Protestas en Chile: las 6 grandes deudas sociales por las que muchos chilenos dicen sentirse "abusados"


Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption Exigiendo "dignidad" centenares de chilenos se han manifestado en las calles.

"No es por 30 pesos, es por 30 años".

Esta frase se ha repetido en diversas ocasiones desde que estalló la crisis social que tiene a varias ciudades de Chile en estado de emergencia.

Es una oración que, sin duda, explica parte del profundo malestar que hay detrás de las violentas protestas ocurridas durante el fin de semana en el país sudamericano.

Y es que centenares de chilenos dicen que el alza de la tarifa del metro en 30 pesos fue solo la "gota que rebalsó el vaso". Prueba de ello es que el anuncio este sábado del presidente Sebastián Piñera de suspender el incremento en el precio del transporte público, no calmó en lo más mínimo a los manifestantes.

Al contrario, las protestas se tornaron más violentas, con saqueos a supermercados, quema de una decena de estaciones de metro y buses, y ataques a cientos de instalaciones públicas.Saltar las recomendacionesQuizás también te interese
Fin de las recomendaciones.

Muchos chilenos dicen sentirse "abusados" por un modelo económico que no cumple con los estándares de una sociedad "justa".

Pero ¿cuáles son estas "deudas sociales" por las que reclama parte de la sociedad chilena?
1. El sistema de pensiones

Es quizás uno de los temas más polémicos de los últimos años en Chile.

El sistema de pensiones que actualmente rige en ese país—creado en 1982, durante el gobierno militar liderado por Augusto Pinochet—, ha sido fuertemente criticado por diversos actores sociales y también defendido por otros.

En palabras simples, el mecanismo provisional chileno es suministrado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que son instituciones financieras privadas que se encargan de administrar los fondos de cuentas individuales de ahorros para pensiones.

Se basa en que cada persona ahorra una parte de sus ingresos para sostener una pensión al momento de su jubilación. Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption En los últimos años ha habido diversas protestas en contra de las administradoras de fondo de las pensiones AFP.

Pero este sistema no ha cumplido con las expectativas de los chilenos. Se ha dicho que el modelo no es capaz de entregar "pensiones dignas", y que ha colaborado con la concentración de la riqueza y con la desigualdad del ingreso.

Incluso el propio presidente Piñera, durante su primer mandato en 2013, dijo: "Cuando se diseñó este sistema de pensiones, lo que se buscaba era que las personas pudieran jubilar con una pensión que fuera el 70% del sueldo de los últimos cinco años y eso no está ocurriendo".

Los cuestionamientos a este modelo —que, precisamente, fue ideado por el hermano del presidente chileno, José Piñera— han aumentado ostensiblemente en los últimos años, provocando grandes manifestaciones en contra. En 2016, salieron a protestar a la calle unas 600.000 personas que exigían el fin de las AFP.

Una de las agrupaciones que ha liderado estos reclamos se llama "No+AFP". Para ellos, las administradoras de pensiones en Chile "son bancos encubiertos de los empresarios más ricos de nuestro país". "(Utilizan) los fondos previsionales para que estos puedan expandir sus inversiones y concentrar aún más el capital en pocas manos", dicen.

Bettina Horst, subdirectora del centro de estudios chileno Libertad y Desarrollo, no comparte esta consigna aunque reconoce que efectivamente se ha instalado un discurso en contra de las AFP.

"Cuando se habla de que las AFP nos están robando los recursos, no es así; ni una AFP ha robado ni un peso . Pero está instalado de que las AFP nos roban", explica a BBC Mundo.

Por su parte, la cientista política y presidenta de la fundación Chile 21, Gloria de la Fuente, explica que los reclamos tienen que ver con que "las personas en este país pueden trabajar toda su vida, cotizar toda su vida, y recibir una miseria".

"El 80% de las personas en Chile recibe pensiones que son menores al sueldo mínimo", le dice a BBC Mundo.

Actualmente, hay una reforma al sistema provisional en el Parlamento de Chile.

El proyecto de ley —una de las promesas de campaña de Piñera— fue ingresado en noviembre de 2018 y busca, a grandes rasgos, aumentar el ahorro previsional de los trabajadores mediante el aporte adicional y mensual del 4% del sueldo de cada trabajador, financiado por los empleadores.

La iniciativa, sin embargo, genera dudas en asociaciones como "No+AFP" y en sectores políticos de oposición. Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption "No más humillación para nuestros abuelos", decían las consignas de una de las manifestaciones en contra del sistema de pensiones actual chileno.

"La reforma de este gobierno no soluciona el problema, ni ahora ni cuando esté en régimen -en 48 años más-. Debemos actuar hoy para los nueve de cada diez pensionados que reciben menos de 300.00 pesos como jubilación", dijo el diputado del partido Revolución Democrática, Giorgio Jackson.

Para De la Fuente, estas últimas manifestaciones representan un "punto de inflexión" y, por lo mismo, la discusión en torno a las pensiones va a tener que cambiar.

"Si antes estaba centrada en si manteníamos o no el sistema de AFP, ahora el foco va a ser cómo hacemos para que las personas se jubilen de una manera digna", dice.

Con esto, se podría abrir el debate respecto a otro de los sistemas que ha sido cuestionado en Chile: el sistema tributario.

"En este país, la política redistributiva no logra romper con la desigualdad. Y con este sistema tributario, el calculo que hacen varios economistas es que al final terminan pagando menos, y no más, las personas más ricas", explica De la Fuente.
2. Salud y desprotección

El sistema de salud chileno está compuesto por un modelo de atención mixto. Por una parte, está el seguro público denominado FONASA (Fondo Nacional de Salud) y, por otra, uno privado llamado ISAPRE (Instituciones de Salud Previsional).

Según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), las personas afiliadas a FONASA alcanzan el 80%, mientras que las que tienen acceso al sistema privado de ISAPRE representan menos del 20%.

Y, aunque el seguro público ha mostrado mejoras en los últimos años, aún tiene muchos asuntos pendientes.

Entre ellos, la ausencia de hospitales y especialistas, la atención primaria de salud para prevenir enfermedades y la necesidad de reducir las listas de espera que, durante los últimos años, ha aumentado a casi dos millones de personas.

Por su parte, en las Isapres los reclamos tienen que ver con el alza de precios de los planes de salud, la baja cobertura, las preexistencias y el acceso restringido a centros de salud. Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption El presidente Sebastián Piñera se reunió este domingo con los líderes del Parlamento y de la Corte Suprema con el fin de "reordenar prioridades" y contener el estallido social.

En un discurso en 2018, el presidente Piñera aseguró que "más de tres cuartas partes de la ciudadanía no está satisfecha con la gestión gubernamental en salud y existen razones fundadas para ello".

"Ninguno de los seguros de salud está cumpliendo a cabalidad su objetivo y existen deficiencias importantes que subsanar", agregó.

Y esta fuerte sensación de desprotección ha generado descontento.

"En Chile solo el 20% de la gente puede pagar por una atención de mejor calidad, pero el 80% de la población tiene que atenderse a través del sistema público. Eso genera una diferencia enorme porque aunque tengamos patologías garantizadas en FONASA, aún muchas no están cubiertas y, además, hay gran lentitud en la atención. La gente está muy desprotegida", explica Gloria de la Fuente.

Bettina Horst, en tanto, asegura que aunque en Chile se han inyectado muchos recursos para mejorar la salud, los resultados no son los mejores. "Esto pasa porque los pabellones no son utilizados todo el día, porque las listas de espera aumentan y por un tema de gestión, no se controlan bien los insumos, etc", dice.
3. Transporte público: un problema sin resolverse

La red de transporte "transantiago" (hoy renombrado como Red Metropolitana de Movilidad) se creó hace 12 añoscon la promesa inicial de ser un transporte público de calidad, sustentable y sin subsidios estatales.

Sin embargo, hoy representa uno de los mayores problemas que enfrenta la capital de Chile, Santiago.

Y lo cierto es que, desde su creación, este modelo de transporte nunca ha dejado de recibir críticas.

Durante su primer mes de circulación en febrero de 2007 el caos fue total, con graves problemas en cuanto a la instalación de validadores y un error en la programación de estos, lo que obligó a que el sistema fuera gratuito durante su primera semana de operación. Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption Desde sus inicios en 2007, el "transantiago" experimentó problemas de planificación, diseño e implementación.

En definitiva, el "transantiago" tenía problemas de planificación, diseño e implementación, generando un colapso total del transporte público.

Y las culpas políticas de un lado a otro entre los gobiernos de los expresidentes Michelle Bachelet —que puso en marcha el plan—, y el de Ricardo Lagos —que lo creó— no cesaron.

A pesar de varias reestructuraciones, reasignación de recorridos, medidas de contingencia e inyecciones millonarias de inversión a lo largo de estos 12 años, la red de transporte no ha logrado responder de manera eficiente al gran flujo de personas que viaja diariamente dentro de la ciudad.

Largas esperas para abordar buses y el metro, sumado a demoras en los viajes, forman parte de los problemas a los que se enfrenta buena parte de la población.

Y, aún así, su precio es caro: según un reciente estudio de la Universidad Diego Portales de Santiago, de un total de 56 países alrededor del mundo, el de Chile es el noveno transporte más caro en función del ingreso medio de sus habitantes.

Hoy, el sistema sigue generando déficit (3.000 millones de pesos en 2018) y sus índices de evasión continúan siendo altos: en el segundo trimestre de este año, el porcentaje de evasión fue de un 25,7%.

"Estructuralmente, la política pública implementada por Michelle Bachelet fue un error y hoy día estamos pagando las consecuencias", dice la subdirectora de Libertad y Desarrollo.

Esto explica, en parte, por qué hubo tanto descontento social cuando la administración de Piñera decidió aumentar la tarifa en 30 pesos.
4. Privatización del agua

Otra de las políticas que genera cuestionamiento entre varios chilenos es el Código de Aguas.

El modelo de gestión —que fue establecido en 1981— genera polémica en el país sudamericano pues sus críticos dicen que, si bien reconoce el agua como un bien nacional de uso público, establece que los particulares (o privados) puedan constituir sobre las aguas derechos de aprovechamiento de carácter perpetuo.

Además, se alega que es un sistema "absolutamente privado".

Rodrigo Mundaca, líder del Movimiento de Defensa del Agua la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (Modatima), ha insistido en el cambio de esta regulación y ha señalado públicamente que en Chile no hay sequía sino "saqueo". Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption Para Rodrigo Mundaca, en Chile no hay sequía sino "saqueo".

Para él, los privados hacen un "aprovechamiento" del agua de tal forma que termina por desabastecer al resto de la población.

"Chile es el único país del mundo que mantiene privatizadas sus fuentes de agua desde la dictadura", dice. El activista agrega que "aquí los empresarios pueden comprar, vender o arrendar agua".

Hoy, si bien hay una reforma al Código de Aguas en el Parlamento, sus críticos dicen que no es suficiente.

