del macrismo a Vidal por la derrota



"Mauricio dejó la vida", dicen en el Conurbano. Le reclaman a la gobernadora no haber hecho una campaña para "darla vuelta".


La derrota nacional de Cambiemos no tardó en desatar un pase de facturas interno. Los cuestionamientos exponen un malestar respecto a la estrategia electoral de María Eugenia Vidal, mucho más "realista" y sutil que la gira del "Sí se puede" con la que Mauricio Macri recorrió el país bajo la promesa de "darla vuelta".

"Mauricio dejó la vida", dijo a LPO un importante dirigente del PRO. La frase refleja el alivio por la remontada del Presidente pero también esconde un reclamo a Vidal. "Ella podría haber hecho más", fue una queja repetida en el búnker de Costa Salguero entre los hombres más cercanos a Macri.

El súbito crecimiento de Macri no se extendió al Conurbano bonaerense, donde Alberto Fernández consiguió el 81% del total de la diferencia que le sacó al presidente saliente. De hecho, su remontada fue muy modesta en la Provincia, especialmente en la primera y tercera sección electoral, el Talón de Aquiles del PRO.


En sintonía con la tensión que empezó a evidenciarse sobre todo después de las PASO entre el macrismo y el vidalismo, en el núcleo duro del Presidente le reprochan a Vidal haberse quedado "de brazos cruzados", sin hacer campaña porque sabía que perdía. "No la pudimos dar vuelta porque no hubo crecimiento en el Conurbano. Si ella ponía todo como Mauricio, la situación hoy era otra", lanzó un candidato "sin tierra" que quedó aplastado por la ola peronista de la tercera sección.

Muchos todavía evitan poner de manifiesto el enojo con Vidal aunque hacen referencia a su equipo de campaña, que tomó un rumbo distinto al elegido por Macri. La bronca es también hacia los intendentes de Cambiemos que -con el aval de la gobernadora- hicieron campañas vecinalistas pregonando el corte de boleta. Sin embargo, desde la Provincia se encargan de aclarar que el visto bueno para despegarse llegó también desde la Rosada, ya que Macri les dijo que hicieran todo lo necesario para ganar la elección.

La estrategia de Vidal deja un análisis agridulce, donde algunos encuentran una decisión acertada de apostar a la "sutileza" y al realismo político, pero otros la acusan de rendirse y por no hacer un esfuerzo para achicar la diferencia.

En la Provincia destacaron, desde el día posterior a las PASO, que el hecho de no tener ballotage los forzaba a replantearse los objetivos a largo plazo, entre los que priorizaron meter más legisladores y retener la mayor cantidad de ciudades posible, aún a costa de que los intendentes de esos distritos tuvieran que cortarse solos y le restaran puntos a Cambiemos a nivel provincial y nacional.

"María Eugenia recuperó 4 puntos. Bajamos de 68 a 61 municipios y ganamos en uno clave que es Mar del Plata", analizan desde el entorno de la gobernadora. En ese recuento también remarcan que ganaron en siete distritos gobernados por la oposición como Capitán Sarmiento, Ramallo, San Antonio de Areco, Mar del Plata, Monte, Necochea y Saavedra.

Destacan, además, que la gobernadora podrá mantenerse como una pieza fundamental en la Provincia por su presencia en la Legislatura bonaerense. "En Diputados quedamos con 44, no sumamos ni perdimos. En Senadores bajamos de 29 a 26, pero seguimos con mayoría", explican.

Desde la Provincia admiten que hubo posiciones divididas respecto a cómo encarar la campaña. Si bien había un sector que, en línea con la Rosada, creía que era posible revertir el resultado, en el círculo íntimo de Vidal finalmente apostaron por la "preservación" de su figura en un análisis al escenario político que se abre en el país por la victoria del peronismo.

Alemania sube el salario mínimo para impulsar el consumo


El Gobierno alemán prevé elevar el salario mínimo a 9,35 euros por hora, según anunció el ministro de Trabajo, Hubertus Heil.Berlín allana así el camino para un posible impulso al consumo privado en la mayor economía de Europa. El Ejecutivo de la canciller Angela Merkel introdujo un salario mínimo nacional de 8,50 euros para más de tres millones de trabajadores en 2016 y se ascendió por última vez el año pasado, hasta los 8,84 euros actuales. El aumento puede ayudar a aumentar el gasto de los hogares ya que las políticas comerciales proteccionistas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, representan una amenaza para el crecimiento de las exportaciones alemanas.

Cuatro públicos: La segmentación de los ultraderechistas alemanes

Se presenta el primer libro en castellano sobre los nuevos ultraderechistas alemanes: Factor AfD. El retorno de la ultraderecha a Alemania. Se trata de un libro que analiza a fondo el fenómeno de un partido que ha cambiado profundamente el tablero político alemán.



Uno de los elmentos que se desarrollan en el libro es la conformación del electorado ultraderechista: ¿Quién vota a AfD? Los datos de comportamiento electoral disponibles de las últimas trece elecciones regionales señalan que los ultraderechistas poseen cuatro públicos fundamentales: la extrema derecha, los euroescépticos, los antimerkel y los vulnerables. Cada uno de estos públicos tiene intereses, demandas y problemas diferenciados, incluso hasta contradictorios. Sin embargo, AfD ha sabido construir un discurso político complejo y segmentado que se ocupa de cada uno de ellos. En efecto, los estrategas ultraderechistas fueron los primeros en entender el carácter transversal de su electorado. Algo que tanto los medios de comunicación como los partidos tradicionales tardaron mucho en reconocer.

La gráfica callejera con la que AfD ha inaugurado la “fase caliente” de la campaña se puede analizar en base a este esquema de cuatro públicos. Con la premisa de la provocación estratégica como una constante, los carteles apelan a las emociones y activan los frames que vienen desarrollando desde los últimos cuatro años. Veamos entonces los afiches ultraderechistas:

1- La extrema derecha: Este es un público que encuentra en AfD la posibilidad de expresar su xenofobia y racismo característico. El discurso islamofóbico cumple el rol de catalizador. Los carteles se ocupan de resaltar algunas de las diferencias culturales más representativas como el uso del Burka o la prohibición de comer cerdo. Así activan el frame de la “lucha de culturas” e indirectamente reinstalan el debate de la identidad y el ser alemán.











2- Los euroescépticos: AfD es uno de los pocos partidos que manifiestan una postura abiertamente eurófoba. De hecho, la crítica a la Unión Europea es el tema madre de los ultraderechistas. Este grupo de votantes está convencido que el dinero alemán es desperdiciado en rescate a bancos o en ayuda a los páises del sur AfD. Se trata de un votante pesismista, desilusionado porque, según su visión, la UE se ha convertido en la “burocracia de Bruselas”. El spot electoral de 2013 ilustra de forma precisa el pensamiento de este grupo.

Enfocando en este público, AfD no sólo ofrece un cartel con el término Rescate europeo (Euro-Rettung) que es un frame en sí mismo, sino que también menciona la implementación de la democracia directa propia de Suiza. Éste es un mensaje casi subliminal ya que pone como ejemplo a uno de los pocos países europeos que no es miembro de la Unión. El que quiera entender, que entienda.







3- Los antimerkel: Este electorado creció aceleradamente a partir de la llegada de los refugiados en el verano del 2015 y tuvo su esplendor durante las regionales de 2016. Se trata de aquellos conservadores indignados con la política de puertas abiertas de la canciller Merkel. También incluye a los que consideran que la socialdemocratización de la CDU, también liderada por la canciller, ha llegado demasiado lejos. Para todo este grupo la CDU ya no defiende los valores tradicionales que dice representar.

Si bien este electorado se vio reducido en los últimos meses, no deja de ser un público con tendencia a votar por los ultraderechistas. Es por ello que AfD no lo descuida y presenta varios carteles que combinan el arriba mencionado frame de la identidad con el valor de la familia tradicional, elemento fundamental del discurso conservador.








4- Los vulnerables: Este es el grupo más complejo de todos los mencionados hasta aquí. Se trata de aquellos que se consideran perdedores del sistema, los que se sienten fuera, abandonados, marginados. El Estado no tiene tiempo para ellos. Es un votante que hasta la aparición de AfD usualmente engrosaba las filas del abstencionismo.

La táctica de AfD en relación a este público es muy astuta. Los ultraderechistas se limitan a complementar aquellos frames que ya están instalados desde hace años en este electorado. Veamos un ejemplo: “¿El Estado no te cuida? Tal vez sea porque usa los recursos en los refugiados”. Así, los ultraderechistas no hacen más que racionalizar las emociones. Emociones sinceras, producto de frustraciones de larga data que hoy encuentran una supuesta explicación racional. AfD les entrega esa explicación. Si sienten miedo será porque los refugiados son terroristas, delincuentes o vienen a quedarse con los recursos del Estado, repiten los dirigentes ultraderechistas.

Explicaciones reduccionistas que se basan frecuentemente en estadísticas targiversadas o en información tendenciosa. Pero eso no importa. No se trata de la verdad, se trata de construir una percepción. Y con esta estrategia la ultraderecha satisface la necesidad de este grupo de sentirse escuchados, de ser parte, de estar dentro. AfD, con mentiras y falsas promesas, simula cumplir con ese rol de “partido de la gente pequeña”, cómo dijo uno de sus candidatos. La decepción con la política tradicional es tan grande que muchos eligen creerle.







Los ultraderechistas poseen una base electoral en torno al 9%. Esto es el doble de lo conseguido en 2013. Pocos partidos han logrado duplicar su caudal de votos en solo cuatro años. En nuestro libro Factor AfD te ofrecemos las claves para entender porqué luego de más de medio siglo los ultraderechistas volverán a tener un lugar en el Bundestag

Discurso y temporalidad en el lenguaje

El hombre se plantea en su individualidad en tanto que Yo en relación con Tú-Él. Es la estructura lingüística del discurso. Yo es un acto léxico, que puesto en acción por el discurso inserta en él la presencia de la persona sin la cual no hay lenguaje posible. El Yo cambia alternativamente de estado en la comunicación. El que lo Oye lo vincula al otro, cuando habla asume el Yo.


La lengua da a los hablantes un mismo sistema de referencias personales que cada uno se apropia por el acto del lenguaje. Es único y sin igual. Fuera del discurso es una forma vacía.


Los deícticos demostrativos, al mostrar los objetos, ordenan el espacio a partir de un punto central que es Ego, según categorías variables: el objeto esta cerca o lejos. El sistema de coordenadas espaciales se presta a localizar todo objeto y quien lo ordena se designa a si mismo como centro de referencia.


De las formas lingüísticas reveladoras de experiencia subjetiva, las mas rica es la que expresa el Tiempo. El tiempo de la lengua debe pasar por dos etapas:


El tiempo físico es un continuo uniforme, infinito, lineal. En el hombre tiene una duración infinitamente variable que cada ser mide de acuerdo con sus emociones y ritmo de vida interior.


El tiempo crónico, el de los acontecimientos, engloba nuestra propia vida en tanto que sucesión de aconteceres. Existe en nuestra visión del mundo así como en nuestra existencia. Nuestra vida tiene puntos de referencia que situamos con exactitud Admite una consideración bidireccional. Acontecimientos por los que nuestra visión baja o sube.


El tiempo se necesita objetivar en todas las sociedades y en la vida de los individuos. El calendario tiene rasgos en comun. Proceden a partir de un momento axial, de un acontecimiento importante que pasa por dar a las cosas un curso nuevo. Su primera condicion es la estativa, se desprende la directiva (mediante los opuestos antes/después) y la mensurativa, se fija en un repertorio de unidades de medida que nombra los intervalos constantes entre las recurrencias de fenómenos cósmicos.


Tiempo Crónico
A partir del eje estativo, los acontecimientos son dispuestos según la una o la otra ojeada directiva, midiendo su distancia al eje. Cada division (año/mes/día) se alinea en una serie infinita, cuyos términos son idénticos/constantes. Dan una posición objetiva de los acontecimientos y definen nuestra situación. El cómputo de los intervalos es fijo e inmutable.


La organización social del tiempo crónico es intemporal. Lo es el tiempo medido por el calendario. Por la lengua se manifiesta la experiencia humana del tiempo, y el tiempo lingüístico es irreducible al tiempo crónico y físico.


Tiempo lingüístico
Este tiempo está ligado al ejercicio de la palabra. Se define y ordena como función del discurso. Tiene su centro en el presente de la instancia de la palabra, que es reinventado cuando un hombre habla. El presente lingüístico es el fundamento de las oposiciones temporales de la lengua. Señalado por la coincidencia del acontecimiento y del discurso, es implícito.


Los tiempos no presentes son siempre explicitados por la lengua. El pasado y el porvenir no están en el mismo nivel. La lengua los sitúa en el tiempo como puntos vistos detrás o adelante a partir del presente. La lengua ordena el tiempo a partir de un eje que es la instancia del discurso. El único tiempo inherente a la lengua y determina las otras dos referencias temporales.


La temporalidad que es mía cuando ordena mi discurso es aceptada como suya por mi interlocutor. (Mi hoy se convierte en su hoy) En la conversión de inteligibilidad, la temporalidad del locutor es identificada por este con la temporalidad que informa su propia palabra cuando se hace a su vez locutor. El tiempo del discurso funciona como un factor de intersubjetividad unica que permite la comunicación lingüística.


El tiempo lingüístico trae sus divisiones en su propio orden, independientes las unas y las otras del tiempo crónico. Ahora, localiza un acontecimiento simultáneo en su discurso. La temporalidad lingüística es a la vez rotunda en sus tres articulaciones distintivas y muy limitada en cada una de ellas. Centrada en hoy, no puede correrse a distancias de más de dos días. (tambien último y próximo.) Una traslocacion parcial y temporal es necesaria para objetivar signos como este, yo, ahora, que tienen cada vez un referente único en la instancia de discurso.


Por razones pragmáticas, el locutor tiene que llevar su alcance temporal mas allá de los limites (ayer,mañana) y el discurso sale de su plano y usa la graduación del tiempo crónico (enumeración de las unidades) Hace y dentro com indicios de distanciamiento discursivo, transferencia del tiempo lingüístico al crónico.

Discurso en Lacan:“El estilo es el objeto”


El sentido de la letra

Lacan (como sujeto) no enseña el psicoanálisis (como objeto) con palabras (como instrumento para expresar las ideas), sino que las palabras mismas son las que dicen al objeto. No será él, sino su estilo el que transmitirá los rasgos esenciales del objeto que está en juego en su enseñanza: el inconciente.

“El estilo es el objeto”

Ese estilo pretende transmitir el inconciente estructurado como un lenguaje, no explicando sino hablando como ese inconciente, siguiendo sus mismas reglas de construcción, siendo en fin, el inconciente mismo, ya que el inconciente no es otra cosa que un lenguaje estructurado en un discurso retórico, resistente al sentido inmediato. Si el inconciente es el sinsentido en el hombre, el propio estilo de Lacan demuestra que nada más pleno de sentido que el sinsentido, si conocemos sus condiciones de producción.

Lacan se opone a la posición humanista que piensa al lenguaje como un instrumento al servicio de la espiritualidad del hombre, donde lo que importa son las ideas a transmitir y no las palabras.

De las reglas del desciframiento, es decir del sentido de la letra, se ocupará Lacan en la primera parte.

La segunda: La letra en el inconciente, dará las fórmulas de la metáfora y la metonimia y demostrará, siguiendo a Freud, el funcionamiento de estos tropos en la retórica del inconciente.
En la tercera: La letra, el ser y el Otro mostrará que no sólo el sujeto, sino también el Otro está determinado por la letra, y que el núcleo de nuestro ser es sólo un agujero socavado por el lenguaje en las entrañas de un “ser” imposible en el plano de lo real. Para Lacan, el inconciente no se puede decir, salvo traspuesto en un estilo barroco de metonimias y metáforas


La instancia de la letra en el inconciente (o la razón desde Freud): es el fin de toda idea del inconciente como “sede de los instintos”, lugar de lo primitivo, irracional e infantil, donde no existiría orden ni ley. Ahora se trata de un inconciente sometido a la legalidad simbólica del lenguaje. Se trata no de la sinrazón, sino del funcionamiento de una nueva razón descubierta por Freud en La Interpretación de los Sueños, no depende de ningún sujeto pensante sino que es autónoma con respecto a él. Más aún, es una razón paradójica que funciona en un sinsentido inquietante.
La Instancia de la letra: Subraya fuertemente la relación entre el inconciente y el lenguaje y tiene al menos tres sentidos que no se excluyen entre sí:
1. Del verbo instare: estar por encima. Se refiere a la posición dominante de la letra en el inconciente.
2. Tiene el sentido de insistencia apremiante. La letra insiste en el inconciente y se hace escuchar en la “repetición”
3. Evoca un sentido jurídico: Puede decidir sobre el destino sexuado, sobre el cuerpo y sobre la vida de un sujeto. Su “aparato jurídico” consiste en operaciones de sustitución y combinación, que sancionan (localizan) al deseo en las manifestaciones del inconciente.


I. El sentido de la letra.
Lacan privilegia la letra, porque entiende al inconciente como una escritura, con toda la idea de materialización del lenguaje que la escritura implica. La define como soporte material. Con lenguaje Lacan se refiere a lo que Saussure llama la lengua y con discurso concreto al habla. La diferencia entre discurso y habla es de enorme importancia. Para Saussure habla es el dominio de lo individual (“usuario” que utiliza la lengua). Para Lacan, el discurso siempre implica una dimensión social. No sólo porque siempre se habla a otro, y de ese otro depende el sentido de lo que el sujeto diga, sino además porque todo el empleo social del lenguaje, por ejemplo de una época, precipita formas y sentidos lingüísticos que restringen la libertad del sujeto parlante.
Es entre estos dos dominios, el del lenguaje y el del discurso, que se sitúa a la letra.
El sujeto queda marcado por la letra, ya sea que provenga del sistema de la lengua, o de su empleo en el discurso.
Pero lenguaje y discurso no están en el mismo nivel. El acto de discurso depende del lenguaje en la medida que toma de él (y no del mundo físico) la materia de la letra. La letra como materia, no pertenece al mundo de la sustancia, sino al orden del lenguaje, y sin embargo es bien real. El modelo de letra que Lacan tomará es el jeroglífico, que en sí mismo no significa nada, no tiene ningún sentido propio.
Imaginemos varios puntos dispersos en un pizarrón. Ninguno de ellos es letra. Pero un punto al final de una frase escrita sí lo es porque puede ser leído. Se ha convertido en significante por establecer relación con otros elementos del lenguaje (el sistema de puntuación gramatical) El soporte material es lo que la hace significante, es decir el lugar y la función que la estructura del lenguaje le otorga y que permite su relación lingüística con otros elementos no menos significantes.


“Notemos que las afasias…” Para abonar la autonomía del lenguaje con respecto a toda sustancia recurre a un trabajo de Jakobson que demuestra que aún en trastornos afásicos (de lesión), la capacidad del habla se deteriora siguiendo la forma en que está organizado el lenguaje en relaciones de sustitución y de contiguidad entre los términos.
El sujeto debe realizar dos operaciones: seleccionar y combinar palabras. La afasia tendrá entonces dos “vertientes”:
1) La que afecta a la operación de selección, llegando a la incapacidad de sustituir palabras en el orden del paradigma, que al final sólo dispone de un vocablo (anáfora generalizante) como “cosa” para designar casi todo, aunque se mantienen sin deterioro los eslabones o conexiones en el sintagma: (“y… entonces… con… o… luego”).
2) La que afecta a la operación de combinación. El paciente habla “a lo tarzán” Tiene la selección paradigmática, pero no puede combinar los elementos seleccionados en un sintagma organizado. Entonces la variedad y extensión de las frases va disminuyendo, hasta hablar sólo con palabras inconexas (generalmente sólo sustantivos y verbos).
La creación de la significación (cómo se engendra) es un efecto del significante, y no como para Saussure el resultado de la unión entre un sdo y un ste. Este efecto significante, que es la significación, tiene como soporte a la letra, cuya materialidad es la pura diferencia (rasgo o marca) que permite a cada significante no ser confundido con otro. /ej. el nombre propio tiene un estatuto de letra en tanto es lo único real que permite a Juan diferenciarse de Pedro en lo simbólico.