Para Mundaca, por ejemplo, la única forma de solucionar este problema es hacer una reforma a la Constitución Política, derogando el artículo 19 numeral 24, que es el que consagra la propiedad privada.

Sin embargo, para hacer una reforma a la Constitución en Chile se necesita la aprobación de dos tercios del Senado. Y "esos votos no están", reconoce Mundaca.
5. Educación y la movilidad social

La demanda por una mejor educación explotó en 2006 con la famosa "revolución pingüina", cuando estudiantes secundarios salieron a las calles a exigir mejoras en esta materia.

Luego, en 2011, regresó con aún más fuerza el movimiento estudiantil, marcando la actualidad durante varios meses y presionando al gobierno (el primero de Sebastián Piñera) a hacer cambios de fondo al respecto. Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption Movilizaciones en Chile exigieron gratuidad y una mejor calidad en la educación en 2016.

Y aunque este petitorio está hoy pasando por un momento de poco protagonismo —en parte gracias a que se logró la gratuidad en la educación superior para el 60% de la población chilena—, la verdad es que expertos coinciden en que aún hay mucho por mejorar en cuanto a la educación en el país.

"Cuando la gente accede a la educación superior, lo hace desde un sistema que ya viene haciendo una selección previa. La educación básica y media en Chile son espacios de segregación también porque si puedes pagar por una educación básica de calidad, entonces vas a poder acceder a una educación universitaria de buena calidad que te garantiza movilidad social", explica De la Fuente.

"Hay una demanda que está ahí, hoy calmada, pero es un tema que no ha desaparecido porque la promesa de la educación es la movilidad social", agrega.

De esta manera, la educación sigue siendo, para muchos, una piedra de tope para avanzar hacia una mejor calidad de vida.
6. Abusos y corrupción

Colusiones entre empresas para fijar precios de sus productos, evasión de impuestos de grandes compañías y el destape de la corrupción en diversas instituciones son parte de los escándalos que se han apoderado de la portada de los diarios chilenos en los últimos años.

"Los abusos están en el medio de este malestar de la gente", dice Gloria de la Fuente.

Respecto a la colusión, uno de los casos que generó mayor impacto fue el de las farmacias en 2008.

Según una investigación realizada por la Fiscalía Nacional Económica, tres grandes cadenas —Farmacias Ahumada (FASA), Cruz Verde y Salcobrand— se habían puesto de acuerdo en alzas concertadas en los precios de al menos 222 medicamentos, preferentemente para tratar enfermedades crónicas.

Lo mismo sucedió en el caso del papel higiénico, donde dos grandes empresas que controlaban la industria —Papeles Industriales (PISA) y CMPC Tissue— se pusieron de acuerdo para fijar el precio de este producto por más de una década en supermercados, farmacias y cadenas mayoristas.

De acuerdo con la investigación, con esta maniobra las empresas ganaron alrededor de US$23 millones cada una.

Tanto la colusión de las farmacias como la del papel higiénico impactó profundamente a la sociedad chilena, pues ambos productos son servicios básicos.

A estos abusos, se suman los casos de corrupción en la política que marcaron la agenda entre 2014 y 2017. Derechos de autor de la imagen Getty ImagesImage caption El hijo de la expresidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos (a la derecha), se vio involucrado en el Caso Caval.

En aquella ocasión, tanto la coalición política de derecha (con el Caso Penta y SQM) como el propio gobierno de Michellet Bachelet (con el caso Caval) estuvieron salpicados por temas relativos a financiamientos ilegales de campañas políticas y boletas falsas.

La lista de corrupción siguió en 2018 con el Ejército de Chile, donde se procesó a diversas autoridades por malversación de fondos públicos. Poco tiempo después salió a la luz un fraude en Carabineros, la fuerza policial chilena.

Y así, los empresarios, la clase política, el ejército y Carabineros son algunas de las instituciones que han sido fuertemente cuestionadas en Chile en un período de tiempo no demasiado grande.Y como es de esperar, esto provocó un gran malestar entre la gente.

"Estamos en una fase de descrédito acelerada de la política y de las instituciones en general. Y cuando tú tienes un problema de confianza en las instituciones, finalmente lo que incubas es un problema de legitimidad de aquellos que te gobiernan. Eso es lo que nosotros no fuimos capaces de solucionar a tiempo, como país", explica Gloria de la Fuente.

Según la cientista política, hoy casi el 80% de las personas dice que la administración del Estado es "corrupta o muy corrupta".

"Y hay una sensación de impunidad muy grande. Aunque ha habido gente presa e investigaciones, la sensación es que el que es rico y roba, finalmente no paga", agrega.

Por su parte, Bettina Horst matiza que "hoy día la gente se siente frustrada porque, efectivamente, ve corrupción; pero no somos un país corrupto como lo fue en su momento el estallido en Brasil".

Horst, sin embargo, agrega que "sí se ha instalado un discurso del abuso, sobre la base de muchas consignas. Tanto la izquierda como sectores de derecha se han subido a un discurso que genera ruptura. Se busca deslegitimizar a las instituciones y creo que eso se ha logrado con fuerza".

Sea como fuere, tras los días más violentos desde el retorno a la democracia en Chile, la sensación es amarga. Y, mientras no se aborden parte de estas "deudas sociales", los expertos coinciden en que será difícil calmar la "furia" de los ciudadanos.

El conteo preliminar da la victoria a Evo Morales sin necesidad de segunda vuelta y en medio de denuncias de fraude


Derechos de autor de la imagen EPAImage caption Evo Morales es el presidente con mayor tiempo en el poder en América Latina.

Después de mas de 24 horas de suspenso, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE) anunció los resultados del conteo rápido de los votos al 99,5% y éstos arrojan que Evo Morales logró la diferencia necesaria para ganar estos comicios en primera vuelta.

Según esos datos preliminares proporcionados por el TSE, Morales se aseguraría un cuarto mandato y ser presidente del país hasta 2025.

En el cómputo definitivo oficial, hasta el momento han sido computadas 59,55% de las actas, con un resultado ajustado por el momento: 42% de los votos para cada uno de estos dos candidatos.

El vencedor de las elecciones en Bolivia necesita el 50% de los votos o el 40% con diez puntos de ventaja sobre el segundo, pero de no conseguir estos porcentajes los dos más votados van a segunda vuelta, en principio en diciembre.

El presidente boliviano siempre había ganado en primera vuelta con una holgada mayoría del 53,72% de los sufragios en 2005, del 64,22% en 2009 y del 63,36 % en 2014.

En las afueras del hotel donde el TSE contabiliza los datos, una multitud de seguidores de su más cercano competidor, Carlos Mesa, denuncia fraude y manipulación de los resultados.

Asimismo, seguidores de Evo Morales se encuentran en las inmediaciones celebrando la victoria como si ya fuera un hecho.

El vocero de Comunidad Ciudadana, la formación de Mesa, anunció que su frente se plegará a otras plataformas que anunciaron desobediencia civil en caso de que se oficialice que Evo Morales seguirá siendo presidente de Bolivia entre 2020 y 2025.

Más información en breve.

Se acelera sangría de reservas: desde las PASO caen ya u$s19.423 millones

Las reservas del Banco Central cayeron este lunes u$s563 millones y terminaron en u$s46.885 millones, debido principalmente al pago de los los bonos BIRAD, según indicaron a Ámbito fuentes del BCRA.





Debido al pago de vencimientos de títulos públicos, y a la intervención oficial en el mercado de cambios, las reservas del Banco Central cayeron este lunes u$s 563 millones, por lo que desde las PASO ya acumulan una sangría de u$s19.423 millones (-30%).


Los activos internacionales del BCRA terminaron en u$s46.885 millones, lo que representa casi un 30% menos que lo registrado el 9 de agosto pasado (el último día hábil previo a las elecciones primarias).

En la baja de este lunes se ve "reflejado el pago del BIRAD", confirmaron desde la entidad que conduce Guido Sandleris a Ámbito. Se trata de los servicios de renta de los bonos en moneda extranjera AA21, AA26 y AA46, por unos u$s500 millones.

A esta cancelación, se suma la erosión por la intervención en el mercado de cambios que el BCRA realizó este lunes: operadores estimaron que vendió unos u$s160 millones.

Por último, no se debe soslayar el goteo de los depósitos en dólares, una de las principales causas del fuerte drenaje que vienen sufriendo las reservas.

Con la merma de este lunes, los activos internacionales del BCRA registran en lo que va del mes una baja de u$s 1.817 millones.

Candidato presidencial uruguayo se desmarca, luego de haber puesto a Chile como ejemplo en el debate: "No planteé jamás que Chile es un país modelo"


El 13 de junio pasado, durante un debate en Montevideo, el candidato presidencial del Partido Colorado, Ernesto Talvi, mencionó más de una vez a Chile como un ejemplo en política exterior, asegurando que tiene un 86% de acceso a la economía mundial, y como ejemplo de "responsabilidad fiscal", afirmando que se debe ahorrar "en épocas de vacas gordas".

Aquella frase generó polémica en el país sudamericano, tanto así que el ex Mandatario José Mujica le respondió que "no queremos un Uruguay que sea como Chile". "Ojalá que Chile pueda superar la injusticia que tiene con los mapuche. Ojalá que Chile pueda algún día tener estudiantes que no queden hipotecados para terminar una carrera. Ojalá Chile pueda repartir un día como repartimos en Uruguay. Ojalá, se lo deseamos", agregó.

Ahora, a menos de una semana de que sean las elecciones (27 de octubre) y en el marco de la crisis social que se registra en Chile, Talvi, aseguró que "jamás" puso al país como un modelo.

"Lo que tomamos de Chile como ejemplo es en dos cosas: el manejo de los dineros de los contribuyentes y la política que lo llevó a salir a la conquista del mundo", dijo a Radio Océano FM. "No planteé jamás que Chile es un país modelo", agregó.

Asimismo, el candidato mencionó que ha dicho que no se siente "ni remotamente identificado" con el modelo educativo chileno, ni con la sociedad chilena, "que es muy distinta y mucho menos igualitaria".

"Lo que tomamos de Chile como ejemplo es en dos cosas; el manejo de los dineros de los contribuyentes y la política que lo llevó a salir a la conquista del mundo"

Ernesto Talvi, candidato presidencial"Nuestra sociedad es muy diferente a la chilena y sin embargo tenemos que aprender de cosas muy buenas que hicieron", aseguró.

Respecto a la situación actual que vive Chile, dijo que esta no es "extrapolable" a su país, ya que "no es una sociedad ni remotamente parecida a la chilena". Respecto al actuar del Presidente Sebastián Piñera, afirmó que "todo Gobierno electo tiene la obligación ante la ciudadanía de preservar el orden público si se hizo por los métodos apropiados, pero no estoy en condiciones de opinar porque no conozco el detalle".
Candidato presidencial uruguayo se desmarca: "No planteé jamás que Chile es un país modelo" El abanderado del Partido Colorado, Ernesto Talvi, había dicho que nuestro país es ejemplo de política exterior y "responsabilidad fiscal". Respecto a la situación actual que se está viviendo dijo que esta no es "extrapolable" a la realidad de Uruguay. 21 de Octubre de 2019 | 14:34 | Redactado por Francisca Martens, Emol 84 AP El 13 de junio pasado, durante un debate en Montevideo, el candidato presidencial del Partido Colorado, Ernesto Talvi, mencionó más de una vez a Chile como un ejemplo en política exterior, asegurando que tiene un 86% de acceso a la economía mundial, y como ejemplo de "responsabilidad fiscal", afirmando que se debe ahorrar "en épocas de vacas gordas". Aquella frase generó polémica en el país sudamericano, tanto así que el ex Mandatario José Mujica le respondió que "no queremos un Uruguay que sea como Chile". "Ojalá que Chile pueda superar la injusticia que tiene con los mapuche. Ojalá que Chile pueda algún día tener estudiantes que no queden hipotecados para terminar una carrera. Ojalá Chile pueda repartir un día como repartimos en Uruguay. Ojalá, se lo deseamos", agregó. Noticias relacionadas Ex Presidente Mujica le responde a candidato del Partido Colorado: "No queremos un Uruguay que sea como Chile" Ex Presidente Mujica le responde a candidato del Partido Colorado: "No queremos un Uruguay que sea como Chile" 1019 Heraldo Muñoz rechaza críticas de Mujica a Chile: "Hay que criticar las políticas y no los países" Heraldo Muñoz rechaza críticas de Mujica a Chile: "Hay que criticar las políticas y no los países" 8 Ahora, a menos de una semana de que sean las elecciones (27 de octubre) y en el marco de la crisis social que se registra en Chile, Talvi, aseguró que "jamás" puso al país como un modelo. "Lo que tomamos de Chile como ejemplo es en dos cosas: el manejo de los dineros de los contribuyentes y la política que lo llevó a salir a la conquista del mundo", dijo a Radio Océano FM. "No planteé jamás que Chile es un país modelo", agregó. Asimismo, el candidato mencionó que ha dicho que no se siente "ni remotamente identificado" con el modelo educativo chileno, ni con la sociedad chilena, "que es muy distinta y mucho menos igualitaria". "Lo que tomamos de Chile como ejemplo es en dos cosas; el manejo de los dineros de los contribuyentes y la política que lo llevó a salir a la conquista del mundo" Ernesto Talvi, candidato presidencial "Nuestra sociedad es muy diferente a la chilena y sin embargo tenemos que aprender de cosas muy buenas que hicieron", aseguró. Respecto a la situación actual que vive Chile, dijo que esta no es "extrapolable" a su país, ya que "no es una sociedad ni remotamente parecida a la chilena". Respecto al actuar del Presidente Sebastián Piñera, afirmó que "todo Gobierno electo tiene la obligación ante la ciudadanía de preservar el orden público si se hizo por los métodos apropiados, pero no estoy en condiciones de opinar porque no conozco el detalle".

El general a cargo toma distancia del presidente chileno: “Soy un hombre feliz y la verdad, no estoy en guerra con nadie”

Piñera, tras las protestas que han dejado al menos 11 muertos: “Estamos en guerra”

Sebastián Piñera, este domingo. En vídeo, cientos de personas desafían el toque de queda impuesto por el ejército del país andino.


Después de tres jornadas de intensas protestas en diferentes ciudades de Chile, que han dejado al menos 11 muertos, el presidente, Sebastián Piñera, lanzó este domingo uno de los mensajes más duros contra quienes han sembrado el caos en el país: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite”, indicó. Con este mensaje, el mandatario señaló directamente a los violentos que han destruido buena parte de la red de metro de Santiago, saqueado docenas de supermercados y locales comerciales e incendiado concesionarios de coches. Poniendo el foco en los hechos vandálicos que han marcado estas jornadas y no en las demandas sociales que han motivado las protestas pacíficas, Piñera agregó: “Mañana [lunes] vamos a tener un día difícil. Estamos muy conscientes de que [los autores de los disturbios] tienen un grado de organización, de logística, propia de una organización criminal”.
 
A pesar de que el Gobierno ha renunciado a subir el precio del metro, medida que desencadenó las protestas, la violencia no ha cesado, al menos hasta la medianoche del domingo. Durante la jornada de ayer se registraron unos 70 hechos graves de violencia y hubo 152 detenidos y en la capital chilena y otras cuatro regiones sigue habiendo toque de queda, por lo que está prohibido el libre tránsito desde las 19.00 horas hasta las 6.00.

Piñera se reunió este domingo —pese a que fue el viernes cuando decretó el estado de emergencia— con los militares que tienen el control de estas cinco regiones del país. Acompañado del ministro de Defensa, Alberto Espina, y del jefe de la Defensa Nacional, Javier Iturriaga, el presidente aseguró que los violentos están "dispuestos a quemar hospitales, el metro, supermercados, con el único propósito de producir el mayor daño posible” y se mostró convencido de que son grupos organizados que buscan sembrar el caos. “Están en guerra contra todos los chilenos que quieren vivir en democracia”.

Este lunes por la mañana, el propio Iturriaga ha rebajado la tensión y ha lanzado un mensaje de calma: "Soy un hombre feliz y la verdad no estoy en guerra con nadie", ha asegurado el general del Ejército, marcando distancia con las polémicas declaraciones de Piñera.

El presidente, que este domingo recibió en La Moneda a los representantes del poder Legislativo y Judicial para quebrar el aislamiento del Ejecutivo y dar una imagen de unidad, distinguió entre la protesta pacífica y la violencia. Sin embargo, su discurso, que sigue centrado en el orden público, parece insuficiente para calar los ánimos. El estallido social se produjo por el alza de la tarifa del metro, pero se trata únicamente de la punta del iceberg de un descontento mayor ante las desigualdades y carencias sociales que han sufrido los chilenos en los últimos tiempos. Ante este escenario, Piñera apostó por instigar el encontronazo entre sus compatriotas. “El general Iturriaga está a cargo de este estado de emergencia, y ha podido disponer de 9.500 hombres para resguardar la paz, tranquilidad y sus derechos y sus libertades”, indicó.

"Presidente Sebastián Piñera, ¡no asuste a la ciudadanía! No estamos en guerra. Enfrentamos una crisis política, mal manejada por el Gobierno, cuyo tema de fondo es la desigualdad. Estas declaraciones no ayudan a crear un clima de entendimiento", indicó el senador de la oposición Ricardo Lagos Weber.

Las palabras de Piñera indicando que su país está “en guerra” complican la situación política del presidente. Las protestas suponen un desafío para el mandatario que en las próximas semanas será el anfitrión de dos importantes cumbres mundiales: el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en noviembre, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), en diciembre.

Chile: masiva protesta de los estudiantes y paro general

Multitudinaria movilización en el centro de Santiago

La medida de fuerza se cumple este lunes en medio de las protestas por el aumento del subte. Fue convocada por más de veinte organizaciones luego de que los estudiantes llamaran a movilizarse.



Tras varias jornadas de protestas por el aumento de subte, hoy se cumple un paro general en Chile.

Miles de manifestantes comenzaron a concentrarse este mediodía en las plazas de Santiago en el marco de la huelga general convocada por organizaciones sociales y sindicatos para apoyar el reclamo de los estudiantes en contra del aumento del boleto del metro. "Que se vayan los milicos" y "¡Chile despertó!", gritaban a coro los manifestantes en la céntrica plaza Italia, frente a los Carabineros dispuestos en un gran operativo de seguridad en el centro de la capital chilena, que continúa bajo estado de emergencia.

La nueva huelga general fue convocada después de un fin de semana de manifestaciones violentas y con la ciudad completamente militarizada. Más de veinte organizaciones sociales convocaron a manifestarse en apoyo el reclamo estudiantil y denunciar “la represión y el uso de la fuerza desmedida” ejercida por los Carabineros. La cifra de víctimas fatales se elevó a diez el domingo por la noche tras el hallazgo de dos cuerpos calcinados en el incendio de un supermercado de productos industriales.


El segundo toque de queda ordenado por el presidente Sebastián Piñera terminó este lunes a las 9 de la mañana, con un enorme despliegue policial y militar en las calles de la ciudad. El metro de Santiago abrió parcialmente una de sus líneas luego de estar totalmente paralizado desde el viernes cuando comenzaron las protestas por la suba del pasaje.

Si bien desde el Gobierno anunciaron que además de la Línea 1 del metro, que recorre de este a oeste la capital chilena, se dispondrían micros municipales e interurbanos para satisfacer la demanda de transporte, las organizaciones sociales convocaron a una huelga general enfatizando que el llamado es no ir a trabajar para poder “luchar y marchar junto a los jóvenes”.

“Porque no es solo por les estudiantes, es por nuestros padres y madres. Por nuestros abueles. Es por todos los abusos y las violaciones a los derechos humanos, por la represión contra la lucha justa del pueblo, por la dignidad de la vida, decimos fuerte y claro #PiñeraRenuncia”, sostuvieron desde la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.

Anoche Piñera había dicho que su gobierno estaba "en guerra contra un enemigo poderoso", razón por la cual el mandatario decretó el estado de emergencia en la ciudad de Santiago y otras nueve regiones del país. Por la presión social el presidente tuvo que dar marcha atrás con el aumento de la tarifa del metro que subió de los 800 pesos a los 830 (1,7 dólares).


La convocatoria a la huelga general

La Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) llamó a la movilización de este lunes para exigir “transporte público digno y de calidad” y expresar “que no aceptaremos más abusos”. Los jóvenes, reunidos tanto en la Confederación como en otras entidades estudiantiles, y con el apoyo de organizaciones sociales y sindicales, llamaron a “copar y evadir” nuevamente las estaciones de metro.

Pese a que el disparador de las protestas fue la suba del boleto del metro, el estallido social desencadenó el repudio generalizado contra las políticas económicas del gobierno de Piñera. “Gran parte de nuestras familias deben vivir con el ingreso mínimo”, sostuvieron los estudiantes ante la nueva convocatoria, quienes remarcaron a su vez la grave situación de los jubilados con “pensiones indignas” otorgadas bajo el sistema de AFP.

“Se hace difícil para nuestras familias soportar alzas injustificadas en el sistema de transporte, el cual no otorga condiciones dignas al viajar hacinados, posee pésima conectividad especialmente en zonas rurales y zonas extremas del país, no existe una frecuencia coherente con la demanda y entrega pésimas condiciones laborales”, afirmaron los estudiantes.

La convocatoria a la huelga de este lunes también remarca que en los últimos años movilizarse por el territorio nacional “se ha vuelto cada vez más caro producto de las constantes alzas en los peajes” en las rutas que son concesionadas y “amasan grandes fortunas con este robo amparado por los gobiernos”.