En la realidad funciona también como discurso: esa marca (la letra) establece siempre relación de contigüidad con otro elemento de la lengua produciendo efecto de significación, es decir, se convierte en significante. Por ejemplo el apellido Meo suele entrar en una relación de contigüidad con el verbo que designa el acto de la micción, que asegura a su portador ser víctima de chistes aunque jamás haya padecido de enuresis.


El nombre del sujeto al nacer, no sólo forma parte del lenguaje (como letra), sino de algo aún más concreto: de un discurso en el movimiento universal; al quedar inscripto allí, el sujeto se convierte en siervo de la letra (la padece) esa marca irreductible que lo determinará en su propia identidad y en su lugar social.


“La referencia a la experiencia de la comunidad…” El lenguaje no es un fenómeno derivado de una sociedad dada como una expresión más de su cultura, sino que lenguaje y cultura son una y la misma cosa, siendo su función la de negativizar la naturaleza y dar origen a la sociedad.


“La lingüística en posición de ciencia piloto…” El campo de lingüística quedará definido por dos dominios: el del significado y el del significante y la problemática de sus relaciones mutuas. Con el algoritmo empiezan las divergencias con Saussure.
Saussure define acertadamente el objeto y el campo, pero para dar cuenta de las relaciones entre los dos dominios del campo, teoriza el signo que aunque parecido al algoritmo lacaniano es teóricamente diferente.
El algoritmo es una entidad puramente formal y abstracta. Implica la transformación del signo saussureano:
1) Elimina el círculo que encierra a sus dos etapas (significado y significante), y queda desecha la unidad del signo planteada como “sustancia” indisoluble y se renueva el problema de cómo dar cuenta de la significación.
2) Quita las flechas con lo cual desaparece la relación biunívoca, las dos caras del signo.
3) Desaparecida la unidad, la raya horizontal se convierte en “barra”; esta barra será “resistente a la significación”. Para Saussure las dos caras del signo funcionaban como un “par ordenado”, unidas por una relación punto a punto entre Sdo y Ste. El algoritmo dará toda la primacía al significante, que por eso se coloca sobre la barra y en mayúscula. Cualquier efecto de significado depende ahora no de lo que suceda entre significado y significante, sino de lo que suceda exclusivamente en el nivel del significante, “etapa” primera en el proceso de significación. Con la idea de etapa en vez de “cara”, Lacan acentúa la temporalidad retroactiva de la significación.


“Un estudio exacto de los lazos del significante…” Las consecuencias de esta transformación de la función de la barra, serán enormes: el significado nunca podrá ser alcanzado, y su lugar servirá para ubicar todo lo imposible de significar: lo real, la causa, el sujeto, el inconciente.
“La cosa reducida muy evidentemente al nombre…” El algoritmo lacaniano, contradice la idea de que un significante particular (árbol) remita a un concepto (de árbol) y la idea de que el sistema de los significantes tenga como contrapartida un sistema de significados.


“Caballeros Damas…” La incongruencia que propone Lacan es que el significante “caballeros”, si tiene una puerta debajo, no remite al concepto de hombre, sino al de excusado ofrecido al hombre occidental para satisfacer sus necesidades naturales fuera de su casa… Pero para que se produzca la sorpresa de esta precipitación de sentido inesperada es necesaria una relación de contigüidad con otro significante: “damas”. Es la diferencia entre ambos significantes, (y no entre las puertas, que como es habitual, son idénticas) la que somete la vida pública a las leyes de la segregación urinaria. Las comunidades primitivas comparten esta “segregación” demostrando que no juega ningún papel el concepto de puerta, sino la diferencia de un significante (caballeros) con otro significante (damas).
Lacan dirá que el significante no nombra lo real de ninguna manera, ni arbitraria ni motivadamente. El significante entra de hecho en el significado, lo produce de una manera inesperada (como en caballeros – damas), llegando a ocupar un lugar en la realidad. Un miope para saber a qué baño entrar, debería acercarse no a las puertas, sino a las “pequeñas placas esmaltadas”, para ver la diferencia entre los nombres que están arriba, la determinación de qué hacer en la realidad.
Para los niños, los significantes “caballeros–damas” tienen tan poco que ver con el significado, que podrían designar estaciones de ferrocarril.
“La disensión, únicamente animal…” Que el lenguaje “entre” en el significado, pero que no pueda agotar la significación, (esto es, que la verdad última de la diferencia de los sexos en lo real quede en las tinieblas) va a traer la Disensión: el desacuerdo entre los “caballeros” y las “damas”, esas dos patrias que harán divergir a los niños del ejemplo, y donde cualquier intento de pacto en cuanto a la igualdad, acentuara la desigualdad de una guerra ideológica. Lacan dirá no hay relación sexual.
Queda por concebir los caminos por los cuales el significante, - que en verdad nunca es uno sino al menos dos como es visible en la duplicación “caballeros” “damas”, que además son dos plurales -, es capaz de atravesar la barra (más allá de la ventanilla) hasta hacer soplar el aire frío y caliente, de todas las significaciones de indignación y desprecio, irreductibles entre los sexos.


Para Lacan el discurso remite siempre no a un sentido sino a un sujeto del inconciente. Por lo tanto, en cualquier nivel en que el lenguaje represente a un sujeto, hay discurso. (Ej. En el nivel del fonema se puede apreciar que una sustitución fonemática forme un acto fallido: Brigida/Frigida). Es allí donde esta el discurso de un sujeto inconciente. En la medida que un sujeto está implicado, un humilde fonema, sin sentido en sí mismo, adquiere función de discurso.
En la lengua sólo hay significantes; para que se produzca un efecto de significación, se requiere del discurso en su linealidad sintagmática pero también en su espesor paradigmático.
Con Lacan lo que será alterado será el lugar del sujeto en el discurso. El sujeto no será ya autor sino efecto del discurso (del Otro) en tanto su palabra estará atravesada por el lenguaje inconciente, cuyas operaciones, la condensación y el desplazamiento, homologará a la metáfora y la metonimia.


“La soberbia del modo común del ente…” Lacan había hablado de las dos etapas del algoritmo: en una primera etapa el significante está sobre la barra, en una segunda, sin abandonar su condición de tal, traspasa la barra.
Lo que el sujeto parlante vivencia como significado, no es un orden autónomo del lenguaje, es un efecto de la cadena significante. El significado es un significante que interpreta lo que otro significante quiere decir y no puede.
Tan poco importa el significado y tanto la relación y diferencia entre significantes, que si Caballeros y Damas estuviesen en otro idioma producirían el mismo efecto en el sujeto: encaminarse hacia una u otra puerta (en sentido metafórico).
Es en esa diferencia donde el sujeto, lo sepa o no, queda ubicado por el significante, jugándose en el complejo de castración su destino de ser sexuado que no es otra cosa que la renuncia a la otra patria (o puerta).


“Ese nombre es la metonimia...” La metonimia, aunque no produzca nada nuevo, es siempre “decir las cosas de otra manera”.
Jakobson había establecido para el nivel del significante, las leyes de selección y combinación que venían a concretarse en el discurso como metáfora y metonimia, las dos únicas operaciones del sujeto para producir todo efecto de sentido.


En cuanto a la metonimia (desplazamiento freudiano), la rescata del ejemplo “treinta velas” donde se esconden “treinta barcos”. Sirve a una explicación de la metonimia le resulta falaz a Lacan, porque “veladamente” contradice toda la teoría del lenguaje que viene desplegando hasta acá. Si la metonimia estuviera determinada por la referencia real, hubiera tenido que decir, por ejemplo, “una flota de noventa velas” para corresponderse aunque sea aproximadamente a los “treinta barcos”.
Por lo tanto no es la relación real la que da sostén a la metonimia sino la conexión palabra a palabra. Porque la condición de la metonimia es justamente que, no estando lo real en el lenguaje, el sujeto puede siempre nombrarlo de otra manera por “elisión (desaparición) de un significante. La metonimia no es una cuestión de relación entre significados de lo real. La metonimia tiene la misma falta de referencia que cualquier empleo del lenguaje por un sujeto, y se sostiene (se hace entendible) sólo del contexto discursivo. Ej. la vergüenza sexual de cierta clase social borra del discurso al significante de la menstruación y sólo dice “ella está con el asunto”.


La regla de la asociación libre, es una invitación a producir un discurso metonímico. Asociar (decir de otra manera), es el camino para burlar la censura. Y es así, omitida, como circula en el discurso la verdad del deseo. El deseo no puede decirse directamente, porque ningún significante consiste en la cosa deseada; pero le queda al deseo el camino metonímico. “El deseo es la metonimia de la falta en ser”. El ser del sujeto sólo puede decirse por rodeos, por lo tanto siempre al ser, le falta “el ser” (lo que él es).


“Digamos la otra. Es la metáfora…” La otra vertiente del significante para que el sentido tome su lugar, en este caso para dar cuenta de cómo el significante entra en la etapa de significado es la metáfora. Palabra por palabra será la definición de Lacan para resaltar el predominio de la sustitución, diferente a Palabra a palabra de predominio combinatorio.
Comparar “mujer joven” con “pimpollo” es una analogía comprensible. Pero comparar el amor con un guijarro que se ríe al sol una conjunción entre significantes donde salta una chispa poética que no debe nada a la analogía (el parecido) entre los significados puestos en intersección.


Al no exigir ninguna condición de similitud entre dos ideas libera a la metáfora del peso del sentido preestablecido imaginariamente y la sitúa en el plano de la creación, y no el de de la comparación implícita.
Esa creación no brota por enlazar dos significantes infinitamente distantes en el plano del sentido (amor y guijarro). La unión está en el plano de la comparación, en tanto es necesaria la actualización de ambos significantes para producir la metáfora. Si bien trasciende la exigencia del sentido, sigue sin embargo siendo una comparación.
Lacan planteará una teoría propia de la metáfora. Apunta al nivel de su determinación estructural (qué es lo que la sostiene y la hace posible). Se requiere de dos significantes, pero no en nexo (conjunción), sino en una relación “in absentia”, donde uno tome el lugar del otro en la cadena significante, mientras que el otro siga estando presente, pero oculto, deslizándose metonímicamente en todo el resto de la cadena significante.










“Booz no estaba, se hacía el dormido…” Es en el desarrollo palabra a palabra de todos los versos donde encontraremos la razón de la metáfora. Porque no es donde está la sustitución donde brotará la menor luz de la metáfora, ya que nada nos dice la aseveración de que una gavilla no sea avara ni tenga odio.
Si “gavilla”, como es el caso, remite a “Booz”, es porque existe algo censurado (no-dicho) que se está diciendo todo el tiempo “de otra manera” (por rodeo metonímico) hasta culminar en el significante gavilla que al sustituir a Booz, simboliza lo que el poema censura: Booz, anciano que supera los ochenta años, ha sido capaz de tener una noche de sexo con Ruth, y ella ha quedado embarazada, en un episodio que es casi una violación (de ella hacia él). La relación sexual y la paternidad de Booz conforman un argumento que se desarrolla por transformaciones metonímicas, y por chispazos metafóricos que simbolizan al falo: “un roble, que salido de su vientre, llegaba hasta el cielo azul”… y la misma “Su gavilla” entre otras.
En esta metáfora el significante del nombre propio de un hombre, el del donador que ha desaparecido con el don (Booz), es sustituido por el que lo cancela metafóricamente, pero para resurgir en lo que rodea la figura (la gavilla) en la que se ha anonadado.


Es el contexto metonímico, que siempre es lenguaje materializado en discurso, y no la comparación por analogía imaginaria, la condición de la creación metafórica. Entre metonimia y metáfora no hay una relación de exclusión (o una o la otra), sino que la primera es la condición oculta de la segunda. (Se puede ver el sentido de las dos etapas propuestas por Lacan para situar la relación temporal entre significante y significado, a cambio de las dos caras del signo de Saussure)
En un sentido retórico el verso donde “gavilla” sustituye a “Booz”, parecería funcionar como metonimia, pues entre los atributos de Booz se encuentra el de ser agricultor, recolector de gavillas (la parte por el todo).

Pero lo que le da sentido al poema, es el sinsentido de colocar un significante (gavilla) en lugar de otro (Booz), entre los cuales no hay la menor relación de semejanza real.
Es por lo tanto entre Booz (significante del nombre propio de un hombre) y gavilla (que lo cancela metafóricamente), donde se produce la significación de la paternidad, que como Freud ya lo indicara con su mito de la horda primitiva, requiere de una metáfora inaugural para instalarse en el inconciente del hombre.


“El sentido se produce en el sinsentido…” La metáfora demuestra que el sinsentido suele ser más productivo de sentido y de verdad que cualquier demostración explicativa. Es al sinsentido del significante, tal como lo vemos operar en el chiste al que recurrió Freud para enseñar los caminos del inconciente en la creación de sus formaciones. Es toda una ironía que de lo risible del significante (su irrisión) dependa el destino del hombre.

“Las relaciones del arte de escribir con la persecución…” Lacan quiere retornar por un momento a la metonimia… esa forma que sin crear un sentido nuevo permite al discurso no sólo rodear los obstáculos de la censura social, sino además que la verdad en su opresión encuentre como manifestarse. Lacan creará varios aforismos para circunscribir esta latencia censurada del deseo en el discurso: lo real es imposible lógicamente, la verdad sólo se dice a medias, la verdad tiene estructura de ficción, etc. Es precisamente la censura que mantiene la metonimia sobre el deseo, la que permite a su verdad arder en la metáfora de un síntoma, de un sueño, etc.

El imperio húngaro de Orbán



Viktor Orbán durante un discurso. Fuente: Wikimedia




La supermayoría parlamentaria de Viktor Orbán, revalidada en 2018, ha ahondado el viraje a la derecha de Hungría. Su desmantelamiento del Estado de derecho y su visión nacional contraria a la diversidad le han granjeado las represalias de instituciones comunitarias como el Parlamento Europeo, así como el feroz rechazo de la oposición.


“El hombre más peligroso de la Unión Europea”. Así se ha llegado a calificar a Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, por su continua instrumentalización de los refugiados para obtener rédito político. El líder húngaro, en un segundo término como jefe del Ejecutivo desde 2010, es una figura clave para entender la política del país desde el fin del comunismo tras las elecciones de 1990, en las que Orbán ya era cabeza de lista por su partido, Fidesz.


El proceso de creciente autoritarismo, así como la defensa férrea de una concepción democrática alternativa a la occidental —denominada iliberal por el politólogo Fareed Zakaria y apropiada por el primer ministro húngaro—, han hecho del país un miembro incómodo del club comunitario regional. Con una supermayoría parlamentaria de 133 escaños de un total de 199, el poder de Orbán en Hungría es incontestable, por lo que es necesario comprender su éxito para entender el presente y futuro de la república húngara.Escrutinio de la situación política polaca a diciembre de 2018. Fidesz mantiene su amplia mayoría, seguida de lejos por Jobbik, partido de ultraderecha nacionalista, y el Partido Socialista, gran partido tradicional, ahora defenestrado. Fuente: Poll of Polls
Hungría tras el comunismo


1989 fue un año histórico para Hungría. Tras los pacíficos Acuerdos de la Tabla Redonda, inspirados en el ejemplo polaco, el régimen comunista del Partido Socialista Obrero Húngaro llegó a su fin. A lo largo de 1989, diversos acontecimientos en el país anticiparon el esperado cambio de régimen; el más importante fue el homenaje a los mártires de la revolución de 1956 y el multitudinario funeral de Imre Nagy, líder reformista asesinado por el régimen en 1958. La disolución del partido comunista se formalizó ese mismo año, transformado en el Partido Socialista Húngaro, que concurrió a las primeras elecciones libres de 1990. Otros partidos formados en el ocaso del comunismo húngaro fueron el Foro Democrático Húngaro, principal voz de la oposición nacional; la Alianza de los Demócratas Libres, y la Alianza de Jóvenes Demócratas —Fidesz—, cuya cabeza de lista en las primeras elecciones democráticas de 1990 fue un joven Orbán.


A pesar de que las dos primeras citas electorales de la democracia húngara —1990 y 1994— fueron desastrosas para el partido de Orbán —penúltimo y último gran partido en votos, respectivamente—, el movimiento obtuvo una amplia victoria en los comicios de 1998. El triunfo electoral del partido orbanista se debe en gran medida a su redefinición ideológica: el giro hacia la derecha en el espectro político provocó una ruptura interna en la agrupación y la salida de diferentes figuras, como Gábor Fodor, actual líder del Partido Liberal Húngaro. El vuelco conservador de Orbán probó su eficacia en 1998: se convirtió en la fuerza política con mayor número de escaños —148; el segundo partido obtuvo 134— y accedió al Gobierno en una coalición de derechas junto con el Foro Democrático y los Pequeños Propietarios Independientes.


Para ampliar: “Concentrated orange: Fidesz and the remaking of the Hungarian centre-right, 1994–2002”, Brigid Fowler, 2007


Un marcado repliegue interno caracterizó el primer mandato de Orbán. Pese a los hitos multilateralistas de la coalición de derechas, como el acceso de Hungría a la OTAN en 1999, la retórica nacionalista de Fidesz monopolizó la vida política húngara de la época. El marcado euroescepticismo de Orbán ya hizo peligrar el acceso de Hungría a la Unión Europea y, a pesar de que figuras del partido defendieran “armonizar la posición del país en el mapa cultural de Europa”, el primer ministro creía en la “vida fuera la de la Unión”, lo que hizo saltar las alarmas entre los más eurófilos. Además de retóricas, las fricciones de Orbán con el club comunitario también fueron materiales: la adopción de la llamada Ley de Estatus es un claro ejemplo. Esta medida otorgaba privilegios como facilidades para estudiar o encontrar trabajo en Hungría a personas étnicamente húngaras —de ascendencia magiar— residentes en Estados vecinos, como Rumanía o Eslovaquia. Dicha ley provocó el rechazo de estos países contiguos, que criticaban la ley por diferenciar étnicamente a sus ciudadanos, lo que fue visto como una intrusión húngara en sus cuestiones internas. Inicialmente, esta medida iba a incluir también a aquellos con ascendencia húngara residentes en Austria, pero este país fue finalmente excluido debido a la legislación europea, que rechaza la discriminación de carácter étnico, un claro varapalo comunitario contra la medida


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Fidesz húngara es uno de los principales partidos euroescépticos.


La defensa a ultranza de la nación y los símbolos patrios se convirtió en el lema de Fidesz durante su mandato, utilizado como arma arrojadiza contra la oposición. Orbán, por ejemplo, acusó al Partido Socialista de favorecer los intereses extranjeros y denunció que una vuelta de los progresistas al Gobierno permitiría a grandes empresas extranjeras adquirir la tierra de los pequeños empresarios húngaros. La entrada en la Unión Europea en 2004 implicaría el beneplácito húngaro al libre movimiento de capital y, por lo tanto, a la posibilidad de que agentes económicos europeos tuvieran acceso a la compra de capital nacional, prerrogativa vehementemente rechazada por Orbán apelando a la seguridad económica de los agricultores nacionales.


Para ampliar: “El orbanismo, retroceso en la Hungría postsoviética”, Ignacio García de Paso en El Orden Mundial, 2015


Esta dicotomía nacionalista-europeísta cristalizó en las elecciones de 2002. En la primera vuelta, los votantes húngaros otorgaron la victoria a Péter Medgyessy, un político independiente asociado al Partido Socialista que trataba de forjar una imagen dialogante en contraposición a los exabruptos de Orbán. A pesar de que los comicios fueron los más populares desde la caída del comunismo —71% de participación—, Orbán centró sus esfuerzos en aumentar la participación y obtener una victoria de la derecha en la segunda vuelta. Para conseguir su objetivo, redobló la retórica nacionalpopulista para sumar así votantes del ultraderechista Partido Húngaro de Justicia y Vida —excluido en la primera vuelta—, además de movilizar su base de apoyo tradicional.