Por últimos, la Confech repudió la represión y el uso de la fuerza “desmedida” ejercida durante el fin de semana por los carabineros, que tiraron gases lacrimógenos dentro de las estaciones del metro. Los estudiantes se sumaron también al reclamo de los trabajadores del metro que piden estatizar el servicio y retirar a los Carabineros de las estaciones.

Alberto Fernández: "Que Macri se quede en la grieta, ya es parte de la historia"




Sobre el lunes post elecciones, planteó: "Lo único que espero es que no se vuelva a enojar Macri y no vuelva a llamar al Banco Central para que liberen el dólar"


"Tengo que darle una noticia a Macri: hace cuatro años que es presidente", ironizó Fernández


Luego del debate, el candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, aseguró que el presidente Mauricio Macri "ya es parte de la historia" porque se quedó en la "grieta". Además, espera que el lunes posterior a las elecciones "no se vuelva a enojar" el mandatario y que "no vuelva a llamar al Banco Central para que liberen el dólar", en referencia a la corrida que hubo tras las PASO.

Consultado sobre la forma en que Macri se refirió al kirchnerismo durante el debate como un "ellos", marcando distancia, planteó: "Es lo que sabe hacer. La Argentina tiene que mirar para adelante. Que Macri se quede en la grieta, el resto de la Argentina tiene que abrazarse y seguir avanzando. Macri ya es parte de la historia".


Respecto a sus expectativas sobre el mercado luego de las elecciones, con el antecedente de la histórica corrida cambiaria que llevó el dólar a más de $60 luego de las PASO, sostuvo: "Lo único que espero es que no se vuelva a enojar Macri y no vuelva a llamar al Banco Central para que liberen el dólar, que fue lo que hizo. Hay una denuncia penal que dice que así lo hizo".

En declaraciones a la prensa esta mañana al salir de su domicilio en Puerto Madero, rechazó las versiones sobre un cruce entre él y Macri durante un intervalo del debate presidencial este domingo por la noche, en el que el Presidente se habría quejado de la mención a su padre, Franco Macri, por sus causas de corrupción. "¿Qué tensión hubo ayer? Déjense de embromar con eso, no pasó nada", minimizó el candidato.

La prensa también le preguntó si le sorprendió que Macri haya dicho que había bajado la pobreza hasta que hubo una crisis. Ante esto, Fernández se rió y contestó: "Tengo que darle una noticia a Macri: hace cuatro años que es presidente. Parece que no se enteró".



Por otra parte, manifestó que espera una transición tranquila en caso de ganar, porque eso "debe ser así". "Estamos en democracia, no pasa nada. Pierde Macri, asume otro. En todo caso, mucha gente estará feliz", deslizó.

En cuanto a la posibilidad de un balotaje, manifestó que no quiere "ser soberbio" porque "todavía falta una elección", y también se refirió a la marcha del "Sí se puede" celebrada el sábado en el Obelisco: "No cambia nada. Es como nuestras marchas, hay muchísima gente que nos sigue y nos acompaña", sostuvo, y aseguró que no le llamó la atención la cantidad de gente.

Por otra parte, molesto con los periodistas que sugerían una ausencia en actos públicos por parte de de su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner, cuestionó: "¿Cómo que no estuvo en la campaña? Si la semana pasada hicimos un acto en La Pampa. Cristina se la pasó haciendo actos en todos lados, dejen de sembrar cosas que no existen".

Protestas en Chile: 4 claves para entender la furia y el estallido social

La desigualdad social, la tardía respuesta del gobierno ante las movilizaciones, las expectativas no cumplidas y el rol de los estudiantes explican parte de lo que está ocurriendo hoy en Chile.
La crisis en Chile se desató después de que el gobierno anunciara el alza de los precios del pasaje de metro.

El despliegue de militares armados y de dispositivos de la policía uniformada no ha logrado frenar la furia de los centenares de manifestantes que tiene a varias ciudades de Chile sumidas en un verdadero caos.

La crisis se desató cuando, por recomendación de un panel de expertos del Transporte Público, el gobierno del presidente Sebastián Piñera decidió subir el precio del pasaje del Metro en $30 pesos, llegando a un máximo de US$1,17.

A modo de protesta, estudiantes comenzaron a realizar "evasiones masivas" en el metro, levantando torniquetes para ingresar a los andenes sin pagar.

La situación fue agravándose a partir del viernes cuando la violencia se tomó las calles de la capital chilena, Santiago, con quema de diversas estaciones de metro y buses, saqueo de supermercados y ataques a cientos de instalaciones públicas.

El gobierno, entonces, decretó estado de emergencia, lo que significó el despliegue de los militares quienes, además, ordenaron toque de queda. La irrupción del ejército en las calles agravó las manifestaciones.

El presidente Piñera se vio forzado a ceder y anunció, en la noche del sábado, la suspensión del alza en la tarifa del metro afirmando que había escuchado "con humildad la voz de la gente".

Sin embargo, lo cierto es que ninguna de estas medidas y anuncios ha logrado atenuar la furia de los chilenos.

Hoy, ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción amanecieron con graves daños en edificios y espacios públicos, además de paros en puertos y cortes de carretera. Los edificios de varias ciudades amanecieron el domingo con graves daños.

El "milagro económico" de este país, acuñado por el economista estadounidense Milton Friedman durante el gobierno militar, parece haber ignorado las demandas de una sociedad que dice sentirse abusada.

¿A qué se debe esta violencia y que hay detrás de lo que está pasando en Chile?

Aquí exponemos cuatro claves que te ayudarán a entender el conflicto:
1. ¿Qué tan desigual es Chile?

Políticos y expertos han afirmado que el alza de la tarifa del metro es solo la "punta del iceberg" de los problemas que están aquejando a los chilenos.

La palabra "desigualdad" se ha apoderado del debate en estos últimos días, con cientos de manifestantes insistiendo que la brecha social en el país sudamericano es desmedida.

Según reveló la última edición del informe Panorama Social de América Latina elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 1% más adinerado del país se quedó con el 26,5% de la riqueza en 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país.


Por otra parte, el sueldo mínimo en Chile es de $301.000 (US$ 423) mientras que, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, la mitad de los trabajadores en ese país recibe un sueldo igual o inferior a $400.000 (US$562) al mes.

Con este salario, los protestantes alegan que un alza en el pasaje del metro es inconcebible.

Más aún si se considera que el transporte público en Chile es uno de los más caros en función al ingreso medio. Así lo determinó un reciente estudio de la Universidad Diego Portales, de un total de 56 países alrededor del mundo, Chile es el noveno más caro. Algunas estaciones de metro quedaron muy afectadas durante las protestas.

Así, hay familias de bajos recursos que pueden gastar casi un 30% de su sueldo en transportarse, mientras que dentro del nivel socioeconómico más rico, el porcentaje de gasto puede ser menos de un 2%.

De esa manera, la sensación entre los ciudadanos chilenos es que no ha habido respuesta de los gobiernos de turno a una problemática que se arrastra hace décadas.

Cristóbal Bellolio, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, asegura a BBC Mundo que "este es ciertamente un problema estructural del sistema socioeconómico chileno. No es un misterio que Chile es un país muy desigual a pesar de que hay mucho menos pobreza que antes".


"La situación de aquellos que salen de la pobreza sigue siendo muy vulnerable y se percibe que hay una clase de ricos que tiene todas las herramientas para saltarse las reglas", agrega.

Para Bellolio, el alza en el pasaje del metro finalmente se suma al incremento en el costo de la luz, del agua y a la crisis en el sistema público de salud. También tiene que ver con las pensiones: hace bastantes años que Chile está discutiendo una reforma al sistema de pensiones privado que, para muchos, tiene importantes deficiencias.

"Es un cóctel que no provee de esperanzas de que vayan a ver tiempos mejores, que es justamente la promesa del gobierno de Piñera. Por el contrario, creo que la gente percibe que los tiempos son peores", dice.

Una opinión similar tiene Claudio Fuentes, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales.

"Hubo un gran crecimiento de la clase media pero es una clase media precarizada, que tiene bajas pensiones, altos niveles de deuda, que vive mucho del crédito y que tiene sueldos muy bajos. Es una situación donde el día a día es precario, que vive con incertidumbre", dice a BBC Mundo.
2. ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno de Sebastián Piñera en todo esto?

Tanto la oposición política al gobierno de Sebastián Piñera como algunos de sus propios partidarios han coincidido en que la actual administración reaccionó tardíamente a las manifestaciones.

Se ha dicho que no hubo explicaciones claras sobre el alza de la tarifa y que se demostró una "falta de empatía" con los problemas de la gente. De hecho, ante las primeras protestas, ministros del gobierno de Piñera sugirieron tomar el metro más temprano, a las 7 de la mañana, para evitar pagar el alza, lo que ha sido blanco de críticas. Algunos piensan que el presidente Piñera tardó en reaccionar a las manifestaciones.

Además, se ha cuestionado que las autoridades se limitaron a amenazar con la Ley de Seguridad del Estado, sin abordar el fondo del petitorio, y calificando a los manifestantes de "delincuentes" en repetidas ocasiones.

"Fue una protesta lenta, que subió en intensidad gradualmente, con muchos momentos para reaccionar. Pero no hubo más que dos respuestas: la tecnocracia y la represión. El panel de expertos define la tarifa, las Fuerzas Especiales la hacen cumplir. Planillas Excel y lumas (palos), mientras la política permanece ciega, sorda y muda", dice el periodista chileno Daniel Matamala en una columna a La Tercera.

En particular, el presidente Piñera ha sido fuertemente cuestionado luego de que el viernes —mientras se incendiaban varias estaciones de metro— se le vio cenando en un restaurante de Vitacura (una de las comunas más ricas de Santiago), donde le estaba celebrando el cumpleaños a uno de sus nietos.

Así, los líderes de coaliciones políticas de oposición, como el Frente Amplio, han salido a criticar al mandatario y sus ministros. Desde el gobierno "no hubo más que dos respuestas: la tecnocracia y la represión".

"Gobierno insiste concentrar su discurso en criticar la violencia, pero con sus acciones hasta ahora solo ha contribuido a ella. Indolencia ("levántense más temprano"), incomprensión ("escolares no tienen motivos para protestar") y represión (militares en la calle). Así no!", dijo el diputado Gabriel Boric a través de su cuenta de Twitter.

Por su parte, la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, indicó: "Solo queda pensar qué distinto sería Chile si los gobiernos escucharan antes a la gente".

Incluso, un ex ministro del primer gobierno de Piñera, Harald Beyer, señaló a La Tercera que este episodio "demostró la falta de habilidad y destrezas que ha exhibido el Gobierno para enfrentar situaciones como ésta".

De todas maneras, la oposición tampoco se ha librado de las críticas: también se ha dicho que reaccionaron tarde y que no han hecho nada para mejorar la calidad de vida de los chilenos, además de apoyar la violencia en estas manifestaciones.

"La oposición cometió un gran error: validó la violencia. Ellos no lo han dicho explícitamente pero se desgastaron en contextualizar la violencia como parte del descontento. Y en ese sentido, el partido comunista y el Frente Amplio han remado para el otro lado y han azuzado el fuego", dice Cristóbal Bellolio.
3. ¿Cómo influyen las expectativas de una mejora social en el malestar de la gente?

Hace años que la clase política chilena viene prometiendo mejoras en la calidad de vida de la gente en Chile. Se han anunciado reformas educacionales, constitucionales, tributarias y a la salud pero muchas de ellas no han logrado cumplir con las expectativas de la sociedad.

El descontento social, entonces, se ha traducido en este estallido que está terminando con la destrucción de un centenar de espacios públicos en distintas ciudades de Chile. El descontento social se ha traducido en la detsrucción de varios espacios públicos.

Las expectativas generadas por los dos gobiernos de Michelle Bachelet (del 2006 al 2010, y luego del 2014 al 2018), y luego por los de Sebastián Piñera (quien también lideró el país en un período anterior, entre 2010 y 2014), son una causa importante que puede explicar esta "furia".

"Si Bachelet 1 y Piñera 1 fueron símbolos de cambio (la igualdad de géneros, la alternancia en el poder), Bachelet 2 y Piñera 2 agotaron el stock de esperanzas. Enterrada la retroexcavadora y sepultados los tiempos mejores, hace tiempo se incuba el ruido sordo de la falta de un proyecto país, de un camino al desarrollo, de una meta compartida que dé sentido a las penurias cotidianas", dice Matamala.

Además, es importante recordar que Piñera ha sido reconocido por su capacidad para generar empleos y mejorar la economía. Durante su primer gobierno, de hecho, ése fue su gran logro.

Esta vez, la gente esperaba lo mismo y, hasta el momento, la realidad económica ha estado por debajo de las expectativas que tenía la sociedad chilena. Tanto los gobiernos de Piñera como el de Bachelet generaron expectativas que han agravado el descontento.

"Aquí habían dos promesas: el mejoramiento económico y la paz ciudadana. Esas eran las claves de este gobierno", explica Claudio Fuentes.

El académico agrega que "el crecimiento económico ha sido menor, les ha costado mucho. Y en seguridad ciudadana, acaba de salir un informe que muestra un incremento de la percepción de inseguridad en la población. Todo esto afecta este clima de no cumplimiento".
4. ¿Cuál es el rol de los estudiantes en las movilizaciones?

Las protestas y manifestaciones han sido lideradas, principalmente, por estudiantes.

La primera "evasión masiva" fue el lunes 7 de octubre, liderada por estudiantes de liceos emblemáticos, principalmente del Instituto Nacional. Este establecimiento fundado en 1813 ha protagonizado violentas protestas en los últimos meses.


Las quejas tienen que ver con la "falta de recursos" en la educación chilena y la falta de cuidado en las aulas de clases.

Según asegura el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, en el diario El Mercurio, los desmanes ocurridos en los últimos días en Chile son resultado, en parte, a la aparición de una nueva generación "que se manifiesta cada vez con mayor intensidad".

"No es casualidad que todas esas formas de protesta violenta sean protagonizadas por jóvenes", agrega. Los estudiantes, por lo general, lideran este tipo de manifestaciones.

Una de las manifestaciones más importantes en Chile desde el retorno a la democracia también fue liderada por estudiantes. La llamada "revolución pinguina", ocurrida en 2006, generó un importante precedente respecto a la demanda social de mejorar la educación en el país sudamericano.

Luego, en 2011, esta petición se incrementó con un movimiento estudiantil que también provocó grandes manifestaciones y que tuvo al primer gobierno de Sebastián Piñera en jaque.

Y aunque no se sabe cuál será la verdadera dimensión de estas últimas manifestaciones, sí está claro que las últimas 36 horas han sido de las más violentas que ha vivido Chile en décadas.

Hace solo unas semanas, y tras las crisis en Perú y Ecuador, se decía que este país sudamericano era un "oasis" dentro de América Latina.

Hoy, la situación ha cambiado abruptamente y nadie sabe si la "furia" va a detenerse.

Ya son diez los muertos en Chile y Piñera dice que están "en guerra"

La del domingo fue la jornada más violenta del estallido, que el Gobierno considera un ataque organizado. Un jefe militar cruzó a Piñera.



"Estamos en guerra". El presidente de Chile, Sebastián Piñera, definió de manera dramática la situación que atraviesa el país por el estallido social que se ha cobrado ya diez muertos, en una situación de caos total a pesar del despliegue de las Fuerzas Armadas y el toque de queda ordenado por el Gobierno.

"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible", afirmó Piñera junto a militares. "Ellos están en guerra contra todos los chilenos que quieren vivir en democracia", agregó.


Los dichos de Piñera para definir la situación que enfrenta su administración no cayeron en bien en la oposición, que los rechazó de manera casi unánime. Pero lo llamativo es que un alto militar a cargo del estado de emergencia en la Región Metropolitana (en la que se ubica Santiago) también se diferenció del presidente. "Mire, yo soy un hombre feliz y la verdad es que no estoy en guerra con nadie", afirmó el general del Ejército, Javier Iturriaga del Campo.


Arde Chile: Piñera envía tanques a reprimir las protestas y decretan toque de queda

La del domingo fue la jornada más dramática en término de víctimas fatales. Hubo ocho muertos, que se sumaron a otros dos reportados en la noche del sábado. Los fallecidos se reportaron en distintos incendios en locales comerciales de Santiago y alrededores. Además, el Ministerio de Salud informó de que al menos 10 heridos se encuentran hospitalizados con riesgo vital.

La jornada estuvo marcada nuevamente por las barricadas, incendios y saqueos, además de los enfrentamientos de los manifestantes con las fuerzas de seguridad con epicentro en la céntrica Plaza Italia de Santiago. A pesar del toque de toque y el despliegue de miles de efectivos, nuevamente la situación estuvo fuera de control. La intendenta de la Región Metropolitana, Kala Rubilar, reconoció que las fuerzas del orden se vieron sobrepasadas.


El Gobierno ya declaró el estado de emergencia, totalmente o en algunas de sus comunas, en 10 de las 16 regiones de Chile: la Región Metropolitana, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Maule, Concepción, Bío Bío, O'Higgings, Magallanes y Los Ríos. Además, decretó el toque de queda en Santiago, La Serena, Coquimbo, Concepción y Valdivia.

El ministro del Interior, Andrés Chadwick, justificó estas medidas al hablar de un enfrentamiento contra fuerzas organizadas. "No nos engañemos, estamos enfrentando una verdadera escalada, que sin duda es organizada, para causar un grave daño a nuestro país y la vida de cada ciudadano", dijo.

En paralelo a los episodios de violencia, en distintos puntos de Santiago y otras ciudades se repitieron el domingo cacerolazos pacíficos contra la desigualdad, el verdadero motivo del estallido social que en un principio estuvo motivado por el ya suspendido aumento de las tarifas de subtes.

"En calma"

Durante las primeras horas del lunes el Gobierno evaluó la situación como "calma" en el inicio de la semana, con el comienzo de la actividad laboral, un momento para el que había mucha expectativa.

El Gobierno habilitó sólo una de las siete líneas del metro (que no operaba desde el viernes) y reforzó el servicio de autobuses y taxis colectivos para cubrir los recorridos que no operarán en los próximos días. Es por esto que se pidió a los empleadores "flexibilidad" ante las dificultades de los trabajadores para trasladarse.

Además, las escuelas de 43 de las 56 comunas de Santiago están cerradas. Lo mismo sucede en muchas entidades bancarias, que decidieron concentrar la actividad en las sucursales centrales. También las grandes cadenas comerciales no abrirán. El aeropuerto de Santiago colapsó el domingo por la noche por la cancelación y retraso de decenas de vuelos.

"Los chilenos no quieren cambiar el modelo económico, quieren ser parte de los beneficios, el gobierno de Piñera está acabado"

"Las protestas son por inclusión, no para que se vayan todos y se joda todo", afirmó a LPO el analista Patricio Navia. "El gobierno de Piñera está acabado", dice.


Por Leonardo Montero


Patricio Navia es uno de los analistas políticos más reconocidos de Chile. En tiempos de convulsión en su país, su voz es palabra autorizada para analizar el estallido social que desató un caos el último fin de semana. El profesor de la Universidad de Nueva York sostiene en una entrevista con LPO que la raíz del problema es la desigualdad social en la economía más desarrollada de Latinoamérica. "Los chilenos están frustrados porque están en las puertas de la tierra prometida pero no los dejan entrar", afirma.

¿Cuáles creen que son las causas del estallido social en Chile?


Hay algunas causas que son de corto plazo y otras que son de mediano y largo plazo. La causa de corto plazo tiene que ver con el aumento del precio del metro. Pero eso fue un aumento del 3,5 por ciento, o sea un aumento bastante menor y en un contexto de crecimiento económico, de paz social.


Entonces, tenemos que ver las causas de largo plazo. Y en mi juicio las causas de largo plazo tienen que ver con el hecho de que Chile se ha desarrollado mucho, ha crecido mucho, pero el crecimiento está desigualmente distribuido. Los chilenos están frustrados porque están en las puertas de la tierra prometida pero no los dejan entrar. Al país le ha ido bien, Chile es el país más desarrollado de América Latina, la pobreza ha disminuido, hay mayor acceso al consumo, mejores oportunidades para todos, pero la gente percibe que los niveles de desigualdad son muy altos y que la élite sigue cerrándole las puertas a esta clase media emergente que quiere ser también parte de la toma de decisiones y de los beneficios del progreso.


Una de las cuestiones que siempre se marca como contracara del considerado exitoso modelo económico chileno es la desigualdad. ¿Eso sigue siendo así? ¿Se percibe así en Chile?


Ambas cosas son ciertas. Chile está hoy mejor que nunca en su historia y los niveles de desigualdad están hoy más bajos que nunca antes en la historia de Chile. Pero Chile sigue siendo un país muy desigual. Y de hecho es precisamente el hecho de que la gente ve que hay progreso, ve que hay avances, y eso los pone nerviosos y los frustra. La gente está viendo que las cosas van mejorando, pero que esa mejora es muy lenta y que hay oportunidades para que haya una mejora más sustantiva, más significativa.

Y creo que lo que pasó en los últimos meses también es importante para explicar estas protestas. El gobierno de Piñera trató de promover una reducción de impuestos para la gente que más gana y eso llevó también al descontento social. La gente dice 'hemos crecido, nos ha ido bien, ahora toca que nos distribuyan a nosotros'. El presidente Piñera, que es un hombre muy rico, uno de los más ricos del país, dijo 'no, tenemos que bajarle los impuestos a los más ricos para que haya más crecimiento'. Entonces la gente dice '¿en qué momento nos va a tocar a nosotros? Si siempre van a estar bajándole los impuestos a los más ricos para que haya más crecimiento entonces nos están dejando fuera de la fiesta y nosotros queremos entrar a la fiesta'. Los chilenos no quieren cambiar el modelo económico, quieren ser parte de los beneficios, pero pasa siempre: si tú estás fuera de la fiesta y no te dejan entrar, y te dicen 'vas a entrar en un rato' pero no te dejan nunca, al final te da rabia y lo destruyes todo.