Su objetivo se cumplió el 21 de abril de 2002, cuando la participación en la segunda vuelta alcanzó un histórico 73,5% y Fidesz obtuvo 188 escaños, con lo que revalidaba su posición como partido más votado. Sin embargo, una coalición de izquierdas del Partido Socialista —179 escaños— y el Partido Liberal Húngaro —19— accedió al Ejecutivo e inició una nueva época en la república húngara cuyo primer hito fue el acceso a la Unión Europea en 2004.
La democracia en duda


La elección de Medgyessy supuso un cambio de rumbo para Hungría. El énfasis en la primacía del ingreso europeo protagonizó el mandato socialista, que culminó con el abrumador apoyo —un 84% de la población— al ingreso en la Unión, aunque solo participó el 45% del electorado. A pesar de la victoria, el Gobierno socialista se tuvo que enfrentar a severas crisis que mermaron la popularidad de Medgyessy e impidieron su reelección. Una de las más graves ocurrió poco tiempo después de las elecciones cuando un periódico acusó al primer ministro de actuar como agente para la policía durante el régimen comunista, lo que provocó una avalancha de críticas por parte de su socio de Gobierno.


Orbán aprovechó la crisis de gobierno para tratar de erigirse como único defensor de los logros democráticos poscomunistas y minar la legitimidad del Partido Socialista, heredero histórico del comunismo húngaro. Sin embargo, la pérdida de influencia de Medgyessy y su sustitución por Ferenc Gyurcsány no sirvieron para erosionar la relevancia política del partido, que obtuvo una clara mayoría frente a Fidesz —192 escaños frente a 164— en las elecciones de 2006 y se convirtió en el primer movimiento en lograr la reelección en tiempos democráticos.


Para ampliar: “Péter Medgyessy”, Roberto Ortiz de Zárate en CIDOB, 2017


La mayoría absoluta socialista no sirvió para acallar la feroz oposición de Orbán. Las reformas económicas de Gyurcsány con el objetivo de controlar el déficit presupuestario y obtener así el beneplácito de la Unión Europea solo sirvieron para hundir más la popularidad del primer ministro y evidenciar la tendencia creciente de Fidesz. El escándalo en torno a una grabación filtrada en la que Gyurcsány reconocía haber mentido a los votantes en las elecciones de 2006 y se expresaba de forma peyorativa sobre la política y el país ya había dañado seriamente la imagen pública del mandatario, y sus impopulares medidas terminaron por propiciar su dimisión en 2009, en plena crisis económica. A pesar de las peticiones por parte de Fidesz de elecciones anticipadas, el Partido Socialista desoyó las críticas y propició una moción de censura para otorgar legitimidad a la sustitución, pero la oposición se ausentó de la votación tildando al Gobierno de “ilegítimo”.


Acechados por una grave crisis económica, los votantes húngaros afrontaban las elecciones de 2010 profundamente descontentos con el Partido Socialista. El bochornoso escándalo del discurso de Gyurcsány y los “presupuestos de austeridad”propiciaron la consolidación de Fidesz como único partido defensor de los intereses nacionales y a Orbán como una especie de padre protector de la patria húngara. Tras la segunda vuelta, Orbán fue elegido primer ministro con una histórica mayoría de dos tercios tras obtener su partido 263 escaños de un total de 386. Sumado al descalabro del Partido Socialista, que pasó de 192 escaños a 59, las elecciones de 2010 supusieron la vuelta de la ultraderecha al Parlamento, algo que no ocurría desde 1998. Jobbik —el Movimiento por una Hungría Mejor— obtenía asimismo 47 diputados, lo que lo convertía en tercera fuerza política y encendía la retórica nacionalista excluyente.


El crecimiento del PIB húngaro se desplomó en 2009, durante el mandato socialista. Este fue uno de los motivos que propició la supermayoría de Fidesz en las elecciones de 2010. Fuente: Trading Economics


Una de sus medidas más relevantes fue la reforma en 2011 de la ley electoral, que eliminó la segunda vuelta y redujo el número de escaños de 386 a 199. Aunque la oposición estaba de acuerdo con algunas medidas, como la reducción de parlamentarios, la reforma fue muy criticada y se tachaba de favorecedora a los intereses electorales oficialistas.


La nueva Constitución de 2011 profundizó aún más las divisiones nacionales. El boicot de los dos partidos de centroizquierda, así como el voto negativo de la ultraderecha, aisló a Fidesz en la votación, a pesar de que podía aprobarla gracias a la mayoría de dos tercios con la que contaba. Escudándose en su supermayoría, el partido de Orbán comenzó a demoler el Estado de derecho para así construir una república acorde a sus intereses. Las enmiendas de 2013, que reducen el poder del Tribunal Constitucional y restringen los derechos ciudadanos, ahondaron la división nacional entre aquellos comprometidos con el nacionalismo estatista de Orbán y aquellos que ven en su Gobierno una vuelta al autoritarismo.


Tras obtener una segunda mayoría de dos tercios en 2014, con 133 escaños de un total de 199, el primer ministro reforzó sus posiciones autoritarias, sobre todo tras un discurso en el que proclamaba su defensa de la “democracia iliberal”. Este término hace referencia a la eliminación de los valores liberales de las democracias occidentales y la defensa de una concepción estatal robusta y homogénea, un régimen a medio camino entre las democracias tradicionales y los regímenes autoritarios que puede entenderse como una “tiranía de la mayoría”.


Para ampliar: “The Rise of Illiberal Democracy”, Fareed Zakaria en Foreign Affairs, 1997


Su rechazo a la oposición y su concepción personalista de la política —en 2018 declaró: “Si dices política húngara, puedes estar seguro de que pensarán en Fidesz”— lo han llevado a tratar de acallar las voces más hostiles con su Gobierno; especialmente notable es en este sentido su disputa con el filántropo húngaro-estadounidense George Soros. La distribución durante su última campaña presidencial, en 2018, de carteles con la cara del magnate que decían “No permitas a Soros reírse el último” como respuesta a su férrea defensa de una inmigración controlada le granjearon numerosas críticas. A pesar de que la relación entre el político y el empresario no siempre fue negativa —Orbán disfrutó de una beca otorgada por Soros para estudiar en Oxford cuando era joven—, el compromiso de Soros con el Estado de derecho y las minorías se ve como un factor desestabilizador para el Estado autoritario y homogéneo que defiende Orbán.



La persecución continua a la Universidad Central Europea —financiada por Soros y defensora de los valores liberales— fue uno de los motivos por los que el Parlamento Europeo aprobó tomar medidas sancionadoras para acabar con la política opresora y contraria al Estado de derecho de Orbán, una medida sin precedentes en la organización comunitaria. Sin embargo, la actuación de la organización para terminar con los excesos húngaros se prevé lenta, en parte por su propia estructura burocrática, en parte por una falta de verdadero interés político por constreñir a Orbán —su partido político pertenece al mismo grupo europeo que el de Juncker, presidente de la Comisión: el Partido Popular Europeo, que tiene la mayoría en el Parlamento Europeo—.


Las perspectivas de cambio a medio plazo no parecen halagüeñas. El principal partido de la oposición tras las elecciones de 2018 es el ultraderechista Jobbik, que relegó al Partido Socialista a una tercera posición. Como otros partidos ultras europeos, Jobbik ha sabido aprovecharse del desencanto con los partidos tradicionales —a pesar de que en su país uno de esos partidos sea Fidesz, más virado hacia la derecha que sus homólogos continentales— para captar votos de votantes pertenecientes a todo el espectro ideológico. Con una moderación de su discurso que lo ayudó a librarse de su bagaje antisemita —como hizo Marine Le Pen con la desdemonización del Frente Nacional— y denunciando los casos de corrupción en el partido gobernante, Jobbik ha sabido canalizar el desencanto del país con Orbán y el establishment. Sus opciones de liderazgo son bajas, pero la gran popularidad de la que goza su líder y su poder como fuerza de la oposición pueden marcar el futuro de la república húngara.


Para ampliar: “The Far-Right Hungarian Party Jobbik Is Moderating. Is That a Good Thing?”, Freedom House, 2016


Viktor Orbán y Fidesz han sabido canalizar a lo largo de los años el descontento con los grupos de la oposición para forjar así una Hungría a su medida con ayuda de una supermayoría parlamentaria que mantienen desde 2010. El descalabro del principal grupo de la oposición, el Partido Socialista, ha ayudado a Fidesz a potenciar su imagen como único partido con opciones de gobierno capaz de personificar los intereses húngaros y fomentar una nación unificada, desdeñosa de su diversidad interna. El reciente auge de Jobbik hace peligrar la primacía de Fidesz como único representante de la derecha en el país, pero a medio plazo solo servirá para incendiar más el discurso y avivar las posiciones xenófobas y tradicionalistas de Hungría. La democracia húngara está en peligro de diluirse en un iliberalismo autoritario cuyo único objetivo es perpetuar a Orbán —Viktator, según la oposición ciudadana— y a Fidesz en el poder.

BIG DATA Los laboratorios quieren conocer todo-todo de los pacientes

El CEO de Roche, Severin Schwan, cree que los datos son la próxima frontera para los fabricantes de medicamentos y está apostando a que el liderazgo del grupo suizo tanto en medicina contra el cáncer como en diagnóstico lo colocará en el liderazgo.
“Los datos ya tienen un gran valor y va a tener un valor cada vez mayor en el futuro. La pregunta es quién lo va a poseer y capturarlo”.


La agencia Reuters realizó una investigación que tituló: "¿Por qué los laboratorios farmacéuticos quieren tus datos médicos?", y la firmó Ben Hirschler.

Hoffmann-La Roche es una farmacéutica con sede principal en Basilea (Suiza), presente en 150 países, conocida bajo la marca Roche en todos sus segmentos y líneas de salud.

Los laboratorios farmacéuticos están compitiendo por obtener datos sobre la salud de los pacientes y alcanzar acuerdos con empresas de tecnología, ya que el análisis del big data empieza a desentrañar un tesoro de información sobre el efecto de las medicinas en el mundo real.

Estudiar este tipo de datos en el mundo real ofrece a los fabricantes una poderosa herramienta para demostrar el valor de sus fármacos, algo que por ejemplo Roche pretende lograr con la compra el mes pasado de Flatiron Health por 2.000 millones de dólares.

Los datos del mundo real implican recolectar datos fuera de los tradicionales ensayos clínicos aleatorios, el actual estándar de oro para juzgar los medicamentos, y el interés en este campo está creciendo de forma exponencial.

La mitad de los 1.800 ensayos clínicos del mundo que implican datos del mundo real o de la vida real desde 2006 se han iniciado en los últimos tres años, con un récord de 300 el año pasado, según un análisis de Reuters de la web de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU clinicaltrials.gov.

Entre las dolencias más comunes en estos estudios están el cáncer, las enfermedades cardíacas y los problemas respiratorios.

Históricamente, ha sido difícil conseguir información sobre cómo funcionan los fármacos en la práctica clínica rutinaria pero el aumento de los datos médicos digitalizados, las bases de datos de reclamaciones de seguros, los dispositivos que miden la actividad física e incluso las redes sociales ahora ofrecen un tesoro de datos nuevos.

La capacidad de capturar la experiencia de los pacientes del mundo real, que representan una muestra amplia de la sociedad en vez de la pequeña selección que participa en los ensayos clínicos, es cada vez más útil conforme la medicina se convierte en un mundo más personalizado.

No obstante, también abre un nuevo frente en el debate sobre el acceso corporativo a los datos personales en un momento en que los gigantes Apple, Amazon y Alphabet, la matriz de Google, están intentado crearse un nicho en el sector sanitario.

Algunos activistas y académicos temen que tales datos se usen principalmente como herramienta comercial por parte de los laboratorios farmacéuticos y puedan vulnerar la privacidad de los pacientes.

Farmacéuticas exploran

Aprender de la experiencia de millones de pacientes proporciona nivel de detalle y es especialmente importante en una enfermedad como el cáncer, donde los médicos quieren saber si hay un mayor beneficio en el uso de cierto medicamento en pacientes con características tumorales altamente específicas.

En el caso de Flatiron, Roche está adquiriendo una firma que trabaja con 265 clínicas comunitarias de cáncer y seis importantes centros académicos de investigación, convirtiendo a la empresa en un destacado conservador de datos oncológicos. Roche, que ya posee el 12,6% de Flatiron, pagará US$ 1.900 millones por el resto.

Pero el interés en tales datos del mundo real va más allá del cáncer.

Las principales compañías farmacéuticas del mundo ahora tienen departamentos enfocados en el uso de datos del mundo real en múltiples enfermedades y varios han completado estudios científicos utilizando la información para profundizar en áreas clave a las que dirigen sus medicamentos.

Entre los estudios realizados, destacan los de AstraZeneca y Sanofi sobre la diabetes; las investigaciones conjuntas de Pfizer y Bristol-Myers Squibb sobre prevención de accidentes cerebrovasculares y un proyecto de Takeda Pharmaceutical en enfermedades intestinales.

“Cada vez es más costoso realizar una investigación tradicional de ensayos clínicos, por lo que la industria está buscando maneras de lograr objetivos similares utilizando datos recopilados de forma rutinaria”, dijo Paul Taylor, un experto en informática de la salud del University College de Londres.

“Lo que ha hecho posible todo esto es la creciente digitalización de los registros de salud”.

Los reguladores sanitarios de todo el mundo están tomando nota.

El comisario de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos, Scott Gottlieb, cree que un uso más generalizado de la evidencia del mundo real (RWE o Real World Evidence en inglés) podría reducir los costes de desarrollo de medicamentos y ayudar a los médicos a tomar mejores decisiones médicas.

En virtud de la Ley de Curas del siglo XXI de EEUU, la FDA tiene encomendado evaluar el uso ampliado de la RWE.“A medida que aumenta la amplitud y la fiabilidad de la RWE, también aumentan las oportunidades para que la FDA también haga uso de esta información”, dijo Gottlieb en un discurso en septiembre pasado.

La Agencia Europea del Medicamento también está estudiando formas de usar la evidencia del mundo real en su proceso de toma de decisiones.

¿De quiénes son los datos?

Pero el crecimiento de la evidencia en el mundo real también plantea dudas sobre el acceso a los datos y la privacidad de los pacientes, como lo ha comprobado el Servicio Nacional de Salud Reino Unido (NHS), una fuente única e integral de datos de atención médica.

Un ambicioso plan para reunir datos anónimos de pacientes del NHS para uso académico y comercial tuvo que ser descartado en 2016 después de las protestas de pacientes y médicos.

Y el año pasado, la agencia de protección de datos británica censuró a un fideicomiso de un hospital británico por mal uso de datos, tras pasar información personal de alrededor de 1,6 millón de pacientes a la firma de inteligencia artificial Google DeepMind.

Sam Smith, un defensor de la privacidad de datos médicos en MedConfidential de Reino Unido, teme que los estudios RWE de los fabricantes de medicamentos sean sólo una tapadera para el marketing.“¿Cuánto de ésto es realmente para el descubrimiento científico y cuánto se trata de aumentar las ganancias haciendo que se use un producto en lugar de otro?”

Algunos académicos también temen que los estudios de RWE puedan ser susceptibles al“dragado de datos”, donde se llevan a cabo análisis múltiples hasta que uno da el resultado esperado.

El director de medicamentos innovadores Mene Pangalos, cuya compañía ha alcanzado varios acuerdos con empresas tecnológicas y grupos de pacientes para recopilar datos del mundo real, reconoce que garantizar la privacidad y el rigor científico es un desafío.

“Es un problema real, pero no creo que sea insuperable”, dijo a Reuters.

“A medida que la gente se sienta más cómoda con los estudios de evidencia del mundo real, creo que se utilizará mucho más. Me gustaría ver un mundo donde los datos del mundo real puedan usarse para ayudar a cambiar las etiquetas de los medicamentos y ser utilizados de forma mucho más agresiva que es hoy”.

Próxima frontera

El CEO de Roche, Severin Schwan, cree que los datos son la próxima frontera para los fabricantes de medicamentos y está apostando a que el liderazgo del grupo suizo tanto en medicina contra el cáncer como en diagnóstico lo colocará en la primera posición.

“Tenemos la oportunidad de tener una ventaja estratégica al unir el diagnóstico y la farma con la gestión de datos. Este triángulo es casi imposible de copiar para nadie”, dijo en una entrevista en diciembre.

Aún así, incluso Roche no puede trabajar solo en este nuevo mundo.

“Se puede debatir ampliamente sobre de quién es la información: del paciente, del gobierno o de la aseguradora, pero una cosa es segura: la compañía farmacéutica no es la propietaria. Así que no hay más remedio que hacer asociaciones”, dijo Schwan.

Con la última actualización de iPhone de Apple, que incluye una nueva característica que permite a los usuarios ver sus registros médicos, la colaboración de Amazon con Berkshire Hathaway y JPMorgan Chase en una nueva compañía de atención médica y la gran cantidad de start-ups, las oportunidades de asociación son abundantes.

“Se van a ver más ofertas”, dijo Susan Garfield, socia en asesoramiento de ciencias de la vida de EY.“Los datos ya tienen un gran valor y va a tener un valor cada vez mayor en el futuro. La pregunta es quién lo va a poseer y capturarlo”.

El uso en el discurso mediático de términos provenientes de los saberes psi con el objeto de instalar nuevos anclajes

Los estereotipos que alimentan medios y redes sociales y su impacto en las subjetividades


El autor propone pensar como un nuevo lawfare (“guerra sucia jurídica”) el uso prejuicioso en el discurso mediático de términos provenientes de los saberes psi con el objetivo de instalar determinados clichés sociales.


Por Alberto Sladogna


Margaret Thatcher: “la economía es el método, el objetivo es el alma” (psique).

La vida cotidiana contiene palabras, frases organizadas por términos de orden psicopatológico; es así que el lenguaje reúne mediante una torsión el adentro y el afuera. En los medios circulan término como “psicopatología”, “psicótico”, “histérico”, “perverso”, “neurótico”, “hombre de los lobos”, “déficit de atención”, “el hombre de las ratas”, “TDHA”; “débil mental”, “esquizofrénico”, “la joven homosexual”, “brote psicótico”, “compensado”, “paranoico”, “narcisista”. Algunas de estas palabras de empleo coloquial han surgido de la psiquiatría, de la psicología o del psicoanálisis y alimentan los perjuicios y prejuicios sobre nuestras vidas y las vidas de los otros. A Freud no le pasó desapercibido ese hecho: “La psicopatología de la vida cotidiana” (1901) no descalificaba a quien era tomado por un lapsus, un chiste o se le produzca la sustitución de una palabra por otra. En concreto: esa psicopatología de la vida cotidiana no hacía más que revelar su normalidad. Esa normalidad cotidiana al ser tomada por la “psicopatología mediática” se convierte en una herramienta de lawfare (guerra sucia jurídica), cuyo objetivo es impactar el alma de cada ciudadano para construir su singular subjetividad consciente e inconsciente. Cuando esas palabras ingresan a los medios de comunicación y las redes sociales cambian en sí mismas, con su incorporación se produce una operación encubierta, instalar un cliché.

¿Qué es un cliché? Un cliché es una idea, frase o expresión que por su reiteración se transforma y ocupa un lugar en nuestra subjetividad de forma consciente o inconsciente: las mariposas en el estómago al hablar o vivir encuentros y desencuentros; el cliché de una risa para mostrar encubierto el hecho de no saber qué hacer o decir ante una experiencia nueva. Un cliché cinematográfico común constituido por desactivar una bomba un segundo antes de su posible estallido o una sombra que delata la presencia del asesino o una persecución policial efectuada a contramano.