¿Esta frustración que usted describe habla de un agotamiento del modelo chileno?


Si tú le preguntas a los chilenos si quieren vivir en Argentina, en Brasil, en Venezuela o en Cuba, te van a decir 'no, queremos vivir en un país que sea más justo'. Los chilenos no quieren que la fiesta se acabe, quieren entrar a la fiesta. No quieren otra fiesta. Dicen 'llegamos a la Tierra Prometida, estamos viendo que fluyen leche y miel, déjennos entrar'. Las protestas son por inclusión, no son para que se vayan todos y que se joda todo. Quieren ser parte de los beneficios de crecimiento.


¿Cómo era, hasta antes del estallido, el clima social respecto a esta segunda gestión del presidente Piñera?


La situación del país es relativamente tranquila, este fin de semana las cosas se complicaron mucho. Va a haber un efecto de esto por bastante tiempo. Pero en general Chile es un país que vive en bastante calma. Por eso mismo creo que la gente estaba pidiendo que les toque a ellos alguna vez y creo que eso es lo que vimos el fin de semana.


Usted en una columna dice que el país está en una buena posición para realizar reformas inclusivas. ¿Hay alguna posibilidad de que el gobierno de Piñera vaya en ese sentido?


A diferencia de otras cosas que han ocurrido en la región, Chile no está en un programa del FMI de ayuda económica, no estamos en esa situación. Este aumento de boletos no se produjo porque el gobierno tenga que bajar sustancialmente el gasto para ajustarse a lo que pide el Fondo. El país está creciendo, tiene una capacidad de endeudarse bastante alta, o sea tiene las herramientas para solucionar estos problemas. Y por lo tanto son problemas que se pueden solucionar. Es una crisis de la que se puede salir, no es Venezuela, no es Ecuador, no es Argentina. Esta es una crisis mucho más manejable y por lo tanto es una oportunidad.

Si tú les preguntas a los chilenos si quieren vivir en Argentina, en Brasil, en Venezuela o en Cuba, te van a decir 'no, queremos vivir en un país que sea más justo'

Ahora, me da la impresión de que el presidente todavía no se da cuenta de lo que está pasando y está reaccionando de una mejor forma que no es la mejor. Salió a hacer unas declaraciones que a mí me parecen bastante preocupantes, diciendo que estamos en guerra. Cuando lo que tiene que hacer un gobierno es poner orden y controlar el país, no declararles la guerra a otros chilenos. Efectivamente hay que respetar la propiedad privada y pública, hay un estado de emergencia, hay militares en las calles que tienen que hacer su trabajo, pero mi sospecha es que el presidente está radicalizando el discurso y eso no es un buen camino a seguir. Piñera debería reconocer sus errores y decir que va a corregir algunas cosas porque claramente hay descontento. Estamos recién empezando esta situación, todavía hay posibilidades de que estas cosas se arreglen, entonces no hay que ser alarmistas. Vamos a ver cómo reacciona el presidente en los próximos días, pero efectivamente la mayoría de los chilenos lo que quieren es vivir mejor y distribuir mejor la riqueza. Es mucho más fácil solucionar problemas cuando puedes distribuir la riqueza que cuando tienes pobreza extrema y una crisis económica.

¿Cómo evalúa la declaración del estado de emergencia y el toque de queda?

Yo no sé qué información tenía el Gobierno que los llevó a tomar estas medidas. Pero sí me parece que si vas a declarar el estado de emergencia tienes que darle a las fuerzas armadas las herramientas para que puedan actuar y, por ejemplo, parar los saqueos. Y eso es peligroso porque significa que vas a tener que dispararle a la gente que está saqueando, o parar eso por la fuerza. Pero si declaras estado de emergencia tienes que estar dispuesto a vivir con las consecuencias. Me da la impresión de que el presidente declaró estado de emergencia pensando que con eso se iban a acabar los saqueos, pero los saqueos continuaron. Si no les das las herramientas para que puedan actuar, no tiene mucho sentido que las fuerzas armadas estén en las calles paseando. Si declaras estado de emergencia tienes que aceptar que usen la fuerza para imponer el orden. Hasta ahora las fuerzas han actuado bastante bien. Después de todo Chile tiene una historia de violaciones de derechos humanos por parte de los militares y eso obviamente genera preocupación. Pero hasta ahora las cosas se han mantenido de una forma relativamente razonable.

¿Qué lugar asumió la oposición a Piñera en este conflicto?







La oposición enfrenta siempre el desafío de si quieren ayudar a dar gobernabilidad o si quieren desestabilizar al gobierno. Da la impresión de que hay algunos en la centroizquierda que estarían muy felices desestabilizando al gobierno. Me parece que lo que la gente quiere son autoridades que se hagan cargo de los problemas y lo solucionen. Entonces la oposición corre riesgos de si aparece muy preocupada por criticar al gobierno en vez de hacer su trabajo y ayudar a dar gobernabilidad. Si la oposición prefiere estar en las calles gritando y criticando, probablemente en las próximas elecciones la gente va a elegir a otro para que sea gobierno porque el trabajo de los políticos es encontrar soluciones no salir a la calle a protestar.







Aunque todavía sea muy prematuro, ¿cuál cree que va a ser el impacto político y electoral de este estallido social?







Creo que el gobierno del presidente Piñera ya se acabó, después de esto va a ser muy difícil que logre articular y hacer avanzar su agenda. Va a tener que avanzar con la agenda que resulte de las negociaciones y de los diálogos que se están produciendo. Pero las elecciones presidenciales son a fines de 2021 y ahí los chilenos, como siempre lo han hecho, van a votar por alguien que dé gobernabilidad, que dé garantías, que dé seguridad. Entonces si se corren mucho a la izquierda, van a perder. Y lo mismo si se corren muy a la derecha. Los chilenos en general son moderados. Aquí si hay cosas que perder, la gente está mucho mejor ahora de lo que estuvo nunca antes en su historia y quieren estar todavía mejor. Entonces el argumento ganador electoralmente es cómo te mejoro la vida, no como nos peleamos entre todos.

Creo que el gobierno del presidente Piñera ya se acabó, después de esto va a ser muy difícil que logre articular y hacer avanzar su agenda

¿Por qué considera que el gobierno de Piñera está acabado?


Piñera llegó al poder prometiendo hacer algunas reformas que apuntaban a generar más crecimiento, quería hacer una reforma que bajara los impuestos a los más ricos para producir más crecimiento. Estuvo un año tratando de impulsar esa reforma, probablemente esa reforma ya se murió, no va a poder avanzar. Entonces, la razón de ser del gobierno que era avanzar con una reforma que promoviera el crecimiento, claramente no van a poder hacerlo. Ahora las prioridades cambiaron.


Piñera también quería hacer una reforma de pensiones. Bachelet había propuesto una reforma antes de irse, y Piñera planteó otra distinta. Parece que vamos a tener que terminar volviendo a la propuesta de Bachelet. Entonces creo que las iniciativas de Piñera van a terminar desapareciendo porque la situación política cambió radicalmente.

Impuesto al WhatsApp desató la furia popular en El Líbano

Mientras en Argentina se discute una reforma tributaria en los equipos económicos de los principales candidatos a presidente, llegan ideas polémicas desde el exterior. El gobierno de coalición no tuvo mejor idea que aplicar un impuesto a los usuarios de WhatsApp, desatando la furia popular y obligando a bancos a cerrar  por temor a desmanes.


El Líbano. Foto: Reuters





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La Asociación de Bancos Libaneses anunciaron en las últimas horas que sus "establecimientos permanecerán cerrados este lunes 21/10 para garantizar la seguridad de los empleados".

Es que un impuesto al WhatsApp que lanzó el gobierno, presidente de El Líbano, desató una serie de protestas simultáneas.


"Los movimientos populares continúan en varias regiones del país y para garantizar la seguridad de los empleados y limpiar los daños causados en ciertas sucursales, se decidió mantener los bancos cerrados el lunes", afirmó la asociación en un comunicado.

Según fuentes locales, manifestaciones continuaban ayer (20/10) en Beirut, Trípoli (norte), Nabatieh y Tiro (sur) así como en otras regiones libanesas por tercer día, después de que el Gobierno anunciara una tasa a las llamadas por servicios de mensajería en internet como WhatsApp, una decisión que ya retiró.

La "Revolución del WhatsApp" se denominó a la iniciativa que se llevó a cabo en forma pacífica, aunque se registraron algunos enfrentamientos con la policía.

El temor es tal que en el centro de Beirut se instalaron protecciones a los bancos con mallas metálicas para evitar destrozos similares a los daños contra cajeros y entidades en las protestas del jueves y viernes.

Fuentes de la Cruz Roja Libanesa afirmaron que solo en la capital al menos 23 personas fueron trasladadas a los hospitales mientras que otras 70 fueron tratadas en el lugar, con lo que el número de víctimas desde el jueves asciende a dos muertos y más de un centenar de heridos.

Recordemos que esto le estaría costando el puesto al primer ministro, Saad Hariri, quien desafió que estaba dispuesto a dimitir si no lograba hacer aprobar sus reformas económicas en un plazo de 72 horas que concluía ayer, pero su debilitado y fragmentando gobierno quedó aún más endeble tras la dimisión de los cuatro ministros del partido cristiano Fuerzas Libanesas. Otros socios clave en la coalición como el partido milicia chií Hizbolá, sin embargo, se oponen a la dimisión y mantienen su apoyo al primer ministro.

Esta manotazo de ahogado que dio el gobierno tiene que ver con su fuerte endeudamiento. El Líbano es uno de los países más endeudados del mundo, con alrededor de 86.000 millones de dólares de deuda.

Los chilenos desafían el toque de queda y los disturbios dejan al menos ocho muertos

Santiago de Chile afronta su segunda noche de toque de queda y los disturbios dejan al menos ocho muertos

En la tercera jornada de movilizaciones, que comenzó por el alza del precio del metro, los ciudadanos desafían la prohibición de salir, mientras el Gobierno intenta una salida política
Manifestantes en Valparaíso

En casi todo Santiago de Chile se escucha el sonido de las bocinas de los coches en señal de protesta durante el inicio de la segunda noche de toque de queda en la capital chilena. Un decreto del Ejército ha prohibido a los ciudadanos salir hasta las seis de la mañana de este lunes. Los ciudadanos han desafiado a las autoridades militares y políticas mediante protestas pacíficas o violentas, como ocurrió este sábado, en la primera jornada de toque de queda, en la cual fueron detenidas 241 personas por no respetar la orden de no trasladarse por la ciudad. El estallido que explotó el pasado jueves por el alza del precio del metro no se calma. Al menos ocho personas han muerto en los incendios producidos en medio de los saqueos: dos mujeres fallecieron en el municipio de San Bernardo, en el sur de la capital, un hombre murió en el centro de la ciudad y cinco personas perdieron la vida por las llamas en una bodega de ropa de Renca, en el norponiente de Santiago de Chile.