Los pintores, señaló Deleuze, mostraron un estilo del cliché: la tela no está en blanco antes de pintar un cuadro, por lo contrario, está cubierta de clichés no-visibles: el modelo que impone la forma de una pipa, de una rosa, de un rostro, de un punto y una línea solo pueden pintarse siguiendo el cliché no visible. Todas las abominaciones o descalificaciones, lo malo, anormal o normal ya están en la tela en blanco o, en la mente en blanco para pintar, escribir, actuar... El cliché de la normalidad operará en nuestras vidas subjetivas.

Kantorowicz planteó en Los dos cuerpos del Rey que la persona del rey no es el rey en funciones; Agostino Palavicini Bagliani hizo su aporte al tema en el libro El cuerpo del Papa, es decir, Jorge Mario Bergoglio no es el papa Francisco. La delicada frontera, incluso movediza, entre el cuerpo del candidato a presidente y el cuerpo de un padre no deja de existir a pesar de su delicada precisión. El lawfare psicopatológico aprovecha esa débil frontera, ese estrecho margen para instalar su guerra sucia a nombre de la psicopatología atribuida a uno de esos cuerpos para atacar al otro. Lo hacen por la articulación difamatoria de los medios de comunicación.

¿Qué es el lawfare? “En mayo de 2018, (el papa Francisco) durante una misa en Santa Marta: ‘En la vida civil los medios comienzan a hablar de la gente, de los dirigentes, y con la calumnia y la difamación los ensucian’”.

Margaret Thatcher formuló que “la economía es el método, el objetivo es el alma” (psique). La subjetividad era y es una base fuerte del nueva economía neoclásica. El acto de calumniar y la difamación emplean términos que llevan las apariencias de ser objetivos y se les atribuye carácter científico. La psicopatología mediática instala en nosotros clichés visibles o invisibles: se trata de psicopatologizar al otro y a uno mismo, incluso la mayoría silenciosa de los prejuicios y las calumnias que nos habitan está a un botón de manifestarse con un “like” en facebook.

La nueva economía neoclásica le da existencia subjetiva a las instituciones (“el mercado reaccionó...); la institución tiene sensibilidad social (los mercados están afectados...; los mercados se pusieron histéricos…; los mercados enloquecieron por el efecto Tequila...”). Generan un fantasma de sábana blanca intocable e inaccesible. Lewis Cosser estudió el efecto material de los sistemas de poder para instalar en cada uno de nosotros ese fantasma de manera eficiente, para lo cual subrayó el surgimiento de las instituciones voraces de un diseño casi perfecto para producir una determinada subjetividad consciente e inconsciente. (Las instituciones voraces). El lenguaje coloquial es una institución con sus lenguas y sus usos y costumbres presentes en la conciencia y en el inconsciente. Conlleva modelos como los clichés psicopatológicos. Los poetas batallan con eso al inventar un poema. J. L. Borges escribió “en las letras de ‘rosa’ está la rosa y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’”.

¿En qué horizonte genealógico surge el lawfare psicopatológico? Escribo “genealógico”, siguiendo a Ignacio Leukowicz (Pensar sin Estado).

En los principios del siglo XX se encuentra la fuente del lawfare psíquico que estalló por inquietudes ante la pureza de la raza humana, preguntas respecto de cómo garantizar la normalidad (pureza de salud y de salud mental) se presentaron tanto a izquierda (proteger al proletariado de las impurezas burguesas, alcoholismo, drogadicción) como a derecha (proteger la pureza de la raza, eliminar cuerpos impuro tales como los gitanos, homosexuales, niños con síndrome de down, esquizofrénicos, ...).

Alfred Hoche, psiquiatra y uno de los mentores conceptuales de las Leyes de Nuremberg (1935), calificó de “epidemia psíquica” al psicoanálisis. Al pie de la letra: una epidemia solicita ser eliminada. Se sabe que Hoche realizó estudios de eutanasia y eugenesia.

Sigmund Freud señaló con ironía que “un foco infeccioso en ese lugar no podía menos que alcanzar particular importancia para la propagación de esa epidemia psíquica, como la llamó Hoche, de Friburgo (1914)”.

¿Qué relación guarda este doctor con el lawfare psicopatológico? Alfred Hoche y Karl Binding escribieron Libertad para la aniquilación de una vida indigna de ser vivida (1920). El libro agrupa bajo el término “indigno de ser vivido” a una gran parte de los llamados “enfermos mentales”, a los “débiles de espíritu” y a “los niños retardados” o “con malformaciones”. Los autores dieron a su teoría un carácter médico-científico-jurídico y propusieron su finalidad terapéutica: la destrucción de la vida “indigna de ser vivida” equivalía a “un simple tratamiento” de una “empresa de curación”. Según ellos, el Estado no debía gastar sumas en atención de esos “enfermos”. Esa propuesta fue una de las bases para las “Leyes de Nuremberg y para la protección de la sangre...” sancionadas por el régimen nacionalsocialista en 1935. Ese régimen fue el primero en emplear medios masivos no impresos: instalación de sonido en las plazas públicas de Alemania para difundir durante el día los mensajes de Hitler y otros funcionarios. Además promovieron la ampliación a once millones de abonados a la radio, otorgando facilidades de pago para adquirir ese aparato.

El lawfare psicopatológico, como cada adjetivación de ese tipo, se sostiene a partir de un cliché presente en nuestra subjetividad. ¿Cómo deshacerse de ese cliché?

Espiral del silencio



La espiral del silencio es una teoría de ciencias políticas y comunicación propuesta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, en su libro La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social (1977), donde estudia la opinión pública como una forma de control social en la que los individuos adaptan su comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable y lo que no. La opinión pública es para Noelle Neumann la piel que da cohesión a la sociedad. Neumann teoriza sobre que la sociedad amenaza con el aislamiento a los individuos que expresan posiciones contrarias a las asumidas como mayoritarias, de tal forma que el comportamiento del público está influido por la percepción que se tiene del clima de opinión dominante. Los individuos sondean continuamente el clima de opinión con lo que Neumann denomina sentido cuasiestadístico observando qué relación gradual guardan sus opiniones con los del espacio público, alentándoles si se acercan al mayoritario o cohibiéndoles si detectan que pueden formar parte de las minorías. La tendencia de la espiral es a enmudecer a quienes prestan o tienen posiciones diferentes a las mayorías, pero para en seco cuando se encuentra con el “núcleo duro”, aquellos individuos que, aunque pocos, se reafirma en sus posiciones y opiniones y no cesan en el empeño de que su voz sea escuchada.

La perspectiva del “núcleo duro” gana adeptos puesto que las opiniones mayoritarias, acomodadas en el número, no encuentran tesis para defender sus opiniones que, al ser poco contestadas, se han dejado llevar por la masa.

La teoría de la espiral del silencio parte del supuesto básico de que la mayor parte de las personas tienen miedo al aislamiento y, al manifestar sus opiniones, primero tratan de identificar las ideas, para luego sumarse a la opinión mayoritaria o consensuada. En esta disyuntiva, la principal fuente de información serán los medios de comunicación y estos definirían el clima de opinión sobre los asuntos de que se trate.​

Un clima de opinión es una tendencia inespecífica que decanta las tendencias hacia una determinada opción. Este clima se cristaliza en opiniones y votos. Según Noelle-Neumann, un clima de opinión actúa como un fenómeno de contagio ya que la opción aparentemente mayoritaria se extiende rápidamente por toda la sociedad. En su libro, la autora alemana expone dos ejemplos de climas de opinión.

La Espiral del silencio se formula en una época en la que la televisión es ya un relevante medio de comunicación masivo. Por eso, Noelle-Neumann entiende que la televisión ayudó a consolidar los climas de opinión.



La teoría del silencio definía el mecanismo que permite captar los cambios en la opinión pública. Sus supuestos, brevemente resumidos, eran los siguientes: las personas temen permanecer aisladas del entorno social y, por este motivo, prestan una atención continua a las opiniones y comportamiento, supuestos por la mayoría, que se producen a su alrededor. Dado que las personas gustan también de ser populares y aceptadas, se expresan de acuerdo con las opiniones y comportamientos mayoritarios. Sin embargo, hay dos tipos de opiniones y actitudes: las estáticas, concernientes a las costumbres, por ejemplo, y las cambiantes. Con respecto a las primeras, el individuo puede optar por definirse de acuerdo con ellas o, por el contrario, permanecer aislado. Con respecto a las opiniones cambiantes, el individuo debe observar con atención en qué dirección se produce el cambio. Los individuos que entienden que el cambio se produce en la misma dirección que sus propias opiniones personales, las expondrán en público, pero, al contrario, si el cambio se produce en oposición a las suyas tenderá a ser más cauto al exponerlas en presencia de otras personas.

Según la espiral del silencio el hecho de que un individuo hable o se quede callado depende de las observaciones que ha hecho sobre la mayoría pública y decida cuál será su posición. Los medios de comunicación influyen en que la gente hable o no. En primer lugar las personas son más valientes para apoyar públicamente una opinión si esta aparece como dominante en los medios de comunicación. En segundo lugar, los medios ofrecen a los ciudadanos, las palabras, los textos, los medios, los argumentos e ideas con las que defender las opiniones en debate. Generalmente habla de cómo se forma la opinión pública (el proceso), que parte de la observación que hace el individuo de su entorno social.

En palabras de la autora: “el resultado es un proceso en espiral que incita a otros individuos a percibir los cambios de opinión y a seguirlos hasta que una opinión se establece como la actitud prevaleciente, mientras que la otra opinión la aportarán y rechazarán todos, a excepción de los duros de espíritu, que todavía persisten en esa opinión. He propuesto el término espiral del silencio para describir este mecanismo psicológico”.​

El fenómeno es calificado de espiral de silencio porque la lógica de fondo que se sostiene es que cuanto más se difunde la versión dominante por los medios, más guardarán silencio las voces individuales contrarias, con lo que se produce un proceso en espiral, un bucle de retroalimentación positiva, un círculo vicioso.

Partiendo de los resultados de este análisis, podemos deducir si hay que contar con un cambio de opinión. Entonces es posible hacer previsiones tales como:
Si una mayoría se considera minoría, tenderá a declinar en el futuro. A la inversa, si una minoría es vista como mayoritaria, irá en aumento.
Si los miembros de una mayoría no prevén que ésta pueda mantenerse en el porvenir, fracasará. A la inversa, si la creencia en una evolución favorable es compartida por muchos, sus miembros necesitarán mucho tiempo para cambiar de opinión.
Si la inseguridad en cuanto a lo que es la opinión dominante, o lo que será, aumenta, es porque está ocurriendo un cambio profundo en la opinión dominante.
Si dos facciones se distinguen claramente por su respectiva disposición para exponer sus puntos de vista en público, la que muestre mayor disposición será quizá la que predomine en el futuro.

Combinando estas ponderaciones, podemos concluir que una minoría convencida de su predominio futuro y, por consiguiente, dispuesta a expresarse, verá hacerse dominante su opinión, si se confronta con una mayoría que duda de que sus puntos de vista sigan prevaleciendo en el futuro y, por lo tanto, menos dispuesto a defenderlos en público. La opinión de esta minoría se convierte en una opinión que en adelante no se puede contradecir sin correr el riesgo de alguna sanción. De este modo pasa de la jerarquía de simple opinión de una facción a la de opinión pública.
Contexto histórico, social y cultural de aparición

La espiral del silencio es uno de los modelos sobre opinión pública más importantes del siglo XX. Esta teoría fue propuesta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann; apareció por primera vez en 1974 en un artículo de la autora titulado “The Spiral of Silence: A Theory of Public Opinion” en la revista académica Journal of Communication y la desarrolló posteriormente en su libro La Espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social en 1977, el cual estudia el comportamiento de las personas de acuerdo a la opinión pública y a los efectos de los medios. El punto principal de la teoría es la dominación de la opinión pública por los medios de comunicación y los líderes de opinión.​ Las opiniones masivas tienen el poder de influir en nuestra percepción de la realidad. La Espiral del silencio fue propuesta en una época en la que la televisión ya se encontraba posicionada como un medio de comunicación masivo. Es por ello que Noelle-Neumann considera a la televisión como un punto decisivo para la consolidación de opiniones públicas.6​ La autora expone dos casos donde la opinión pública fue determinante para el resultado. En el 1965 la Democracia Cristiana ganó las elecciones en el último momento gracias al surgimiento de un nuevo clima de opinión favorable a este partido. En 1972 se invirtió la tendencia. Ganaron los socialdemócratas gracias al clima de opinión favorable creado por la población alemana.
Fundamentos epistemológicos y ontológicos

La teoría nace después de la Segunda Guerra Mundial, con el régimen de Hitler que todavía tenía bastante peso en Alemania; toma como ejemplos la democracia cristiana en 1965 y la influencia que tuvieron en 1972 Ostpolitik y Willy Brandt. Pero fue hasta 1984, cuando la televisión tuvo lugar en las masas públicas y que la teoría del silencio se fortaleció.
Los medios en la formación de la opinión pública

Existe un gran debate acerca de saber si los medios anticipan la opinión pública o si solo la reflejan. Según la espiral del silencio, conviene ver a los medios como creadores de la opinión pública. Constituyen el entorno cuya presión desencadena la combatividad, la sumisión o el silencio. Los medios son el sistema que la sociedad utiliza para informarse de aquello que no pertenece a su esfera personal. Por tanto, lo que en los medios se diga sobre un asunto influye en la construcción de la opinión de los individuos sobre ese tema.

La impotencia ante los medios puede darse de dos formas: -La gente hace cosas para captar su atención y no lo consiguen. -Sin buscarlo, son los medios los que se encargan de sacar a la luz hechos anónimos y de exponer a una persona como chivo expiatorio para tener de qué hablar.

El conocimiento público legitima y da a conocer una conducta que viola normas sin censurarla enérgicamente la hace más adecuada socialmente, más aceptable. Todos pueden ver que esa conducta ya no aísla. Los que rompen normas sociales anhelan con frecuencia recibir las mínimas muestras de simpatía pública. Y su avidez está justificada, porque de ese modo la regla, la norma, queda debilitada. Las dos fuentes de que disponemos para obtener información sobre la distribución de las opiniones en nuestro medio son la observación de primera mano de la realidad y la observación de la realidad a través de los ojos de los medios.
Nexos e influencias

Una de las principales influencias para Noelle-Neumann fue el Ballet de Giancarlo Menotti llamado “El unicornio, la gorgona y la mantícora”. La pieza habla sobre una pequeña ciudad en Europa donde un conde y una condesa lo habitaban junto con la gente del pueblo. Un día un hombre apareció en el pueblo con un unicornio, tiempo después el conde y la condesa imitaron al hombre y a su vez las personas del pueblo empezaron a tener unicornios. Así paso de igual manera con la gorgona y la mantícora. La población imita ciegamente las acciones de un conde y condesa, ellos representan como los líderes de opinión influencian a las masas y éstas hacen lo que creen correcto con tal de pertenecer y no ser exiliados por los otros.7

Otra de las influencias que tuvo la periodista Noelle-Neumann fue el Ensayo sobre el entendimiento humano de John Locke, en él se explican tres tipos de leyes:​
Ley divina
Ley civil
Ley de la virtud y el vicio


Nadie escapa al castigo de su censura y desagrado si atenta contra la moda y la opinión de las compañías que frecuenta... No hay uno entre diez mil lo suficientemente firme e insensible como para soportar el desagrado y la censura constantes de su propio círculo. Muchos hombres han buscado la soledad, y se han acostumbrado a ella; pero nadie que tenga el menor entendimiento o sentido humano puede vivir en sociedad con la continua aversión y mala opinión de los familiares y las personas con las que trata. Es un peso demasiado grande para poder sufrirlo.
John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano

La tercera inspira principalmente la teoría del silencio, habla sobre como las personas que rompen con lo que la sociedad cree correcto o verdadero durante ese período de tiempo es castigado con el aislamiento y la censura, por lo que las minorías prefieren evitar contradecir a la mayoría.6
Método

Existen cinco hipótesis sobre el surgimiento de la opinión pública y fueron desarrolladas por la politóloga alemana Noelle-Neumann. Primero, los individuos de un grupo establecen mentalmente un mapa de la distribución y de las principales tendencias de la opinión en su entorno social. Esto lo hacen a través de la observación y posteriormente deducción sobre cuáles puntos de vista ganan fuerza y cuáles se debilitan. Dependiendo del grado de interés de una persona en un tema y de qué tanto quiera hacerse notar públicamente, la intensidad de la observación aumenta o disminuye. Generalmente, para este punto el individuo ya tiene muy claro cómo está distribuida la tendencia de opiniones. Su deseo de expresarse crece si intuye que su punto de vista será el dominante, a pesar de que en ese momento no lo sea. Y por el contrario, su deseo de expresarse disminuye si se da cuenta de que su opinión es repudiada por el grupo. De esta manera podemos ver que el grado de disposición para que una persona exprese su punto de vista se basa en la percepción que tenga de la distribución de opiniones favorables y no favorables. A partir de aquí se deduce que si la evaluación de la distribución actual de la opinión y de la distribución real son claramente divergentes, es porque la opinión cuya fuerza está sobreestimada aparece más en público. Existe un fenómeno estadístico que dice que la percepción de distribución presente no difiere tanto de la futura, es decir si una opinión es considerada como la prevaleciente, es más común ser considerada como la prevaleciente en el futuro también y viceversa, pero en diversos grados. Cuanto más débil es la estadística de coincidencia de opiniones prevalecientes, mayor proceso de cambio está pasando en la opinión pública.


Si hay una divergencia en la evaluación de la fuerza de un punto de vista en particular en el presente y el futuro, es la expectación de la posición futura la que determina el grado en el que el individuo está dispuesto a exponerse. Esto se produce a partir de la hipótesis de que la causa de los diferentes grados de voluntad es el miedo de la persona de su aislamiento y de su confianza en sí mismo siendo agitada si su punto de vista no es confirmado por la mayoría o por las tendencias de opinión. Si se convence de que las tendencias se mueven en su dirección, el riesgo de aislamiento es de poca importancia.
Elisabeth Noelle-Neumann, La Espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social
Comprobación de Noelle-Neumann

Noelle-Neumann diseñó un experimento para comprobar su proceso de formación de opinión pública. Consistió en realizar mil y dos mil encuestas por el Institut für Demoskopie Allensbach entre 1971 y 1972, con poblaciones previamente seccionadas y se incluyeron cuatro tipo de preguntas:

Opinión del encuestado sobre un tema controversial:
La percepción del encuestado sobre cuál era el punto de vista mayoritario.
Las tendencias hacia el futuro.
La disposición del encuestado a exponerse en una situación pública.

Algunos de los doce temas controversiales que se tocaron fueron:
Ley de aborto
Unidades máximas de alcohol en la sangre en conductores
Pena de muerte
Castigo físico en niños
Trabajadores extranjeros en la República Federal
Tratados de Moscú y Versalles
Reconocimiento de la República Democrática Alemana
Prohibición del Partido Comunista

Los resultados arrojaron que había ciertas variaciones en el desarrollo de las discusiones que dependían del género, edad, sueldo, ocupación nivel socioeconómico, y residencia de los participantes. De esta manera los que más opinaban eran los hombres jóvenes de clase media y alta.​
Otros hallazgos con base en las encuestas fueron
Una mayoría vista como minoría declinará en el futuro, mientras la minoría vista como la dominante, crecerá.
Una mayoría que no espera ser capaz de mantener esa superioridad, disminuirá.
Si están unidos en una expectación favorable a futuro, tomará mucho tiempo para imponer una opinión contraria.
Si la incertidumbre sobre la fuerza prevaleciente actualmente o en el futuro se incrementa, se anticipa un cambio en la opinión dominante.
Si dos posturas difieren claramente una de otra en su disposición a exponerse en público, la que muestre más inclinación a hacerlo es más probable a tener el futuro a su favor.

Noelle-Neumann concluyó que una minoría convencida de un futuro dominante, y por ello, decidida a exponerse, se convertirá en la opinión dominante frente a una mayoría dubitativa y poco dispuesta a la exposición mediática.