Al menos 716 personas se encuentran detenidas por los disturbios, según informó por la mañana de este domingo el ministro del Interior, Andrés Chadwick. Durante toda la jornada se han producido saqueos y enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza policial en diferentes ciudades del país. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) ha informado de al menos 22 personas víctimas de uso abusivo de la fuerza. Los helicópteros sobrevuelan desde anoche Santiago de Chile, controlado por unos 8.000 militares. En este momento, otras cuatro regiones del país -Valparaíso, Biobío, Coquimbo y O'Higgins- se encuentran en estado de emergencia, que implica restricciones a la libertad de traslado y de reunión a los ciudadanos. En todas estas ciudades los militares han decretado toque de queda para esta noche, donde se han registrado incidentes violentos.

En el puerto de Valparaíso hubo ataques a comercios y a estaciones de metro y la sede de El Mercurio de Valparaíso -el periódico de mayor antigüedad en lengua castellana- fue incendiada. En todo el país se vive una situación compleja, aunque este domingo algunos ciudadanos han salido espontáneamente a limpiar las estaciones de metro destruidas. Algunas aerolíneas han cancelado sus vuelos, supermercados y centros comerciales cerraron por razones de seguridad, mientras se registran cortes de luz y la gente busca comercios abiertos para abastecerse de alimentos. La mayoría de las farmacias están cerradas y para este lunes se anunció la suspensión de clases en los establecimientos educacionales de buena parte de Santiago de Chile.

La última vez que se había decretado el toque de queda en Chile fue en 1987, en los últimos años de dictadura de Pinochet (1973-1990). A diferencia de entonces, la ciudadanía parece no tenerle temor a la autoridad militar. Quienes lideran las protestas son menores de 30 años, que no vivieron el régimen militar, señalan los analistas. La noche del sábado, cuando comenzó a regir el toque de queda en la capital, cientos de personas seguían manifestándose en las calles pacíficamente con cacerolazos, incluso en zonas acomodadas de Santiago, como Providencia, La Reina y Las Condes. En paralelo, las protestas desbordaban diferentes lugares del país: saqueos de supermercados y grandes tiendas, donde la gente robaba tanto alimentos como electrodomésticos.

Sebastián Piñera se reunió esta tarde en La Moneda con los otros dos poderes del Estado -el Legislativo y el Judicial- para entregar una señal de unidad. Hicieron un llamamiento al diálogo y a defender la democracia. Pero aunque el presidente anunció anoche que suspendería el aumento del pasaje del metro -de 800 a 830 pesos (1,13 a 1,17 dólares)- y que convocaría una mesa de diálogo "amplia y transversal" para encontrar respuestas a "demandas tan sentidas como el costo de la vida" de la ciudadanía, no parece cercana una solución al conflicto. Mañana, un día laboral, se pondrá a prueba el funcionamiento de una ciudad que luce destrozos importantes: el metro de Santiago, orgullo de los chilenos por su orden y buen funcionamiento, presenta daños que llegan a los 300 millones de dólares, según han informado las autoridades. Cerca de 2,8 millones de usuarios lo utilizan diariamente y todavía resulta impredecible el funcionamiento de una ciudad con enormes dificultades de transporte.

Las protestas han marcado un punto de inflexión para toda la política chilena, que no ha sabido ni interpretar ni canalizar el descontento que ha emergido en forma de manifestaciones desde 2006 en adelante. Diferentes organizaciones de la sociedad civil publicaron una carta pública convocando a un nuevo pacto social. "Como sociedad civil invitamos y emplazamos a todas las autoridades a sumarse a un diálogo, sin simulaciones, con la disposición de alcanzar transformaciones profundas capaces de incluir a esos/esas millones que hoy manifiestan su indignación. Solo de este modo, alcanzaremos la anhelada paz social que Chile requiere", indica el escrito.

Ganó Evo pero va a balotaje

Morales gana elecciones, pero va a segunda vuelta
 


El presidente socialista Evo Morales ganó las elecciones generales en Bolivia pero no logró superar el 10% de diferencia sobre su más cercano oponente, el centrista Carlos Mesa, por lo que ambos candidatos volverán a enfrentarse en segunda vuelta el 15 de diciembre próximo.
Con el 83% de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó que Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), alcanzaba el 45,28% de los votos, seguido por Mesa, del partido Comunidad Ciudadana (CC), que lograba el 38,16%, una diferencia del 7%, lo que le impedía alcanzar su cuarto mandato presidencial.
En tanto Via Ciencia, la única encuestadora habilitada para realizar el conteo rápido, informó que tras contabilizarse el 100% de los sufragios Morales obtenía un respaldo del 43,9% y Mesa el 39,4% de apoyo.
En Bolivia, un candidato se adjudica la presidencia si obtiene el 50% más uno de los votos, o el 40%, pero con 10 puntos de ventaja sobre su oponente más cercano.
"Estamos en el balotaje", declaró en la primera reacción el exmandatario centrista, Carlos Mesa, tras el anuncio de los datos parciales del TSE.
"Este triunfo -añadió- se lo debemos a la lucidez del pueblo boliviano y en particular a todas las personas, millones de boliviano, que decidieron votar por Comunidad Ciudadana". Según la prensa local, la sorpresa electoral la dio el candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Chi Hyun Chung, quien alcanzaba el 8,77% tras una corta campaña y desplaza al cuarto lugar al postulante de la alianza Bolivia Dice No (21F), Oscar Ortiz, quien se queda con 4,41%.


El quinto lugar lo ocupaba el Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix Patzi con 1,26%, seguido por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de Virginio Lema con 0,68%.
El Partido Acción Demócrata Boliviana (Pan Bol) de Ruth Nina se ubicaba en la séptima posición con 0,64%, escoltado por Unidad Cívica Solidaridad (UCS) de Víctor Hugo Cárdenas con 0,41% y el Frente para la Victoria de Israel Rodríguez con 0,38%.
Más de 7,3 millones de bolivianos, en el país y en el exterior, fueron llamados a elegir a 352 autoridades nacionales, entre ellas, el presidente y vicepresidente, 36 senadores y 130 diputados, cada uno con sus respectivos suplentes. En estas elecciones presidenciales participaban nueve candidatos.

El oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) presenta al jefe de Estado saliente como candidato a presidente y como vice, una vez más, a Alvaro García Linera. Morales, en el poder desde 2006, busca un cuarto mandato de cinco años.
El principal oponente, el expresidente Mesa, se presentó junto a Gustavo Pedraza.
También, por la alianza de derecha Bolivia Dice No, competirá para mandatario el senador Oscar Ortíz Antelo, acompañado por Edwin Rodríguez. Y un cuarto postulante de cierta relevancia, que creció en el tramo final de la campaña electoral, es Chi Hyun Chung, que tiene el apoyo de las iglesias evangélicas bolivianas. Los departamentos (provincias) clave en estas elecciones, recordó el Supremo Tribunal Electoral (TSE), son los de La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, que albergan el 73,16% de las personas con derecho a voto.
La presidenta del TSE, María Eugenia Choque, había señalado la presencia de más de 300 observadores internacionales, pertenecientes al cuerpo diplomático acreditado; a la Organización de los Estados Americanos; a la Unión Interamericana de los Organismos Electorales y a la Unión Europea. Se dispusieron 5.136 centros de votación ubicados en 3.535 distritos distribuidos en los nueve departamentos del país, los cuales estuvieron custodiados por más de 40.000 agentes de la policía y del ejército.

Las principales frases del debate presidencial: lo más importante de cada candidato




Presentación de los candidatos

Alberto Fernández

“Está semana que pasó le dedicamos mucho tiempo a mi índice. Sería bueno que nos dediquemos a otros índices el desocupación el de pobreza,de inflación.”
Mauricio Macri

“Se elige en que sociedad vamos a vivir”




Seguridad
Alberto Fernández

“Las sociedades más igualitarias son las que menos crimen tienen.”


“Gracias a dios no nos parecemos en nada, Macri.”

“El presupuesto de Seguridad cayó 38 por ciento.”
Mauricio Macri

“Redujimos 30 por ciento los homicidios.”

“El kirchnerismo le dio un gatillo fácil a los delincuentes.”
Roberto Lavagna

“Ni el gatillo fácil, ni la mano dura, ni a fascinación de alguna funcionaria por las armas ni la de algún otro por hacer volar todo”

José Luis Espert

“Vamos a bajar la edad de imputabilidad a 14 años. Delito de adulto, pena de adulto.”


“Necesitamos más cárceles”


“Piquetero que corta la calle, piquetero que va preso. Cuidado Grabois contigo”

Nicolás del Caño

“La ilegalidad es el negocio de los narcos.



Empleo, Producción e Infraestructura
Alberto Fernández

“Argentina tiene la tasa de desempleo más alta de los últimos 13 años.”

“Emprendedores son monotributistas que suben a una bicicleta y reparten pizzas. El Presidente uberizó la economía.”

“Se cerraron 43 pymes por día.”

“La infraestructura solo llegó a los gobernadores cercanos al Presidente.”

“En energía usted llenó los bolsillos de sus amigos.”

Mauricio Macri

“Es verdad que hemos tenido un problema de empleo y hay gente preocupada por perder su trabajo”, Macri

“El desafío sigue siendo crear empleo de calidad.”

“Cuando gobiernan creen que son los dueños de la plata de los argentinos.”

“Estamos rumbo a ser un gran exportador de energía a nivel mundial.”

Roberto Lavagna

“Solo en una economía en marcha es posible hablar de empleo, producción e infraestructura.”
José Luis Espert

“Es necesario derribar el edificio legal de las leyes laborales en Argentina.”

“Los impuestos al trabajo en Argentina son los más altos en el mundo.”
Juan José Gómez Centurión

“Más del 50 por ciento del PBI es del Estado."
Nicolás del Caño

“Macri jamás va a entender lo que sufre una familia cuando se queda sin empleo.”


“Los recursos están, el problema es que se los fugan, se los llevan con la deuda.”



Federalismo, Calidad Institucional y Rol del Estado
Alberto Fernández

“Lo primero que hizo Macri fue poner dos jueces de la Corte por decreto.”

“Hay que terminar con los funcionarios que hacen negocios para sus empresas."


"La prensa corre peligro con Macri, no conmigo."
Mauricio Macri
"El kirchnerismo y Alberto Fernández son lo mismo."


"Ellos quieren una Justicia militante."

"Ellos no ven que Maduro es un dictador."

Nicolás del Caño

"Bajo su Gobierno se emitió un decreto para salvar a su familia de la deuda que tenían con el Estado."


"Que todos los funcionarios políticos y los jueces cobren lo mismo que los docentes."

José Luis Espert

"Macri y Fernández deberían abrazarse. Muchachos, abracense, tan diferentes no son"
Gómez Centurión

"Es una burla que instales en la OA a militantes oficialistas."



Desarrollo Social, Ambiente y Vivienda
Alberto Fernández

"Uno de cada dos chicos está en la pobreza."


"Macri llegó para llegar a la pobreza cero y mintió."

"Macri se acordó de la vivienda en estos últimos cinco minutos."

Mauricio Macri

"La única idea que tuvieron de la pobreza fue ocultarla."

"Siempre han hecho clientelismo."

"35 años gobernando La Matanza y no hicieron nada."

"Aguantar que digan que ellos digan que saben es imposible."

Nicolás del Caño

"Este Gobierno le quitó las retenciones a las mineras."

"Los UVA fueron una estafa, Macri."

Roberto Lavagna

"Desarrollo social es integración social."

"Cuidado con acostumbrarnos a la pobreza."
José Luis Espert

"Para luchar contra la pobreza hace falta crecimiento sostenido."

Quién ganó el debate presidencial en las redes

Qué opinan de Alberto Fernández y Mauricio Macri

El análisis de la imagen positiva y negativa de los candidatos presidenciales según QSocialNow. El algoritmo que mide la polaridad de las conversaciones, los impactos positivos y negativos (excluyendo la neutralidad) combina un modelo lingüístico con inteligencia artificial. Se analizan las últimas tres horas de conversaciones en Facebook, Instagram y Twitter. Se refrescan los gráficos automáticamente cada cinco minutos.


El sistema de QSocialNow traquea las conversaciones en tiempo real de las redes sociales de Facebook, Twitter y de Instagram. Luego contrasta las menciones a los candidatos ponderando los comentarios positivos y negativos para saber la repercusión de los comentarios de los candidatos durante el debate a presidente.

A Mauricio Macri se le cayeron los apuntes, Alberto Fernández trató de ayudarlo y el Presidente los agarró

Durante una interrupción, a Macri se le cayó un papel y Fernández amagó a levantarlo.




En medio del debate presidencial, se dio un curioso momento entre el presidente, Mauricio Macri, y el candidato por el Frente de Todos, Alberto Fernández. Al mandatario se le cayó uno de sus apuntes y el exjefe de gabinete trató de levantarlo.

Durante una interrupción, a Macri se le cayó un papel y Fernández amagó a levantarlo. Sin embargo, Macri estuvo más rápido y lo recuperó.

Alberto Fernández y Mauricio Macri se cruzaron con fuertes chicanas en torno a la inseguridad, la pobreza y la corrupción.




A una semana de las elecciones, los candidatos presidenciales Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, Nicolás del Caño, José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión se enfrentaron hoy por segunda vez en un debate en la Facultad de Derecho de la UBA, donde volvieron a ser protagonistas los cruces entre los postulantes de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos.

En medio de una gran expectativa por la cercanía de la definición electoral, los seis postulantes discutieron sobre seguridad, corrupción, pobreza y federalismo, entre otros temas, ante un público repleto de colaboradores y asesores de las distintas fuerzas.

El Presidente, que volvió a ser el blanco de la mayoría de los cuestionamientos de sus pares, eligió por segunda vez al kirchnerismo como su contrincante principal y optó por una estrategia de "nosotros y ellos", para rivalizar con Fernández. El postulante del Frente de Todos, por su parte, mechó las críticas al jefe de Estado con propuestas de campaña y volvió a apostar a la táctica de mostrar las "mentiras" de Macri.

Alberto Fernández arrancó el debate presidencial con un duro discurso contra Mauricio Macri

El candidato peronista se refirió también a la polémica por el "dedo señalador" en el que hizo foco Macri durante la semana.



En el inicio del debate presidencial, el candidato por el Frente de Todos, Alberto Fernández, inició su participación con el señalamiento del accionar del presidente, Mauricio Macri, sobre los favores judiciales durante su gestión. Además, hizo alusión la polémica por el "dedo acusador" de la semana pasada.

"En esta facultad me eduqué y educo, aprendemos lo que es el Estado de derecho. Sabemos que un presidente no debe involucrarse en la justicia, no firmar decretos para beneficiar a sus hermanos", disparó el exjefe de gabinete en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.


Respecto a la controversia por el modo en que Fernández movió su dedo en el anterior debate -dicho por Macri-, el candidato afirmó: "sería bueno hablar de otras cosas, pero esta semana se dedicaron a hablar de mi índice, que sólo señala errores. Sería bueno hablar de otros indices, como el de desocupación, de pobreza, el de inflación. Ocupémonos de lo importante".

Del Caño comparó a Pichetto con "Micky Vainilla"


El candidato del Frente de Izquierda aseguró que el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio "quiere igualar a Micky Vainilla", el personaje que intenta emular a Adolf Hitler.


Nicolás Del Caño cumplió una buena labor en este segundo debate presidencial.

El candidato del Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, propuso la legalización del consumo y el autocultivo de marihuana durante el Debate Presidencial que se dio en la Facultad de Derecho de la Ciudad de Buenos Aires.


El diputado nacional del FIT sostuvo, a la vez, que está en contra de la baja de la edad de la imputabilidad y la "mano dura", y consideró que en esos temas el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, "quiere igualar a Micky Vainilla", el personaje ficticio creado por Diego Capusotto.

El postulante del Frente Despertar, José Luis Espert, señaló que si llega a ser Presidente bajará "la edad de imputabilidad a los 14 años", ya que "a un delito de adulto, una pena de adulto".

Espert también indicó que buscará "consagrar el derecho a circular", porque -dijo- "las calles y las rutas no están para ser cortadas" y si alguien las bloquea debe "ir preso".

En el tema de los piquetes coincidió con el postulante del Frente Nos, Juan José Gómez Centurión, que manifestó: "Es una vergüenza que los sucesivos gobiernos naturalicen los piquetes. Hay que hacer cumplir la ley permitiendo a los ciudadanos el libre tránsito. El orden público debe volver a ser un valor".

"Ni el gatillo fácil, ni una mano flácida que no pueda cuidarnos. Necesitamos una mano justa, firme y con el puño cerrado para defender a los nuestros", sostuvo, por su parte, el candidato de Consenso Federal, Roberto Lavagna.

A su vez, el presidente Mauricio Macri y el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, se cruzaron por la seguridad y el jefe de Estado acusó al gobierno anterior de haber favorecido el crecimiento del narcotráfico en el país.

"En este tema, nosotros somos distintos a ellos. Ellos abandonan a las víctimas del delito, menosprecian a las fuerzas de seguridad. Cuando Alberto Fernández fue jefe de Gabinete llegamos a importar 20.000 kilos de efedrina, ahora solo 20. Nosotros no transamos con la droga", afirmó Macri.

Al cuestionar a la gestión anterior, el jefe de Estado sostuvo: "Así son ellos, no van a cambiar. Nosotros estamos con las víctimas, defendemos a las fuerzas de seguridad y combatimos las mafias".

Fernández le respondió que también estaba "preocupado" por el narcotráfico y recalcó que "el consumo de drogas y marihuana ha aumentado en los últimos años".

Además, criticó que en relación a 2015, el presupuesto en Seguridad nacional cayó "en términos reales en un 38%".

"Hubo 3.262 homicidios en el último año. No creo que sus familias se hayan sentido protegidas por usted", le espetó Fernández al Presidente.

Luego, Macri volvió a la carga contra el kirchnerismo y aseguró que su gobierno condenó a Hezbollah como agrupación terrorista, mientras que la gestión anterior "quiso encubrir a los responsables de la AMIA" con el Memorándum de entendimiento con Irán.

Además, el mandatario respondió que "hay estadísticas que avaladas por la ONU" que dicen que "bajaron los homicidios" en el país.

Macri también se refirió a la muerte de Santiago Maldonado y dijo que fue "un ataque a la institución muy reconocida" en la lucha contra el narcotráfico, la Gendarmería, algo que -según consideró- "no fue casualidad".

Por último, habló del caso del turista norteamericano y el policía Luis Chocobar y expresó: "Creo que si alguien apuñala a alguien en la vía pública, la Policía lo tiene que detener".

Debate: el fuerte cruce entre Mauricio Macri y Alberto Fernández por la corrupción

En el segundo y último debate presidencial, era sabido que el presidente Mauricio Macri apelaría a la corrupción K como una de sus grandes estrategias para opacar al candidato Alberto Fernández. Y a eso apeló cuando Fernández sugirió que Macri fue cómplice de la corrupción del "clan Macri". A sus dichos, el Presidente respondió con dureza, enumerando diversas causas de corrupción del kirchnerismo. El cruce se produjo durante el intercambio entre los cinco candidatos en materia de Empleo, Producción e Infraestructura.

"Presidente, en materia energética, usted lo que hizo fue llenarle los bolsillos a sus amigos. Subió las tarifas de un modo tan cruel que la Argentina se quedó sin energía. Usted se pregunta cómo yo en mis años de jefe de Gabinete no vi la corrupción de la obra publica y usted, en el clan Macri, ¿no vio la corrupción de la obra pública, Presidente? ¿no vio lo que pasaba en su familia? después nos contó, cuando su padre murió, que su padre era el responsable. Presidente hablemos en serio, a mí no me va a correr", lo increpó Fernández.

Macri, contraatacó: "Es de muy mal gusto citar a una persona que ya no está en este mundo y que no se pude defender. Pero claro, teniendo que tapar 51 contratos por 2000 millones de dólares para [Lázaro] Báez con una empresa inexistente o los departamentos de [Daniel] Muñoz o las valijas de Antonini Wilson o los bolsos de [José] López o la efedrina... como decía Espert, es difícil creer que usted no vio nada. Los vio Lavagna del otro lado de la calle y usted en la oficina de al lado dice que hubo un descuido ético de Néstor y Cristina pero que usted no vio nada, la verdad que es difícil de creer".

¿A qué se refería Macri citando al candidato José Luis Espert? a que el referente del frente Unite por la Libertad y la Dignidad también había atacado a Fernández previamente, en ese mismo bloque. Espert, había dicho: "Tengo una pregunta para Alberto Fernández que también le hice a un exjefe de Gabiente K, como usted. A la luz de los procesamientos, de las denuncias, parecería ser que durante el kirchnerismo más que un gobierno hubo una asociación ilícita, ¿usted no vio nada o fue cómplice de eso?".

Ante la consulta, el candidato del Frente de Todos, respondió: "Voy a ser breve, Espert, cuando tuve diferencias renuncié y me fui a mi casa. Desde que me fui nunca un juez me citó para que de explicaciones. [Pero] no es la suerte del Presidente, que el día que deje el Gobierno lo esperan más de 100 causas donde está siendo investigado. No es ese mi problema, no tengo nada que ver con la corrupción, no me corra por ese lado. Puedo darle clases de decencia".